Se
multiplican en Washington los llamados a
un cambio de política
hacia la isla
Por
David Brooks
Corresponsal
en EEUU
La
Jornada, 24/02/09
Nueva
York, 23 de febrero.– Uno de los senadores republicanos de
mayor influencia en asuntos exteriores se sumó hoy a un
creciente coro de líderes republicanos y demócratas, altos
oficiales militares, asociaciones empresariales, centros de
análisis y hasta un creciente sector dentro de Miami, que
califican de fracaso la política estadounidense hacia Cuba
y proponen un giro en la relación bilateral ante esta
coyuntura de transiciones políticas en Washington y La
Habana.
Con
la elección de Barack Obama y su intención declarada de
modificar algunas de las medidas contra Cuba, todo esto
alimenta la expectativa de que Estados Unidos está al borde
de cambiar su política hacia Cuba, y tal vez de una manera
sin precedente en 50 años.
Algunos
creen que podría ser el principio del fin del embargo
–instrumento central del arsenal estadounidense contra
Cuba desde hace medio siglo–, otros estiman que podría
acabar con sólo aflojar algunas de las medidas de esa política
de asfixia, y también hay quienes alertan que podría ser
otro intento de una política que busca el mismo objetivo de
cambio de régimen, pero disfrazado de una mayor apertura y
adornada con palabras como democracia y derechos humanos.
Hoy
el senador Richard Lugar, republicano de mayor rango en el
Comité de Relaciones Exteriores y considerado un estadista
en política exterior, hizo circular un informe entre sus
colegas que decía que “después de 47 años… el embargo
unilateral sobre Cuba ha fracasado en lograr su propósito
declarado de ‘llevar la democracia al pueblo
cubano’...”.
Lugar
escribe en la carta a sus colegas que acompaña el informe
que el debate sobre la política hacia Cuba tiene
implicaciones en las relaciones interamericanas y hasta
globales de Estados Unidos, y subraya: a pesar de la
incertidumbre sobre el futuro político de Cuba en el
mediano plazo, está claro que los cambios recientes de
liderazgo han creado una oportunidad para que Estados Unidos
reevalué una relación compleja marcada por malentendidos,
sospechas y hostilidad abierta.
Ampliar
comercio y cooperación
En
el informe preparado por los asesores de Lugar se propone
considerar no sólo anular las prohibiciones a viajes y
remesas, sino también la exploración de ampliar el
comercio, la cooperación antinarcóticos y los intercambios
entre ambos países y el desarrollo de la relación a través
de diplomacia bilateral y multilateral a través de una
secuencia de pasos. El informe está disponible en http://lugar.senate.gov/sfrc/pdf/Cuba.pdf
Es
la primera vez que Lugar se involucra de manera tan directa
en el debate sobre la política hacia Cuba y eso en sí es
significativo, afirman analistas. Daniel Erikson, experto en
la relación bilateral de Diálogo Interamericano comentó a
La Jornada que ello ayudará a darle forma al debate sobre
un cambio, y demuestra que existe un creciente consenso
bipartidista (contra) el embargo.
En
tanto, hace un par de semanas se presentó un proyecto de
ley bipartidista en el Congreso para permitir la libertad de
viajes sin restricciones de Estados Unidos a Cuba, impulsado
por el congresista federal demócrata William Delahunt junto
con media docena de colegas de ambos partidos.
Aunque
este tipo de intentos de modificar las restricciones ha
fallado en el pasado, algunos, como Erikson, consideran que
tiene mayores posibilidades por el simple hecho de que en
esta ocasión no enfrenta el veto automático de la Casa
Blanca de George W. Bush, y a la vez se ha ampliado la mayoría
demócrata en el Congreso.
Los
llamados por un cambio en la relación con Cuba se han
multiplicado en diversas esquinas de la cúpula política,
intelectual y económica del país, expresados en
declaraciones e informes con conclusiones generales
similares a las de Lugar de especialistas en los centros de
investigación sobre política exterior más prestigiosos
como el Brookings Institution y el Council on Foreign
Relations y Diálogo Interamericano, entre otros.
Figuras
como el coronel Lawrence Wilkerson, ahora del New America
Foundation, pero antes mano derecha del general Colin Powell,
recomiendan que se requiere de una nueva política hacia la
isla, lo cual también es requisito para un cambio positivo
en las relaciones de Washington con el hemisferio. Para el
resto del mundo, nuestra política fracasada, obsoleta de 50
años hacia Cuba, va en contra de todo lo que Obama presentó
en su campaña... todo el mundo cree que nuestra política
está equivocada. Y el mundo tiene razón, concluyó
Wilkerson en un artículo el mes pasado publicado por la
cadena McLatchy Newspapers.
Hace
unos días, el coronel Glenn Crowther, profesor e
investigador del Instituto de Estudios Estratégicos del
Colegio del Ejército de Estados Unidos, escribió en un artículo:
Es hora de darle su beso de despedida al embargo, mientras
mantenemos una posición sin ceder de que la democracia es
la única forma de gobierno aceptable en el Hemisferio
Occidental. El coronel Crowther afirma que el embargo es un
fracaso y que Cuba no representa ninguna amenaza para
Estados Unidos.
Varios
expertos coinciden que en gran medida esta coyuntura es la más
prometedora para lograrlo en décadas. Señalan entre otras
cosas que el sector más anticastrista y conservador
cubanoestadounidense ya no es el único interlocutor político
de esa comunidad, que la elección de Obama no dependió del
apoyo de ese sector en Florida y por lo tanto no les debe
–como tantos de sus antecesores– ningún favor político,
que una amplia gama de políticos de ambos partidos,
empresarios, académicos, diplomáticos y asociaciones de
todo tipo favorece un cambio profundo en la relación
bilateral por medio del diálogo, y que hay una transición
política dentro de Cuba.
Durante
su campaña, Obama dijo tener la intención de suspender las
estrictas limitaciones a viajes y envío de remesas por
cubanoestadounidenses. Sin embargo, también afirmó que tenía
la intención de mantener el embargo. Su ahora secretaria de
Estado Hillary Clinton reiteró estos puntos en su
comparecencia ante el Congreso para ser ratificada en enero,
y dijo que Obama cree que los cubanoestadounidenses son los
mejores embajadores de la democracia, la libertad y una
economía de libre mercado.
Obama
ha dicho que está dispuesto a establecer pláticas con el
gobierno de Raúl Castro, pero ha dejado en la ambigüedad
lo que se requiere para ello, y cunde la especulación sobre
cuáles son las señales que Washington desea enviar o cuáles
espera desde La Habana.
Algunos
expertos consideran que aunque la crisis económica y otras
emergencias obviamente han sido el centro de atención para
este joven gobierno, y que aún no hay nombramientos a
puestos claves encargados de política hacia América
Latina, que Obama podría anunciar la suspensión de las
restricciones sobre viajes de familiares y envío de remesas
antes de celebrarse la Cumbre de las Américas programada
para abril.
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