Tegucigalpa.–
El jefe de las FF.AA. hondureñas, general Romeo Vázquez,
sonríe siempre. Quizás hasta sonrió cuando recibió la
orden de echar a Zelaya y llevarlo a un avión, aunque él
lo niega. Le había jurado lealtad, pero no aceptó
participar del reparto de urnas para la consulta que buscaba
el presidente sobre una Constituyente. Ayer, también
sonriente, dijo a periodistas, entre ellos al enviado de Clarín,
que "rápidamente estamos llegando a una solución, es
lo que todos estamos esperando". Llamó al diálogo y
parecía confiado.
Ese
mismo clima armonioso plantean los empresarios. Uno de los más
poderosos, Adolfo Facussé, líder de la Asociación
Nacional de Industriales, estuvo con otros ejecutivos el
domingo en la embajada estadounidense. Y ayer dijo que el
plan sobre el que trabajan junto a la Iglesia y los propios
Micheletti y Zelaya (al menos ya tendrían el papel en
estudio, afirmó) es que Micheletti renuncie y vuelva al
Congreso con un cargo vitalicio y que se restituya a Zelaya
por muy breve tiempo y con todas sus atribuciones
recortadas, cediendo el control a un consejo de ministros
multipartidario con vigilancia militar. Amnistiado de
delitos políticos, debería presentarse a la Justicia por
causas de delitos comunes que le siguen. El plan se conoce
como "casa por cárcel".
Ayer
el diario local El Heraldo, que apoyó el golpe,
informó que Facussé expuso esta idea al embajador de
EE.UU., Hugo Llorens, y los candidatos de los partidos políticos.
"También presenté el documento al presidente
Micheletti y el obispo de Tegucigalpa, Juan Pineda, se lo
hará conocer a don Manuel Zelaya", indicó Facussé.
El
plan Facussé incluiría cláusulas de intervención militar
de paz para garantizar el acuerdo. Srían, según la versión,
3.000 soldados y policías de Panamá, Colombia y Canadá. Y
la obtención de créditos externos para Honduras, cuya
economía fue muy dañada.
Ayer
otra marcha en su favor, de unos 2.000 personas, se
reunieron en la Universidad Pedagógica, pero la Policía
volvió a impedir que caminara. Llegados desde Choluteca, al
sur, Marleny Pavón Suazo y Horacio Godoy dijeron a Clarín
que "hace falta más presión internacional, qué
esperan, que nos maten a todos". Venían otros de Paraíso,
San Pedro Sula o Olancho, todos muy humildes y maltratados
por el tránsito. Una mujer con cara de Miami lanzó una
puteada al pasar con su 4x4.