Cuba–EEUU:
La hora final del embargo
Por
Jim Lobe
Inter
Press Service (IPS), 24/02/09
Washington.–
El senador estadounidense Richard Lugar, del opositor
Partido Republicano, llamó este lunes al gobierno de Barack
Obama a realizar una profunda revisión de las políticas
hostiles hacia Cuba, que llevan medio siglo de vigencia.
La
exhortación de Lugar alienta la posibilidad de que el
gobierno de Estados Unidos, instaurado el 20 de enero,
imponga en su política cubana cambios sustanciales, incluso
más allá de las promesas electorales Obama, según
expertos en Washington.
Lugar
es "la principal figura del Partido Republicano en
materia de política exterior, alguien sin antecedentes de
reclamar cambios en la política sobre Cuba", dijo el
experto Daniel Erickson, del centro de estudios Diálogo
Interamericano.
"Resulta
significativo que sea él quien decide manifestarse y
ponerle su sello al asunto, al decir que el embargo "
contra Cuba "no defiende los intereses nacionales"
de Estados Unidos, agregó Erickson.
"Lugar
se adelantó a Obama con su propia propuesta de cambio, y así
crea un contexto que va mucho más allá del levantamiento
de las restricciones a los viajes de
cubano–estadounidenses y al envío de remesas a
Cuba", añadió.
"Lo
que estamos presenciando es el momento del impulso",
coincidió otro experto en asuntos cubanos, Geoff Thale, de
la Oficina en Washington para América Latina, otro centro
de estudios de la capital estadounidense especializado en
derechos humanos tradicionalmente opuesto al embargo.
"El
gobierno ya está revisando la política hacia Cuba, por lo
que Lugar le amplía a Obama el espacio político para que
tome acciones más fuertes de lo que preveía", sostuvo
Thale.
En
el prólogo de un informe que presentó este lunes, Lugar,
ex presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del
Senado, dijo que Washington "debe reconocer la
ineficacia de su actual política y tratar con el régimen
de Cuba de modo que afiance los intereses
estadounidenses".
"Luego
de 47 años (…) el embargo unilateral contra Cuba ha
fracasado en su objetivo explícito de democratizar la isla,
mientras pudo ser usado por el régimen" para
"exigir más sacrificios a la empobrecida población",
escribió Lugar.
El
informe, titulado "Cambiar la política hacia Cuba en
pro del interés nacional de Estados Unidos", brinda,
según el senador republicano, "significativa"
información "de adentro" y "varias
recomendaciones importantes", agregó.
Lugar
presentó su reporte en la víspera del primer aniversario
de la transferencia del poder del ex presidente Fidel Castro
a su hermano Raúl, que se cumplirá este martes, y se basa
en parte sobre sus conclusiones al cabo de una visita de
cuatro días a Cuba.
El
legislador recomendó reanudar el diálogo bilateral sobre
migraciones y narcotráfico, afianzar la cooperación en
materia de desarrollo de fuentes alternativas de energía,
aliviar las restricciones a los viajes y al comercio y
alentar el reingreso de Cuba a instituciones multilaterales,
como el Banco Mundial y el Banco Interamericano de
Desarrollo.
Estas
medidas, según Lugar, serían parte de un proceso de
"compromiso en secuencia" destinado a
"desarrollar la confianza" entre las dos naciones.
Tanto
el informe como las declaraciones de Lugar al presentarlo
alimentan las especulaciones de expertos en cuestiones
cubanas sobre los pasos futuros del flamante gobierno
estadounidense.
El
presidente Obama prometió el año pasado, en la campaña
electoral, levantar las restricciones impuestas por su
antecesor, George W. Bush (2001–2009) a los viajes de
cubano–estadounidenses a la isla y a las remesas de dinero
en esa misma dirección.
También
anunció que mantendría el embargo comercial con la
finalidad de presionar al régimen de Castro para que
propicie reformas políticas y democráticas.
