Un
golpe hecho a la medida de los lobbistas
de la Casa Blanca
Por
Amy Goodman
Democracy
Now!, 05/08/09
El
Presidente de Honduras Manuel Zelaya, que fue derrocado y
enviado al exilio en plena madrugada hace poco más de un
mes, goza de apoyo mundial para su regreso, con la excepción
del gobierno de Obama. A pesar de que Barack Obama
inicialmente calificó el derrocamiento de Zelaya por parte
de los militares como un golpe, su gobierno dio marcha atrás.
La Secretaria de Estado Hillary Clinton dijo que el intento
de Zelaya de cruzar la frontera hacia Honduras fue
“irresponsable”. ¿Será que los lobbistas que tienen
una posición privilegiada en Washington están forjando la
política exterior estadounidense?
Lanny
Davis fue asesor especial del Presidente Bill Clinton de
1996 a 1998, se desempeñó como abogado, administrador de
crisis y vocero a lo largo de los diversos escándalos de
Clinton. Davis ha desarrollado una especialidad muy
lucrativa como socio de Orrick, Herrington & Sutcliffe,
que ofrece un servicio “único de asesoramiento en
comunicaciones en situaciones de crisis legal" y brinda
apoyo a personas involucradas en investigaciones o escándalos.
Según recientes documentos presentados al Congreso, Davis
está haciendo lobby para el capítulo hondureño del
Consejo de Empresarios de América Latina (CEAL). Zelaya
recientemente había aumentado el salario mínimo en
Honduras.
Davis
declaró ante el Congreso el 10 de julio y dijo que sus
clientes “consideran que la mejor oportunidad para una
solución es el diálogo entre el Sr. Zelaya y el Presidente
[Roberto] Micheletti, con la mediación del Presidente [Óscar]
Arias, que está teniendo lugar en este momento en Costa
Rica”. Esto lo dijo antes de que la mediación de Arias
terminara en un llamado a favor del retorno de Zelaya. El
portavoz del golpe César Cáceres dijo: “El anterior
presidente de Honduras nunca podrá volver a asumir la
presidencia porque ha declarado fracasada la mediación".
Davis
continuó su declaración ante el Congreso: “Nadie quiere
que se derrame sangre, y nadie debería estar incitando a la
violencia”. Sin embargo, varios seguidores de Zelaya
fueron asesinados, y ha habido un gran ataque a los medios
independientes, lo cual ha provocado que sea muy difícil
obtener información.
En
una comunicación telefónica que mantuve con Zelaya cuando
se encontraba en Nicaragua, cerca de la frontera con
Honduras, le pregunté acerca de la reticencia de Obama a
utilizar la palabra golpe. Me dijo: “La humanidad entera,
gobiernos, organismos internacionales, todos los abogados y
jueces del mundo han calificado el hecho de capturar a un
presidente a las cinco de la mañana sin hacerle ningún
juicio, capturarlo a balazos, como un golpe de Estado. Nadie
duda de que eso es un golpe de Estado.”
Bennet
Ratcliff, otro personaje vinculado al gobierno de Clinton,
fue un asesor fundamental del presidente de facto Micheletti
durante las negociaciones de Costa Rica. Según la biografía
que figura en la página web de su empresa, Ratcliff creó
“anuncios de televisión y radio para las campañas del
Presidente Bill Clinton de 1992 y 1996”. Otra socia de la
empresa, Melissa Ratcliff, “trabajó como estratega de
comunicaciones para la Casa Blanca durante el gobierno de
Clinton”. Su empresa promete “acceso a autoridades clave
y personas influyentes”.
El
lobbista Roger Noriega tiene objetivos similares en contra
de Zelaya. Noriega fue Subsecretario de Estado para América
Latina durante el gobierno de George W. Bush y es ex
asistente del Senador Jesse Helms. Noriega fue contratado
para hacer lobby a favor del golpe por la Asociación
Hondureña de Maquiladoras, propietarios de fábricas que
exportan productos, principalmente a Estados Unidos, y pagan
salarios muy bajos.
Tanto
Noriega como Davis representan a los intereses empresariales
que se benefician del “libre comercio” con Estados
Unidos. Zelaya, electo originalmente con el apoyo del sector
empresarial hondureño, dio un giro hacia políticas más
populares. Recientemente hizo que Honduras pasara a formar
parte del bloque comercial Alternativa Bolivariana para las
Américas (ALBA), conformado por países como Venezuela y
Bolivia para contrarrestar el dominio económico de Estados
Unidos.
Durante
la campaña presidencial de Hillary Clinton, Davis repitió
una y otra vez la afirmación de que Obama no sería capaz
de manejar una crisis “si lo llamaban a las 3 de la
madrugada”.
En
su reciente vista a África, Obama habló sobre la
importancia de la democracia. Sin embargo, en su propio
patio trasero hay un golpe de Estado y su gobierno ha hecho
muy poco para revertirlo. Obama viajará a México el 9 de
agosto para reunirse con el Presidente Felipe Calderón y el
Primer Ministro canadiense, Stephen Harper. Se prevé que
Honduras sea uno de los temas de la agenda. La llamada a las
3 de la madrugada ya se hizo. ¿A quién escuchará Obama?
¿A la democracia, o a los “expertos” contratados por
los intereses especiales, contra quienes Obama prometió el
cambio?
(*)
Amy Goodman es la presentadora de “Democracy Now!”, un
noticiero internacional diario de una hora que se emite en más
de 550 emisoras de radio y televisión en inglés y en 200
emisoras en español. Es coautora del libro “Standing Up to the Madness: Ordinary Heroes in
Extraordinary Times,”. Denis
Moynihan colaboró en la producción periodística de esta
columna.
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