Cuando los hechos en Honduras comienzan a tener una
aceleración mayor debido a la presencia del presidente
Manuel Zelaya en el país, Sirel entendió necesario
dialogar con Carlos Reyes, secretario general del Sindicato
de Trabajadores de la Industria de las Bebidas y Similares (STIBYS),
integrante del Comité Mundial de la UITA y candidato
presidencial popular por las organizaciones sociales, para
recibir y difundir su análisis de la actual coyuntura en
ese país.
Lo que sigue es lo esencial de dos charlas mantenidas con
Carlos Reyes, una en directo obtenida por Giorgio Trucchi en
su casa de Tegucigalpa donde se recupera de las heridas
infligidas por la represión, y la otra apenas un día después
en una conversación telefónica con Carlos Amorín, desde
Montevideo.
"A partir de la llegada del presidente Manuel Zelaya
las cosas han cambiado en muchos aspectos. Varios de los
compañeros de la UITA que han estado acá han constatado
que los niveles de movilización del pueblo han ido
creciendo siempre. En el momento de la llegada de Zelaya,
que nos sorprendió a todos, se estaba registrando el pico más
alto de la movilización. Aún así, mucho más gente salió
a la calle con mayor entusiasmo, sin duda muchos de ellos
afines al Partido Liberal del cual es originario Zelaya.
Esta primera enorme movilización que duró hasta la
madrugada como si fuese un carnaval, preocupó mucho a los
golpistas que ese mismo día, a las 16hs, decretaron el
toque de queda.
Ésto indicaba que las cosas empeorarían en la noche o la
madrugada. Y así ocurrió, porque aparecieron carros
quemados y negocios atacados que no fueron obra de la
Resistencia. Con ésto pretendieron justificar la represión
tremenda que lanzaron al día siguiente y que costó la vida
de un compañero, y ayer tuvimos que enterrar a otra compañera
víctima de los gases que lanzaron en las calles, ante la
embajada de Brasil.
En el interior del país también se registró un
incremento de la movilización, que hubiese sido mucho mayor
si el Ejército no lo hubiese impedido tomando las
carreteras y los puentes, bajando a la gente de los buses
que venían hacia la capital y devolviéndola a sus
territorios, encarcelándola y, en algunos casos, hasta
golpeándola.
Ésto conspiró contra la previsión de que la capital sería
colmada por la presencia del pueblo en las calles, pero sin
embargo la presencia de Zelaya en el país trajo efectos
positivos a nivel internacional, ya que en la Asamblea de
las Naciones Unidas varios Presidentes se refirieron a
nuestra situación y de forma contundente, e incluso se
pronunció el Consejo de Seguridad de la ONU.
Aunque casi todas esta fueron declaraciones políticas que
expresaban la esperanza de que se llegue a resultados por
medio del diálogo, es muy positivo que Honduras esté
nuevamente en la palestra mundial.
Siento que los golpistas están arrinconados, y por eso
reaccionan declarando el Estado de Sitio y suspendiendo
garantías constitucionales, entre ellas las de expresión y
reunión.
No obstante, la Resistencia continúa movilizándose,
concentrándose en la Universidad Pedagógica, donde la
Policía rodea sistemáticamente el predio y corta las
salidas para que no surjan manifestaciones hacia el centro o
hacia los barrios. La mayoría de los compañeros se
sentaron en la calzada y allí permanecieron por más de
cuatro horas, desafiando a la dictadura.
Ésto es otra muestra de que el pueblo hondureño no cesará
su resistencia al Golpe de Estado, y continuará su lucha
hasta llevar este proceso a un buen término, es decir, a la
caída de los golpistas.
Que nadie se engañe, Esto no le concierne sólo a
Honduras, se trata de un mal precedente para toda la clase
trabajadora, para el movimiento sindical y para todo el
mundo, ya que estos procesos golpistas, cuando son exitosos,
sirven de ejemplo a otros.
Este Decreto Ejecutivo coloca aún en mayor riesgo el
proceso electoral. Como candidatura independiente hemos
dicho que los golpistas se autocalifican como "sucesión
constitucional" para poder legitimar las elecciones del
29 de noviembre inventándoles un marco democrático que no
existe. Ellos hablan de diálogo, pero sólo para avalar
esas elecciones que saben les otorgará el gobierno por las
buenas o las malas. Ese es el proyecto táctico de los
golpistas, evitando así la instalación de una Asamblea
Constituyente que pueda establecer reglas de juego políticas
más equitativas y democráticas de las que hemos tenido
hasta ahora.
Si los candidatos populares y democráticos no nos
retiramos de ese proceso electoral, estaríamos avalando
todo ese andamiaje y debilitando a la Resistencia.
Lo único que aceptan estos golpistas es un acuerdo que
los perpetúe en el poder sin restitución de la legalidad.
Cuando se sienten debilitados, avanzan rápidamente aún más
adelante en la represión, y después anuncian que estarían
dispuestos a dialogar cediendo hasta el mismísimo punto de
origen, o sea que no ceden nada. Es importante que la opinión
internacional entienda que ellos usan este mecanismo.
Un diálogo o acuerdo en estas condiciones es un fracaso,
y a tal punto lo es que el propio Congreso que apoyó el
golpe no tiene una correlación de fuerzas suficiente para
aprobar ese Decreto Ejecutivo.
Nosotros esperamos que la comunidad internacional haga
mayores esfuerzos. La OEA ha decidido que mandará otra misión,
y será bienvenida por nosotros, pero es dudoso que se logre
avanzar si no se hacen además otras cosas.
Estamos tranquilos porque vemos que el pueblo está
avanzando en capacidad de lucha, en conciencia, en
organización, y sabemos que finalmente la victoria será
del pueblo hondureño. Nuestra tarea debe ser continuar en
la Resistencia. De todas formas, ya estábamos viviendo bajo
Estado de Sitio aunque no estuviese formalmente declarado.
De qué otra manera se puede explicar tantas muertes que
hemos tenido, tantos heridos. Ahora acabo de visitar en el
Hospital al presidente del Sindicato del Instituto de
Formación Profesional a quien le pegaron un balazo en la
cabeza, está en cuidados intensivos y tiene pendiente una
operación muy riesgosa que, sin embargo, no podrá eliminar
todas las secuelas ya que tiene afectada una parte del
cerebro.
Todo esto nos está costando mucho, pero sabemos que si no
luchamos ahora más adelante seremos ahogados en un baño de
sangre. Quienes están dirigiendo la seguridad del Estado
son los mismos que estuvieron en la década de los 80, y éstos
son directamente asesinos. Si no hubo aún más muertes
hasta ahora es porque los tiene preocupados la movilización
social y la presencia de la prensa internacional.
En ese sentido, hacemos un llamamiento a todo el
movimiento sindical mundial, especialmente al de Estados
Unidos, para que se analice la posibilidad de instrumentar
un boicot a los productos hondureños, ya sea en los puertos
o en los transportes carreteros, ya que eso sería de una
grandísima ayuda para nuestra Resistencia, que el
aislamiento no sea sólo diplomático –lo que es
importante– sino también económico e instrumentado por
los trabajadores".