EEUU
corta la ayuda a para presionar a los golpistas
Por
Ana Baron
Corresponsal
en Washington
Clarín,
04/09/09
Es
para forzar al actual régimen a restablecer al derrocado
Manuel Zelaya. La medida reactivó el contacto informal
entre los representantes del gobierno de facto y los
zelayistas. El presidente destituido se reunió ayer con la
canciller Clinton.
EE.UU.
dio por terminada ayer la asistencia financiera no
humanitaria a Honduras al tiempo que advirtió que, sino se
revierte el golpe que derrocó al presidente Manuel Zelaya y
hay un retorno a la constitucionalidad del país, no
reconocerán los resultados de las elecciones convocadas
para el 29 de noviembre.
El
comunicado distribuido a la prensa ayer por el Departamento
de Estado informó también que revocarán las visas de
todos los miembros del gobierno de facto de Roberto
Micheletti.
Con
estas tres medidas, la secretaria de Estado, Hillary Clinton,
dejó en claro su apoyo a la mediación del presidente
costarricense Oscar Arias y a la restauración de Zelaya,
ambos puntos previstos en el Acuerdo de San José. Y esta
toma de posición por parte de EE.UU. provocó una reacción
rápida: ambos bandos hondureños reanudaron los contactos
informales, según confirmó anoche Clarín.
"Estamos
sentando un precedente y enviando un mensaje a todo militar
o civil que esté pensando en derrocar ilegalmente a un
presidente electo en cualquier país del mundo. Sus acciones
tendrán consecuencias", dijo un alto funcionario
estadounidense quien advirtió que el tiempo no está a
favor de los golpistas como ellos piensan sino todo lo
contrario: "Las consecuencias peores llegarán a largo
plazo", aseguró.
Sin
embargo no está en claro por qué el gobierno de Barack
Obama sigue negándose a declarar oficialmente y legalmente
que lo ocurrido en Honduras fue un "golpe de Estado
militar". El alto funcionario explicó que la
secretaria de Estado tiene el poder de terminar con la ayuda
no humanitaria sin necesidad de hacer esa declaración.
Algunos
observadores especulaban ayer con que la verdadera razón
por la cual se resisten a dar ese paso es porque si se
tratara de un golpe de Estado, el Congreso de EE.UU. debería
dar su visto bueno en el caso de que el Departamento de
Estado decidiera restablecer la ayuda revocada ayer.
El
recorte es por un total de 31 millones de dólares. Son 9,4
millones de la agencia USAID destinados al desarrollo; 8,9
millones de fondos estatales para la financiación del Ejército
y para su entrenamiento; 1,7 millones de dólares de fondos
de "ayuda en seguridad" y 11 millones más de la
gubernamental Cuenta Reto del Milenio (MCC). No se han
cortado 170 millones de dólares: 70 de asistencia bilateral
considerada humanitaria y otros 100 que la MCC tiene ya
asignados para Honduras en el marco de su programa
quinquenal que llega hasta 2010.
Pese
a que la medida no supone un ahogo económico en lo concreto
ya que la ayuda ya había sido suspendida de hecho después
del golpe del 28 de junio, la reacción del gobierno de
facto de Roberto Micheletti fue virulenta. Uno de sus
voceros acusó al gobierno de Obama de "irse por el
lado de Hugo Chávez" mientras que otro agregó que así
EE.UU. estaba apoyando la expansión del marxismo en la región.
Tras
la reunión que Zelaya tuvo con Hillary Clinton ayer en
Washington, el presidente derrocado prometió que va "a
volver al país por la buenas o por la malas."
El
alto funcionario del Departamento de Estado dejó la puerta
abierta para que esto no sea necesario. "La propuesta
de Arias, que nosotros apoyamos firmemente, prevé que para
que Honduras retorne a un camino constitucional es necesario
que Zelaya regrese a la presidencia", explicó mientras
agregaba que "este es el proceso que estamos apoyando,
ahora las partes han vuelto al diálogo, tratarán de llegar
a un tipo de acuerdo en este marco. En la medida que sigan
este rumbo tendrán el apoyo de Arias y de EE.UU."
Una
fuente diplomática latinoamericana confirmó a esta
corresponsal que "la gente de Zelaya y representantes
de Micheletti están en este momento negociando
informalmente en Washington."
Sea
como sea, en el Congreso de EE.UU. tanto la derecha
conservadora republicana como el progresismo demócrata ayer
pusieron el grito en el cielo. El demócrata Howard Berman,
presidente del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara
baja, pidió al gobierno demócrata que determine
formalmente que hubo un "golpe militar" en
Honduras y elimine casi toda la ayuda. En el otro extremo,
la diputada cubana Ileana Ros Lehtinen, líder de la minoría
republicana, dijo que las medidas de ayer socavan los
intereses de la seguridad nacional de EE.UU.
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