Centroamérica
Del modelo exportador a la crisis mundial
Por Víctor
Artavia Quirós, PST (Costa Rica)
Para
Socialismo o Barbarie, 08/08/08
“Y yo me pregunto: ¿para qué queremos automóviles si
todavía andamos descalzos?, ¿Para qué queremos
refrigeradores si no tenemos alimentos que meter dentro de
ellos?, ¿Para qué queremos tanques y armamentos si no
tenemos suficientes escuelas para nuestros hijos?”
(Cantinflas,
“Su Excelencia”, 1967)
A modo de prólogo
Centroamérica,
al igual que el resto del subcontinente latinoamericano, se
caracteriza por mantener una profunda relación de vinculación/sumisión
comercial y política con el imperialismo estadounidense.
Pero debido a toda una serie de particularidades históricas
del istmo, entre las cuales tenemos que resaltar su marginal
pasado colonial y posterior fragmentación político/estatal,
han conllevado a que esta región sea la más claramente
sometida a los designios del coloso del Norte.
Por
ello resultaba apropiado el antiguo calificativo de Banana
Republics, en alusión al impresionante poder económico
y político que mantenían las empresas bananeras
estadounidenses sobre los gobiernos del área a inicios del
siglo XX. Actualmente la industria agroexportadora
juega un rol secundario en las economías
centroamericanas, pero persiste el dominio de las grandes
transnacionales estadounidenses, ahora bajo la forma de
maquilas (textiles y de alta tecnología) y en el sector
servicios (principalmente turismo y en la banca).
Más
allá de que sean las bananeras, los bancos o maquilas
transnacionales las que prevalezcan, lo que queremos
resaltar es el hecho de que toda la actividad productiva del
área ha estado y está en función de los intereses de
la potencia hegemónica de turno. Esto ha hecho
de Centroamérica una zona profundamente susceptible a los
vaivenes del mercado internacional; su estructura
capitalista resulta atroz y no sería falso argüir que se
encuentra en un permanente estado de crisis.
Para
muestra un botón: entre el 2002 y el 2004, cerca de 2.5
millones de personas en el istmo fueron víctimas de la
subnutrición ¡La crisis alimentaria inició en Centroamérica
seis años antes de que empezaran a subir abruptamente los
precios de los granos a nivel mundial!
Esta
peculiar característica nos exige enfocar de manera
estructural e histórica las causas de la actual crisis económica
y alimentaria en Centroamérica. Sólo de esta forma es
posible que las y los socialistas revolucionarios nos
ubiquemos correctamente frente a estas problemáticas,
sobrepasando la simple y confortable visión de importantes
sectores de la “izquierda latinoamericana” de limitar la
actual crisis al neoliberalismo en abstracto y a otros fenómenos
de carácter coyuntural.
Por
este motivo, en la primera parte del presente artículo
analizaremos el proceso de reconversión productiva
implementado en las últimas décadas en Centroamérica,
además de puntualizar algunas de sus principales características
en la actualidad.
Posteriormente,
pasaremos a examinar la situación económica y política de
la región en el marco de la recesión económica
estadounidense y la crisis alimentaria mundial.
I
PARTE:
Raíces
y perfil del actual capitalismo Centroamericano
Durante
los años setenta, Centroamérica en su conjunto estuvo
sumida en un fuerte proceso revolucionario. La denominada revolución
centroamericana presentó diferentes matices o grados de
profundidad en cada país, teniendo como vanguardia a los
casos de Guatemala, Nicaragua y El Salvador, mientras que
Honduras y Costa Rica estuvieron en un segundo plano.
El
punto más álgido de la revolución centroamericana, se
produjo con el triunfo del Frente Sandinista (FSLN) en 1979
en Nicaragua, lo que vino seguido de una intensificación de
la guerra civil salvadoreña, en la que por poco el Frente
Farabundo Martí (FMLN) se hace del poder a inicios de los
ochenta. Antes esta situación, el imperialismo
norteamericano intensificó su presencia militar y política
en la región, particularmente durante el mandato Reagan.
Esto
se tradujo en la aplicación de la llamada reacción
democrática, la cual conllevó a un desmantelamiento de
los procesos revolucionarios en el área. Ésta se aplicó
por dos vías:
1)
un apoyo militar a los ejércitos
centroamericanos y a la Contra–insurgencia nicaragüense
(principalmente desde territorio hondureño) y
2)
un vendaval ideológico en torno a las
“mieles” de la democracia burguesa, utilizando la
ficticia prosperidad costarricense como ejemplo.
De
esta manera, el imperialismo en alianza con las burguesías
locales,
desgastó militarmente a los aparatos guerrilleros y masacró
a lo mejor de las vanguardias centroamericanas, y por otro
lado, allanó el terreno para incorporar a las debilitadas
guerrillas a la política electoral. Desde este instante,
la región se tornó en una opción segura para
desarrollar los negocios de las transnacionales
imperialistas.
En
este contexto, Centroamérica dio lo primeros pasos en su reconversión
productiva, que a la postre la terminó transformado en
un verdadero enclave anexo al imperialismo norteamericano.
En el siguiente apartado pasaremos a explicar en qué
consistió dicha reconversión y el perfil de las actuales
economías centroamericanas.
a)
El Consenso de Washington y la reconversión productiva en
Latinoamérica
Como
parte de la ofensiva imperialista para profundizar la
dominación sobre las economías latinoamericanas, en la década
de los noventas se impulsó el Consenso de Washington.
Este consistió en diez postulados del neoliberalismo, a
partir de los cuales las oligarquías y sus tecnócratas a
sueldo aplicaron la agenda neoliberal en sus respectivos países.
En
un marco más general, el Consenso de Washington hizo parte
de una progresiva reconfiguración de la división
internacional del trabajo, por medio de la cual los países
imperialistas han profundizado su dominio sobre las naciones
semicoloniales.
Pero
además significó una respuesta ante la sistemática caída
en la tasa de ganancia desde los años sesenta, ante lo
cual los imperialistas lanzaron una ofensiva contra las
principales conquistas de la clase obrera, precarizando sus
condiciones de vida y trabajo.
La
entrada inicial de Latinoamérica a este nuevo escenario
mundial tuvo un enorme costo: el desmantelamiento de las
principales empresas estatales, muchas de las cuales
fueron “vendidas” (mejor dicho regaladas) a poderosos
grupos transnacionales. Pero ante todo, la región en su
conjunto fue sometida a una reconversión productiva, la que
dio origen al modelo de exportaciones latinoamericano.
Dicho
modelo se materializó de diferentes maneras según cada
región y sus particularidades naturales y sociales. Más
exactamente, la reconversión productiva latinoamericana
tuvo dos variantes:
1) la
variante del Cono Sur, caracterizada por un desarrollo
de las exportaciones de “commodities”, tales como
recursos energéticos y materias primas, y
2) la
variante Mesoamericana, que se enfocó en la
“diversificación productiva” y la elaboración de
mercancías con alta concentración de trabajo en
condiciones precarias (manufacturas).
En este
sentido apuntan las más recientes investigaciones de la
CEPAL, especialmente en la publicación “La
transformación productiva 20 años después…”,
donde se explica la reconversión productiva latinoamericana
de la siguiente manera:
“…México
y en menor medida Centroamérica, mediante regímenes
especiales de importación y manufactura para la exportación,
han logrado una transformación radical de bienes primarios
a productos manufacturados de media y alta tecnología. Por
otra parte, el Caribe, el resto del Mercosur, los países
andinos (sobre todo Ecuador y República Bolivariana de
Venezuela) y Chile se ha producido un estancamiento en el
contenido tecnológico de los productos exportados. Ello se
debe en gran parte a la bonanza de los precios de los
productos básicos exportados por estos países, que ha
redundado en un aumento de su importancia en la canasta
exportadora. En un plano intermedio se encuentran Argentina
y Brasil, cuyas exportaciones de bienes primarios se
redujeron proporcionalmente en relación con la mayor
participación de los productos de tecnología media.”
(www.eclac.org/publicaciones/xml/7/33277/capituloII_2008-117-SES.32-Latransformacion-
WEB_OK.pdf, Pág. 99–100)
¿A qué
obedecen estas variantes de la reconversión productiva
latinoamericana? Tal y como señalamos líneas atrás, éstas
responden en primer lugar a una reconfiguración de la
división internacional del trabajo, pero a la vez están
ligadas a las particularidades naturales y sociales de cada
región.
Para el
caso de la variante del Cono Sur, el contar con grandes
yacimientos petrolíferos y de gas natural, además de
inmensas y fértiles extensiones de tierras, lo convirtieron
en el lugar propicio para la implementación de un modelo
exportador de commodities, sustentado en la producción de
hidrocarburos y granos como la soya.
Esto
puede explicar algunos de los principales conflictos políticos
de la región en los últimos años, los cuales (con
diferentes matices y profundidades) han consistido en pugnas
interburguesas por el control de las ganancias de la
producción petrolera y de la agroindustria. Dentro de
ellos, podemos ubicar el reciente “lock out patronal” en
Argentina por la renta de las exportaciones de soya, o las
disputas entre el gobierno de Evo Morales y los Prefectos en
Bolivia por el control de los recursos energéticos.
En el
caso de la variante Mesoamericana, ésta responde a las
condiciones de miseria extrema de importantes segmentos de
la población y por ende, a los ínfimos salarios que se
pagan en la zona. A partir de esto, el imperialismo y los
gobiernos de turno se encargaron de implementar un modelo
productivo que combinara cierto nivel de industrialización
con una mano de obra intensiva y mal remunerada.
Esta
variante encaja a la perfección dentro de la llamada tercerización
laboral en el extranjero, por medio de la cual el
imperialismo ha reducido sus costos de producción y
ampliado su obtención de plusvalor. Esto se logra mediante
la instalación directa de las transnacionales imperialistas
en las naciones semicoloniales, aprovechando la ínfima
remuneración de la fuerza de trabajo e inexistentes garantías
laborales.
