Renuncias
no despejan interrogantes
Por
Patricia Grogg
Desde La Habana
Inter
Press Service (IPS), 05/03/09
Las cartas
en las que dos prominentes funcionarios cubanos destituidos
esta semana, Carlos Lage y Felipe Pérez Roque, admiten sus
"errores" y renuncian a todos sus cargos
concentraron este jueves la atención popular, aunque dejan
sin respuesta las preguntas que abrieron sus casos.
"Bueno,
aquí dice que cometieron errores, pero no dice cuáles",
constató Manuel García tras leer las cartas, dirigidas al
presidente Raúl Castro y publicadas en la prensa oficial.
Otro lector, trabajador por cuenta propia, optó por
recordar que el ex presidente Fidel Castro los había
acusado de "ambiciones que los condujeron a un papel
indigno".
En tanto,
una empresaria latinoamericana se quejó de la falta de
información sobre lo que consideró "un asunto muy
serio", que amerita una explicación mayor que la
brindada en las cartas y por el ex presidente Castro en su
"Reflexión" del martes, una de sus tantas
columnas de opinión publicadas en la prensa estatal.
"La gente necesita saber qué pasó con más detalles,
como se ha hecho en otras ocasiones", comentó a IPS.
En sus
cartas, fechadas el martes, Lage y Pérez Roque afirman, en
términos muy similares, que asumen la responsabilidad por
sus errores, analizados en la reunión del Buró Político
del gobernante Partido Comunista de Cuba (PCC) que aprobó
el lunes una amplia reforma gubernamental, con la fusión
varios ministerios clave para el país y el cambio de
numerosos ministros.
Lage y Pérez
Roque sostuvieron en sus misivas que mantenían su fidelidad
al PCC y a los hermanos Castro. Mi "nuevo puesto de
trabajo será una oportunidad para continuar sirviendo a la
revolución", afirma Lage, sustituido en su cargo de
secretario del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros
por el general de brigada José Amado Ricardo Guerra.
"Continuaré
defendiendo, con lealtad y modestia, a la revolución, con
cuyos principios e ideales estoy y estaré siempre
plenamente comprometido", asegura el ex canciller Pérez
Roque, reemplazado por Bruno Rodríguez Padilla, hasta ese
momento primer viceministro de Relaciones Exteriores.
Lage, de 57
años, anunció además la renuncia a sus cargos como
miembro del Comité Central del PCC y de su Buró Político,
a su escaño en el parlamento y a su investidura de
vicepresidente del Consejo de Estado, órgano de la Asamblea
Nacional del Poder Popular que "ostenta la suprema
representación del Estado cubano".
El ex jefe
de la diplomacia cubana, cuyos casi 44 años lo situaban
entre los cuadros más jóvenes de la nomenclatura
gubernamental cubana, deja sus responsabilidades como
miembro del Consejo de Estado, diputado de la unicameral
Asamblea Nacional e integrante del CC del PCC.
Pérez
Roque había llegado a la cancillería en mayo de 1999 para
reemplazar a Roberto Robaina, destituido y acusado de
ocultar información, mantener estrechas relaciones con políticos
extranjeros y aceptar regalos de empresarios a cambio de
favores. No menos resonancia tuvo la sustitución, en 1992,
de Carlos Aldana como jefe del Departamento Ideológico del
Partido Comunista. Una nota oficial de octubre de ese año
explicó que era enviado a trabajar fuera de La Habana"
por deficiencias en su trabajo y graves errores de carácter
personal".
Hasta ese
momento, Aldana era considerado como el "tercer
hombre" en la escala de poder de esta isla caribeña.
Otro caso de resonancia, aunque en el plano interno más que
internacional, fue el de Juan Carlos Robinson, separado de
las filas del CC del PCC en abril de 2006 y más tarde
procesado por "tráfico de influencias de carácter
continuado" y condenado a 12 años de prisión.
