Presentación para su discusión pública
al pueblo, a los trabajadores y a los revolucionarios
cubanos, con miras al VI Congreso del Partido Comunista de
Cuba
Cuba necesita un socialismo
participativo y
democrático
Propuestas programáticas
Por Pedro Campos y varios compañeros
Kaos en la Red, 17/08/08
"Nada que deje en pie el sistema de explotación
capitalista y el asalariado puede impedir la miseria de las
masas. Se hace pues, indispensable una transformación
completa en el sistema de producir y distribuir"
[Carlos Baliño, fundador del PRC (Partido Revolucionario
Cubano – “Ortodoxo”) y del PCC]
Introducción.
Cuba vive una continuada crisis económica,
política y social a consecuencia del estancamiento en la
socialización, generado por el pleno control burocrático
estatal sobre la sociedad, los medios de producción y el
plustrabajo y del permanente y criminal asedio imperialista.
No obstante, se han realizado grandiosas transformaciones
culturales, científicas y técnicas que han creado las
condiciones para desarrollar nuevas relaciones socialistas
de producción. La disminución de la población, su
envejecimiento prematuro, la baja tasa de natalidad, la
salida masiva del país de jóvenes por cualquier vía y la
insatisfacción generalizada son consecuencias palpables de
esa crisis. Mayoritariamente, los cubanos están frustrados,
enajenados y desesperanzados y las nuevas generaciones
-desmotivadas- no sienten el mismo compromiso que las
anteriores con este "socialismo pobre y sin
perspectivas" muy alejado de las expectativas, todo lo
cual está conformando una rara especie de "situación
revolucionaria" que podría desatarse imprevistamente y
cuya evolución pudiera capitalizar el enemigo.
Preservar la Revolución demanda
progresar de la estatización a la socialización. De lo
contrario, se ahondará la creciente contradicción entre
los esquemas estatales de propiedad, trabajo asalariado mal
pagado y centralización de las decisiones y la distribución
del plustrabajo (aspectos de las relaciones de producción)
y el nivel científico, cultural y técnico alcanzado por
los trabajadores cubanos y los medios de trabajo (elementos
fundamentales de las fuerzas productivas); aumentará la
lucha por controlar el plustrabajo entre el pueblo
trabajador y el estado burocrático todo poseedor y decidor,
que se lo apropia para usarlo a su buen entender y limita su
control real por los auténticos dueños; y se profundizarán
las dificultades económicas, el desinterés y el rechazo a
ese "no-socialismo", con peligro de una plena
restauración capitalista que para Cuba sería la anexión,
la absorción de su cultura y un desastre incalculable para
la nación y para el movimiento revolucionario
internacional.
Para salvar al pueblo, la Patria y
la Revolución urge un nuevo programa socialista,
participativo y democrático, capaz de ofrecer
soluciones constructivas a esas contradicciones, poner al
ser humano –no al estado- al centro de la vida nacional,
reanimar el espíritu revolucionario de los trabajadores
manuales e intelectuales, reactivar la alianza
obrero-campesina, retomar la confianza del pueblo, ganarnos
a la juventud, desarrollar la economía, mejorar la vida,
destruir los fundamentos internos y externos del bloqueo
enemigo y hacer una contribución más efectiva al
renacimiento socialista que tiene lugar en América Latina.
El desastre en Europa de ese
"socialismo de estado" neocapitalista estancado,
sustentado en la centralización de la propiedad, de la
acumulación, de las decisiones y en el trabajo asalariado;
su evolución en China hacia el capitalismo y la incapacidad
del mismo para hacer avanzar la sociedad cubana, han llevado
a muchos revolucionarios a trabajar en la reformulación del
socialismo nunca alcanzado, siempre partiendo de las ideas
centrales de los clásicos y de la universalidad y la ética
martianas. Ya cuando el IV Congreso del PCC en 1991, las
bases presentaron ideas para un nuevo Programa
Socialista; pero cuando más difícil fue la situación
internacional por la caída de la URSS y el Campo Socialista
y más necesario se hacía avanzar hacia un socialismo más
participativo y democrático, la dirección decidió
postergar aquellas demandas, fortaleció su tradicional
centralismo y sólo después de la profunda crisis del 94
decidió emprender algunas reformas -sin cambios
sustanciales- básicamente en el plano económico.