En el ámbito
político, este modelo productivo conllevó a un recambio de
los grupos de poder en el istmo centroamericano, donde
por primera vez en su historia las élites gobernantes no
eran representantes de sectores agroexportadores, y además,
pasaron a ser socios menores de los consorcios
imperialistas:
“…la
mayoría de estos grupos ya no tienen como sus ejes
principales de acumulación la agricultura tradicional de
exportación y la industria tradicional, como sucedía en
los años 60 y 70…Ahora, sus principales intereses económicos
se encuentran en los nuevos sectores dinámicos: servicios,
exportaciones no tradicionales –incluyendo la maquila–,
turismo y comercio… Todo esto, a la vez que ha aumentado
su influencia en el ámbito regional, les ha permitido
establecer alianzas estratégicas con las empresas
transnacionales para operar juntos en los diferentes países,
aunque en la mayoría de los casos, desde una posición
subordinada”
(www.envio.org.ni/articulo/3456)
Más allá
de las diferencias superficiales en cuanto al tipo de
productos que exportan los países latinoamericanos, lo
cierto del caso es que la reconversión productiva ha
significado un mayor sometimiento de nuestros países al
imperialismo norteamericano. Esto resultaba mucho más
evidente en la década de los noventa, cuando no existía en
la región un solo gobierno que resultara disonante a la
agenda neoliberal impulsada desde Washington.
Pero de
manera contradictoria, lo que inicialmente era un aspecto
secundario terminó convirtiéndose en un elemento de primer
orden. Con esto queremos decir lo siguiente: en el marco de
un creciente descontento hacia los efectos nocivos para las
y los trabajadores de la agenda neoliberal, el cual se ha
visto reflejado en importantes rebeliones populares,
y de un incremento meteórico en los precios de las
principales materias primas que produce el Cono Sur, han
surgido varios gobiernos “progresistas”, los
cuales hacen de mediadores entre las rebeliones
populares y el gran capital.
Así, la
combinación de una base política (las rebeliones
populares) y otra de índole económica (las
ganancias por petróleo y granos), han permitido que en el
Cono Sur surgiera una variante “moderna” de nacionalismo
burgués, la cual puede darse el lujo de mostrarse
“independiente” del imperialismo. Hugo Chávez y Evo
Morales son los mejores exponentes de este tipo de
gobiernos.
Muy
diferente es lo que ocurre en Centroamérica, puesto que de
entrada es preciso indicar que no existen burguesías
nacionales centroamericanas, al menos desde una concepción
clásica.
Tal y
como señalamos líneas atrás, el rol de las oligarquías
locales consiste en ser simples administradores y socios
menores de las transnacionales estadounidenses, lo cual les
imposibilita impulsar un proyecto político que contradiga
los intereses del imperialismo norteamericano. Esto se ha
manifestado en la conformación de gobiernos totalmente
dependientes del imperialismo norteamericano, en muchas
ocasiones rayando en un empachoso servilismo.
b)
El modelo exportador centroamericano
En
términos generales, podemos describir este modelo
productivo como la conformación de economías sustentadas
en la producción de mercancías suntuarias o secundarias
para el primer mundo, lo que implica una total dependencia
de esos mercados para la subsistencia económica de la región.
Así,
la generación de fuentes de trabajo está ligada
esencialmente a la instalación de maquilas transnacionales,
además de que la producción industrial y agrícola están
en estricta función de satisfacer las demandas de consumo
de los principales mercados internacionales, dejando de lado
las necesidades locales.
Este
modelo de exportaciones manufactureras se ha desarrollado de
manera desigual en los diferentes países centroamericanos.
A pesar de esto, todas las economías del área han ido
tomando un perfil en común, caracterizado por el cada vez
mayor peso de las transnacionales (sector turismo,
financiero y maquilas) dentro de su PIB y una significativa
contracción de la producción agrícola.
En
el siguiente cuadro se puede apreciar como disminuyó de
manera significativa el PIB agrícola centroamericano en los
últimos cincuenta años:
Cuadro
No. 1
Participación
porcentual del Sector Agrícola
en
el PIB Centroamericano
|
1950
|
34,7%
|
1970
|
23,3%
|
1990
|
23%
|
2001
|
17,5%
|
Fuente: Revista de América n° 2, SECA (abril del
2004)
Tal y
como se puede apreciar, el PIB agrícola de la región se
contrajo alrededor de un 50% en el último medio siglo. Pero
lo más relevante es que la producción agrícola actual
es incapaz de satisfacer los requerimientos de granos básicos
del istmo. Los siguientes datos dan cuenta de ello:
“En
Centroamérica hay disponibilidad de granos básicos, pero
de promedio para el período 2001–2005, del total de maíz
disponible en la región solamente el 59% se produjo
localmente, el resto fueron importaciones; en el caso del
frijol la producción regional fue del 85% y para el arroz
el 60%... en Centroamérica hay disponibilidad de granos básicos
pero un porcentaje significativo depende de las importaciones.”
(www.pesacentroamerica.org/noticias_ca/alza.pdf)
Esencialmente,
esto se debe a que por un lado la agricultura regional se ha
enfocado a la cosecha de “postres” y productos
ornamentales, mientras que por otro, los Estados Unidos han
abastecido a la región de los granos básicos que producen
de manera subsidiada y en cantidades abrumadoras. Esto se
comprueba al revisar las listas de bienes exportables de los
países centroamericanos, donde sus principales productos
agropecuarios son el café, banano, maní, azúcar,
follajes, etc.
Complementariamente
a esta disminución de la producción agrícola, durante las
últimas décadas Centroamérica experimentó un rápido
aceleramiento de la “maquilización”. Por ejemplo, en
1990 eran sólo 85 las maquilas textiles instaladas en la
región, mientras que para el 2001 esa cantidad ascendía a
las 1092 empresas: un incremento del 1285% en 12 años.
El siguiente cuadro nos da una mejor panorámica de este
proceso desde una perspectiva “país por país”:
Cuadro
No. 2
Características
de las zonas francas en Centroamérica
|
|
#
de Empresas
|
#
de Empleos
(miles)
|
Exportaciones
(millones)
|
Valor
agregado
|
Año
|
1990
|
2001
|
1990
|
2001
|
1990
|
2001
|
|
Honduras
|
24
|
212
|
9
|
109
|
n.d.
|
n.d.
|
552
|
Guatemala
|
n.d.
|
267
|
n.d.
|
87
|
n.d.
|
n.d.
|
285
|
El
Salvador
|
n.d.
|
339
|
n.d.
|
86
|
81
|
1652
|
462
|
Nicaragua
|
5
|
45
|
1
|
37
|
3
|
296
|
114
|
Costa
Rica
|
56
|
229
|
7
|
35
|
94
|
2378
|
1019
|
Total
|
85
|
1092
|
17
|
354
|
231
|
5162
|
4431
|
Fuente: Revista Actualidad Económica, número
25, 21 de agosto al 3 de setiembre
Aunque
este sector ha sido golpeado por la entrada “triunfante”
de China al mercado textil mundial, aún continúa
manteniendo una importante cuota de participación en las
economías del área.
Pero
este modelo de exportaciones es de doble vía, o lo que es
lo mismo, a la vez se sustenta en las importaciones y la
Inversión Extrajera Directa estadounidense. Esto conlleva a
que las tasas de inflación del área sean presionadas por
los precios del mercado mundial, por lo que un aumento en
los mismos equivale a importar “inflación”.
Seguidamente,
pasaremos a analizar algunas de las principales características
del modelo en la actualidad.
c)
Características generales de las actuales economías
centroamericanas
La
reconversión productiva y sus secuelas directas sobre las
economías del área, generaron que Centroamérica se
transformara en la región más abierta del continente,
acumulando un total de 21 tratados comerciales con 8 socios
extraterritoriales.
Según el coeficiente de apertura,
las economías centroamericanas presentan los siguientes
porcentajes:
Cuadro
No. 3
Coeficiente
de apertura de los países centroamericanos
|
País
|
Coeficiente
de apertura
|
Costa
Rica
|
89
|
Honduras
|
80
|
Nicaragua
|
75
|
El
Salvador
|
61
|
Guatemala
|
51
|
Fuente: Semanario El Financiero, n° 642 (12–17
noviembre, 2007)
De
la tabla anterior, podemos apuntar dos elementos
principales: a) Costa Rica y Honduras, países que fueron
epicentros de la mencionada reacción democrática (el
primero en el plano ideológico y el segundo en el militar),
son las economías con mayor apertura respectivamente, y b)
mientras que el resto de países en los cuales hubo guerras
civiles (Nicaragua, El Salvador y Guatemala) presentan un
menor coeficiente de apertura.
En
cuanto a la firma de TLCs, Costa Rica encabeza la lista con
6, le siguen El Salvador, Nicaragua y Guatemala con 4, y
finalmente está Honduras con 3. Pero sin duda alguna, el
principal tratado comercial es el CAFTA (TLC con los
Estados Unidos), puesto que viene a culminar el proceso de
reconversión productiva de la zona, creando un contrato
político entre el imperialismo estadounidense y las
sumisas oligarquías exportadoras centroamericanas.
En términos
generales, podríamos sintetizar que el modelo de
exportaciones devino en siete características regionales:
1.
Fuerte
dependencia de las exportaciones, principalmente hacia el
mercado estadounidense:
El
grueso de las exportaciones centroamericanas tiene como
destino el mercado estadounidense. Esto se constata fácilmente
al observar los datos del peso de las exportaciones
centroamericanas hacia los Estados Unidos con relación al
PIB nominal de cada país en el 2007.
Cuadro
No. 4
Importancia
relativa de las exportaciones centroamericanas al
mercado estadounidense
|
|
PIB
nominal
Millones
de dólares
|
Exportaciones
hacia los EUA
%
con relación al PIB
|
Exportaciones
totales
%
con relación al PIB
|
Costa
Rica
|
22.842
|
17,0
|
66,5
|
El
Salvador
|
20.234
|
9,6
|
20,1
|
Guatemala
|
33.320
|
9,2
|
22,8
|
Honduras
|
10.059
|
37,0
|
53,8
|
Nicaragua
|
5.675
|
25,7
|
42,7
|
Fuente: Fondo
Monetario Internacional, Perspectivas de la Economía
Mundial (PEM), octubre 2007; FMI, Direction of Trade
Statistics (DOTS); Bureau of Economic Análisis (BEA),
National Economic Accounts.
