Otra victima del plan de exterminio desatado por el
gobierno colombiano contra las organizaciones sociales
Asesinato de Pedro Mosquera,
dirigente campesino
Por Rosalba
Ramírez
Rebelión, 11/10/04
Pedro,
se llamaba Pedro. Era un hombre joven, joven eternamente por la
ternura que lo animaba.
Era
un hombre lleno de vida, desbordante, él nos hablaba y nos mostraba
los caminos de lo esencial.
Sus
ojos estaban llenos paisajes, de clamores, brillaban por transmitirnos
la injusticia que sufre todo un pueblo, brillaban por conmovernos, por
movernos al fin, para que hiciéramos algo por evitar mas muertes y
sufrimiento.
Se
llamaba Pedro Mosquera, era padre de un bebecito, y sabía bien lo que
la vida significaba, por estar viviendo a contracorriente.
Cuando
nos hablaba contándonos la realidad ocultada, cuando vibraba pidiéndonos
que esta no quedara en el silencio, sus manos eran trémulas de amor y
de resistencia.
Sus
manos rajaban el aire frío de la indiferencia, dibujaban los
precipicios del abuso cuando contaban las masacres sin fin, cuando
denunciaban la impunidad y la estrategia asesina de un Estado
represivo, sus manos eran puños cuando contaban la tortura, la muerte
de un hermano, o la violación de una niña.
Y
sus manos estaban vivas porque llenas de amor, y cuando narraba las
masacres sus manos acariciaban a las personas, cómo diciéndoles que
no estaban solas, que su dolor no quedaría en la impunidad.
Pedro
nos contó cómo en Colombia el propio Estado a través de sus
militares y a través de su brazo oculto paramilitar, asesina a los
que piden justicia, asesina a los que reclaman la tierra, asesina a
los que le estorban a las multinacionales para explotar una zona.
Pedro
nos contó las barbaridades, no por ser Pedro, sino porque era un
portavoz, de los miles que nunca la gran prensa deja oír, de los
miles de humanos presos de la barbarie. Y no presos de "una
barbarie sin razón", de una "violencia generalizada" o
de "el conflicto armado", como quisieran hacernos creer los
medios de difusión, sino presos de una estrategia estatal militar
directamente dirigida contra ellos.
Millones
de campesinos son el blanco de los militares y de sus grupos
paramilitares, no "porque si", no sin razón, sino con las
razones de la codicia. Porque son asesinados por querer vivir en sus
tierras, porque son asesinados siguiendo la teoría del "enemigo
interno", enseñada por "formadores" estadounidenses a
los militares colombianos.
Pedro
nos contó cómo se vive en la práctica, en lo cotidiano, esta
barbarie del Estado colombiano y de las multinacionales, nos contó cómo
la Oxy hace "proteger sus intereses", en la riquísima zona
petrolera de Arauca, limítrofe con Venezuela, formando paramilitares,
y como estos, coordinados por la Brigada 18 del ejercito oficial de
Colombia, perpetran las más atroces violaciones a los derechos
humanos.
Con
él siempre traía las denuncias de los campesinos e indígenas de
Arauca, nos contaba las historias de vidas truncadas, las masacres con
motosierra, y en los informes traía la voz de los sobrevivientes, que
con un hilo terco de voz, nos gritan que los ayudemos a romper el
silencio sobre este genocidio, a romper la desinformación y
manipulación de la realidad colombiana.
Estos
miles de nombres sobre papel, esta cantidad de apellidos que le
corresponden a torturados, desaparecidos, presos y asesinados reclaman
que los crímenes no queden en la impunidad, que su sufrimiento nos
mueva, más allá de conmovernos.
