Entrevista a Carlos Amaya, dirigente de Socialismo o
Barbarie de Honduras
“Honduras
tiene dos perspectivas en un futuro
no muy lejano...
socialismo o barbarie”
Por Víctor
Artavia
para Socialismo o Barbarie, 25/01/10
Entre el 13 y 25 de enero realizamos una visita a nuestras
compañeras y compañeros de Socialismo o Barbarie de
Honduras. Allí asistimos a su Congreso, así como a
diferentes actividades del Frente Nacional de Resistencia
Popular.
A continuación reproduciremos una
entrevista que realizamos a Carlos Amaya, dirigente de SoB
Honduras y reconocida figura del movimiento popular y la
resistencia hondureña, donde analiza la coyuntura del país
y los retos políticos que enfrenta la resistencia contra el
golpe.
Vale recordar que durante el 2009,
Carlos Amaya fue candidato a designado presidencial
–equivalente a vicepresidente– por parte de la
Candidatura Independiente encabezada por Carlos H. Reyes.
La Candidatura Independiente optó
por retirarse de las elecciones para no legitimar el
“blanqueamiento” del régimen golpista con la elección
de Pepe Lobo.
SoB: ¿Cuál es la situación política de Honduras tras 18
meses de régimen golpista?
C.A: Después de 18 meses debemos
hacer un balance muy objetivo y crítico de la situación en
que nos encontramos. Luego del golpe de estado, prácticamente
durante dos meses el pueblo hondureño se levantó en contra
del mismo, realizó acciones a nivel nacional, organizó lo
que hoy se conoce como el Frente Nacional de Resistencia
Popular –FNRP– en las principales ciudades, pueblos y
aldeas, y sobre todo realizó acciones multitudinarias. Por
ejemplo, la masiva concentración del 5 de julio cuando se
anunciaba el regreso de Zelaya en el aeropuerto de Toncotín.
En ese momento la dictadura no se había consolido, y una
insurrección popular habría derribado totalmente a ese
gobierno. Si valoramos eso, así como las movilizaciones que
hubo cuando regresó Zelaya a la embajada de Brasil en
setiembre de 2009, casi media capital de la república vio
una serie de insurrecciones barriales, donde los vecinos
bloquearon las vías en las colonias y se enfrentaron a la
policía.
Si uno mira esos procesos de movilización y los compara
con la situación actual, definitivamente el proceso de
lucha y resistencia ha disminuido notablemente. Por otro
lado, desaparecido el gobierno de Michelletti y el recambio
del golpe a través del proceso electoral ilegítimo donde
quedó “electo” Pepe Lobo hace un año, vemos como está
gobernando para el conjunto de la burguesía y tiene el
apoyo de la misma.
SoB:
¿Qué tipo de medidas ha tomado el gobierno de Pepe Lobo
durante su primer año de gobierno?
C.A: Una muestra son las medidas aprobadas durante los
meses de agosto y octubre del 2010, en donde se dio un
“aumento” del salario mínimo que significó prácticamente
ocho meses de congelamiento del salario. También durante
estos meses el gobierno desindexó el salario de los
docentes con respecto al incremento del salario mínimo, y
se creó el Empleo Temporal por hora, entre otras medidas de
corte neoliberal.
SoB:
Inclusive durante los días que tenemos en Honduras, nos ha
sorprendido la rapidez con que el gobierno y el parlamento
han aprobado casi de manera mecánica una serie de reformas
que afectan a la clase trabajadora y los sectores populares.
C.A: Hace aproximadamente una semana el gobierno ha
procedido a realizar reformas a la constitución de la República,
con el objetivo de profundizar los golpes al pueblo hondureño.
Incluso el gobierno formuló las denominadas “ciudades
modelo”, que tiene un doble significado político. Por un
lado, la implementación de este nuevo “enclave”
significa renunciar a la soberanía nacional sobre los
territorios que se pretenden entregar a corporaciones y
gobiernos extranjeros. Pero también es un reconocimiento de
la burguesía hondureña de que no tiene un proyecto propio
para la acumulación capitalista, sino que por el contrario
opta por retornar a la vieja política del siglo XIX e
inicios del XX de los enclaves bananeros.
SoB:
¿Cómo calificas el estado actual de la resistencia hondureña?
¿Se ha producido un avance en la lucha contra el golpe o
por el contrario, una derrota parcial de la misma?
