Dice
que “condena” el golpe... pero no llama reintegrar a
Zelaya
La
postura de Obama
Por
Marina Litvinsky
Inter
Press Service (IPS), 12/08/09
Washington.–
Una carta del Departamento de Estado (cancillería) de
Estados Unidos despertó dudas sobre cuál es efectivamente
la postura del gobierno de Barack Obama en torno a la crisis
en Honduras
En
una misiva enviada el 4 de este mes al senador Richard
Lugar, principal representante del opositor Partido
Republicano en el Comité de Relaciones Exteriores de la cámara
alta, la administración de Obama condenó el golpe de
Estado en ese país centroamericano, aunque atribuyó cierta
responsabilidad en lo sucedido al depuesto mandatario Manuel
Zelaya y no hizo un expreso llamado a reintegrarlo en el
cargo.
La
carta estaba firmada por el secretario de Estado asistente
para Asuntos Legislativos, Richard Verma.
"Nuestra
estrategia para comprometernos (en la crisis) no se basa en
apoyar a ningún político o individuo en particular",
indicó. "También reconocemos que la insistencia del
presidente Zelaya en realizar acciones provocativas
contribuyeron a la polarización de la sociedad hondureña y
llevaron a una confrontación que desató los
acontecimientos que terminaron con su remoción".
Vicki
Gass, especialista en Honduras de la Oficina de Washington
sobre América Latina, sostuvo que el texto demostraba el
respaldo de Estados Unidos a un gobierno democrático y al
imperio de la ley en Honduras, pero no necesariamente a
Zelaya.
"Estados
Unidos no ha apoyado a Zelaya", dijo a IPS. "Apoya
el orden democrático, lo que implica su regreso, pero eso
no significa que les guste".
Frederick
Jones, portavoz del presidente del Comité de Relaciones
Exteriores del Senado, John Kerry, dijo el viernes que el
senador estaba preocupado por la posibilidad de que la carta
enviara "una señal confusa" sobre el compromiso
de Washington para restaurar a Zelaya en su cargo de
presidente.
Algunos
señalan que la carta fue una respuesta a otra enviada por
Lugar el 30 de julio a la secretaria de Estado, Hillary
Clinton, pidiéndole que explicara su política en Honduras.
"Solicito
que el Departamento provea a los miembros interesados una
detallada clarificación de los pasos que ha tomado e
intenta dar en respuesta a los acontecimientos previos y
posteriores a la remoción forzada del presidente Manuel
Zelaya de Honduras", había escrito Lugar a Clinton.
Como
forma de condenar la falta de una acción decisiva de
Washington en la crisis de Honduras, los senadores
republicanos dejaron en suspenso la confirmación de dos
candidatos de Obama para puestos diplomáticos clave: Arturo
Valenzuela como secretario de Estado asistente para Asuntos
del Hemisferio Occidental y Thomas Shannon como embajador en
Brasil.
Gass
dijo que el vacío en esos cargos se estaba sintiendo en el
Departamento de Estado, y la carta habría sido una medida
para satisfacer a los republicanos y facilitar que los
nominados sean confirmados.
Existe
una clara división en el Congreso sobre cómo debería
resolverse la crisis hondureña. Los legisladores del
gobernante Partido Demócrata apoyan el regreso de Zelaya a
la Presidencia, aunque con poderes limitados, mientras que
los republicanos están en contra.
Estos
últimos han incluso señalado que el golpe contra el
mandatario hondureño salvó a la democracia en ese país de
una "dictadura populista" como la que, según
consideran, lidera el presidente venezolano Hugo Chávez,
aliado de Zelaya.
Estados
Unidos revocó las visas diplomáticas de cinco personas del
gobierno de facto de Roberto Micheletti. También suspendió
las operaciones antidrogas de bases militares estadounidense
en territorio hondureño, retuvo 16 millones de dólares de
un paquete de asistencia por un total de 250 millones y
alertó que podría no desembolsar el 10 por ciento restante
de los fondos.
Estados
Unidos también ha apoyado fuertemente los esfuerzos de
mediación del presidente de Costa Rica, Oscar Arias, quien
propuso un plan para el regreso de Zelaya al gobierno
conocido como Acuerdo de San José.
La
carta también señalaba que Washington rechazaba la idea de
imponer sanciones al régimen de Micheletti.
Gass
sostuvo que la respuesta de Estados Unidos ha sido
inconsistente. La administración de Obama "necesita
tener más carácter para condenar el golpe y ser más
consistente en el Departamento de Estado", sostuvo.
Además,
indicó que Washington necesita "enviar un mensaje más
fuerte al gobierno de facto", cancelando las visas a
sus familiares y congelando sus cuentas bancarias.
La
carta del Departamento de Estado molestó a algunos líderes
latinoamericanos que han cuestionado la falta de acción de
Washington. Se produjeron protestas fuera de la embajada
estadounidense en Tegucigalpa.
El
viernes pasado, Obama indicó a periodistas que seguía
apoyando el regreso del mandatario hondureño depuesto, pero
aclaró: "No puedo presionar un botón y
sorpresivamente reinstalar al señor Zelaya".
En
la cumbre de líderes de América del Norte, celebrada el
lunes, Obama rechazó las críticas de que no había hecho
lo suficiente en el caso hondureño.
"Las
mismos críticos que dicen que Estados Unidos no ha
intervenido lo suficiente en Honduras son los que dicen que
estamos siempre interviniendo, y que los yanquis tienen que
irse de América Latina. Puede verse desde los dos
lados", afirmó.
"Si
esos críticos piensan que es apropiado que sorpresivamente
actuemos de una manera que en cualquier otro contexto
consideran inapropiada, entonces creo que eso indica que
quizás haya algo de hipocresía en su enfoque de las
relaciones entre Estados Unidos y América Latina, que
ciertamente no van a guiar las políticas de mi administración",
añadió.
Aunque
la Casa Blanca no ha hecho comentarios sobre la carta,
Robert Wood, el portavoz de la Presidencia, defendió en
conferencia de prensa el lunes los esfuerzos del gobierno en
el caso de Honduras y reiteró que se mantendrá del lado de
Zelaya.
"Hemos
dejado en claro cuál es nuestra posición", dijo a
periodistas. "Somos un gran partidario del presidente
Zelaya. Queremos ver que regrese. Lo hemos dejado en claro.
No debe haber dudas sobre eso".
Una
delegación de cancilleres, liderada por el secretario
general de la Organización de Estados Americanos, José
Miguel Insulza, anunció sus planes de visitar Honduras en
los próximos días para convencer a Micheletti que acepte
el Acuerdo de San José, según el cual Zelaya concluiría
su mandato en enero de 2010 y se adoptaría una amnistía
política para los responsables del golpe.
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