Lobo
juró en un estadio semivacío, ocupado por militares y
policías rígidos,
y hombres y mujeres vestidos con sus
mejores trajes
Lobo
asumió la presidencia, Zelaya se despidió
El
presidente entrante acompaño al aeropuerto al
jefe de
estado derrocado
Por
María Laura Carpineta
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12, 28/01/10
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Lobo con
Zelaya en la embajada de Brasil:
resultaron ser grandes
amigos
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“Lobo y Zelaya conversaron
durante todo el trayecto. Tienen una relación muy antigua,
sus familias eran amigas. Además, Lobo contribuyó mucho
para que tuviera una salida digna... Lobo se comprometió a
continuar fortaleciendo la reconciliación nacional...”
En
su discurso de investidura, Porfirio Lobo anunció la
promulgación de una amnistía general a los golpistas y
dijo que una de sus primeras medidas será aprobar una ley
de Protección de la Inversión Extranjera.
Flanqueado
por uniformes militares, Porfirio Lobo asumió la
presidencia hondureña ayer al mediodía en el estadio
nacional de Tegucigalpa. No juró ante una multitud eufórica,
sino frente a un campo ocupado por militares y policías rígidos
y tribunas a medio llenar de hombres y mujeres vestidos con
sus mejores trajes. “Acabamos de salir de la peor crisis
política de nuestra historia democrática, pero hemos
logrado evitar todos los grandes peligros que afrontaba
nuestra nación”, dijo victorioso Lobo luego de acomodarse
la banda presidencial. Con ese mismo aire triunfalista
anunció su primera medida: la promulgación de una amnistía
general (ver recuadro). Lo hizo allí mismo y una hora después
se lo comunicó en persona al ya ex presidente Manuel
Zelaya. No bien cumplió con las formalidades, Lobo fue a la
embajada brasileña, junto con sus pares de República
Dominicana y Guatemala, para escoltar a Zelaya hasta el
aeropuerto, desde donde partió a Santo Domingo. Aunque lo
intentó, no lo dejaron despedirse de las decenas de miles
de personas que se agolpaban en las rejas que bordean la
pista de aterrizaje. Se fue serio, pero tranquilo. “Nos
prometió que volverá muy pronto”, aseguró el líder de
la Resistencia, Juan Barahona, como autoconvenciéndose.
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Asume Lobo bien rodeado de
golpistas
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Fue
un viaje ameno, según relató a este diario el ex candidato
presidencial de la izquierda, César Ham, quien viajó junto
a la comitiva hasta el aeropuerto Toncontín. El veterano
dirigente político fue uno de los que repudió el golpe de
Estado desde el primer momento y ahora será el titular del
Instituto Agrario bajo el mando de Lobo. “Lobo y Zelaya
conversaron durante todo el trayecto. Tienen una relación
muy antigua, sus familias eran amigas. Además, Lobo
contribuyó mucho para que tuviera una salida digna”,
explicó el dirigente, recordando la decisión del nuevo
presidente de firmar un salvoconducto para el mandatario
derrocado y su entorno más cercano. “Lobo se comprometió
a continuar fortaleciendo la reconciliación nacional”,
agregó, sin disimular el sinsabor que había dejado esa
“salida digna”.
Al
igual que Ham, las decenas de miles de personas que se
concentraron desde temprano para despedir al presidente
derrocado estaban convencidas de que Zelaya volverá al
pequeño y empobrecido país centroamericano. Las cámaras
de televisión extranjeras no mostraron llantos y
desesperación, sino un reconocimiento alegre hacia un
presidente que resistió casi cinco meses de asedio militar
y político. Ayer cientos de policías y militares volvieron
a rodearlo y evitaron que se acercara a sus seguidores, como
inicialmente tenía planeado.
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Los militares concurrieron
masivamente
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“Zelaya
estuvo dispuesto a irse porque sabe que así continuará la
lucha y la resistencia”, explicó Barahona, mientras daba
direcciones a sus compañeros para empezar a desconcentrar.
Hacía apenas 15 minutos que el avión blanco privado había
despegado con Zelaya, su esposa, su hija menor y su abogado
y compañero leal, Rasel Tomé. A pesar de su inquebrantable
convicción, la desazón se sentía en su voz.
“Hoy
recibió el mandato presidencial otro golpista. La
Resistencia no reconoció las elecciones y no reconocerá a
este gobierno. Por eso continuaremos con la lucha, aunque
sabemos que el partido político que asumió con Porfirio
Lobo es uno de los más represivos. La política de este
gobierno va a ser una continuación de la dictadura. Van a
imponer medidas neoliberales y para eso tendrán que
reprimir al pueblo”, advirtió el dirigente sindical.
En
su discurso de asunción, Lobo habló de impulsar una economía
social de mercado, pero anunció que una de sus primeras
medidas será aprobar una Ley de Protección de la Inversión
Extranjera. “Debemos atraer la inversión extranjera, serán
bienvenidos todos. Aquí encontrarán leyes justas y reglas
claras, enmarcadas bajo el principio de la responsabilidad
social empresarial”, declaró. Uno de sus asesores en la
transición le había confiado a este diario hace unas
semanas que una de las prioridades del nuevo gobierno será
“hacer más eficiente al Estado” y “reducir el enorme
gasto público”.
Pero
por ahora algunos zelayistas e incluso el mismo Zelaya
prefieren esperar antes de criticar a Lobo. “Ayer se firmó
una amnistía que de algo va a servir en el proceso de
reconciliación nacional. Pero tendrá que trabajar mucho
para que la democracia sea una realidad y para que las
elecciones sean sólo un primero paso hacia la reconciliación
y la restitución del imperio de la Justicia”, aseguró el
ex mandatario hondureño, minutos después de pisar suelo
dominicano.