C.A: Si vemos la disminución de las movilizaciones y el
avance de las medidas de la burguesía al calor del gobierno
golpista, pues debemos decir que se ha producido un
retroceso de la resistencia y una serie de triunfos
importantes de la burguesía y el imperialismo.
Esto no significa que se haya producido una derrota
contundente o desarticulación completa de la resistencia,
pero sí que el proceso ha retrocedido con relación a los
primeros meses de lucha contra el golpe.
SoB:
¿Qué política ha tenido la dirigencia del FNRP para la
conducción de la resistencia anti–golpista?
C.A: La dirigencia del FNRP fue asumida por una conducción
establecida en la capital de la república, la cual prácticamente
le entregó desde un inicio la dirección de la lucha a Mel
Zelaya, situación que persiste hasta en la actualidad.
Las orientaciones de Zelaya nunca han apuntado a romper con
el orden burgués, y además ha llamado sistemáticamente a
confiar en el imperialismo y en gobiernos burgueses como el
de Costa Rica o en la OEA, para resolver el golpe de estado.
Por otro lado, Zelaya y la conducción del FNRP han apelado
a movilizaciones pacíficas que en realidad no tuvieron como
eje confrontar y derrotar al gobierno de Michelletti y ahora
a Pepe Lobo. En este proceso de una lucha enmarcada en el
orden burgués y en la misma legalidad que se pretende
cuestionar, desde hace un año la conducción del FNRP se ha
centrado en llevar la lucha de las calles al proceso
electoral.
Actualmente la dirigencia del FNRP y Zelaya están llamando
a participar en las elecciones del 2013 bajo la figura de
Frente Amplio Electoral, en donde se incluiría al Partido
Liberal “rescatado” y al partido Unificación Democrática
que hace parte del gobierno de Pepe Lobo. Esta política
electoral impulsada desde la conducción del FNRP y por
Zelaya, que a su vez ha sido defendida por corrientes de
izquierda como la Tendencia Revolucionaria o el grupo
juvenil Los Necios, prácticamente está hipotecando la
posibilidad de que el pueblo por medio del FNRP pueda lograr
los objetivos de Asamblea Constituyente y refundación de
Honduras sobre bases no capitalistas, tal como señalan los
principios del propio FNRP.
Esta es la principal lucha interna en el FNRP; una pelea
entre la orientación electorera que abandona la lucha
contra el sistema y aspira a ser su “pata izquierda”, y
el movimiento popular más radicalizado y partidos de
izquierda, que pretendemos trascender la lucha electoral y
refundar el país a partir de las necesidades más sentidas
de la población y la lucha directa en las calles.
Este debate se desarrollará el próximo 26 de febrero en
la Asamblea del FNRP.
SoB:
¿Qué propuesta política levanta Socialismo o Barbarie de
Honduras en el FNRP?
C.A: Desde SoB de Honduras, viene planteando la necesidad
de que la izquierda avance más en la diferenciación política
con la conducción del FNRP. En ese sentido, planteamos la
elaboración de un programa para el movimiento de masas, que
unifique la lucha social con la lucha por el poder, no sólo
con la consigna de la Asamblea Nacional Constituyente, sino
que fundamentalmente en la perspectiva de la toma del poder
por la clase obrera y los sectores populares.
Para esto creemos que debe partirse de la experiencia histórica
del pueblo hondureño, que va desde la huelga de 1954 y la
lucha que vienen librando los sectores populares desde el
2003. Es decir, la combinación de la movilización popular
con la creación de las condiciones para realizar una Huelga
General, a la cual no apuesta la conducción del FNRP.
En esto nos fundamentamos en una definición estratégica
fundamental: la burguesía hondureña no tiene
absolutamente ninguna capacidad para garantizar la
existencia del país como tal, lo cual queda en claro con el
proyecto de las “ciudades modelo”. La única
posibilidad de construir una alternativa para refundar
Honduras, es a través de un cambio de rumbo radical en el
país por la toma del poder de la clase obrera.
Bajo este marco estratégico creemos que debemos transitar
para no caer en las trampas del imperialismo y la burguesía
hondureña, en las cuales concede pequeñas demandas
parciales, sobre todo de carácter democrático, pero con el
objetivo final de salvar el sistema capitalista hondureño.
Honduras tiene dos perspectivas en un futuro no muy lejano:
o avanza hacia un gobierno de clase obrera y de los sectores
populares que empiece a construir una nueva Honduras, o
vamos hacia la profundización de las condiciones de miseria
y la fragmentación total del país. En definitiva la
alternativa creemos que es Socialismo o Barbarie.
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