La
secretaria de Estado (canciller) estadounidense Hillary
Clinton, quien exhibió una posición sobre Cuba más dura
que la de Obama cuando ambos disputaron el año pasado la
candidatura presidencial del Partido Demócrata, anunció
ante el Senado, antes de asumir el cargo, que el gobierno
revisaría la política hacia la isla.
Pero
ya pasó más de un mes desde la investidura de Obama y aún
no están designados los funcionarios clave para procesar
esos cambios, entre ellos el secretario de Estado adjunto
para el Hemisferio Occidental, cargo que recaería sobre
Arturo Valenzuela, profesor de la Universidad de Georgetown.
De
todos modos, se prevé que Obama levante formalmente las
restricciones antes de la Cumbre de las Américas, que este
año se celebrará en abril en Trinidad y Tobago.
Observadores
pronostican que combinará estas medidas con el
levantamiento de las restricciones a los viajes de
intercambio cultural y educativo ––por los cuales
viajaron miles de ciudadanos estadounidenses a Cuba a fines
de los años 90––, así como las comerciales, como la
exigencia de pagar en efectivo y por adelantado las
importaciones de productos agrícolas del país
norteamericano, impuesta por Bush.
"Creo
que la situación se revertirá al menos al estado en que
estaba a fines del gobierno de Bill Clinton"
(1993–2001), consideró el experto William LeoGrande,
decano de la Escuela de Gobierno de la American University.
"Recordemos
que fue un Senado de mayoría republicana el que aprobó en
2000 la venta de alimentos y medicinas a Cuba, por lo que no
creo que haya muchos riesgos políticos", agregó
LeoGrande.
Varios
congresistas, entre ellos Lugar, presentaron en las últimas
semanas con suma discreción proyectos de ley que
representarían el levantamiento de todas las restricciones
a los viajes a Cuba de ciudadanos estadounidenses, lo cual
implicaría un golpe definitivo al embargo.
La Cámara
de Representantes y el Senado aprobaron proyectos en ese
sentido en 2003 y 2004, pero esas gestiones legislativas
colapsaron por las amenazas de veto de Bush.
La
mayoría de los observadores en el Congreso creen que ahora
aumentan las posibilidades de sanción, pues la posición de
Obama a favor de estas iniciativas anula las objeciones de
los anticastristas radicales procedentes de la comunidad
cubano–estadounidense en el sur del estado de Florida y en
Nueva Jersey.
"Gran
parte de lo que suceda ahora depende de la actitud de Obama",
dijo LeoGrande, quien recordó la influencia ganada por el
"lobby" anticastrista por el financiamiento de
campañas políticas.
Si
Obama "dice que es tiempo de cambiar y que respalda el
fin de las restricciones a los viajes, eso abriría espacio
político para que algunos legisladores" reticentes
voten a favor de esos proyectos, dijo el experto.
"Pero
si dice que sólo aprobará el levantamiento de las
restricciones para los cubano–estadounidenses y no irá más
allá, nada sucederá", pronosticó LeoGrande.
El
mayor apoyo procederá de la comunidad empresarial, según
Jake Colvin, vicepresidente del Consejo Nacional de Comercio
Exterior, asociación de varios cientos de firmas
multinacionales que exigen la "remoción completa de
todas las restricciones comerciales y de viajes a
Cuba".
Colvin
valoró el informe de Lugar. "Ha sido de mucha ayuda
para la reforma de las sanciones unilaterales", explicó.
Según
el reporte, el embargo no sólo fracasó en su intención de
democratizar Cuba, sino que también tensionó la relación
de Estados Unidos con América Latina y Europa, que
eligieron una política tendiente al diálogo con el régimen
de Fidel Castro primero y de su hermano después.
Lugar
recomendó crear una comisión con miembros del Partido Demócrata
y el Republicano para establecer una nueva estrategia, pero
de carácter multilateral, junto con América Latina y
Europa.
"Los
latinoamericanos no verán a Obama como agente de cambios si
aún rigen las sanciones de Bush contra Cuba para la
Cumbre" en Trinidad y Tobago, sostuvo Ericsson.
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