El discurso de Fidel el 17.11.05
reconociendo la posible reversión de la revolución y
especialmente el de Raúl el 26.07.07 estimularon otro
debate donde, de nuevo, las bases se pronunciaron por un
socialismo más participativo y democrático. A tres años
del primero y a uno del segundo no se ha hecho público el
resultado de las discusiones y la dirección no ha
presentado al pueblo ningún plan concreto integral para
sacar el país la crisis; ignora olímpicamente muchos análisis
y propuestas de académicos, politólogos y cientistas
sociales socialistas cubanos y extranjeros; sigue negando el
acceso del pensamiento revolucionario no oficial a la
prensa, continúa usando el cerco imperialista como
justificación para contener el avance de la socialización
(que no es más desarrollo en la tecnología, sino en la
forma de su explotación) y sigue recargándose todo el peso
y la responsabilidad por la crisis en los trabajadores y el
pueblo. La gravedad se acrecienta cuando se advierte un
peligroso cambio de política de EE.UU. hacia Cuba para el
que no estamos preparados económica ni políticamente.
Algunos que todo lo complican y entorpecen, parecen
interesados en que esto se hunda.
El gobierno del compañero Raúl
abrió un capítulo de esperanzas que no podemos perder,
pero la resistencia natural del tejido burocrático sólo le
ha permitido presentar medidas aisladas, algunas
contraproducentes, para perfeccionar el estatismo
asalariado, unidas al tradicional discurso de más
trabajo, sacrificio y disciplina, bordeando pero sin
confrontar los problemas de fondo. Se ha anunciado la
convocatoria del VI Congreso del PCC para fines del 2009.
Ante esta situación, varios
comunistas y revolucionarios cubanos –desde dentro- hemos
venido estudiando, planteando e intercambiando un grupo de
ideas centrales concentradas en este documento, el cual se
pone a la consideración de los trabajadores, del pueblo y
de todos los revolucionarios cubanos y del mundo, para
que, valorado y enriquecido por todos, sea tenido en cuenta
por todos y sea considerado como parte de las soluciones a
la crisis.
No es un programa acabado, ni se
intenta un nuevo esquema u otra camisa de fuerza, se busca
el consenso que necesitan la República Martiana y la armonía
en el funcionamiento de la sociedad. Se sugiere avanzar del
estatismo a la socialización, cambiar la forma asalariada
de pago por la repartición de parte de las utilidades;
pasar el control de los medios, los recursos y las
decisiones, de la burocracia a los colectivos sociales y
laborales y a las personas, intercambiar sobre asuntos cuyas
soluciones no pueden postergarse más y avanzar hacia más
participación y más democracia.
El enemigo aprovecha y trabaja
sobre nuestros errores y tiene planes para destruir la
Revolución y apoderarse de Cuba. Martí decía "Plan
contra Plan". A falta de otro conocido, estas bases
programáticas son nuestra contribución.
1-Transitar del "socialismo
de estado" al Socialismo Participativo y Democrático
Dejar atrás el fracasado sistema
centrista, autoritario, estatista-asalariado y estructurado
verticalmente de arriba hacia abajo, heredado del estalinismo
y avanzar a la concepción cooperativista integral moderna
del Socialismo en el Siglo XXI, a un sistema comunal-democrático
descentralizado, apoyado en relaciones socialistas de
producción que horizontalmente integre y armonice, de abajo
hacia arriba las funciones productivas, de gobierno,
justicia y otras.
Para serlo, el socialismo debe ser
Participativo porque en la formulación y
toma de decisiones participan directa y comprometidamente
las masas, los trabajadores y toda la población afectada. Democrático
porque las decisiones importantes que afectan a todos los
ciudadanos del país o de un conglomerado social, productivo
o comunitario deben contar con la aprobación mayoritaria de
los interesados. Libertario porque se crearán
por primera vez condiciones reales para la libertad plena
del ser humano y para el ejercicio, por todos, de todos los
derechos políticos, civiles y económicos por los que ha
luchado la humanidad. Humanista porque pone al
ser humano y a sus valores éticos y espirituales en el
centro de la vida social. Autogestionario, porque
el trabajo organizado en forma cooperativa-autogestionaria
caracterizará al nuevo sistema de organización de la
producción y al funcionamiento de toda la sociedad. Inclusivo
porque no permitirá ningún tipo de sectarismo,
discriminación ni exclusión arbitraria por razón alguna,
en la participación y en la democracia, de manera que todos
se sientan interesados y comprometidos en el proyecto común.