El
caso de Costa Rica es importante de analizar, puesto que
nominalmente sus exportaciones hacia los Estados Unidos no
son tan significativas como se esperaría. Esto se explica
por el alto valor agregado de las exportaciones
costarricenses, lo que le ha facilitado finiquitar Tratados
Comerciales con más países y ser el principal exportador
del área hacia la Unión Europea. Así, sus exportaciones
tienen una cuota preponderante dentro su PIB nominal
(66,5%), y además por la naturaleza de las mismas, le ha
sido posible diversificar sus mercados de exportación.
Contraria
es la condición de Honduras y Nicaragua, puesto que el
grueso de sus exportaciones son orientadas al mercado
norteamericano. Según los datos presentados en el cuadro
no. 4, un 37% de las exportaciones hondureñas y 25,7% de
las nicaragüenses son absorbidas por este mercado. Sin duda
alguna, esto debe interpretarse como fruto de una conjugación
de su gran apertura comercial y a la vez de sus productos
con poco valor agregado. Por estos motivos, sus opciones de
vinculación comercial con otros mercados son mucho más
restringidas.
Para
el caso de El Salvador y Guatemala, tanto las exportaciones
totales así como las destinadas a los Estados Unidos,
representan alrededor de una quinta parte de su PIB nominal.
Esto se debe a su menor coeficiente de apertura comercial
(61 y 51 respectivamente), y por el cada vez mayor peso de
las remesas en ambas economías, especialmente la salvadoreña.
Además, para el caso guatemalteco su economía todavía
mantiene una fuerte orientación “hacia adentro”, debido
a un relativamente amplio y dinámico mercado interno.
Antes
de finalizar este acápite no queremos dejar de lado otro
elemento central sobre el modelo de exportaciones en
Centroamérica: todas las economías presentan una
balanza comercial negativa. Ni Costa Rica, el “pequeño
gran exportador”,
logra romper con esta tendencia regional.
Cuadro
No. 5
Importaciones
y Exportaciones de cada país centroamericano
2006–2007
En
millones de dólares
|
|
2006
|
2007
|
|
Exportaciones
|
Importaciones
|
Balanza
comercial
|
Exportaciones
|
Importaciones
|
Balanza
comercial
|
Costa
Rica
|
11.023
|
12.426
|
–1.403
|
12.515
|
13.518
|
–1.003
|
El
Salvador
|
5.070
|
8.741
|
–3.671
|
5409
|
9650
|
–4.241
|
Guatemala
|
7.420
|
12.750
|
–5.330
|
8.561
|
14.425
|
–5.864
|
Honduras
|
3.753
|
6.206
|
–2.453
|
4.088
|
7.424
|
–3.336
|
Nicaragua
|
2.319
|
3.905
|
–1.586
|
2.567
|
4.262
|
–1.695
|
Fuente:
CEPAL
Visto
así, el gran ganador de todo este proceso es el
imperialismo norteamericano, puesto que sus corporaciones
producen al mínimo costo y consiguen productos suntuarios y
secundarios a un bajo precio, y a la vez tienen en la zona a
un “consumidor compulsivo” de sus excedentes
productivos.
2.
La especialización en la producción de bienes
suntuarios o secundarios:
Ligado
al punto anterior, es preciso señalar el carácter de las
exportaciones de la región. En general, el conjunto de los
bienes exportables del istmo son productos suntuarios o
secundarios; no satisfacen ninguna necesidad vital y su
consumo responde a los antojos o caprichos de algunos
mercados. Por ello, en casos de estrechez o crisis económica,
figuran entre las primeras opciones por descartar.
Esto
se constata al desglosar país por país los principales
productos exportables de la región en el 2007, según la
información brindada por el Banco Centroamericano de
Integración Económica (BCIE). Veamos.
Guatemala:
entre
sus principales exportaciones estuvieron el café, te, mate
y especias (10,32%), las frutas y nueces comestibles (15,1%)
y la maquila de vestuario (47,9%).
Honduras:
sus exportaciones tuvieron un fuerte crecimiento por la
maquila de vestuario (65,6%) y la maquinaria, equipo eléctrico
y partes de los mismos (10,3%). También las exportaciones
de frutas y nueces comestibles fueron significativas
(4,43%).
El
Salvador: el
grueso de sus exportaciones se debieron al café, te, mate y
especias (4,5%), bebidas, licores fuertes y vinagre (7,9%) y
maquila de vestuario (72,7%). Otro rubro importante fue la
exportación de servicios.
Costa
Rica: a
diferencia del resto de países centroamericanos, la maquila
de vestuario tiene un peso menor en las exportaciones
(10,8%), las frutas y nueces comestibles han tenido un
desarrollo importante (18,6%), al igual que los instrumentos
y aparatos varios, y sus partes y accesorios (16,6%).
Nicaragua:
sus
ventas más dinámicas fueron por la maquila de vestuario
(60,2%), la maquinaria, equipo eléctrico y partes de los
mismos (10,3%) y pescados, crustáceos y moluscos (5,6%).
Conclusión:
el
grueso de los bienes exportables del istmo presentan dos
características elementales: a) salvo el caso de Costa
Rica, los productos industriales o manufacturados se
particularizan por ser de segundo orden, y b) los que son
comestibles tienen como principal aplicación la elaboración
de platillos exóticos, postres, ensaladas y bebidas
espirituosas.
3.
Fuerte peso de la Inversión Extranjera Directa (IED):
Con
relación a la Inversión Extranjera Directa (IED), en términos
generales muestra un fuerte crecimiento, particularmente
debido a la expansión del sector servicios en la región.
Según datos de la CEPAL, la IED en el 2006 creció
alrededor de un 70% con relación al año anterior, mientras
que para el 2007 aumentó aproximadamente un 59%, lo que en
términos absolutos representó $2.104 millones.
Cuadro
No. 6
Inversión
Extranjera Directa en Centroamérica
En
millones de dólares
|
|
2006
|
2007
|
Variación
%
|
Costa
Rica
|
1.469
|
1.889
|
29
|
El
Salvador
|
219
|
1.526
|
597
|
Guatemala
|
354
|
536
|
51
|
Honduras
|
674
|
816
|
21
|
Nicaragua
|
282
|
335
|
19
|
Total
|
2.998
|
5.102
|
58,7
|
Fuente: CEPAL
De este
cuadro resulta claro que Costa Rica absorbe el grueso de la
IED del istmo, más exactamente, alrededor de un 37%. Esto
puede explicarse por el tipo de industrias que se han
instalado en este país, muchas de las cuales utilizan alta
tecnología, tales como INTEL, empresas de equipos médicos,
calls center y por el turismo (principalmente las cadenas
hoteleras y los residenciales para extranjeros). Los $1.889
millones de IED representaron poco más de un 7% del PIB
tico.
En El
Salvador la IED ha evolucionado significativamente en el último
año debido a la venta de tres de sus principales bancos
privados a conglomerados extranjeros. Al respecto, la
ratificación del TLC con los Estados Unidos ha jugado un
papel importante, puesto que generó una mejor regulación
de la propiedad según los intereses de las transnacionales.
Así, los sectores agropecuarios, manufacturero y servicios
tuvieron un mayor dinamismo para el 2007.
Según
los datos que proporciona la Agencia de Promoción de
Inversiones de El Salvador (Proesa), en el 2007 la IED generó
alrededor de 26.408 puestos de trabajo, esencialmente por el
desarrollo de nuevos sectores productivos, como los calls
center, servicios de banca privada, textiles y otros.
La misma
tendencia la podemos encontrar en Honduras, donde en el período
2004–2007 la IED se ha duplicado, llegando a los $816
millones en el último año. Este aumento obedece a un
crecimiento de los sectores de la construcción (por el
turismo) y las telecomunicaciones.
En
Guatemala la IED tuvo un cuantioso desarrollo en el 2007.
Esto fue consecuencia del dinamismo de su mercado interno,
particularmente en los sectores de la construcción,
transporte y comunicaciones, en los cuales el crecimiento
rondó el 15%.
Por su
parte, Nicaragua presenta un menor crecimiento de la IED, la
cual del año 2000 al 2007 tan sólo se incrementó en $68,8
millones, alcanzando los $335,3. Consideramos que esto
obedece a la inestabilidad política del país,
especialmente por el papel de oposición y ahora de gobierno
que tiene el Frente Sandinista, que más allá de su plena
conversión en un partido burgués, no es de la entera
confianza de las transnacionales imperialistas.
Además,
la poca calificación de su mano de obra no resulta
atractiva para muchas empresas. De hecho, mucha de la IED
son maquilas que se han trasladado de Guatemala y El
Salvador por los bajos salarios que tiene el país pinolero.
4. Una industria turística de grandes magnitudes:
Aunque
un cuantioso segmento del turismo hace parte de la IED y
otro tanto se incluye como exportaciones, por su magnitud es
necesario referirse a éste de manera específica. La zona
en su conjunto está siendo promovida como un gran centro
vacacional, al grado de que es la región con mayor
crecimiento turístico del continente. Según la
Organización Mundial del Turismo, mientras la media mundial
para el crecimiento del sector es del 6%, para Centroamérica
es del 10%.
En
el siguiente cuadro se puede apreciar claramente los enormes
dividendos que genera esta actividad, muchos de los cuales
son acaparados por las corporaciones transnacionales que
cuentan con grandes complejos hoteleros.