Vamos
a citar aquí una parte de un informe que nos dio Pedro, elaborado por
la Asociación Campesina de Arauca (ACA), de la cual Pedro era
vicepresidente, el informe es del 2002:
"El
26 de marzo de 2002 a las 8:00 PM en Saravena fueron retenidos los jóvenes
Wilson Duarte y Leonardo Buenahora , por la Policía Nacional al mando
del teniente Sastoque Murillo Comandante de la Estación de Policía;
los jóvenes fueron sometidos a torturas tales que los aterradores
gritos fueron escuchados por sus familiares que permanecieron en las
afueras de la Estación de Policía entre las 8:30 y la 1:00 AM, hora
a la cual fueron obligados a retirarse, luego los jóvenes fueron
atados, amordazados y sacados de la Estación en un vehículo Mazda
color gris hacia el barrio COOVISA con la intención de asesinarlos,
Leonardo Buenahora intento fugarse y recibió un disparo en la pierna
a pesar de lo cual logró huir, no contando con la misma suerte Wilson
Duarte quien fue brutalmente asesinado. Tememos por la vida del joven
Leonardo B. y la de su familia.[...]
“Con
las medidas de conmoción interior, crece la persecución y violación
de los derechos [...] es la puesta en marcha de un plan que suprime
todas las libertades individuales y colectivas.
“Es
muy preocupante la "cacería de brujas", que han emprendido
las fuerzas militares investidas de facultades especiales de policía
judicial [...]
“He
aquí algunos ejemplos de esta situación: [...]El día 2 de octubre
2002, siendo las 11:00 PM tropas del ejercito nacional adscritas al
batallón de Arauquita incursionaron en la vereda las Bancas, a esa
hora caía un fuerte aguacero y un soldado tocó a la puerta de una
familia donde vivían Francisco Guerrero e Inocencia Pineda, con sus
tres hijos, el individuo que tocó a la puerta se identificó como
miembro de las fuerzas militares y pidió que le abrieran la puerta de
la vivienda, cuando el Señor Francisco procedió a abrir fue
acribillado delante de su familia. La Señora Inocencia, ante este
hecho procedió a esconderse debajo de la cama, pero el militar entró
hasta la habitación y le dijo a la Señora que si no hacia lo que el
decía los asesinaría a todos, luego violó toda la noche a dicha señora.
El caso fue denunciado en la Personería de Arauquita-Arauca y hasta
la fecha no hay ningún pronunciamiento de las fuerzas militares al
respecto.[...]
“El
silencio de los medios de comunicación"
“Con
el asesinato del Doctor Efraín Varela, dueño y director de la
emisora Meridiano 70 en Arauca el 28 de junio, se silenció la prensa
regional ya que los demás periodistas de los diferentes medios de
comunicación, abandonaron la ciudad por las amenazas en su contra por
parte de los paramilitares que hoy realizan retenes, no solo a las
afueras de Arauca, sino en el casco urbano en una de las ciudades mas
militarizadas del país. Paradójicamente el único medio que tiene
patente de corzo para desinformar a la población es la emisora del
ejercito ubicada en Arauca y con cobertura en todo el departamento,
los demás medios fueron reducidos a narrar deporte y anécdotas sin
ninguna importancia cuando el pueblo esta sumido en el terror y la
muerte."
Este
informe es referente al 2002, pero hoy, en 2004 la barbarie continúa,
se ha intensificado. Pedro contaba cómo se vive en una zona donde la
riqueza petrolera es inmensa, en un país cómo Colombia. En Arauca la
mortalidad infantil es enorme, no hay servicios de salud convenientes,
no hay servicios de salubridad, y sin embargo las multinacionales del
petróleo sacan inmensas riquezas de Arauca.
Pedro
amaba a su comunidad y por ello la defendía, siempre estuvo
comprometido con las organizaciones de la comunidad, por ello era
parte de la ACA, Asociación campesina de Arauca. Desde muy niño había
vivido la injusticia, y cómo otros campesinos, habían decidido
unirse para sobrevivir, para reclamar sus derechos a la tierra, a la
renta del petróleo para la región, a una preservación del medio
ambiente, y finalmente reclamar el derecho básico de poder seguir en
vida.