Observadores nacionales consideraron la sanción aplicada a
Robinson como "ejemplarizante", en un momento en
que el gobierno había anunciado su decisión de eliminar
diferentes tendencias que podían conducir al deterioro del
sistema socialista e, incluso, a su aniquilamiento
"desde adentro".
Esa
eventualidad fue mencionada por el entonces presidente Fidel
Castro el 17 de noviembre de 2005 en un extenso discurso
pronunciado ante jóvenes universitarios, que sirvió de
base para impulsar una nueva "batalla contra la
corrupción" y otros vicios, como el robo en empresas
estatales, el desvío de recursos y los abusos de poder.
"Este
país puede autodestruirse por sí mismo, esta Revolución
puede destruirse", admitió el mandatario.
"Nosotros podemos destruirla, y sería culpa
nuestra", dijo el líder histórico de la Revolución
Cubana, alejado del poder desde julio de 2006 por graves
problemas de salud.
Tal
vaticinio fue recordado el 1 de enero por Raúl Castro,
elegido para suceder a su hermano mayor en febrero de 2008,
en un discurso pronunciado en la oriental ciudad de Santiago
de Cuba en el que alertó que los nuevos encargados de
conducir el país "pudieran terminar siendo impotentes
ante los peligros externos e internos".
Castro
exhortó a los dirigentes del futuro a no sucumbir ante
"los cantos de sirena del enemigo", permanecer
unidos junto al pueblo, aprender de "la historia"
y no olvidar nunca que "esta es la revolución de los
humildes, por los humildes y para los humildes".
Desde 1996
está vigente el Código de Ética de los dirigentes del
Estado, que establece: "quienes asuman la administración
estatal no deben beneficiarse ni beneficiar a otros por razón
de parentesco o amistad, o a cambio de recibir otros
favores". El código exige honradez, modestia,
austeridad y evadir cualquier tipo de voluntarismo, vanidad,
improvisación o mediocridad profesional.
Hervidero
de conjeturas
Por
Patricia Grogg
Desde La Habana
Inter Press Service (IPS),04/03/09
Mientras el
personal de los ministerios reformados esta semana por el
presidente de Cuba, Raúl Castro, se prepara para "lo
que vendrá", analistas y gente común barajan
opciones, esperando que los cambios traigan mejoría a sus
vidas.
El estatal
diario Granma publicó este miércoles el artículo en el
que el ex presidente Fidel Castro aclaró el martes que el
masivo reajuste de gabinete y ministerios, anunciado el
lunes, cuenta con su apoyo.
Pero Castro
revolvió el avispero de las conjeturas sobre las razones
del sorpresivo relevo del canciller Felipe Pérez Roque y
del secretario del Comité Ejecutivo del Consejo de
Ministros, Carlos Lage.
Sin
nombrarlos, pero refiriéndose a ellos como "los dos
mencionados por los cables como más afectados", el ex
mandatario dijo que la "miel del poder por el cual no
conocieron sacrificio alguno, despertó en ellos ambiciones
que los condujeron a un papel indigno. El enemigo externo se
llenó de ilusiones con ellos".
En
contraste, el comunicado del Consejo de Estado que anunció
el reajuste ministerial empleó en todos los casos un
respetuoso "compañero" y el verbo
"liberar" (del cargo) para referirse a las
remociones.
"Yo te
dije ayer que esto era un truene", comentaba una mujer
a otra, ambas acodadas en el marco de sus ventanas y bajando
la voz cuando por la vereda pasaba un grupo de turistas.
En el argot
cubano, el funcionario "tronado" es aquel
destituido "estruendosamente" del cargo y que
marcha al "plan pijama", o sea para su casa.
"La
reflexión de Fidel deja ver que hubo problemas con Lage y Pérez
Roque, pero no da mayores explicaciones, habrá que esperar
a que se aclaren más las cosas", comentó a IPS una
fuente académica.