Integracionista porque sólo con la integración
económica, política y social de varios países podrá
lograrse el triunfo del nuevo sistema, por lo cual
necesitamos que otros pueblos avancen por este camino y
apoyamos un ALBA efectivo, por abajo, pueblo a pueblo, que
avance a economías similares y a pasaporte y moneda únicos.
2-Resolver el conflicto
fundamental que origina el actual estancamiento del
socialismo en Cuba, existente entre el potencial alcanzado
por las fuerzas productivas y las relaciones asalariadas
estatales de producción
Esto implica armonizar el desarrollo
de la técnica y las capacidades humanas, con las formas de
producción correspondientes y en consecuencia, avanzar
gradualmente -como corresponde a la fase social de la
Revolución- de las relaciones estatales neocapitalistas
asalariadas de producción, distribución y consumo, a las
nuevas relaciones socialistas de producción
cooperativistas-autogestionarias, hasta hacerlas
mayoritarias y traspasen sus principios colectivistas,
democráticos, solidarios, libertarios y humanistas
inherentes a sus formas de propiedad, gestión y distribución,
al funcionamiento de la nueva sociedad, a todas las
instituciones de la superestructura y den lugar a una nueva
conciencia social. La Autogestión debe ser empresarial y
social, organizada en cada entidad productiva y en toda la
sociedad.
Las nuevas relaciones
cooperativas-autogestionarias de producción se caracterizan
por: 1) los propios trabajadores asociados, dueños o
usufructuarios colectivos, de sus medios de producción,
auto "explotan" su fuerza de trabajo; 2)
administran democráticamente su gestión productiva
(control de gastos, planificación y elección de dirección)
y 3) controlan y distribuyen el plustrabajo o excedente,
antes plusvalía, una parte para la reproducción de la
entidad, otra para la contribución a la seguridad social,
las actividades presupuestadas y los planes de desarrollo
general y el resto sería repartido equitativamente para el
consumo directo de los trabajadores. La cooperativa es
una forma de propiedad y asociación, el cooperativismo la
forma en que se organizan la gestión y la distribución en
la cooperativa. En el Manifiesto Comunista se expresa que
"el trabajo asalariado es la forma de la existencia
del capitalismo", de manera que el socialismo pasa
por la superación del trabajo asalariado.
3-Adecuar la propiedad al
desarrollo de las fuerzas productivas
Para que el poder de los trabajadores
y del pueblo sea real y pueda hacerse efectivo el desarrollo
y la expansión de las nuevas relaciones socialistas de
producción, es necesario que los medios de producción, los
recursos y las finanzas, ahora en manos de la burocracia,
sean controlados escalonada y progresivamente por los
distintos niveles del poder popular, la nación, la región,
la comunidad, los colectivos laborales y las personas. Como
la propiedad lleva por nombre la forma en que se explota, la
propiedad estatal asalariada debe ser sustituida
gradualmente por la propiedad socialista de los colectivos
de trabajadores y sociales, sobre bases estatales,
grupales o individuales, según su desarrollo, en la
siguiente forma general:
Cooperativa, incluiría
además de a pequeños campesinos unidos voluntariamente,
pequeñas empresas industriales o de servicios (construcción,
gastronomía, talleres de reparaciones) más bien de tipo
artesanales, donde los medios de producción aportados son
de propiedad original de los trabajadores. Autogestionada
para empresas medias a pequeñas por su nivel de desarrollo
(pequeñas fábricas, talleres, restaurantes, instalaciones
hoteleras menores) donde la propiedad sobre los medios de
producción se otorgaría directamente a los trabajadores en
forma plena, por medio de venta, al contado o a crédito, o
la cesión por parte del Estado. Los trabajadores determinarían
autogestionadamente todo en la empresa, a través de sus órganos
democráticamente elegidos. Cogestionada
(entre el estado y los trabajadores) Para las empresas de
interés nacional o estratégico, con alto nivel tecnológico,
que demandan una enorme cantidad de recursos y personal
altamente especializado que solo puede ser aportado por el
presupuesto estatal o el capital extranjero. Pueden existir
varios tipos de empresas cogestionadas entre el estado y el
Colectivo de Trabajadores, donde toda la propiedad y la
administración podrían ser o no compartidas por el nivel
estatal correspondiente entregada parcial o totalmente en
usufructo o arriendo a los trabajadores, y funcionando sobre
los principios de la gestión colectiva democrática y la
repartición equitativa de una parte de las utilidades. Los
detalles específicos tendrían que valorarse casuísticamente
entre el colectivo de trabajadores y la parte estatal
responsable. El carácter compartido de la administración y
la propiedad entre el estado y los trabajadores, garantizarían
que no haya subestimación de los intereses de la nación o
el surgimiento de tendencias localistas o regionales
perjudiciales.