Cuadro
No. 7
Cantidad
de turistas e ingresos por país
|
|
Número
de turistas
|
Ingresos
por turismo
Millones
de dólares
|
Costa
Rica
|
1.928.890
|
$1921,6
|
Guatemala
|
1.627.552
|
$1200
|
El
Salvador
|
1.207.821
|
$841.164
|
Nicaragua
|
978.333
|
ND
|
Honduras
|
795.618
|
$524,7
|
Fuente: http://cata.visitcentroamerica.com/content/view/93/144
Aunque
las burguesías centroamericanas y sus respectivos
ministerios de turismo se esmeran en presentar a esta
industria como una opción positiva para el desarrollo económico,
realmente son incontables la gran cantidad de problemáticas
sociales que contrae esta actividad económica. Es imposible
desligar al turismo de problemáticas como el trasiego de
drogas, la contaminación del medio ambiente y la explotación
sexual.
Por
ejemplo, según las estadísticas que manejan algunas ONG,
aproximadamente un 20% de la explotación sexual en el área
está directamente relacionada con el turismo y la
conformación de redes extranjeras que lo promueven.
5.
Las
remesas son un sostén de las economías del istmo:
Éstas
son fruto del masivo exilio económico de miles de
hombres y mujeres centroamericanas, por lo que no sería
falso argumentar que uno de los principales productos de
exportación de la región es su propia gente. Más que
una peculiaridad de algunas economías de la zona, las
migraciones deben interpretarse como un componente
estructural del modelo exportador centroamericano, las
cuales vienen a “enmendar” parcialmente algunas de las
principales falencias del mismo:
“Las
migraciones de centroamericanos hacia Estados Unidos han
generado una nueva fuente de divisas, las remesas
familiares, que hasta hoy han permitido superar la restricción
externa al crecimiento y han contribuido a preservar la
estabilidad financiera y cambiaria. Y como las remesas
representan un excedente económico adicional…constituyen
uno de los principales instrumentos redistributivos con que
cuenta el modelo, contribuyendo de esta manera a la reducción
de la pobreza.”
(www.envio.org.ni/articulo/3456#arriba)
De
acuerdo a esta cita, las migraciones y la consecuente
entrada de remesas, además de dinamizar el consumo interno
en las economías centroamericanas, a la vez son un elemento
estabilizador por su efecto “descompresor”. En parte,
esto explica el hecho de que países con tan altos niveles
de pobreza mantengan una
relativa estabilidad política.
Otro
efecto descompresor de las migraciones se produce en el ámbito
del empleo, donde el exilio económico permite maquillar los
índices de desocupación:
“en
el nuevo modelo el ajuste del mercado laboral se realiza
principalmente mediante la salida de trabajadores hacia el
exterior y no a través del aumento del desempleo.”(www.envio.org.ni/articulo/3456#arriba)
Honduras
es el ejemplo más claro al respecto. En este país la
pobreza afecta a un 60% de la población y el subempleo
urbano es de un 25%, por lo que la migración es una
“necesidad vital” para miles de familias catrachas. Por
este motivo, se estima que alrededor de un millón de
hondureñas y hondureños viven en el exterior, lo que
ha devenido en una fuerte entrada de remesas para la economía.
Solo
para darse una ligera idea del peso de las remesas en su
economía, basta con señalar que según los datos que
brindan la CEPAL y los principales periódicos hondureños,
para el 2006 éstas representaron un 26% del PIB de dicha
nación y en el 2007 crecieron un 12%, para contabilizar un
total de $2.640 millones en términos absolutos. Esta
cantidad dista enormemente de los $748 millones del año
2000.
Otro
caso ilustrativo es El Salvador. Se calcula que alrededor de
2,5 millones de salvadoreños viven en los Estado Unidos
y el desempleo urbano fue de un 5,7% en el 2006, por lo que
las remesas se han convertido en un importante rubro económico,
representando aproximadamente un 18,7% del PIB.
En
el caso de Guatemala, las remesas se han incrementado de
manera significativa, y para inicios del 2007 representaron
un 12,5% del PIB. En términos absolutos este porcentaje
equivalió a $4.200 millones. Éstas representan un alivio
para miles de familias chapinas, puesto que mientras que en
el 2007 el costo de la canasta básica diaria era de 55,1
quetzales, los salarios mínimos oscilaron entre los 44 y 45
quetzales. Se estima que alrededor de 1,3 millones de
guatemaltecos han emigrado a los Estados Unidos.
Muy
similar es la situación en Nicaragua, donde el 43% de la
población vive bajo la pobreza y el 16% en
condiciones de extrema pobreza. Por este motivo, la
migración y la consecuente entrada de remesas han tomado un
papel cada vez más protagónico en la economía. Sólo para
el 2006, éstas alcanzaron la suma de $717 millones, un 20%
más que en el 2005.
En el
caso de Costa Rica las remesas no tienen un peso tan marcado
en su economía, pero si denotan un crecimiento por la mayor
descomposición social. Así, de junio del 2007 a junio del
presente, los emigrantes costarricenses enviaron un total de
$589 millones, lo que significó un 14% más que en el mismo
período del año anterior. Esto representó la cuarta parte
de la IED que ingresó al país en ese mismo período.
6.
La pérdida de la soberanía alimentaria:
La
producción de granos básicos ha resultado fuertemente
golpeada por el modelo de exportaciones. Las razones de esto
las indicamos con anterioridad: los países imperialistas
pasaron de ser importadores a convertirse en fuertes
exportadores de granos básicos. De esta forma, la conjugación
de gigantescos subsidios a los “farmers” imperialistas,
la apertura de las economías centroamericanas y las
tentaciones de la exportación de productos suntuarios
(principalmente de productos agrícolas no tradicionales),
generaron la pérdida de la soberanía alimentaria de la
región.
Esto
es lo que indica con claridad el último Informe sobre el
Estado de la Región:
“Entre 1990 y 2005 las tierras sembradas de arroz,
frijoles, maíz y sorgo se redujeron a la mitad, mientras
que las dedicadas a cultivos no tradicionales de exportación
se duplicaron… En el período 1990–2003 el componente
importado del trigo y el arroz alcanzó más del 80% de la
disponibilidad total.”
(www.estadonacion.or.cr/estadoregion2008/regional2008/paginas/sinopsis03.html)
En
el siguiente cuadro se aprecia fácilmente la creciente
importación de granos de la región desde el año 2000
hasta el 2007, tiempo durante el cual las mismas crecieron
un 12,5%.
Cuadro
No. 8
Valor
de las importaciones de los
Principales
cereales, a/ 2000–2007
(Miles
de dólares)
|
|
|
|
|
|
Tasas
de crecimiento (%)
|
|
2000
|
2005
|
2006
|
2007
b/
|
2005
|
2006
|
2007
|
2000–2007
|
Centroamérica
|
457
417
|
708
384
|
804
958
|
1
045 537
|
1,4
|
13,6
|
29,9
|
12,5
|
Costa
Rica
|
102
051
|
166
477
|
164
253
|
263
741
|
–4,8
|
–1,3
|
60,6
|
14,5
|
El
Salvador
|
94
950
|
132
302
|
161
586
|
223
788
|
–5,5
|
22,1
|
38,5
|
13,0
|
Guatemala
|
130
649
|
205
405
|
242
451
|
313
528
|
5,8
|
18,0
|
29,3
|
13,3
|
Honduras
|
93
142
|
128
373
|
140
361
|
123
203
|
10,9
|
9,3
|
–12,2
c/
|
4,1
|
Nicaragua
|
36
626
|
75
827
|
96
307
|
121
277
|
2,6
|
27,0
|
25,9
|
18,7
|
Fuente:
CEPAL, sobre la base de datos oficiales.
a/
Incluye maíz, arroz y trigo.
b/
Cifras preliminares.
c/
Los volúmenes de maíz disminuyeron 36%.
Las
secuelas de esto ha sido la creciente subnutrición de buena
parte de la población centroamericana, debido a que los
costos de las canastas básicas se han encarecido
fuertemente. Sólo para el año 2006, el costo de la misma
representaba el 70% del salario mínimo rural en la mayoría
de los países centroamericanos. Para los casos de Honduras,
Nicaragua y Guatemala, alrededor de un 30% de sus niños
sufren anemia por la carencia de hierro en su alimentación.
7.
La violencia como pandemia social
Actualmente,
Centroamérica es una de las zonas más violentas del
planeta. La tasa de homicidios es de 36 personas por cada 10
mil habitantes, lo que permite calificarla como una criminalidad
epidémica.En
términos absolutos, esto equivale a decir que durante el
2006 hubo alrededor de 14 mil homicidios en el istmo. (La
Nación, 29/07/08, pág. 24A)
Desde
nuestra parte, consideramos que esta criminalidad epidémica
es fruto de la descomposición social que ha contraído el
modelo de exportaciones. Según los analistas, entre las
principales causas de la criminalidad en el mediano y largo
plazos se encuentran la descomposición familiar, la falta
de empleo y limitado acceso a la educación, todas presentes
en las sociedades centroamericanas durante las últimas décadas.
Cuadro
No. 9
Homicidios
dolosos en Centroamérica
2004–2006
|
El
Salvador
|
2.768
|
3.778
|
3.828
|
Guatemala
|
4.507
|
5.338
|
5.885
|
Honduras
|
2.155
|
2.417
|
3.018
|
Nicaragua
|
646
|
729
|
686
|
Costa
Rica
|
280
|
338
|
338
|
Fuente: Observatorio Centroamericano sobre violencia
Para
el caso de El Salvador, su difícil situación económica lo
ha convertido en uno de los países más violentos del
continente, presentando una alta tasa de homicidios. Se
calcula que por el país circulan alrededor de 500 mil
armas, un 60% de ellas ilegales.
El
gobierno de Saca invierte alrededor de un 11% del PIB
($2.010 millones) en la “lucha contra la violencia”. Por
su parte, las empresas privadas destinan un 10% de sus
costos para efectos de seguridad privada.
Por
su parte, Guatemala invierte $2.291 millones (alrededor del
7,7% del PIB), Honduras se ubica a “media tabla” y
destina un 9,6% de su PIB, Nicaragua un 10% ($529 millones)
y Costa Rica destina un 3,6% del PIB ($791 millones).
Comentario
final
Lo
expuesto hasta este momento deja en evidencia la extrema
fragilidad de las economías centroamericanas. El modelo
exportador ha sometido a la región a los designios del
“mercado mundial”, llegado al extremo de ser
estructuralmente incapaz de alimentar a su propia población.