Menos
cautelosa, una joven profesora universitaria estimó que los
relevos de Lage y Pérez Roque causaron mayor sorpresa
porque "para mucha gente en Cuba (ellos) estaban
llamados a gobernar en el futuro".
"Ahora
todos quisiéramos tener más información. La acusación de
Fidel es muy seria", señaló otro profesor consultado.
Lage, de 57
años, es miembro del Buró Político del Comité Central
del gobernante Partido Comunista de Cuba (PCC) y fue
reelegido vicepresidente del Consejo de Estado en febrero de
2008. Pérez Roque, de 43 años, es miembro de esa instancia
de gobierno y del Comité Central del PCC.
Los dos
integraron en el pasado el "Grupo de Coordinación y
Apoyo del Comandante en Jefe", un equipo gubernamental
de jóvenes cuadros encargados de la supervisión y ejecución
de proyectos y asuntos priorizados por Fidel Castro. Las
funciones de ese grupo marchaban paralelas a las de los
ministerios.
Por su
estado de salud, Fidel Castro desistió de una nueva
reelección presidencial en febrero del año pasado, cuando
fue investido presidente su hermano Raúl.
Se supone
que, como parte de la institucionalidad buscada por el
actual mandatario, ese tipo de estructuras alternativas
dejan de tener sentido, y es bajo ese prisma que hay que
entender, según analistas, los cambios gubernamentales que
incluyen la fusión de algunos ministerios para concentrar
esfuerzos y recursos y mejorar la eficacia.
Raúl
Castro ha dicho que "la institucionalidad es uno de los
pilares de la invulnerabilidad de la Revolución en el
terreno político". En este aspecto, una de las
decisiones "aplaudidas" del lunes fue la de
"liberar" de sus responsabilidades como
vicepresidente del Consejo de Ministros a Otto Rivero.
Este
funcionario estaba encargado de la llamada "Batalla de
ideas", un plan creado para el perfeccionamiento del
socialismo en distintos terrenos. Incluía varios programas
que ahora pasan a los "respectivos organismos
inversionistas", según la información oficial.
"El
nuevo gobierno quiere que los ministerios realmente hagan su
papel. Esos organismos paralelos creaban una peligrosa
dualidad de poder, concentrado en personas que no tenían
que subordinarse al Consejo de Ministros, sin hablar de que
se creaba una puerta al descontrol de los recursos",
dijo a IPS un académico con experiencia en el tema.
Si bien
algunos investigadores se mostraron escépticos ante las
perspectivas abiertas por la reforma gubernamental que
comenzó Raúl Castro esta semana, esta fuente reaccionó
con entusiasmo y espera que, con el nuevo ministro de Economía
y Planificación, Marino Murillo, la empresa cubana comience
a ser más competitiva, con menos trabas y más incentivos.
La fuente
también aplaudió la fusión de las carteras de Comercio
Exterior e Inversión Extranjera, que quedó a cargo del
titular de este último ministerio, Rodrigo Malmierca, a
quien describió como "una persona con 'millas de
vuelo', que sabe cómo se mueve la economía y la política
mundial".
En opinión
de este académico, que pidió no ser identificado,
"Cuba está apostando a insertarse de verdad en el
mercado mundial" y para eso tiene que resolver
problemas internos y derogar, por ejemplo, disposiciones que
hacen que "los almacenes (tiendas) del país estén
constantemente desabastecidos" y complican a las
empresas la exportación de sus productos.
La fuente
también consideró muy acertada la designación como nuevo
ministro de la Industria Sideromecánica al general de
brigada Salvador Pardo Cruz, quien se desempeñaba como
director general de la Unión de Industria Militar,
contrariando críticas a la "militarización" del
gabinete por la integración de varios jerarcas castrenses
al equipo de gobierno.