Todas estas formas de propiedad deben
verse en desarrollo y tenderían a integrarse en forma
territorial, sectorial o ramal, en uniones de cooperativas y
demás asociaciones, para formar agrupaciones mayores, más
potentes o integrales, según convenga y sea decidido democráticamente
por sus trabajadores y el nivel estatal correspondiente en
las empresas cogestionadas, hasta convertir todo en una gran
unión de asociaciones autogestionadas, debiendo quedar
estatuido que son indivisibles e invendibles, y su fusión o
unión con otras empresas quedar sujeta a leyes.
4-Admitir otras formas de
propiedad y producción en el socialismo
Por tratarse de una sociedad de tránsito
y existir fuerzas productivas de bajo nivel de desarrollo,
tendrán que coexistir otras formas pre-socialistas de
relaciones de producción, como la mercantil simple, de
bienes o servicios, incluidos los profesionales (médicos,
dentistas, abogados, arquitectos, publicistas, consultantes
económicos, artistas, etc.) en forma individual o familiar
y otras que la propia necesidad de la producción demande,
así como la inversión extrajera controlada,
preferiblemente indirecta y en forma mixta. El período de
tránsito necesita todo eso. El trabajo por cuenta propia
existe por necesidad natural y siendo privado no explota
trabajo ajeno ni permite la reproducción ampliada, se trata
de una forma individual-privada pero a la vez socializada y
autogestionaria de la producción y la apropiación. Su
tendencia natural mayoritaria en el socialismo deberá ser
al cooperativismo. Donde no hay explotación de trabajo
asalariado no hay capitalismo.
Todas las entidades y personas
productoras individuales de bienes o servicios pagarían
impuestos progresivos sobre sus utilidades, las que serían
de más fácil control mientras mayor sea el desarrollo de
la actividad bancaria y la generalización del dinero
virtual. Las instituciones públicas de salud, educación
(autonomía universitaria), cultura, recreación etc., que
se nutrirían tanto de los presupuestos nacionales o
municipales, como de los ingresos menores que puedan
generarse, funcionarían de forma autónoma en interés de
la nación y de todo el pueblo. La práctica irá precisando
los ajustes. La célula fundamental de la sociedad
socialista sería el centro laboral, alrededor del cual
giraría la vida de las comunidades: escuelas, círculos
infantiles y sociales y centros culturales, deportivos y de
recreación y otros.
5-Crear en todos los centros
laborales los Consejos Obreros
Para ejercer el control directo de
todas las decisiones: elección y/o ratificación de
dirigentes empresariales, planificación, gestión y control
democráticos de los planes de producción, costos, gastos e
inversiones y cambiar la forma de pago de salario por la
repartición equitativa de parte de las utilidades.
Este proceso debería ser encabezado
por el Partido y los sindicatos; pero la clase trabajadora
no puede esperar a que, por su propia iniciativa, el aparato
burocrático, hasta hoy mayoritariamente indeciso a discutir
siquiera cualquier avance en esta dirección, le profundice
su Revolución. La emancipación de los trabajadores es
obra de ellos mismos. Los trabajadores, los desposeídos
y la pobrecía integrados en el Partido, las organizaciones
de masas y el gobierno, son los llamados a encabezar la
socialización con sus propias acciones y propuestas en cada
centro, en cada lugar, a educar a estas instituciones y a
radicalizarlas. De los trabajadores hay que aprender, no
pretender "educarlos".
6-Aplicar nuevas concepciones de
Planificación, mercado y circulación monetaria
Para lograr la nueva formación económico-social
serán determinantes la unificación de la moneda, la
planificación democrática y transformar paulatinamente las
relaciones monetario-mercantiles y el mercado lucrativo por
un intercambio de valores equivalentes. Entre los graves
errores del "socialismo de estado" que buscó
–equívocamente- su realización en la esfera de la
distribución, estuvieron la excesiva centralización de la
planificación y el control absoluto del mercado interno.
