Nuevo Partido Socialista
(NPS), 15/10/2013
El
agotamiento del modelo, las elecciones nacionales
y las
tareas de la izquierda
Para lograr una compresión acabada de la realidad política
del país, es necesario analizar dos elementos clave que
atraviesan al conjunto de la relaciones sociales y políticas:
el agotamiento del modelo neoliberal en Costa Rica y la
instalación de las elecciones nacionales.
El agotamiento del modelo y la redefinición de las
relaciones sociales
Una primera clave para comprender la coyuntura actual
del país, es lo que definimos como el agotamiento del
modelo neoliberal, lo cual comienza a manifestarse en
diversos ámbitos de la realidad nacional.
En Costa Rica la implementación del modelo de promoción
de las exportaciones o neoliberal, se realizó/realiza a
partir del desmantelamiento progresivo de las principales
instituciones referentes de la “Segunda República”
-como el ICE, la CCSS, el CNP- y la implementación de los
Tratados de Libre Comercio. Esto ha dado como resultado una
mayor concentración de la riqueza en el país, con el
consecuente empobrecimiento de amplios sectores de la clase
trabajadora y los sectores populares. Este proceso de
polarización económico-social estuvo mediatizado durante
varios años por las conquistas sociales que, con
anterioridad, obtuvo la clase trabajadora a partir de las
luchas sindicales, particularmente en el sector público.
Pero transcurridas tres décadas de embates neoliberales,
esa mediación o contención se desgastó
significativamente.
Esto lo podemos constatar en muchas de las problemáticas
de la “vida cotidiana” que aquejan, con particular énfasis,
al conjunto de los explotados y oprimidos del país. De
acuerdo al XVII Informe sobre el Estado de la Nación “uno
de cada cinco ocupados no recibe aguinaldo, tres de cada
diez no disfrutan de vacaciones pagadas ni tienen cobertura
por enfermedad o riesgos del trabajo, y a cerca de la mitad
no se les reconoce el pago de horas extra” (IEN, 2012,
p. 50).
La suma de todos estos elementos está provocando una redefinición
de las relaciones entre las clases sociales. Con esto
nos referimos a que el acuerdo político entre la burguesía
y las capas medias surgido luego de la guerra civil de 1948
se ha venido deteriorando rápidamente al calor de las políticas
neoliberales. Esto explica que, durante la última década y
media, se desarrollaran importantes movilizaciones anti-neoliberales,
las cuales expresan una resistencia de los sectores
trabajadores, asalariados del Estado y las capas medias ante
la agenda neoliberal implementada por el PLN y otros
partidos burgueses. Junto con esto, la pauperización en las
condiciones de vida de amplias franjas de la población se
empieza a traducir en un desplome de las expectativas,
pues cada vez es más patente el desfase que hay entre las
“promesas democráticas” con relación a las
verdaderas condiciones de vida que ofrece el Estado burgués
costarricense.
Las elecciones nacionales y el ciclo de luchas
Una segunda “clave estratégica” para analizar la
situación nacional es la instalación de las elecciones
nacionales como un elemento ordenador de la vida política
del país. Los procesos electorales generan expectativas
entre los sectores explotados y oprimidos ante la
perspectiva de un “cambio” de gobierno, aunque el
resultado sea la continuidad en el poder de partidos
representantes de los empresarios u otros de corte
reformista. Por esto decimos que las elecciones funcionan
como un “dique de contención” de la lucha de clases,
dado que imponen una dinámica hacia la desmovilización y
posicionan a las “urnas electorales” como el campo
exclusivo para hacer valer las reivindicaciones sociales.
En el caso de Costa Rica esto se aprecia al realizar un
balance comparativo entre el primer y segundo semestre del año.
Así, durante la primera mitad del 2013 se
desarrollaron importantes procesos de movilización sindical
y social, siendo algunos de alcance nacional por el carácter
general de su reivindicación y/o extensión geográfica.
Ejemplos de esto fueron la pelea de las comunidades de
Occidente contra la concesión de la carretera a San Ramón,
la jornada sindical y popular del 25 de junio y la marcha
por el matrimonio igualitario.