Según este
analista, los militares consiguieron modernizar la
maquinaria bélica cubana con recursos, organización e
iniciativa nacionales, una estrategia que puede ser
transferida a la industria sideromecánica, descapitalizada
por falta de coherencia en las políticas del ministerio.
No menos
estratégico resulta el nombramiento de José Miyar
Barruecos al frente del Ministerio de Ciencia, Tecnología y
Medio Ambiente, junto con el traspaso a ese organismo del
polo científico, que hasta ahora dependía directamente del
Consejo de Estado. "Nadie sabe de la ciencia cubana más
que él", opinó la fuente.
Con esta
decisión también se eliminan injustas diferencias que
existían entre el tratamiento del Polo Científico del
Oeste de la Habana y el de otros polos científicos del país,
opinó. "Creo que 'Chomi' (como se conoce a Miyar) va a
dar un vuelco a la ciencia y a los científicos, un sector
llamado a convertirse en una fuerza productiva dinámica en
el país", consideró el experto.
La
biotecnología cubana, cuyo desarrollo comenzó en 1998, está
generando exportaciones que superan los 300 millones de dólares
anuales, según informes no oficiales, y es creciente el
interés de países que mantienen buenas relaciones con Cuba
por operaciones conjuntas de intercambio y transferencia de
conocimientos.
"Cuba
está avanzando en la creación de condiciones para dar el
salto y salir del hueco, y se va a convertir en un país
eficiente, donde el trabajo vuelva a ser la fuente de
reconocimiento social, insertado en un mundo diverso desde
la diversidad, y que le va a tocar a Raúl el mérito de
haber lanzado esta cruzada", dijo el académico.
Vasto
reajuste gubernamental de Raúl Castro
Por
Patricia Grogg
Desde La Habana
Inter
Press Service (IPS), 02/03/09
El
presidente de Cuba, Raúl Castro, inició este lunes la más
amplia reforma gubernamental de los últimos años en Cuba,
con la fusión de algunos ministerios y el relevo de más de
una decena de altos cargos, entre ellos conocidas figuras
como el secretario del Consejo de Ministros, Carlos Lage, y
el canciller Felipe Pérez Roque.
Un
comunicado del Consejo de Estado difundido al finalizar el
noticiero del mediodía de la televisión estatal, situó el
reajuste en la búsqueda de "una estructura más
compacta y funcional, con menor número de organismos de la
administración central del Estado y una mejor distribución
de las funciones que cumplen".
La
sustitución de Pérez Roque por Bruno Rodríguez Parrilla,
hasta este lunes viceministro primero de Relaciones
Exteriores, sorprendió a observadores tanto como el relevo
de Lage, de cuyas funciones como secretario del Consejo de
Ministros se ocupará ahora el general de brigada José
Amado Ricardo Guerra.
Pérez
Roque, de 43 años, y Lage, de 57 años, son representantes
de las generaciones más jóvenes con altas
responsabilidades de gobierno. El comunicado oficial no hace
referencia a la vicepresidencia del Consejo de Estado que
ocupa Lage, considerado uno de los impulsores de las
reformas económicas de la década pasada.
En tanto,
la salida de Pérez Roque aparecen en momentos de logros
diplomáticos, como el ingreso formal de Cuba al Grupo de Río,
viajes al exterior de Raúl Castro y una ola de visitas de
presidentes latinoamericanos, que continúa esta semana con
la llegada del mandatario dominicano Leonel Fernández y del
hondureño José Manuel Zelaya.
La
reestructura dispuesta por Castro comprende la fusión de
los ministerios de Comercio Exterior, Inversión Extranjera
y Colaboración Económica. Como titular de la cartera de
Comercio Exterior e Inversión Extranjera, que incluirá las
actividades de colaboración económica, fue designado
Rodrigo Malmierca Díaz.
El
Ministerio de la Industria Pesquera se unió al de la
Industria Alimenticia, que quedó a cargo de María del
Carmen Concepción González, previamente liberada de su
condición de integrante del Secretariado del Comité
Central del gobernante Partido Comunista de Cuba (PCC).