La planificación democrática es
un proceso complejo y se concretará combinando los
intereses generales de la nación con los de las regiones,
las empresas, los individuos y la naturaleza, organizándola
por niveles, de acuerdo con los respectivos presupuestos
participativos aprobados en la nación, el municipio o la
entidad económica, a partir de los propios ingresos,
impuestos, asignaciones y créditos. Producción contra
contrato.
El mercado -que no es lo que
caracteriza al capitalismo, sino sus relaciones de producción-
es heredado por el socialismo y será necesario por un
tiempo indeterminado, pero con normas anti-monopolio que
eviten la especulación. Los controles estatales monopólicos
al mercado interno que existen en la actualidad, deberán
desaparecer y dar paso a la actividad mercantil, como una más
de servicios, pero sujeta a las formas de organización
cooperativas-autogestionarias socialistas. Mantener
centralmente el control de las licencias de exportación.
El dinero real, y cada vez más
virtual, seguirá sirviendo como medida del valor y medio de
pago mientras sea necesario, deberá avanzarse rápidamente
a la moneda única para lograr una verdadera integración y
armonía de la economía nacional y establecerse una
equivalencia, lo más real posible, en relación con las
monedas internacionales. Deben mantenerse los subsidios únicamente
a personas necesitadas.
7-Reconocer que el gobierno no
dirige la economía, sino que garantiza y ayuda a que
funcione mejor
Error grave del socialismo estatal ha
sido su pretensión de administrar y dirigir la economía y
sus leyes que existen al margen de los deseos humanos. No se
trata de "disminuir" el papel del estado en la
transición socialista, sino de hacerlo de una manera
distinta, más efectiva: en vez de ocuparse directamente de
administrar, su papel es viabilizar el desarrollo de las
relaciones de producción en concordancia con el avance
alcanzado por las fuerzas productivas, coadyuvar al mejor
funcionamiento de los mecanismos económicos
correspondientes como la planificación democrática, el
desarrollo armónico y proporcional de las ramas y las
regiones, la ejecución de los presupuestos participativos
aprobados en cada nivel estatal, prever y posibilitar el
desarrollo de sistemas inversionista de infraestructura,
transporte de todo tipo y comunicaciones, garantizar la
internacionalización e integración socialista con otros países
de economía similar y velar por el cumplimiento de las
leyes nacionales y los convenios por los inversionistas
extranjeros.
El estado viabilizaría y apoyaría
el desarrollo del sistema cooperativo-autogestionario
socialista en toda la economía, participaría en la
formulación de la legislación que regule su funcionamiento
y velaría por su cumplimiento. El gobierno se auxilia de su
política crediticia y de la actividad del Banco Central, a
su cargo, para ayudar al mejor funcionamiento de la economía.
El gobierno a cada nivel controla la
recaudación de impuestos para sus presupuestos
participativos aprobados democráticamente, de los cuales
dependerán las actividades necesariamente presupuestadas
como la salud, la educación, las Fuerzas Armadas,
infraestructura y otras. El estado en cada nivel dispondrá
de grupos (ministerios) de control metodológico,
planificación y desarrollo para viabilizar el desarrollo y
los intercambios internos y externos.
8-Enfocar la agricultura y la
seguridad alimentaria como asuntos de supervivencia
de la República y de la cultura cubana misma
El problema radica no solo en
repartir la tierra ociosa, sino en liberar a la producción
agropecuaria de los candados estatales sobre siembra,
acopio, precios, transporte y mercado. Sin apoyo estatal,
crediticio, en recursos, sin dar prioridad a los productos
nacionales y a la creación de uniones de cooperativas de
comercialización, nunca avanzaremos en la socialización.
Debe priorizarse la forma cooperativa y autogestionaria en
la agricultura. La tierra a repartir no puede ser fuente de
capitalismo y trabajo asalariado, sería retroceder en la
socialización. Todas las actuales inversiones en productos
agrícolas externos deben ser encaminadas a estimular la
producción interna, salvo lo que no pueda ser producido en
el país y tenga mercado garantizado.