Se
perdonan los delitos
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Escaso público civil, pero
bien vestido
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El
martes a la noche, a contrarreloj, el presidente hondureño
Porfirio Lobo logró que el Congreso aprobara la amnistía
política que venía reclamando en las últimas semanas. El
texto fue promulgado ayer por él mismo en la misma
ceremonia de asunción y entrará en vigor en unos 20 días,
detalla los delitos que comprende y los que quedan exentos:
–
“Abarca los delitos cometidos entre el 1º de enero de
2008 y el 27 de enero de 2010 y beneficiará a las personas
(civiles y militares) que hayan intentado cometer o
consumado los delitos de traición a la patria, terrorismo,
sedición, delitos políticos y comunes conexos, usurpación
de funciones, desobediencia y abuso de autoridad y violación
de los deberes de funcionarios”.
–
“Quedan por fuera los delitos relacionados con actos de
corrupción como malversación de caudales públicos,
enriquecimiento ilícito, cohecho y otros tipificados en la
legislación penal, al igual que los delitos de lesa
humanidad y violación de los derechos humanos”.
–
En el Congreso, Lobo no consiguió el apoyo de la derecha y
la izquierda; sólo lo votó su bancada del Partido
Nacional. Los primeros porque decían que la amnistía
beneficiaba al ahora ex presidente Manuel Zelaya y los
segundos porque sostenían que favorecía solamente a los
golpistas que tomaron el poder por la fuerza en junio
pasado.
–
Ayer Zelaya dijo que la amnistía es un primer paso hacia la
reconciliación nacional y contó que Lobo le prometió
detener la persecución política contra los funcionarios de
su gobierno.
Fue
recibido con honores de Estado por el presidente Leonel Fernández
en un breve acto en la misma pista de aterrizaje. De
impecable traje, corbata y gomina, Zelaya tenía un aspecto
más descansado que en sus últimas apariciones televisivas
dentro de la embajada brasileña y también un tono más
moderado y conciliador con sus antiguos enemigos. “Como
dijo el subsecretario de Estado norteamericano Arturo
Valenzuela, las elecciones no son suficientes para restaurar
la democracia. Falta hacer mucho más”, señaló. Según
adelantó César Ham, Zelaya se quedará en ese país entre
dos y tres semanas, luego partirá hacia Ciudad de México,
donde se asentará hasta volver al país.
Lobo
no esta solo en la región
Los
que lo apoyan
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Por
María Laura Carpineta
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Escaso público civil, pero
bien vestido
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El
nuevo presidente Porfirio Lobo no estuvo solo ayer. Mientras
que casi toda la comunidad internacional sigue repudiando el
golpe contra Manuel Zelaya, ayer fueron muchos los gobiernos
que enviaron representantes a la toma de posesión del nuevo
mandatario, elegido y embanderado a la sombra y el resguardo
de los fusiles militares. En la tribuna de invitados
extranjeros se destacaban tres presidentes –Ricardo
Martinelli de Panamá, Ma Ying–jeou de Taiwan y Leonel
Fernández–, el vicepresidente colombiano, Francisco
Santos, el subsecretario norteamericano para América latina
Arturo Valenzuela y funcionarios de la Unión Europea, el
gobierno español, el peruano, el salvadoreño, el canciller
guatemalteco y representantes del Vaticano, Israel y Canadá.
Y muchos más se podrían sumar a la lista de países amigos
de Honduras en los próximos meses.
Cuando
la dictadura de Roberto Micheletti desoyó las advertencias
de la comunidad internacional y realizó las elecciones a
finales de noviembre pasado, apenas cuatro países lo
apoyaban: Estados Unidos, Panamá, Perú y Costa Rica. Pero
dos meses después, Lobo empezó a ver los frutos de su
diplomacia y su sonrisa compradora. Empezó localmente
consiguiendo el reconocimiento de dos de sus vecinos,
Guatemala y El Salvador, apenas unos días antes de su
asunción formal. Los dos pequeños países centroamericanos
están gobernados por presidentes considerados de
centroizquierda, Alvaro Colom en Guatemala y el líder de la
ex guerrilla FMLN, Mauricio Funes en El Salvador. “No había
otra condición para normalizar las relaciones que la salida
digna del presidente Zelaya”, explicó Colom.
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Escaso público civil, pero
bien vestido
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La
firma del salvoconducto para la salida del país de Zelaya y
su entorno más cercano también le había ganado el
reconocimiento del mandatario que hospedará durante los
primeros días al presidente derrocado, el dominicano Leonel
Fernández.
Pero
los esfuerzos diplomáticos de Lobo no terminaron allí. El
mandatario hondureño aprovechó unas breves vacaciones en
Estados Unidos después de su victoria electoral para
ganarse la simpatía del secretario general de la Organización
de Estados Americanos, el chileno José Miguel Insulza. La
seducción fue inmediata. El líder de la OEA empezó a
marcar diferencias entre Micheletti de Lobo e hizo llamados
públicos para discutir la reinserción de Honduras en la
organización hemisférica, de la que había sido expulsada
por unanimidad tras el golpe de 28 de junio. La reinserción
a la OEA le abría todo tipo de puertas al gobierno de Lobo.
Por ejemplo, restablecer su relación con los organismos
regionales de crédito.
Sin
embargo, la resistencia más dura la encontrará entre los
miembros del Mercosur y del Alba. Venezuela, Bolivia y
Nicaragua ya adelantaron que no reconocerán al nuevo
gobierno.
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