En tanto,
el titular de Economía y Planificación, José Luis Rodríguez
García, vicepresidente del Consejo de Ministros, fue
sustituido en ambas funciones por Marino Murillo Jorge,
quien hasta hoy ocupaba la cartera de Comercio Interior.
Investigadores
consultados por IPS no ven, sin embargo, mayores novedades
en este cambio ministerial ni creen que pueda traer las
esperadas transformaciones en el terreno económico.
"Quizás sea pronto para opinar, pero por ahora solo
veo más de lo mismo", dijo un académico, que pidió
no ser identificado.
Otro
investigador, que tampoco quiso dar su nombre, consideró
que el país debe reducir instituciones y simplificar las
estructuras, tanto en la base como en la superestructura,
"para lograr que las unidades o empresas productivas
dispongan de la autonomía necesaria". En este sentido,
consideró que lo aconsejable sería reducir aún más el número
de instituciones y lograr formas más simplificadas para
atender el sector alimentario, considerado estratégico por
su alta dependencia de las importaciones para atender a una
población de 11, 2 millones de personas.
Desde la óptica
de este investigador, también los ministerios del Azúcar y
de Agricultura deberían fusionarse para atender una
industria necesitada de grandes transformaciones. "Un
cambio profundo hubiera sido la unificación en uno solo de
estos dos ministerios más el de la pesca y la industria
alimenticia", dijo.
Entre los
ministros que, según la información oficial, fueron
"liberados" de sus cargos figuran Alejandro Roca
Iglesias y Alfredo López Valdés, titulares de la Industria
Alimenticia y de la Industria Pesquera, respectivamente.
También dejó sus funciones al frente de la cartera de
Comercio Exterior, Raúl de la Nuez.
La ministra
de Finanzas, Georgina Barreiro, fue sustituida por otra
mujer, Lina Pedraza Rodríguez, quien con motivo de sus
nuevas funciones también deja su lugar en el Secretariado
del Comité Central del PCC, donde atendía los órganos
globales de la economía.
En tanto,
Margarita Marlene González Fernández, vicetitular primera
del Ministerio del Trabajo, pasó a ministra de esa cartera,
en sustitución de Alfredo Morales Cartaya. En ningún caso
se explica la razón de los relevos ni los nuevos destinos
de quienes salen del gabinete.
En otra de
las decisiones de relevancia estratégica para el país, el
Consejo de Estado que preside Raúl Castro, designó a José
Millar Barrueco ministro de Ciencia, Tecnología y Medio
Ambiente, organismo al que se traslada la atención del Polo
Científico.
Esa cartera
estaba acéfala desde la muerte, el 22 de octubre de 2004,
de Rosa Elena Simeón, quien ocupaba el cargo desde la
creación del ministerio, en 1994. El Polo Científico
agrupa a las principales instituciones de ese sector, que
hasta ahora dependían directamente del Consejo de Estado.
Según la
nota oficial, el reajuste fue acordado a propuesta del
presidente Castro, previa consulta con el Buró Político
del PCC. Al asumir su cargo, el 24 de febrero del pasado año,
el nuevo gobernante cubano anunció que se continuaría
perfeccionando la institucionalidad del país.
También
solicitó al parlamento que, en caso de "decisiones de
especial trascendencia para el futuro de la nación, sobre
todo en la defensa, política exterior, desarrollo socioeconómico
del país", se le permitiera "continuar consultándolas
al líder de la revolución, el compañero Fidel
Castro", su hermano.
Días
antes, Fidel Castro, alejado del poder por graves problemas
de salud desde julio de 2006, había anunciado su decisión
de no aceptar una nueva reelección como presidente de los
Consejos de Estado y de Ministros, cargos que ocupaba desde
1976. El líder histórico de la Revolución Cubana conserva
el cargo de primer secretario del PCC.
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