Resolver este problema implica
consolidar la alianza obrero-campesina, recampesinar
el campo cubano con todas sus consecuencias y prestigiar el
trabajo agrícola individual y familiar. El guajiro es una
de las bases principales de la nación cubana. La tierra que
se reparta debe ser de la nación y deberá entregarse en
usufructo de por vida con retiro del mismo sólo en casos
extraordinarios de violaciones flagrantes de las leyes, por
abandono, mantenerla improductiva o por imperiosa necesidad
de la tierra para objeto social aprobado por Asamblea
Nacional del Popular y con derecho a indemnización. Hay que
estudiar otras medidas para estimular la permanencia en el
campo y la producción campesina. Por la necesidad urgente
de desarrollar la agricultura y dado el bajo nivel de
mecanización, puede permitirse el empleo del trabajo
asalariado a campesinos y cooperativas para momentos picos
de siembra y cosecha.
9-Realizar algunos cambios en la
estructura del Estado
La República democrática
revolucionaria directa de los trabajadores, es el tipo
de estado transitorio que más parece corresponder a los
anhelos actuales del pueblo cubano y que puede viabilizar la
realización del Socialismo Participativo y Democrático.
Por el apoyo popular y la solidez democrática de sus
estructuras sería el estado más fuerte posible. Su
esqueleto sería el del Poder Popular, pero pleno de
contenido participativo y democrático.
Todo el poder decisorio y legislativo
fundamental –constituyente- recaería totalmente en el
pueblo para los aspectos nacionales y municipales más
importantes que afecten a todos, los que deberán ser
sometidos a referendo.
Hacer real el poder del Poder
Popular, a cada nivel, dando pleno control de toda la
actividad en los municipios a las autoridades que deberán
ser elegidas en forma democrática y directa por el pueblo,
con el control sobre parte de los impuestos que se recauden
para la organización y realización de presupuestos autónomos
ajustados a las necesidades reales y concretas de cada
Municipio y Comunidad.
El aparato central estatal irá adecuándose
cada vez más a sus verdaderas funciones en el socialismo
participativo, quedando fundamentalmente para cuestiones de
gobierno, de derechos humanos, así como metodológicas, de
planeamiento social general y de control en las actividades
imprescindibles, como defensa, seguridad, relaciones
internacionales, comercio, orden interior nacional,
finanzas, sistema jurídico, medio ambiente y otras
necesarias a la práctica. El papel del Banco Central deberá
crecer, diversificarse, expandirse y modernizarse para poder
dar respuesta eficiente a las nuevas demandas y crédito y
fiscalizar su ejecución.
10-Perfeccionar el sistema democrático
de elecciones
Estudiar y aplicar formulas más
participativas, democráticas y directas en los procesos
electorales, en la estructura y en el funcionamiento del
gobierno.
11-Actualizar el código penal
De acuerdo con los recientes pactos
de derechos humanos (Civiles y Políticos, y Económicos,
Sociales y Culturales) firmados por el gobierno de Cuba.
Deberán revisarse cuanto antes las condenas excesivas a
detenidos por asuntos vinculados a cuestiones políticas. La
"ayuda" de gobiernos extranjeros dirigida a
subvertir el orden establecido en la Constitución, debería
ser declarada ilegal. Sería ilícita la propaganda que
defienda la explotación del ser humano en cualquiera de sus
formas y penada la que instigue cualquier tipo de violencia,
como estarían prohibidas y serían sancionadas las prácticas
racistas, fascistas y otras contrarias a la vida. A
partir de estos condicionamientos existiría libertad de
asociación y expresión. "Solo la opresión
debe temer el ejercicio pleno de las libertades"
dijo el apóstol. Especialmente se promoverá la defensa de
la naturaleza, la tierra y el medio ambiente y la integración
de los humanos al sistema ecológico y no su dominio. La
ciencia y la técnica no deben ser usadas para destruir la
naturaleza, sino para preservarla. La libertad, la igualdad
y la justicia social plenas son imposibles mientras el ser
humano no pase a ser un sujeto económico con plenos
derechos. Estas y las demás modificaciones necesarias a ley
fundamental y la electoral deben hacerse para acentuar el
espíritu socialista y martiano de la Constitución vigente
y someterse a referendo.