Pero con la apertura del segundo semestre y la
instalación de las elecciones, se produjo una disminución
o letargo de las luchas. Con esto no queremos decir que no
se estén desarrollando luchas, pero sí que las mismas no
revisten el carácter de recomposición que presentaron las
que hubo meses atrás y, por el contrario, se caracterizan
por su carácter disperso y fragmentario. Por ejemplo en las
últimas semanas se produjeron movilizaciones contra la
concesión de los EBAIS, por mejores condiciones salariales
para los trabajadores municipales y crédito para los
campesinos de la Zona Sur.
Pero ninguna de estas logró posicionarse como una
movilización nacional que incorporara a otros sectores.
Incluso durante este período el gobierno reprimió dos
cortes de ruta: el de vendedores de autos usados en Grecia y
la de campesinos en la Interamericana Sur, lo cual no desató
ningún proceso de movilización o denuncia del gobierno
como ocurrió con la represión de
la marcha de la CCSS el 8 de noviembre del 2012.
Esto se comprende a partir de la mediación política
que desempeñan las elecciones, pues muchos de los sectores
que venían movilizándose están a la espera de qué les
propondrá el nuevo gobierno o están apostando a sumarle
votos a un candidato en particular.
¿Qué tareas propone el NPS para el período actual?
Desde el NPS planteamos tres tareas centrales que
ordenan nuestra intervención en los diferentes sectores
donde tenemos presencia, las cuales queremos discutir con el
activismo sindical, estudiantil, LGBT y social en general.
En primer lugar, ante el agotamiento del modelo
neoliberal es necesario responder con el planteamiento
estratégico de refundar social y políticamente el país
desde los sectores explotados y oprimidos. Esto implica
romper con cualquier política de “embellecer” el
capitalismo neoliberal con reformas paliativas –el
principal exponente de esta tendencia es el Frente Amplio-.
Desde el NPS apostamos por aprovechar la redefinición de
las relaciones sociales y el desplome de las expectativas,
como un punto de apoyo para instalar un debate global sobre
los estragos del capitalismo y la necesidad de sustituirlo
por un nuevo tipo de sociedad desde los trabajadores,
asalariados y el conjunto de los sectores populares y
oprimidos, la cual para el NPS es el socialismo. La
construcción de este tipo de sociedad será factible en
tanto se logré avanzar en la tarea estratégica de
organizar sindical y políticamente a la clase obrera
industrial del sector privado, epicentro del capitalismo
exportador costarricense.
En segundo lugar, frente a la instalación de las
elecciones nacionales como una determinante de la vida política
del país, desde el NPS apostamos por utilizarlas como una
plataforma para levantar un programa de alternativa
socialista y anti-capitalista. Es innegable que las
elecciones están incidiendo en la disminución de las
movilizaciones en el actual ciclo de luchas, lo cual es
beneficioso para el gobierno y la burguesía. A pesar de
esto, es incorrecto asumir una postura sectaria y
ultraizquierdista que reniegue de la participación en las
mismas pues, contradictoriamente, constituyen un espacio
oportuno para presentar ante el conjunto de los explotados y
oprimidos un programa político que cuestione toda forma de
explotación y opresión social –particularmente en un
marco de desgaste del régimen político y con un elevado
abstencionismo, lo cual refleja el deterioro de la
democracia burguesa-. Por esto mismo, desde el NPS
participaremos en las próximas elecciones -a nivel de la
provincia de Heredia-, con un programa con eje en la
libertad sindical en la empresa privada, el apoyo al
matrimonio igualitario y el Estado laico en Costa Rica, así
como la realización de una Asamblea Constituyente para
refundar social y políticamente el país.
En tercer lugar, continuamos impulsando la organización
y movilización en los sectores o frentes donde
tenemos presencia política, motivo por el cual colocamos
nuestro periódico y participación electoral en función de
profundizar la politización y organización del conjunto de
los explotados y oprimidos. A la vez, hacemos llamado a todo
el activismo sindical, estudiantil, LGBT y social para que
se sume a la construcción del NPS.
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