Sigue
el impasse en medio de un equilibrio muy inestable
El “diálogo” fue una trampa
para desarmar
al movimiento de masas
Por Roberto Sáenz
Desde una Honduras en lucha contra el golpe de estado, 10/07/09
El promocionado "diálogo" impulsado por el gobierno de Barack
Obama ha terminado como se esperaba: sin pena ni gloria.
Desde el vamos, para los socialistas revolucionarios estuvo claro que no se
debía tener ninguna confianza en el susodicho “diálogo”.
Lo que buscaba era sacar la tensión de la resistencia
antigolpista del terreno de la lucha en las calles en
Honduras, para llevarlo a las alturas de las negociaciones y
los “buenos oficios” de la diplomacia capitalista.
Y esto fue lo que ocurrió. A todos los efectos prácticos, para lo único
que sirvió, fue para que el gobierno de Micheletti ganara
tiempo, para que entre los explotados y oprimidos de
Honduras se generase una falsa expectativa y para que
los golpistas se paseen por el mundo dándose el lustre
de "gobierno en ejercicio de Honduras"...
Como habíamos señalado, desde el comienzo el diálogo estaba condenado a
ser una pérdida de tiempo, porque ambas partes estaban
dispuestas en conceder en todo, salvo en un punto antagónico
fundamental: la re-asunción o no de Zelaya, el
desplazamiento o no de Micheletti.
El propio Micheletti al bajar de su avión en Costa Rica, antes de ir a la
casa de Arias, proclamó que él era el presidente
"constitucional" en ejercicio de Honduras, y que
en ese punto de ninguna manera iba a retroceder...
Una
impasse que continúa... pero que no podrá durar
eternamente
¿Qué explicación tiene esta posición tan dura de los golpistas? Es muy
sencilla: la clave es que todavía la situación interna de
la propia Honduras no termina de forzar la salida de los
golpistas.
El golpe de estado de Micheletti tiene el límite que marca la
situación internacional y regional, que se expresa en que
los principales gobiernos de la burguesía mundial se han
declarando -de palabra- en contra suyo.
Al mismo tiempo, también es verdad que el gobierno de facto está
enfrentando una importantísima respuesta de amplios
sectores de masas... pero todavía no es de tal magnitud
que lo desborde.
Y, en una situación en que mantiene el control del país, puede hacer la
bravuconada de decir que no piensa retroceder.
La otra paradoja está en el terreno de las masas: aquí, da toda la sensación
de que un amplio sector de masas (quizás ya una mayoría de
la masas populares) se ha inclinado contra el golpe. Sin
embargo, la propia Jornada Nacional de Lucha, viernes 10, de
hoy ha estado por debajo de las expectativas.
Salvo con honrosas excepciones, en la mayor parte del país la jornada fue
muy desigual. Una de esas excepciones fue la de la región
de El Progreso. Allí la movilización fue todo un éxito,
con la participación de más de 5.000 personas a pesar de
momentos de lluvia torrencial. No casualmente, en El
Progreso tiene peso una dirección independiente con mucha
incidencia de los compañeros del PST, integrantes de la
Corriente SOB Internacional.
Lo que sucedió es que no sólo entre las masas anidaron expectativas en la
negociación: la dirección del movimiento popular ligada
Mel Zelaya, evidentemente tampoco está a favor de
impulsar una movilización de masas que desborde a los
golpistas. Que se transforme realmente en una rebelión
popular, que los derrote en el terreno de la lucha de
clases.
Es en este sentido que, entonces, en Honduras se vive una situación de impasse
tal cual insistimos en nuestro anterior informe del miércoles
8.
Nada
está decidido aún
Y se trata de un impasse que, si bien no se termina de resolver ni para un
lado ni para el otro, por ahora favorece a los golpistas.
En la medida en que no hay una rebelión que los desborde,
el tiempo -en un sentido- juega a favor de ellos.
Sin embargo, nada está decidido aún. S- está en un equilibrio
muy inestable. Por eso, siguen planteadas tanto la
eventualidad de un salto represivo, como la
posibilidad de que cualquier hecho detone realmente una
rebelión popular lisa y llana.
En todo caso, los socialistas revolucionarios, en Honduras y en el exterior,
debemos seguir apostando al estallido de esa verdadera
rebelión aquí, y desarrollando verdaderas acciones de
masas contra los golpistas en toda América Latina. Es hora
que Chávez y Cia. pasen de las palabras a los hechos: ¡hace
falta una jornada continental de lucha!
Es que ahora, el peor peligro es que las cosas se “adormezcan” con el
paso del tiempo, se “naturalicen”, perdiendo de vista
que los golpistas siguen ahí y que, inevitablemente de
afirmarse, habrá un giro represivo. Esto significaría
un precedente terrible para todo el ciclo político
regional.
Las tendencias que venimos señalando están inscritas en la lógica misma
de los acontecimientos: el golpe se deberá afirmar como tal
golpe, actuando acorde a su naturaleza, o, alternativamente,
las masas deberán pegar un salto en su resistencia y
transformar su lucha en una rebelión popular hecha y
derecha: ¡el actual impasse no puede durar cien años!
En Honduras, desde los sectores más de vanguardia de la resistencia, es
fundamental ir desarrollando una lucha por una dirección
consecuente de la resistencia, so pena de quedar
enredados en los enjuagues por arriba que impulsa el
“melismo” y que son una callejón sin salida.
¡Esta es la tarea que cabe a los sectores independientes de
la CNRP y a los socialistas revolucionarios hondureños!
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