Al
respecto, consideramos que el epígrafe de Cantinflas que
abre este artículo sintetiza la gran contradicción del
modelo exportador en Centroamérica: se produce de todo
pero nada a la vez. A pesar de la infinita cantidad de
productos que exporta la región y las cuantiosas ganancias
que se generan por ello, los pueblos centroamericanos sólo
han conseguido más y más miseria.
La
masificación de las migraciones, la subalimentación de
millones de centroamericanas y centroamericanos, los altos
índices de violencia y el cada vez más sofocante costo de
la vida para las y los trabajadores, son sólo algunos
ejemplos de ello.
Por
esto volvemos a insistir en algo que apuntamos al inicio: la
crisis es un elemento estructural al capitalismo
centroamericano.
II
PARTE:
La
situación económica, política y social de Centroamérica
en medio de la crisis mundial
En
los últimos meses, el mundo entero ha observado (y sufrido)
una de las peores crisis económicas en muchos años, la
cual ha tenido dos expresiones fundamentales: la recesión
en los Estados Unidos y la crisis alimentaria mundial.
En
cuanto a la primera, inicialmente se presentó como una
crisis del sector inmobiliario, pero que conforme pasaron
los meses terminó mostrando su verdadera profundidad. Según
la Reserva Federal (FED), las previsiones para el
crecimiento de la economía estadounidense en el presente año
oscilan entre el 0,5% y 1,2%, muy por debajo de las
expectativas iniciales que rodaban entre el 1,3% y 2%.
En
el plano internacional, una de sus primeras consecuencias
fue la desaceleración del crecimiento económico mundial,
el cual para el 2007 fue de un 3,8% y para el 2008 se
perfila a un 2,8%.
A
pesar de esto, las y los analistas de diferentes centros
internacionales concuerdan en que el verdadero impacto
internacional de esta crisis está por venir. Por ello, es
poco serio pronosticar con exactitud los verdaderos alcances
“hacia fuera” de la misma. Según la CEPAL:
“Las
pérdidas de las bolsas en el resto del mundo durante los
primeros meses de 2008 son consecuencia del contagio
proveniente de Estados Unidos. Si bien todavía no se
registra una desaceleración significativa de otras economías,
el hecho de que se perdieron miles de millones de dólares
en las bolsas en el primer trimestre apunta hacia una
desaceleración del crecimiento económico en el resto del
mundo.”
(www.eclac.org/publicaciones/xml/0/33360/L862-Rev.2.pdf)
Pero
aunado a esta recesión, en los últimos dos años inició
una grave crisis alimentaria, la cual según las
estimaciones de la FAO afectará en el corto plazo a cerca
de 100 millones de personas, las cuales están en riesgo de
nada más y nada menos… ¡morirse de hambre! Por si
esto no fuera suficiente, este mismo organismo calcula que
esta crisis se prolongará por al menos diez años más.
De
acuerdo a los datos de la ONU, en marzo del presente año el
trigo costó 140% más que en marzo del año anterior; de
febrero a marzo del 2008 el arroz subió 20% y en general, los
alimentos aumentaron un 86% en los últimos 36 meses.
Para
el caso del subcontinente latinoamericano, los precios de
los alimentos se incrementaron un 50% en 2007:
“…en el primer trimestre de 2008 el precio medio de los
alimentos se ha elevado en más de 50% respecto a igual período
del año anterior, según el informe de la FAO...Los precios
de cereales y aceites fueron los que más crecieron, con
valores en torno al 70%, mientras que los lácteos muestran
una tendencia decreciente durante todo 2008, y en caso de
las carnes, el incremento ha sido sólo de un
12%”.
(http://www.prensaescrita.com/diarios.php?codigo=AME&pagina=http://www.nacion.com)
En
primera instancia ambas crisis no aparentan estar
relacionadas,
pero en realidad obedecen a un mecanismo
consustancial al capitalismo: la especulación
financiera. Por medio de ésta,
el capital se recicla
de manera ficticia,
creando
una
desproporción entre el valor real de las acciones y su
precio de mercado.
De
esta manera, la especulación crea “burbujas
financieras” que al cabo de un rato explotan y generan
crisis, ante lo cual los grupos financieros
reinvierten
sus fondos en otro sector.
Precisamente
esto fue lo que ocurrió en los Estados Unidos, donde tras
el desplome de la burbuja de los
“Punto.com”
los especuladores se trasladaron al sector inmobiliario.
Esto implicó
que se repitiera el proceso especulativo, que a la postre
conllevó
a una corrección
de los precios que tenían que pagar
los deudores por las hipotecas, y ante la imposibilidad de
hacerle frente a los nuevos costos de éstas, millones de
familias perdieron sus viviendas y literalmente terminaron
en la calle.
Más
cómo era de era
de esperar,
ante
esta debacle en
el sector inmobiliario los especuladores se “refugiaron”
en
un nuevo y prometedor sector: los hidrocarburos y los
alimentos. De esta manera, el ciclo especulativo se volvió
a repetir, de
forma tal que los inversionistas
han podido acaparar
gran cantidad de cosechas y combustibles, permitiéndoles
crear una escasez artificial e incrementar
sus ganancias.
A
propósito de esto, quisiéramos rescatar el análisis expuesto
por
Damián Mollet y Eric Toussaint:
“La
especulación sobre los productos agrículos fue muy fuete
en 2007 y 2008, acentuando un fenómeno que comenzó a
principios de los años 2000 tras el estallido de la burbuja
de Internet. Después
de la crisis de las subprimes, que explotó en Estados
Unidos durante el verano de 2007, las inversores
institucionales se retiraron progresivamente del mercado de
las deudas construido de forma especulativa a partir
del
sector de los bienes inmuebles estadounidenses y se fijaron
en el sector de los productos agrícolas e hidrocarburos
como probable abastecedor de interesantes beneficios.”
(www.socialismo–obarbarie.org/economía/08083_hambre_repasodecausascrisisalimetaria.htm)
Muy
similar es el criterio del
economista Miguel Ramos, quien
señala que cerca
de $150 mil millones de dólares de los llamados
“fondos buitres”,
fueron
destinados para la compra a largo plazo de granos como maíz,
soya y trigo, lo que tiene
una relación directa con el aumento constante y desmedido
de los
alimentos:
“Como
consecuencia de esta especulación y escasez artificial, el
precio de la tonelada de arroz subió exorbitantemente de
precio en abril, de 200 dólares a 499 dólares; en tanto
que el precio del trigo también pasó de 150 dólares por
tonelada a 499 dólares…Ramos explicó que estos Fondos de
Inversión, 'llamados buitres', que antes especulaba con
valores Punto. Com, se trasladaron recientemente a la Bolsa
de Chicago porque es más rentable y con esta acción también
están condenando a la población de los países pobres
literalmente a morir de hambre.”
(www.rebelion.org/noticia.php?id=67395)
Visto
así, ambas crisis se encuentran
profundamente vinculadas.
Son dos manifestaciones de la irracionalidad
intrínseca a la producción capitalista, en
la cual
el hambre y la miseria de millones de seres humanos son “pan
de cada día”.
Seguidamente
pasaremos a delinear algunas de las principales
manifestaciones de ambas crisis en la región.
a)
La crisis financiera en los Estados Unidos y sus
repercusiones en Centroamérica
Indefectiblemente,
la recesión económica en los Estados Unidos repercutirá
fuertemente en Centroamérica. A pesar de esto, hasta el
momento los principales datos macroeconómicos no parecieran
ser tan alarmantes como se pudiese esperar.
Esto
se debe a que existe una desincronización contemporánea
entre los ciclos económicos de la economía estadounidense
con relación a las centroamericanas, la cual según
estimaciones proporcionadas por el Consejo Monetario
Centroamericano, oscila entre los tres y nueve trimestres.
Así, las innovaciones (tanto positivas como negativas) que
acontezcan en los Estados Unidos, no se reproducen de manera
inmediata en la región centroamericana, sino que se
manifiestan meses después y en diferentes magnitudes según
el caso (remesas, IED, exportaciones, etc.)
Se
espera que las repercusiones de la recesión estadounidense
se empiecen a sentir con mayor severidad durante el segundo
semestre del 2008 y en el 2009.
Por este motivo, hasta este momento la tónica
general macroeconómica consiste en el crecimiento con
desaceleración.
Lo
anterior se refleja en los principales rubros económicos.
Por ejemplo, el FMI pronostica que el crecimiento para
Centroamérica será de un 4,8% en el 2008 (alrededor de dos
puntos porcentuales menos que en 2007) y de un 3,9% para el
2009.
Hasta
el momento las exportaciones no están en “números
rojos”, y de acuerdo a los datos oficiales del primer
semestre del 2008, las mismas mostraron un crecimiento con
relación al primer semestre del año anterior. Sólo para
el caso de las exportaciones FOB, aumentaron poco más de un
13% en el primer semestre del año.
Pero
debido a que la recesión implicará una reducción del
poder adquisitivo de las y los estadounidenses, se especula
que las exportaciones centroamericanas se verán fuertemente
afectadas en cuando a su precio y volumen, particularmente
las manufacturas:
“Primero,
afectaría las exportaciones, ya que el país del norte es
el principal socio comercial de la región. Las
exportaciones cuyo crecimiento se podría ver afectado
serian las de maquila y las de alta tecnología; por el
contrario, se espera que las exportaciones agrícolas y
agroindustriales puedan ampliar su participación en el
mercado estadounidense.”
(www.capitales.com/biblioteca_documentos/20080208_bcie.pdf)
En
parte, esto explica que las exportaciones en su conjunto no
arrojen datos alarmantes, puesto que el aumento del precio
del café, banano y piña ha compensado la reducción en
otros productos.
Hasta
el momento, sólo Costa Rica y Guatemala presentan una
pronunciada disminución en sus exportaciones. En el primer
caso, éstas crecieron un 6,5% en el primer semestre,
mientras que en el mismo período del año anterior el mismo
fue del 16%. Para el caso de Guatemala el crecimiento actual
fue de un 12,8%, mientras que para agosto del 2007 fue de un
29,2%.
