Aumenta la tensión social
tras
casi un mes
de huelga general
Por Gara / La Haine,
18/02/09
En la isla francesa del Caribe se manifestaron el sábado
15 50.000 personas para denunciar la represión y el control de
la economía por parte de la minoría blanca
Tras cuatro semanas en huelga, la tensión aumenta en la
colonia francesa de Guadalupe, en las Antillas. La
movilización denuncia la carestía de la vida y el control
de la economía de la isla por parte de la minoría blanca
francesa. París no quiere entrar al fondo de la cuestión.
Guadalupe es un pequeño archipiélago de Las Antillas, en
el Mar del Caribe y que actualmente es un departamento de
ultramar de Francia. Se encuentra a 600 km al norte de las
costas de América del Sur y al sureste de la República
Dominicana.
La movilización social se incrementa en el archipiélago
tras un mes de huelga general contra la carestía de la vida
y el sistema de apartheid imperante, mientras que las
negociaciones se encuentran paralizadas y el Gobierno francés
ha prometido que hará "respetar el Estado de
Derecho".
La secretaria de Estado francesa para los Derechos
Humanos, Rama Yade, admitió el domingo en París que existe
"un profundo malestar debido a un problema de reparto
de la riqueza que exacerba las tensiones" hacia la
minoría blanca, receptora de la mayor parte de la tarta
económica.
Yade aseguró que el Gobierno francés "se ocupará
de todos los problemas de Ultramar". Afirmación que
temen los isleños, habida cuenta de experiencias anteriores
en que los europeos envían robocops para "ocuparse de
los problemas", como ya ocurriera en 1952.
A pesar de esto continúan las marchas, plantones y actos
populares de protesta. El sábado se manifestaron 50.000
personas para denunciar la represión y el control de la
economía por parte de la minoría blanca.
"Guadalupe es nuestra, no de ellos", corearon
dirigiéndose a los bekés, los descendientes de los colonos
esclavistas que, como en Martinica, la otra colonia francesa
en las Antillas, controlan la economía local.
La historia de la explotación viene de lejos. En 1635 los
franceses, enviados por la Compañía de la Indias,
organización mercantil monopolista creada por el Cardenal
Richelieu, desembarcan en el archipiélago e inician una
guerra contra los indios Caribes. Después del fracaso de
sus tentativas para explotar a los indígenas, por su
aguerrida aunque desigual resistencia, los blancos deciden
diezmarlos, matando prácticamente a todos. A partir de
entonces los europeos utilizan a esclavos africanos
introduciendo la caña de azúcar, principal explotación
económica.
Guadalupe está paralizada desde el 20 de enero
"Visto el número de gendarmes que han llegado a
Guadalupe armados hasta los dientes, el Estado francés ha
optado por su vía natural: la de matar a los guadalupeños",
denunció Elie Domota, portavoz del Colectivo Contra la
Explotación (LKP), que ha impulsado las movilizaciones.
La manifestación del sábado se produje en Le Moule, una
pequeña localidad costera que fue el escenario de la
represión sangrienta que padecieron los trabajadores de la
caña guadalupeños en 1952.
La diputada de Guayana Christiane Taubira (PRG,
centroizquierda) tomó parte en la manifestación para
"denunciar un sistema que impulsa el apartheid social,
en el que una casta mantiene el poder económico y abusa de
él", declaró al diario "Journal du Dimanche".
El movimiento de protesta se ha extendido a Martinica y ha
comenzado a tomar cuerpo en Reunión (colonia francesa en el
Índico), donde una delegación del PS (Partido Socialista
francés, de centro derecha) calificó ayer la situación de
"muy crítica". El pulso se endurece, a pesar del
llamamiento de electos locales del PS a la calma, palabras
que los nativos entienden como "abandonar las
movilizaciones y dejar todo como estaba".
Las negociaciones que el secretario de Estado de Ultramar,
Yves Jégo, está llevando a cabo en Guadalupe fracasaron
debido al rechazo de París a asegurar un incremento de 200
euros a los salarios más bajos y una reducción de los
precios de los productos de primera necesidad.
El Gobierno respondió que esta cuestión debe
ser tratada por los "agentes sociales", en clara
referencia los representantes locales de París junto a los
dueños de plantaciones y de la infraestructura turística.
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