Año
nuevo cuenta nueva para la población cubana
Por
Patricia Grogg
Inter Press Service (IPS), noviembre 2010
La
Habana.– Los 11,2 millones de cubanos recibieron al
finalizar octubre la mala nueva de que el año próximo
comenzará con nuevas tarifas de energía eléctrica,
anunciadas oficialmente como estrategia para estimular el
ahorro y el uso racional de ese recurso en el sector
residencial.
La noticia añadió
preocupación entre quienes temen perder sus empleos en la
reforma laboral iniciada por el gobierno de Raúl Castro
para elevar la productividad y la eficiencia del trabajo, un
paso considerado imprescindible para aumentar los salarios y
hacer crecer la economía.
"En mi
casa se cocina con electricidad. Entre eso, los
ventiladores, el refrigerador, el calentador de agua y el
televisor es bastante difícil que gastemos menos de 300
kilovatios. Y eso que hace tiempo dejamos de hervir el agua
para beber", comentó a IPS Ana García, residente en
un barrio del sur de la capital.
La estatal Unión
Eléctrica informó mediante nota de prensa que las alzas se
aplicarían a partir del consumo que sobrepase los 300
kilovatios/hora en el mes, y van desde 15 hasta más de 200
por ciento. Los mayores aumentos impactarán sobre familias
que gasten de 1.001 a 5.000 kilovatios/hora o más.
Según la
empresa, el sector estatal disminuyó el consumo 10 por
ciento respecto de 2009, pero el de los hogares continúa
creciendo. Los que gastan más, que hoy constituyen 5,6 por
ciento y consumen 14,4 por ciento de la electricidad del
sector residencial (.....) pagarán tarifas
superiores", acotó.
El informe añadió
que las alzas, que comenzarán a aplicarse a partir del
consumo de la segunda quincena de noviembre, no afectarán a
94,6 por ciento de los hogares y "sólo se reduce parte
del subsidio a la tarifa eléctrica de la población".
Las facturas de cobro con las nuevas tarifas se harán
efectivas a partir de enero de 2011.
Si bien el
sector que se verá mayormente impactado por los aumentos
incluye a familias que disponen de equipos de aire
acondicionado y más de un refrigerador, entre otros
artefactos de uso doméstico, también se sentirá en
hogares de menores ingresos, como el de García, que cocinan
con energía eléctrica desde hace unos cuatro años.
García, su
hermana y su hija casada y con dos hijos viven en el
municipio capitalino de Arroyo Naranjo, donde a mediados de
la actual década fueron sustituidas las cocinas a gas
licuado y a otros combustibles por eléctricas, como parte
de un programa conocido por "Revolución energética"
que abarcó a todo el país. Pero analistas sostienen que
las nuevas tarifas de electricidad son medidas preventivas
ante el casi seguro incremento del gasto energético por el
aumento del trabajo privado.
Las
autoridades ampliaron a 178 los oficios y actividades que se
podrán ejercer de manera independiente del Estado, que
hasta ahora absorbe alrededor de 90 por ciento del empleo en
el país, como una alternativa que se espera beneficie unas
250.000 personas.
Ese es el
total de trabajadores que serán afectados por la reducción
de plantillas en el sector estatal, en un proceso que deberá
terminar en el primer trimestre del año próximo. Primero
se procurará reubicar a los trabajadores dentro de la
propia empresa u organismo, y luego se recurrirá a
alternativas de empleo en los sectores de agricultura y
construcción, que gozan de demanda laboral.
"Soy
profesora y en mi escuela no hay plazas sobrantes. Pero si
los alimentos no bajan de precio, ahora suben la luz y mañana
otras cosas, menos los salarios, no sé como nos vamos a
arreglar", comentó a IPS una mujer casada y con dos
hijos que no quiso ser identificada.
La población
cubana cuenta en general con servicios gratuitos de salud,
educación y una canasta básica de alimentos a precios
subvencionados que, aunque insuficiente, resulta
indispensable para familias de escasos recursos. El gobierno
aseguró que nadie quedará abandonado a su suerte con el
reajuste laboral.
También la
electricidad, a cuya generación se destina más de 50 por
ciento del combustible consumido anualmente, es subsidiada
por el Estado. Según estimados oficiales, generar 300
kilovatios equivale a 36 dólares, sin contar con los costos
por mantenimiento, salario, transporte, redes y vacaciones,
entre otros aspectos.
La Unión Eléctrica
señaló que, desde el último reajuste de tarifas al sector
doméstico en noviembre del 2005, el precio promedio del
petróleo se incrementó de 56 a 78 dólares el barril, lo
que ha provocado un crecimiento considerable de los costos
de la electricidad y en consecuencia un aumento de los
subsidios estatales.
Según
especialistas, el consumo eléctrico en el sector
residencial se incrementó más de un 28 por ciento respecto
de 2004, a partir de que se convirtió en el combustible de
uso predominante en el hogar, tanto por un mayor nivel de
electrificación como por el mayor acceso a equipos
electrodomésticos.
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