En
El Salvador el crecimiento de éstas durante el primer
semestre del presente fue de 19,5% mientras que el año
anterior fue de 4,7%, en Nicaragua el crecimiento fue de un
30,5% contra un 17,25% del año anterior, mientras que en
Honduras el mismo fue de un 24,5% en este semestre contra un
7,2% en el mismo período del 2007.
Pero
esta aparente estabilidad en las exportaciones no compensa
el aumento excesivo en las importaciones de la región.
Hasta julio del presente, el déficit comercial de
Costa Rica aumentó alrededor de un 102% con relación al
mismo período del 2007, en Honduras fue de un 40%, en
Nicaragua se elevó un 37,1%, en El Salvador creció un
17,2%, mientras que en Guatemala llegó a los $3.354
millones.
Este
desbalance entre las exportaciones e importaciones se ha
traducido en una tendencia inflacionaria hacia arriba,
la que a su vez ha generado una profundización de la
pobreza en la región.
Mientras en el primer semestre del 2007 la inflación
regional fue de un 6%, para este mismo período del presente
fue de un 14,2%. El siguiente cuadro detalla las tendencias
inflacionarias en los países de la región:
Cuadro
No. 10
Inflación
Interanual (a julio) en los países centroamericanos
(%)
|
|
Julio
2008
|
Julio
2007
|
Costa
Rica
|
15,42
|
8,75
|
Nicaragua
|
23,1*
|
9,76
|
Guatemala
|
13,7
|
5,59
|
Honduras
|
9,1
|
6,30
|
El
Salvador
|
9,9
|
3,16
|
Fuente: Informe Económico Regional al Primer
Semestre 2008, SEMCA
Esto
ha tenido una incidencia directa sobre las condiciones de
vida de la clase trabajadora centroamericana, la cual se ha
visto sometida a un alza sostenida en el costo de la vida.
Pero
lo más drástico del caso, es que todo apunta a que la
balanza comercial centroamericana va a ser mucho más
desfavorable que en la actualidad, lo cual ya es mucho
decir. Según los pronósticos de la CEPAL, dicha balanza
podría tener un saldo negativo de hasta $5 mil millones,
fruto del aumento desmedido en los precios del petróleo y
de los alimentos.
Así,
para finales del presente año las personas en estado de
pobreza podrían aumentar en poco más de un millón,
mientras que las que se encuentran en extrema pobreza lo harían
en hasta dos millones. El siguiente cuadro es una simulación
del impacto que implicará el aumento en los precios de los
alimentos, el cual se realizó con los datos brindados por
fuentes oficiales de cada país.
Cuadro
No. 11
ISTMO
CENTROAMERICANO: SIMULACIÓN DEL IMPACTO DEL
INCREMENTO DE LOS PRECIOS
DE ALIMENTOS SOBRE LA
POBREZA, 2008
|
|
|
Población
neta
en pobreza total/b
|
De
la población
en extrema pobreza
|
|
Cambio
de precios
de los alimentos (%)/a
|
%
|
Personas
|
%
|
Personas
|
Costa
Rica
|
21,6
|
3,3
|
148.328
|
1,9
|
87.359
|
El
Salvador
|
9,2
|
2,0
|
146.645
|
2,3
|
162.537
|
Guatemala
|
14,5
|
3,1
|
417.146
|
6,5
|
809.368
|
Honduras
|
14,9
|
2,2
|
160.343
|
6,1
|
442.958
|
Nicaragua
|
19,4
|
3,9
|
219.141
|
7,8
|
441.122
|
Total
|
15,92
|
2,9
|
1.091.603
|
4,92
|
1.943.344
|
Fuente:
CEPAL, estimaciones propias sobre la base de las Encuestas
de Hogares de los países del Istmo Centroamericano.
a/ Se
suponen los cambios en los precios de alimentos
proporcionados por fuentes oficiales para abril de 2008.
b/
Es la suma del incremento neto de la población indigente y
no indigente en pobreza.
En
cuanto a las remesas, hasta el momento no han frenado su
crecimiento pero sí han perdido dinamismo de manera
significativa, tendencia que se venía manifestando desde el
año anterior. Esto
se debe a la caída en el sector de la construcción de los
Estados Unidos, donde se emplea una buena parte de las y los
centroamericanos que residen en ese país. Además, la alta
tasa de desempleo también ha golpeado a las y los
inmigrantes latinoamericanos, alcanzando un 7,7% en mayo
pasado.
En
el 2006 crecieron un 18,9%, en el 2007 lo hicieron en un
10,6%, mientras que en el primer semestre de este año
crecieron un 7,1%. Fruto de la recesión estadounidense, se
estima que su crecimiento general para el 2008 será de un
5%., lo que implicará un problema para las economías
centroamericanas que contrarrestan su desbalance comercial
con la entrada de remesas.
De
acuerdo al último Estado de la Región 2008, la ausencia de
las remeses incrementaría en un 3,5% las personas en estado
de pobreza. Esto nos da una idea de las terribles
consecuencias que implicará la disminución drástica de éstas
en los meses por venir, lo que indudablemente sumaría más
personas a las filas de la pobreza y pobreza extrema.
Otro
rubro que desde ya se ha visto afectado por la recesión
estadounidense es el de la IED. Según la información
suministrada por las Naciones Unidas, el valor de las
transacciones internacionales durante el primer semestre del
2008 ha sido un 29% menor que durante el mismo período del
año anterior. Esto implicara una reducción de $1,6
billones en el 2008, es decir, un 10% menos que un año atrás.
Evidentemente
Centroamérica no escapa de esto. Para el caso de Costa
Rica, la IED se ha reducido un 13% con relación al primer
semestre del año anterior.
En términos absolutos, esto ha significado que el país
recibiera $245 millones menos que en el primer semestre del
2007.
Al
respecto son elocuentes las declaraciones del presidente
Oscar Arias, quien advirtió que:
“…la crisis inmobiliaria, el encarecimiento de los
alimentos y el incremento en los precios del petróleo,
elevará la pobreza en América Latina, y en
particular en Costa Rica… Además
informes de prensa de dicho país sostuvieron que la crisis
ya provocó la paralización de inversiones hoteleras.”
(www.elpais.co.cr/INTERNACIONALES/0908900.html)
Aunque
en menor medida, Guatemala también ha visto decrecer la
IED, la cual se contrajo un 3,5% en el primer semestre. Para
el resto de países, nos fue imposible recopilar sus datos.
b.
Centroamérica dentro de la crisis alimentaria mundial
La
situación centroamericana dentro de esta crisis alimentaria
es particularmente alarmante. Aunque ya apuntamos algunos
elementos sobre ésta, consideramos que debido a su magnitud
es necesario analizarla de manera particular.
Tal
y como demostramos en la primera parte de este artículo,
las economías del área no tienen soberanía alimentaria y
presentan altos índices de subnutrición. Por este motivo,
la crisis alimentaria ha repercutido de gran manera en la
región, donde los productos más esenciales para la
alimentación se han encarecido de manera espectacular:
“…Centroamérica
sufre escasez y encarecimiento de trigo, maíz, arroz,
frijol, hortalizas, verduras, ajonjolí y ganado menor
(cerdo, pollo y otras aves), vitales en la dieta de sus
habitantes, y debe aumentar la producción de
granos…
Pero las opciones chocan con las escuálidas finanzas del área,
drenadas por una factura petrolera de unos 6 mil millones de
dólares al año y un déficit comercial de más de 24 mil
millones de dólares en 2007, según datos oficiales.”
(
socioelsalvador.blogspot.com/)
En
el caso de El Salvador, la crisis alimentaria se ha
reflejado en el aumento de la canasta básica urbana y la
rural, las cuales subieron un 14,6% y un 23,7%
respectivamente, entre abril del año anterior y abril del
2008. En cuanto a productos específicos, algunos de los
aumentos más significativos fueron los del pan (40%), arroz
(45%), manteca (22,3%) y el aceite vegetal (54,9%). Por su
parte, el maíz aumentó un 56% desde enero del 2007 hasta
mayo del 2008.
El
caso de Guatemala resulta similar, puesto que de junio del
2007 a junio del 2008, el trigo subió un 48,7% y el maíz
78,5%. Estos aumentos conllevaron a que otros productos
derivados se encarecieran, como fue el caso de las
tortillas, el pan y la leche entre otros.
Aunque
para el caso de Honduras nos fue imposible encontrar datos
actualizados sobre los aumentos de productos en específico,
si podemos indicar que la inflación acumulada se disparó
muy por encima de lo esperado, a tal grado que el FMI tuvo
que “llamar la atención” al gobierno puesto que a pesar
de establecer como meta una inflación de un dígito para
diciembre del 2008, ya para julio la misma llegó al 9,1%.
“En
la inflación mensual el rubro que más contribuyó fue
“Alimentos y Bebidas No Alcohólicas” con 45.9%, los
precios de los productos incluidos en este rubro continuaron
aumentando, principalmente en alimentos como huevos de
gallina, frijoles rojos, arroz, azúcar, leche pasteurizada
y en polvo, carne de pollo, harina y tortilla de maíz,
papa, lechuga, repollo, chile dulce, pataste, plátanos y
bananos, entre otros.”(Banco Central de Honduras)
Con
respecto a Costa Rica, los alimentos aumentaron un 11% en el
último año. Los casos más drásticos fueron los de los
huevos, pastas y aceites que subieron un 50%, mientras que
la harina de trigo lo hizo en un 80%.
La
situación de Nicaragua resulta llamativa, puesto que además
del aumento de precios a nivel mundial, tiene que sumársele
la particularidad de que cerca del 80% de su producción eléctrica
es a base de petróleo, lo que eleva de manera excesiva el
costo de la vida.