12-Perfeccionar el funcionamiento
del Partido, los Sindicatos y las organizaciones políticas
y de masas
Para representar los intereses de
toda la clase trabajadora y el pueblo, el Partido Comunista
debe ser el más democrático y admitir la existencia de
opiniones y tendencias diversas mientras todas defiendan el
poder de los trabajadores y el socialismo. De lo contrario
se imponen la falsa unanimidad, la división y la escisión.
El PC debe dirigir a través de sus miembros y no
institucionalmente, organizar sus finanzas y su
funcionamiento de forma también autogestionaria y se
estructuraría en un sistema donde la democracia siempre
prime sobre el centralismo, las asambleas decidan y los
elegidos ejecuten. No impone ni promueve candidatos. Los
sindicatos se organizarán para participar en la dirección
de los centros laborales para defender los intereses de los
trabajadores donde sea necesario. Las organizaciones políticas
y de masas funcionarán sobre el presupuesto que logren de
sus recaudaciones.
13-Prestar atención a las
siguientes cuestiones generales urgentes de la economía y
de la nación cubana
a- Esta plataforma se aplicaría
gradual pero firme y sistemáticamente.
b-Vincular estrechamente los centros
de estudios medios y superiores y de investigaciones científicas
a los centros de producción, validar social y económicamente
el trabajo del maestro, y hacer más realistas las reglas y
normativas del funcionamiento de los centros docentes.
c-Las concesiones a empresas
extranjeras en recursos de importancia estratégica, deben
ser, únicamente, después de comprobar su necesidad y la
incapacidad del país para asumirla y serían aprobadas por
la ANPP
d-Respetar la propiedad privada
personal y la decisión sobre la misma y consecuentemente
liberar la venta de objetos particulares incluidos autos y
viviendas y el alquiler de los mismos entre nacionales, así
como facilitarse el trabajo libre para jubilados y
discapacitados y liberar todo el trabajo por cuenta propia.
e-Facilitar la creación de
cooperativas de constructores que acometan la construcción
para empresas o particulares, y cooperativizar la gastronomía,
los servicios comunales y buena parte del transporte.
f-Urge una nueva ley migratoria que
elimine las absurdas medidas como el permiso de salida y la
carta de invitación, los problemas creados por las salidas
prolongadas, garantice el derechos a regresar, así como la
discriminación existente a profesionales de la medicina, el
deporte y otros. Eliminar el asedio a jóvenes, negros,
personas del interior y demás cubanos, sin motivos
justificados, así como el decreto 217 que limita el
movimiento y el asentamiento de los cubanos en el territorio
nacional.
g-Para el socialismo moderno es vital
el desarrollo de las nuevas tecnologías de la informatización.
Habrá que priorizar las comunicaciones, la computación, así
como intranet e Internet con plano acceso, pues son
imprescindibles para la planificación democrática, el
intercambio de equivalentes y la realización de la
verdadera democracia participativa.
h-Antes de emprender una nueva ley de
seguridad social que extienda la edad de jubilación; para
resolver el problema poblacional, es preciso estimular económicamente
primero a los jóvenes a que trabajen, se queden en el país
y procreen; resolver los problemas actuales de estimulación
a la productividad, el desempleo y subempleo reales, los
desequilibrados ingresos y la doble circulación monetaria.
Hay que enfrentar esto en la raíz, no en los efectos.
i-Cualquier proyecto socialista debe
contemplar el reconocimiento a las generaciones que
iniciaron, desarrollaron y han traído hasta aquí a la
Revolución. La Asociación de Combatientes de la Revolución
Cubana debe contribuir decisivamente a este propósito.
Si eventuales mejoras futuras en
nuestro sistema de vida, tuviéramos que asociarlas
primordialmente al levantamiento del bloqueo y no a las
transformaciones socialistas que realicemos nosotros mismos,
se estaría entregando Cuba en bandeja a su enemigo histórico,
por un miserable plato de lentejas.
La dirección del país debe entender
que somos un pueblo culto gracias a la Revolución y que su
misión no es imponerle paradigmas, sino asumir sus
intereses y convertirlos en políticas y en leyes: Mandar
obedeciendo. Solo así es posible cambiar lo que deba
ser cambiado y garantizar el avance socialista. La
continuidad está en el cambio.
La Habana, 16 agosto de 2008, 83
Aniversario de la Fundación del Partido Comunista de Cuba y
57 de la muerte de Eduardo Chibás, líder del Partido
Ortodoxo.
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