En el Partido Socialista de las y los Trabajadores creemos
necesario hacer un recuento de los asesinatos a mujeres de
la resistencia hondureña, así como denunciar los crímenes
que contra gran cantidad de hondureñas se han cometido
desde el golpe de Estado en Honduras. No podemos permitir,
que se diga o se crea que en Honduras nada sucede tras las
elecciones, por el contrario, los asesinatos a dirigentes y
miembros de la resistencia se mantienen como una táctica
para descabezar el movimiento anti-golpista que atenta
contra el proyecto burgués en Honduras.
En el mes que se celebra el Día Internacional de la Mujer
y a 8 meses del golpe de Estado en Honduras, los militares
golpistas siguen asesinando a mujeres y feministas de la
resistencia al golpe.
El Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en
Honduras (COFADEH), el Centro de Derechos de Mujeres (CDM),
así como las Feministas en Resistencia han denunciado 4
asesinatos a mujeres que con seguridad han sido perpetrados
por militares golpistas.
Las víctimas son Wendy Carolina, seguida por Olga, Vanesa
Zepeda y Claudia Brizuela. Todas ellas luchadoras feministas
comprometidas con la resistencia al golpe en Honduras.
En
el caso de Vanesa Zepeda de 29 años, el 3 de febrero su
cuerpo fue lanzado de un carro en las inmediaciones de la
colonia Loarque, al sur de la capital. El hermetismo de los
empleados de la Morgue que no permitieron al COFADEH ver el
cuerpo, dejó bastantes sospechas, así como la presencia
militar y policial en su vela y sepelio.
Estos asesinatos son precedidos por un contexto en que se
dieron miles de detenciones arbitrarias, así como diversas
denuncias de torturas, abusos, violaciones sexuales
y muertes en circunstancias sospechosas, acompañados
de la complicidad por parte del poder judicial.
El
informe que presentaron las Feministas en Resistencia al
Centro de Derechos de Mujeres denuncia las violaciones de
los derechos humanos de las mujeres, perpetradas por las
fuerzas represivas del régimen. Ellas denuncian que muchas
mujeres, durante las detenciones, han sufrido abusos y
violaciones sexuales.
“En
la confusión, me perdí del grupo… Sólo yo me quedé en
la paila de la patrulla. No sé qué rumbo tomaron. (…).
Me violaron cuatro policías, luego me ultrajaron, me
violaron con la cosa negra que le pegan la policía.”,
dice una de las mujeres que testimonió sobre la represión
en la manifestación de Choloma del 14 de agosto.
Una
maestra de El Durazno denunció: “Me escupían, me
tiraban tierra y piedras con los zapatos, me golpearon con
el tolete en los brazos y cuerpo. Me caí en una cuneta de
tanto golpe, y me fracturaron el pie izquierdo. Mientras me
golpeaban, me gritaban: ‘Hija de puta, te vamos a dejar
lisiada para que nos dejés de joder.”
También,
las torturas contra la maestra hondureña Agustina Flores López,
quien fue capturada el 22 de setiembre en los alrededores de
la embajada brasileña en Tegucigalpa.
La
violación sexual, sodomización y golpiza contra la compañera
Irma Villanueva por parte de cuatro policías, la agresión
sexual y verbal contra Sor Reyna del Carmen Rodríguez por
parte de las fuerzas represivas, sumadas al ataque contra
Alba Leticia Ochoa, fuertemente golpeada durante una
manifestación y el desalojo violento de las compañeras
feministas, indígenas y campesinas que tomaron el Instituto
Nacional de la Mujer (INAM) evidencian misoginia y repudio
hacia las mujeres por parte del régimen golpista.
La
violencia ejercida contra los cuerpos de mujeres y la
violencia sexual es una de las expresiones máximas del
patriarcado donde el cuerpo de las mujeres se vuelve campo
de batalla y botín de guerra.
Esta
serie de femicidios, torturas, abusos y violaciones forman
parte de la represión al movimiento de resistencia al
golpe, en este caso, el movimiento feminista. Sin embargo,
es peculiar la cizaña y la crueldad que los atraviesa,
porque es además una expresión del patriarcado, de la
misoginia del régimen golpista contra las hondureñas que
resisten al golpe.
Así,
los asesinatos a las mujeres tienen esta particularidad,
aunque hay casos de hombres torturados, en las mujeres es
una norma, una vez que son detenidas, son torturadas,
abusadas, violadas. Es una manifestación de que el
capitalismo y el patriarcado se interpenetran y las mujeres
llevan la peor parte por ser explotadas y oprimidas.
•
¡Por
una asamblea constituyente de la resistencia!
•
¡No
más golpes contra las mujeres!
•
¡Castigo
a quienes cometieron violación sexual a mujeres!
•
¡Castigo
a los asesinos golpistas!