Por
este motivo, la inflación interanual a julio del 2008 fue
de un 23,09%, lo que a la postre a depreciado en más de un
25% el poder adquisitivo de las y los nicaragüenses más
pobres. En este sentido apunta la siguiente cita, aparecida
en uno de los principales diarios del país pinolero:
“Datos
del Banco Central de Nicaragua (BCN) reflejan que
actualmente la canasta básica ronda los 7,200 córdobas,
cuando el salario mínimo de un trabajador se ubica en
promedio en unos 1,650 córdobas, según la nueva tabla del
Salario Mínimo acordada por el Gobierno, sindicalistas y
sector privado a mediados de enero pasado.”
(www.laprensa.com.ni/archivo/2008/febrero/11/noticias/nacionales/242556.shtml)
De
conjunto, la crisis alimentaria internacional en Centroamérica
vino a potenciar la ya de por sí difícil situación social
de la zona en las últimas décadas, que como explicamos
anteriormente, debido al modelo exportador dejó en el
olvido la producción de granos básicos y se enfocó en la
elaboración de productos suntuarios, seguramente bajo
la premisa ideológica neoliberal de que el mercado se
autorregula por sí sólo.
Efectivamente
esta autorregulación se produjo pero de manera
“salvaje”, o más precisamente, sobre los hombros y estómagos
de la clase trabajadora centroamericana.
De la cien millones de personas que serán
sensiblemente afectadas por el aumento de los alimentos, ¡10
millones están en la región!
Comentario
final
Además
de las ya difíciles condiciones de vida que ofrecían las
sociedades centroamericanas, es preciso añadirle los
efectos nocivos que han contraído la recesión
estadounidense y la crisis alimentaria mundial. Así, la con
conjugación de una crisis estructural con otras
coyunturales, han profundizado la miseria en la región.
Lo
más drástico del caso, es que según lo expuesto páginas
atrás, lo peor de la crisis está por venir. La
desincronización contemporánea no nos permite visualizar a
plenitud el verdadero impacto que tendrá la recesión
estadounidense en el istmo.
Por
esto, es totalmente factible que las migraciones, el hambre
y desempleo se profundicen en toda la Centroamérica en los
meses venideros.
III
PARTE:
La
política y el movimiento obrero centroamericano en medio de
la crisis
Tal
y como apuntamos en la primera parte de este artículo, el
modelo exportador centroamericano se conformó sobre la
derrota de la revolución centroamericana.
Debido
a ello, en el plano político/estatal la región se
caracterizó por tener gobiernos abiertamente neoliberales,
los cuales respondían directamente a los mandatos de
Washington y aplicaban al pie de la letra los Programas de
Ajuste Estructural.
Más
luego de dos décadas de implementación del modelo
exportador y sus consecuentes inequidades, pareciera que
este patrón político tiende a resquebrajarse. Esto se ha
visto potenciado a raíz de las repercusiones de la crisis
alimentaria y la crisis financiera estadounidense en la región,
las cuales han terminado de desmentir las mil y un promesas
de desarrollo que durante años ofrecieron los grandes
empresarios exportadores.
Por
lo anterior, consideramos imprescindible analizar las
implicaciones de la crisis mundial en la política en el
movimiento obrero y popular centroamericano.
En
este sentido, un primer elemento a tener es el
recambio político a nivel superestructural, con el cual
se han establecido gobiernos que en apariencia no son políticamente
obedientes al imperialismo norteamericano.
El
triunfo del FSLN en Nicaragua en el 2006 fue un primer síntoma
de esto, puesto que a pesar de que su victoria se debió en
gran medida a la división del Partido Liberal, también es
innegable que la figura de Ortega continúa siendo un
referente de “cambio” y “anti–imperialismo” para
muchas y muchos nicaragüenses.
Otro
ejemplo es el gobierno de Álvaro Colom, quien ha venido a
presentarse como un recambio socialdemócrata ante los
gobiernos abiertamente neoliberales que han imperado en
Guatemala:
"Yo
tengo el propósito de convertir a Guatemala en un país
socialdemócrata, pero
con rostro maya, con olor a tamal de maíz"
(www.radiolaprimerisima.com/noticias/resumen/23084)
En
El Salvador el FMLN es el favorito para ganar las próximas
elecciones presidenciales del 2009. De producirse este
triunfo electoral del Frente, se rompería el monopolio del
poder por parte del ultraderechista ARENA, el cual se ha
extendido por casi dos décadas.
Este
proceso de recambio se ha expresado de manera contradictoria
en Costa Rica y Honduras.
En
el caso tico, el descontento hacia el modelo se ha
materializado por medio de una creciente movilización
popular, la cual pegó un salto cualitativo durante
la pelea contra el TLC. A pesar de este alto grado de
movilización en los últimos años, esto no ha tenido una
correspondencia a nivel superestructural, puesto que hasta
el momento ninguna facción burguesa ha podido cooptar
electoralmente al movimiento obrero en su conjunto.
En
Honduras, se ha generado una combinación de fuerte protesta
social en las calles y un anómalo recambio político en el
gobierno de Mel Zelaya, quien de la noche a la mañana se
alineó en el bando de los gobiernos de “izquierda
latinoamericanos”, adhiriéndose al ALBA y vociferando
contra el imperialismo estadounidense.
A
propósito de esto, son llamativas las declaraciones que
brindó recientemente y en las cuales caracteriza a su
gobierno como de izquierda:
"Hoy este Gobierno se ha colocado en un centro izquierda
y como me dijeron algunos que era peligroso hablar de un
centro izquierda, yo le dije: quítele lo de centro si cree
que es peligroso". (La Prensa 25/8/08)
Pero
todos estos recambios políticos distan mucho de los que han
tenido lugar en el Cono Sur, puesto que por sus limitaciones
económicas y su profundo sometimiento a la economía
estadounidense, objetivamente es imposible que los gobiernos
centroamericanos pretendan tener algún grado de
“independencia” política ante el imperialismo
estadounidense.
Prueba
de ello es que ninguno de estos gobiernos izquierdistas o
centro–izquierdistas han roto con el principal mecanismo
de dominio imperialista en la región: el CAFTA. Así, en
Centroamérica convive en armonía el ALBA con el
TLC.
Un
segundo elemento en la actual política
centroamericana, es la profundización de las pugnas
inter–burguesas.
Esto
se ha acelerado por la crisis mundial, puesto que los
gobiernos del área buscan disminuir la profundidad de la
misma y así evitar posibles estallidos sociales, pero ante
todo, persiguen subsanar sus pérdidas económicas por
medio del saqueo de los recursos públicos.
Por ejemplo, en Nicaragua la oposición le reclama al
gobierno de Daniel Ortega que hasta la fecha no ha brindado
cuentas sobre el destino de los recursos generados por el
ALBA.
En Costa Rica está en curso una pugna sobre el manejo
irregular de los dineros provenientes de la cooperación
China al país, donde los allegados al gobierno
“casualmente” han resultado favorecidos.
En Honduras el presidente Zelaya está en un enfrentamiento
con un ala de su partido y del Partido Nacional, puesto que
se oponen a ingresar al ALBA por “intereses
particulares”, ante lo que sus detractores le han acusado
de sobornar a varios diputados para aprobar dicha
incorporación.
Estos
casos nos conducen inmediatamente a un tercer elemento: la
creciente presencia de Chávez en la región, quien ha
sabido aprovechar los espacios abiertos por la crisis y las
pugnas inter–burguesas para ganar apoyo político.
Desde
nuestra perspectiva Chávez utiliza sus “petrodólares”
para ganarse a facciones de las burguesías
centroamericanas, las que como apuntamos anteriormente, están
en una fuerte pelea por ubicarse mejor en el marco de la
crisis mundial.
Esto explica que abriera las puertas de PETROCARIBE al
gobierno de Oscar Arias, con el cual sostuvo fuertes
enfrentamientos públicos meses atrás. Fruto de esta
concesión, Arias no ha perdido el tiempo en alabar las
bondades del gobierno venezolano en su reciente gira por la
Unión Europea.
Esta política le ha generado réditos políticos a Chávez,
quien hasta hace poco sólo contaba con el respaldo político
de Ortega en Nicaragua. En julio anterior el presidente
guatemalteco Álvaro Colom firmó la adhesión de su país a
PETROCARIBE. Más recientemente lo hizo el gobierno de Oscar
Arias en Costa Rica. Finalmente, el gobierno de Mel Zelaya
se adhirió a ALBA.
Sólo el gobierno salvadoreño del ultraderechista Tony
Saca no ha solicitado el ingreso a PETROCARIBE o al ALBA.
Esto se puede explicar en función del pasado reciente del
país, lo que conformó un sector de la población con
fuertes anti–cuerpos a todo lo que tenga un ligero
“tufo” izquierdista, y principalmente a que el FMLN ha
gozado de los favores del presidente Chávez por medio de la
empresa ALBA PETROLEOS, permitiendo que los municipios
presididos por este partido tengan combustibles más baratos
y de esta forma aumente su base electoral.
Finalmente,
un cuarto elemento a tomar en cuenta es la moderada
y desigual recuperación del movimiento obrero
centroamericano en los últimos años, lo que ha devenido en
un contexto muy diferente al “cementerio neoliberal” de
los noventas.
Lo
anterior aplica especialmente para los casos de Honduras y
Costa Rica. Esto no debe resultar extraño, puesto que como
anotamos paginas atrás, ambos países estuvieron a la
retaguardia durante el proceso revolucionario regional,
motivo por el cual les ha sido “relativamente” más fácil
sobreponerse a la dura derrota de los ochentas.
Esto
se refleja en un dato de gran relevancia: sus respectivos
movimientos obreros son los únicos en el área que han
podido (de manera efectiva) conformar organismos de
coordinación nacionales, lo que sin duda alguna
representa un salto cualitativo en su capacidad de
reorganización, puesto que les ha permitido librar
luchas de carácter nacional.
En
el caso hondureño, sus peleas han estado más ligadas al
tema comunal y a reivindicaciones económicas, tales como la
lucha contra la privatización del agua y por mejores
condiciones laborales (sobretodo en el magisterio). La
profundidad de estas peleas ha sido de tal envergadura, que
no son pocas las ocasiones en las que la capital Tegucigalpa
se ha visto paralizado por la toma de calles
y multitudinarias movilizaciones.
