|
José
Mairena y Manuel Juárez, dos periodistas críticos
ametrallados: bajo el gobierno de Pepe Lobo
se asesina con total impunidad |
Tegucigalpa.– El golpe de
Estado contra Manuel Zelaya ha abierto la caja de Pandora en Honduras. Nueve
meses después, "el país vive una crisis de ingobernabilidad y
violencia", se lamenta Andrés Pavón, presidente del Comité para la
Defensa de los Derechos Humanos en Honduras (Codeh) y la voz más crítica
contra los desmanes de los golpistas de Roberto Micheletti. Resultado: cinco
periodistas muertos en marzo.
"Vivimos en un país en
crisis social, con una sociedad confrontada y con sed de venganza y donde el
crimen organizado se ha robustecido con policías", añade Pavón,
esgrimiendo cifras aterradoras: "En Honduras sufrimos 63 muertes
violentas por cada 100.000 habitantes, frente a 3,9 de Europa". La ONU ha
establecido que el triángulo de Centroamérica (El Salvador, Guatemala y
Honduras) es la zona más violenta del planeta.
¿Quién ha matado a estos
cinco periodistas hondureños? "Las muertes tienen características
comunes: se han realizado en puntos cardinales del país, fueron acribillados
en el interior de sus vehículos con AK–47 y ejercían periodismo
local", pormenoriza Pavón. "Sí se diferenciaban en su compromiso
político: algunos militaban en la resistencia, otros fueron críticos
suaves".
El escenario del último
crimen es Olancho, la tierra salvaje de Zelaya y del actual presidente,
Porfirio Lobo. José Mairena, conductor del programa “Así es Olancho”, en
Radio Excelsior, ya había cumplido 52 años; Manuel Juárez, los 55. Los dos
murieron tiroteados el 27 de marzo. No eran miembros de la resistencia, pero
su periodismo crítico con los poderes locales tronaba en una tierra donde no
se conocen las medias tintas.
Censura e
intimidación
"El país cayó en un
mes al peor nivel mundial en cuanto a la seguridad de los periodistas",
denuncia Reporteros Sin Fronteras (RSF). "Tampoco se ha hecho justicia
por los ataques, intimidaciones, censuras y asesinatos de periodistasy
defensores de Zelaya desde el 28–J", añade RSF. La Corte
Interamericana de Derechos Humanos, la Sociedad Interamericana de Prensa y los
gobiernos francés y alemán se unieron a las críticas. Y la Unesco, que se
puso a la cabeza: "Es una intolerable ola de violencia sin
precedentes"
La marea internacional provocó
ayer, por fin, la reacción del Gobierno, quien ofreció una recompensa de
101.000 lempiras (3.990 euros) a quien aporte datos para la investigación.
"Lo digo claramente: no hay ningún indicio de que estén vinculados con
situaciones políticas; o sea, que son actos posiblemente de
narcotraficantes", declaró Óscar Álvarez, ministro de Seguridad, quien
adelantó la inminente captura de sospechosos.
"Mientras el Gobierno no
lo demuestre, nosotros apostamos por los móviles políticos", contradice
Pavón. El caso más evidente es el de NahumPalacios. El periodista de Tocoa
no sólo informaba contra el golpe de Estado, también del conflicto de los
campesinos del Aguán, que se enfrentan con los terratenientes de la zona. Días
antes de su muerte, Palacios culpó directamente al empresario Miguel Facussé
de cualquier atentado contra su vida. Bertha Oliva, coordinadora del Comité
de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (Cofadeh), ha relatado cómo
Palacios entrevistó a las víctimas de un operativo paramilitar que buscaba
"guerrilleros". Sus palabras ya son parte de su testamento:
"Esta gente no tiene cara de terroristas; son gente humilde, campesinos
pobres".
Operación
Trueno
El Movimiento Unificado de
Campesinos del Aguán (MUCA) denunció ayer la puesta en marcha de laoperación
Trueno, intervención militar violenta "con detenciones y asesinatos de
dirigentes del MUCA y de laResistencia". El campesino Miguel Ángel
Alonso es la última víctima, "asesinado por esta nueva estrategia de
exterminio", según el MUCA. "Tenemos constancia de que
paramilitares colombianos han sido contratados por los terratenientes",
revela a PúblicoRasel Tomé, coordinador de la resistencia.
Los dos primeros periodistas
asesinados fueron Joseph Hernández y David Meza. El primero, por un error.
Los sicarios buscaban a Karol Cabrera, la periodista favorita de Micheletti,
que sólo sufrió un rasguño y que ahora ha pedido asilo en el extranjero. Y
el segundo, David Meza, ejecutado en La Ceiba, mantenía "una muy
conocida trayectoria. Quizá le seleccionaron para extender el miedo",
interpreta Pavón.
Impunidad
total de los sicarios
El periodista que
milagrosamente sí pudo salvar su vida es José Alemán, ahora exiliado. El
corresponsal de Radio América sufrió un atentado el 28 de marzo. Le
dispararon sin éxito y él buscó refugio en la policía. La respuesta de los
agentes precipitó su huida: "No somos capaces de brindarle
seguridad". Horas antes, Alemán había narrado en su emisora el
enfrentamiento de la policía con unos asaltantes, en el que murió uno de los
presuntos malhechores.
¿Qué responsabilidad tiene
el Estado? "La impunidad y la ingobernabilidad", ataca Tomé.
"No hay condiciones para creer en la Justicia. Incluso el general
golpista Romeo Vásquez ahora dirige la empresa de telefonía nacional, desde
donde puede tener acceso a todas nuestras conversaciones: todo parece posible
hoy en Honduras".