Costa Rica

Declaración sobre la posible convocatoria a Referendo sobre el Proyecto de
Ley de Sociedades de Convivencia

¡No al referendo del ODIO!

Juventud Socialista–PST, 20/06/10

Recientemente, en los medios de comunicación se anunció que sectores religiosos, encabezados por la Iglesia Católica y otras cristianas, finalizaron el proceso de recolección de alrededor de 130 mil firmas, requisito necesario para la convocatoria de un referendo nacional, para la validación de un proyecto de ley que lleva varios años en la corriente legislativa y lleva el nombre de Ley de Sociedades de Convivencia.

No se requiere de un ojo crítico para entender la aberración de esta propuesta, pues por medio de una “consulta popular” se define la accesibilidad de una minoría al reconocimiento legal de un hecho como es la convivencia entre personas del mismo sexo. La falsa democracia, o democracia burguesa, permite que este intento de discriminación nacional sea viable, ya que avala la posibilidad de consultar a los habitantes de un país sobre los derechos humanos de algunos sectores, con el fin de saber si les parece “bien” que los ejerzan…

Esta falsa democracia tiene una potente máquina electorera, la cual fabrica opinión y es el campo preferido de la burguesía costarricense para aplastar las intenciones de cambio y de transformación social – tan bien aceitada a veces que no necesita (tanto) el uso de la fuerza y la represión física para imponerse–, aunque esto ha cambiado a medida que la burguesía es menos capaz de contener los conflictos sociales.

Aunque la convocatoria a referendo todavía no es oficial, la campaña sobre este tema ya inició, ya que hace meses las uniones civiles o sociedades de convivencia entre parejas del mismo sexo han sido discutidas en los medios de comunicación masivos, polarizando el país –como lo han hecho antes– a través de la desinformación, al advertir un “ataque” contra el matrimonio y la familia costarricense.

Las jerarquías religiosas y las altas esferas empresariales todavía no se ponen de acuerdo

Es importante analizar la intención de los sectores fundamentalistas del país para realizar esta convocatorio a este referendo. Primero, este mecanismo no se refiere solo a la utilización, burda y simplista, de argumentos “democráticos” para promover la vigencia de la opresión a la diversidad sexual, sino que también tiene como objetivo recuperar terreno en el ámbito político (y por lo tanto económico), el cual han ido perdiendo tras el desprestigio mundial que atraviesa la Iglesia Católica –que golpea a otras iglesias protestantes–.

Sin embargo, no están logrando la unidad de todos los sectores burgueses. Algunos como la Defensoría de los Habitantes y el Grupo Nación se han declarado en contra de esta iniciativa, al calificarla de discriminatoria y grave retroceso democrático; esta posición refleja como a los empresarios no les conviene tener a la Iglesia Católica y demás sectas religiosas exigiendo una cuota de poder político (y económico), lo cual se reforzaría al salir victoriosos de este referendo. Y bajo las características conservadoras de la sociedad costarricense, este sería el resultado más probable.

Segundo, resulta necesario examinar la divergencia entre las posturas burguesas, pues ellxs –como clase social explotadora– se garantizan el control a través de muchos mecanismos, entre estos el sistema patriarcal, mediante el cual se establece un criterio único de familia: la heterosexual fundamentada en la opresión de la mujer.

Por esto mismo es que la clase trabajadora y los sectores oprimidos no tienen propiedad sobre su propio cuerpo. Y cuando un sector de la sociedad se plantea romper la norma heterosexual, así como adquirir derechos civiles y jurídicos mínimos (que en el plano ideológico definitivamente nos acercan al derecho de autodeterminar el propio cuerpo y la propia sexualidad) se considera un “atrevimiento”, porque atenta contra las bases de una de las instituciones más represoras y machistas de este sistema de relaciones entre los seres humanos, el ideal –por demás inexistente– de la familia tradicional.

Tercero, un referendo sobre derechos humanos resulta bastante mal visto para los negocios y el turismo (los ojos de los que pagan): norteamericanos y europeos que vienen de sociedades más liberales y laicas que la nuestra.

¡El activismo por el respeto a la diversidad sexual debe responder!

Ante esta situación, desde la Juventud Socialista –parte del colectivo Coordinadora del Beso Diverso– dejamos claro nuestro absoluto repudio a este posible referendo, y llamamos al conjunto de organizaciones y a lxs muchxs activistas por el respeto a la diversidad sexual a prepararnos para repeler esta oleada de conservadurismo que nos quieren imponer los sectores fundamentalistas y recalcitrantes.

Nos parece que urge lanzar una campaña unificada en contra de la realización del referendo, la cual denuncie la aberración de una sociedad que somete a votación los derechos de las minorías. Ante el muy posible hecho de que este referendo del odio se lleve a cabo, desde la JS planteamos la organización de una anti–campaña dinámica y ágil, para sabotear esta consulta a través de un llamado masivo a abstenerse de votar, y así, impedir el porcentaje mínimo para que el proyecto sea vinculante.

Al mismo tiempo creemos que se deben acrecentar las movilizaciones y actos de visibilización, para lo cual el movimiento ya cuenta con un instrumento privilegiado, la Ruta del Beso Diverso, esta vez dirigida a la brutal discriminación institucional que sería este referendo.

Para poner en marcha todo esto, proponemos una asamblea democrática y abierta de activistas por la diversidad sexual, en la que rompamos además con el funcionamiento histórico de este movimiento –que ha sido profundamente prestigista y vertical– a la hora de discutir y tomar las decisiones, corresponde garantizar un espacio libre de autoritarismo y adultocentrismo.

Debe ser este el espacio en el que la fuerza viva de lxs activistas que han salido de los closets a las calles a luchar contra la discriminación, sea la que realmente decida cómo vamos a luchar contra la tiranía que pretenden imponer sobre nuestra identidad sexual, porque sólo el hecho de plantear una consulta popular sobre los derechos jurídicos de las parejas del mismo sexo, es un atentado contra nuestra autodeterminación del cuerpo y, por tanto, nuestra libertad de ser y de querer como nos dé la gana.

• ¡No al referendo del ODIO!

• ¡De los closets a las calles para luchar por nuestros derechos civiles!