Pero
de manera contradictoria, la confrontación con el gobierno
ha sido paralizada por su reciente giro “izquierdista” y
particularmente con la adhesión de Honduras al ALBA. Al
respecto, son elocuentes las posiciones del Bloque Popular:
“El
Estado de Honduras, por decisión del gobierno del
Presidente Manuel Zelaya Rosales, se ha adherido al ALBA,
comprometiéndose a que sus recursos beneficien a los
sectores sociales más pobres del campo y la ciudad, a través
de la ejecución de proyectos sociales y económicos en
materia de producción, vivienda, educación, salud, obras públicas
y energía; decisión que apoyamos en la medida
que esos recursos sean invertidos por el Estado en el sector
social de la economía para beneficiar directamente al
Pueblo Hondureño”
(www.elsoca.org/index.php?option=com_content&view=article&id=257:honduras–iy–ahora–que
–viene–despues–del–alba&catid=16&Itemid=11)
En
Costa Rica la pelea contra el TLC implicó una politización
de la lucha social nunca antes vista. Ésta permitió
amalgamar un profundo descontento social que se venía
gestando desde años atrás, el cual tuvo una primera
expresión en las jornadas de lucha contra el COMBO ICE, un
proyecto de ley que pretendía privatizar las
telecomunicaciones en el año 2000.
Este
proceso de resistencia se incrementó paulatinamente a través
de la década, hasta culminar con una gigantesca movilización
contra el TLC de alrededor de 300 mil personas.
Lastimosamente, en su parte final este proceso fue
capitaneado por sectores de la burguesía “patriótica”
que se oponía al TLC, por lo que la pelea fue desviada de
las calles al ámbito institucional.
Finalmente,
esto llevó a una derrota política de la lucha
contra el TLC en el referéndum de octubre del 2007, con lo
que se cerró este periodo de la lucha social en Costa Rica.
La mayor muestra de esto radica en la destrucción de la
vanguardia obrera durante estos años, como lo fue el
FIT–ICE.
Pero
a pesar de la derrota política continúan explotando
conflictos en diferentes sectores, aunque muy despolitizados
con relación a las movilizaciones nacionales contra el TLC.
Éstas se caracterizan por limitarse al plano económico y
estar dispersas entre sí. Además, comienzan a
desarrollarse conflictos comunales, especialmente por el
acceso al agua.
En
El Salvador el movimiento obrero ha comenzado a despertar de
un largo letargo. La mayor prueba de ello es la fuerte pelea
contra la privatización de la salud durante el 2006. A
pesar de este impulso, las luchas sociales salvadoreñas están
mediadas por la política del FMLN, el cual controla prácticamente
la totalidad de las organizaciones del movimiento de masas y
las pone en función de sus intereses electorales. Prueba de
ello, es que el FMLN no hizo el menor esfuerzo real por
impulsar movilizaciones contra el TLC, tan sólo se limitó
a votar en contra.
Por
ello, durante este período el movimiento obrero salvadoreño
no ha dado rastros de vida.
En
Guatemala en lo que va del año las luchas que se han
suscitado han sido dispersas y de carácter comunal,
dirigidas contra el costo de la vida (combustibles,
pasajes), aunque también se han movilizado algunos sectores
campesinos y de transportistas.
Además
de Costa Rica, ha sido el único país en el cual se
produjeron movilizaciones significativas contra el TLC,
aunque mucho menos concurridas y profundas que en el primer
caso. Duraron alrededor de tres días y hubo dos campesinos
muertos por la represión del gobierno de ese entonces.
Todo
indica que el presidente Álvaro Colom ha logrado captar las
simpatías de un importante sector del movimiento obrero y
popular, especialmente por su discurso socialdemócrata e
indigenista.
Nicaragua
es la excepción a la regla, puesto que además de la
desmoralización que implicó la derrota de la revolución,
también produjo una descomposición de la clase obrera
nicaragüense por la debacle económica tras diez años de
guerra civil y otros tantos de bloqueo estadounidense.
Además
es preciso sumarle el fuerte control político que el
sandinismo continuó ejerciendo sobre las organizaciones
obreras y populares que sobrevivieron, especialmente entre
el movimiento estudiantil universitario y los pequeños
transportistas, a los cuales lanzaba a la calle cada vez que
Daniel Ortega quería obligar al diálogo a los diferentes
gobiernos.
Durante
la actual administración de Ortega, se han producido
movilizaciones contra las medidas autoritarias del
ejecutivo, las cuales han sido dirigidas por sectores
disidentes del FSLN Además, fue significativo un reciente
paro de los transportistas (los mismos que eran base social
del sandinismo) contra el aumento desmedido en los precios
de los combustibles, que tras once días de pelea logró
ganarle el pulso al gobierno.
A
pesar de esta recomposición moderada y desigual del
movimiento obrero centroamericano, el contexto
pre–electoral y la intromisión del chavismo en
la región, han frenado la capacidad de intervención política
de la clase obrera en el marco de la crisis.
¡Por
una salida obrera y socialista a la crisis en Centroamérica!
El
modelo de exportaciones hizo de Centroamérica una región
incapaz de solventar por sí misma las más básicas
necesidades económicas y alimentarias de su población. Por
si esto no fuera suficiente, es preciso añadir que los países
centroamericanos figuran en la lista de los más golpeados
por las recesiones internacionales, particularmente cuando
éstas se producen en el corazón de las economías
imperialistas.
Debido
a esto, no hace falta ser una “Pitonisa socialista” para
pronosticar que las verdaderas repercusiones de la crisis
financiera yanqui están por llegar.
Por
ello, consideramos que cualquier intento por paliar la
actual crisis que afecta a la región, resulta estéril si
no tiene como fin destruir los cimientos capitalistas
de las economías centroamericanas. El modelo de
exportaciones, los TLC y el resto de la agenda neoliberal,
no son más que el rostro actual del capitalismo en Centroamérica.
A
pesar de esto, no falta quienes desde la “izquierda”
impulsen simples reformas al neoliberalismo, todo para
hacerlo más llevadero. Esto no es más que una utopía
reaccionaria, puesto que en los hechos conduce a las y
los trabajadores centroamericanos a un callejón sin salida.
Al respecto, nos parece apropiado rescatar la
consigna que observamos en una reciente movilización en
Wall Street: It`s capitalism, stupid!
Por
ello creemos pertinente que las y los trabajadores
centroamericanos, en unión con el resto de sectores
populares de la región, levantemos un pliego unificado de
lucha, para así enfrentar de manera efectiva las políticas
del imperialismo y las oligarquías exportadoras
centroamericanos.
Desde
nuestra parte, consideramos que dicho pliego debe contener
los siguientes ejes de lucha:
Ante
el elevado costo de la vida: aumentos salariales acordes a la inflación.
Ante
el desempleo y las consecuentes oleadas migratorias: reducción
de la jornada de trabajo hasta que se garantice el pleno
empleo.
Ante
la crisis alimentaria: nacionalización (sin indemnización) de la industria alimentaria y
subsidio a la canasta básica.
Ante
la crisis del sector agrícola: reforma agraria y créditos baratos para los pequeños
agricultores.
Ante
los privilegios a las transnacionales y los exportadores en
general:
impuestos a las empresas transnacionales y sobre las
exportaciones, los cuales servirán para subsidiar el costo
de los alimentos en la región.
Ante
los recursos que generaran el ALBA y PETROCARIBE:
exijamos que éstos sean controlados por las y los
trabajadores, para así garantizar que sus beneficios sean
para el pueblo trabajador.
Ante
la crisis energética por el alto costo del petróleo: un
plan regional para aprovechar el potencial energético
renovable de la zona. Sólo para el 2006, la demanda de
energía eléctrica no llegó ni a la tercera parte del
potencial energético centroamericano.
Decimos que ficticia, puesto que para la década de los
ochenta se estima que el gobierno estadounidense donaba
alrededor de un millón de dólares diario al país por
medio de la Agencia Interamericana para el Desarrollo
(AID).
Además de la políticas conciliadoras de las
direcciones guerrilleras.
Los orígenes del Consenso de Washington se encuentran
en el documento Lo que Washington quiere decir por
una reforma de las políticas, escrito por John
Williamson en 1989.
Evidentemente, esta reconfiguración de la división
internacional del trabajo y la ofensiva imperialista
contra la clase obrera, fue potenciada por la fuerte
derrota que significó la caída de la URSS y los demás
estados del Este.
Para más información al respecto, ver la edición 642
del semanario El Financiero, pág. 4–5. En esta
misma edición, se detalla que en caso de que se
aprueben 11 TLC que están en proceso, Centroamérica
pasaría a ser la región más abierta de todo el mundo.
Por coeficiente de apertura se entiende la relación
existente entre las exportaciones y las importaciones.
El PIB nominal es el valor monetario de todos los
bienes y/o servicios que produce un país o una economía
a precios corrientes en el año corriente en que
los bienes son producidos. El PIB real se define como el valor
monetario de todos los bienes y/o servicios que produce
un país o una economía a precios constantes.
Recordemos que Guatemala es el país con mayor población
del istmo, con alrededor de 13 millones de personas.
Además, las remesas han crecido significativamente en
los últimos años.
Este era el calificativo con que los neoliberales del SI
al TLC calificaban al país.
Esto lo decimos en comparación a la situación del Cono
Sur en las últimas décadas, donde las rebeliones
populares tumbaron a varios gobiernos.
Se le asigna el grado de criminalidad epidémica, cuando
los homicidios superan los 10 por cada 10 mil
habitantes.
Homicidio doloso: cuando existe intención positiva o
consciente de producir la muerte a la víctima.
Por su relevancia, la crisis alimentaria en Centroamérica
la analizaremos por aparta en el siguiente apartado.
Otro aspecto a tomar en cuenta es el endurecimiento de
las políticas migratorias, por lo que en el período
2000–2006 se han deportado alrededor de 302 mil
centroamericanas y centroamericanos.
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