Una
crisis en múltiples facetas
Por
Wooldy Edson Louidor y Angélica López
AlterPresse / La Haine, 18/07/08
A comienzos
del mes de abril de 2008, Haití se enfrentó a múltiples
brotes de manifestaciones contra el hambre, acompañadas de
represión violenta y de enfrentamientos
Lo que se
consideró como parte de un movimiento mundial de protesta
que estallaba paralelamente en varios países con altos índices
de pobreza tales como Burkina Faso, Camerún o Senegal.
Crisis
del modelo económico neoliberal
Desde
diversos sectores en Haití, particularmente de algunas
organizaciones del movimiento altermundista y aun de los
movimientos de protestas contra la carestía de la vida,
llovieron reiteradas críticas en contra del modelo económico
neoliberal aplicado en el país desde la mitad de los años
ochenta, sobre todo a partir de hechos como la matanza de
los cerdos de raza criolla ordenada por el Estado; tras la
apertura descontrolada de nuestro mercado al comercio
internacional y con la creciente privatización de las
empresas estatales.
La entrada
de productos extranjeros provenientes de países del primer
mundo con muy bajos aranceles ha destruido la producción
nacional y ha vuelto a los sectores productores
completamente dependientes, primero del extranjero y luego
de la conmiseración de los organismos de financiamiento y
de la comunidad internacional, lo que ha aumentando de paso
la supuesta deuda económica.
A través
de las manifestaciones (hasta ahora), la gente viene
pidiendo el relanzamiento de la producción nacional y la
implantación de un nuevo modelo económico más preocupado
por el bienestar de la población, y menos centrado en la
estabilidad macroeconómica y en quedarse fiel a los
dictados de los financiadores internacionales.
Crisis
gubernamental
A raíz de
las manifestaciones contra el hambre y del impacto nacional
que estas tuvieron, Haití se enfrentó a una crisis
gubernamental causada por la jugada del Senado de la República
de destituir al primer ministro Jacques Édouard Alexis. Los
16 de 24 senadores que votaron la destitución el 12 de
abril, dijeron en su carta al jefe del gobierno que ya no
creen en la capacidad del equipo gubernamental que él
dirige.
Desde
entonces, la clase política se encuentra a la espera de que
un nuevo primer ministro sea ratificado para suceder a
Alexis, quien sigue gestionando los asuntos corrientes. En
efecto, dos de los tres primeros ministros designados hasta
el momento por el presidente René Préval, Pierre Erick
Pierre y Robert Manuel, fueron rechazados el 12 de mayo y el
12 de junio respectivamente por la Cámara de diputados, en
particular por un bloque político formado al interior de
dicha Cámara llamado Concertación de Parlamentarios
Progresistas (CPP). La razón argumentada para el rechazo de
las candidaturas de los dos primeros ministros designados
fue la supuesta inconformidad de sus documentos en relación
a lo que manda la Constitución haitiana vigente. La nueva
primera ministra designada por Préval, Michèle Duvivier
Pierre Louis, espera aún el voto de ratificación del
Parlamento para entrar en función.
Crisis
de seguridad
Mientras
tanto, el secuestro ha ido ganando más terreno en todo el
territorio nacional, lo que llevó a un centenar de
organizaciones de la sociedad civil a manifestarse públicamente
y de forma masiva el 4 de junio pasado en la calles de
Puerto Príncipe.
La
finalidad de dicha manifestación era decir un No
contundente a este fenómeno inaceptable que cobra cada vez
más víctimas, principalmente entre la niñez y la
adolescencia [y del que se sospecha que es practicado
mayoritariamente por organizaciones parapoliciales herederas
del antiguo Tonton Macoute, con el beneplácito de sectores
del gobierno y de los países imperialistas.]
¿Crisis
moral?
La
designación de la nueva primera ministra, Michèle Duvivier
Pierre Louis, viene generando un nuevo debate en la sociedad
en torno al tema de la “moralidad”. Parte de algunos
sectores, sobre todo de las iglesias protestantes y de
algunos grupúsculos políticos, exigen a las dos Cámaras
que se forme una comisión ética para investigar la vida
privada de la candidata con el fin de confirmar o no su
supuesta homosexualidad.
Según
tales sectores, una persona homosexual no puede de ninguna
manera acceder al puesto de primer ministro,
independientemente de que todos sus documentos estén en
conformidad con lo prescrito por la Constitución y que
posea las capacidades y competencias necesarias para ocupar
dicho puesto.
Actualmente,
la crisis va tomando una configuración moral (¿o
pseudo–moral?) que muchos organismos de derechos humanos,
organizaciones feministas, grupos de intelectuales, académicos,
grandes figuras políticas nacionales e internacionales y
otros sectores religiosos consideran como una “vuelta a la
inquisición”, una “campaña sexista” contra la mujer
y una “deriva” para el país.
Sobre todo
se extraña de esos sectores moralizantes una crítica
similar hacia la salvaje actuación de la eufemísticamente
llamada "Misión de Estabilización de las Naciones
Unidas en Haití" (MINUSTAH), más conocida por los
asesinatos, palizas y violaciones a los habitantes de las
barriadas pobres.
La
crisis amenaza con intensificarse
A mitad del
mes de junio, el presidente Préval aprovechó la
oportunidad para usar de excusa la actual subida del precio
del barril de petróleo en el mercado internacional (en
aquel entonces, 139 dólares el barril) y cumplir las
ordenes del FMI de no seguir subvencionando los productos
petrolíferos. En consecuencia, y como ya ocurriera en otros
países, los precios de los productos alimenticios sufrirán
un considerable aumento en las próximas semanas y, por
ende, es esperable que se reanuden las manifestaciones
contra el hambre y se produzcan nuevos conflictos sociales.
Además un
nuevo año escolar comenzará en el mes de septiembre, lo
que implicará para muchas familias pobres y de la clase
media, enfrentarse nuevamente a los altísimos costos de la
escolaridad de sus hijos e hijas y a la compra de uniformes
y útiles escolares. A su vez, los precios del transporte público
(también privado) que van a subir proporcionalmente al
aumento del combustible, incidirán con toda seguridad en el
incremento de los gastos de las familias haitianas para el
traslado de sus hijos e hijas a la escuela y la movilización
de los padres que aún tienen trabajo.
Crisis
de desesperación y coraje
Desde el 23
de junio, fecha en la que el presidente Préval designó a
Michèle Duvivier Pierre Louis al puesto de primer ministro,
la población espera una respuesta, que se forme un nuevo
equipo competente y no corrupto, apto para atacar esta
crisis que cobra diversas facetas día a día y que amenaza
con intensificarse.
Sin
embargo, la miseria y la desesperación en la que vive la
población desgraciadamente están lejos de acabarse en el
corto plazo, ya que el juego de fuerzas políticas en el
Parlamento no es favorable a los intereses populares.
Por su
parte, las "ayudas" ofrecidas por el Fondo
Monetario Internacional, el Programa Alimentario Mundial y
otros organismos y países de la comunidad internacional se
revelan no sólo insuficientes para enderezar la situación
de una sociedad desgarrada en sus más íntimas fibras, si
no que tienden a aumentar el mal estructural e histórico
que provocaron en este y otros países, del que estamos
asistiendo a la manifestación de sus múltiples facetas.
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