Colombia
es el país más peligroso para ser sindicalista, allí son asesinados
9 de cada 10 sindicalistas asesinados en este mundo, según la propia
OIT, que le atribuye estos crímenes a "los grupos
paramilitares", pero sabemos que lo que se esconde tras "los
grupos paramilitares" es el propio Estado Colombiano.
El
paramilitarismo es la estrategia del estado colombiano para conseguir
la impunidad absoluta, porque gracias a estos grupos de guerra sucia,
el estado comete las masacres, reprime de las mas atroces maneras,
pero salvaguardando su imagen.
El
paramilitarismo es pues la estrategia de represión del propio Estado
y esta estrategia se basa en la gran complicidad de los medios de
difusión que propagandizan a los paramilitares como
"terceros" , como "grupos autónomos".
La
estrategia paramilitar está teorizada y recomendada en los propios
manuales del ejecito colombiano, los formadores estadounidenses e
israelíes que se encuentra en Colombia, lo "enseñan" a las
fuerzas militares oficiales. El propio Castaño( líder paramilitar)
cuenta cómo estudió en Israel, con "amigos oficiales del
ejercito" colombiano, todo acerca de las técnicas de
contra-insurgencia, interrogatorios y guerra sicológica.
La
doctrina contrainsurgente, hija de la CIA contiene en sí el concepto
de "enemigo interno", siendo este la población civil, el
campesino, el estudiante, el profesor, el sindicalista, todo aquel que
pueda de una manera u de otra dar el sustento social a las guerrillas
alzadas en armas. Así el ejercito y su para-ejercito tienen como
blanco a la población civil, y es así cómo desplazan miles de
personas, siguiendo las enseñanzas gringas de "la tierra
arrasada" y de las "aldeas estratégicas".
La
guerra sicológica es perpetrada intensivamente como una estrategia
planificada, consiste en infundir el terror para lograr la parálisis
de las reivindicaciones sociales, y para lograr desplazamientos
forzados masivos.
Porque
los desplazamientos forzados masivos no son, como lo presentan los
grandes medios de difusión, consecuencias de "la violencia
ambiente "(abstracta) o consecuencias de "un desbordamiento
del conflicto armado", o desplazamientos causados porque las
aldeas son "presas en tenaza" entre las "partes en
conflicto", sino que la realidad es más cruel y cínica aún:
estas personas se desplazan después de una violencia directamente y
planificadamente dirigida contra ellas.
Las
masacres con motosierra no son "desbordamientos del conflicto
armado", son actos ejercidos dentro de un marco preciso de
estrategia del terror, llevada a cabo por las fuerzas militares y
para-militares bajo la línea de la doctrina contra-insurgente que
contempla a los campesinos como el "enemigo interno".
Las
masacres con motosierra así cómo los desmembramientos de niños son
cometidos delante de la comunidad que es prealablemente reunida y
obligada a asistir a estas barbaries, porque el objetivo no es sólo
el muerto, sino todos los sobrevivientes, a los cuales se les infunde
el terror como "medida disuasiva"(Reglamento de Combate
oficial del ejercito Colombiano 1987, en "Tras los pasos perdidos
de la Guerra Sucia")
El
desplazamiento forzado de poblaciones es una estrategia más del
terrorismo de estado, así como la desaparición forzada, el método
empleado para lograrlo es la violencia, la barbarie, y los motivos de
su práctica son político económicos. Primero está el motivo de
"sacarle el agua al pez"( el pez es la guerrilla y el agua
las poblaciones campesinas), es decir acabar con la base social de la
guerrilla acabando con la vida en ciertas zonas. La segunda motivación
es económica: no es una simple coincidencia que las zonas de Colombia
de donde se han desplazado mas poblaciones, son precisamente las zonas
de mas alto interés económico para las multinacionales y
terratenientes. Así pues las tierras que codician las multinacionales
y terratenientes son vaciadas de su población.
Es
el caso en Arauca, donde la población se ve claramente atacada para
dejarle la "libertad de acción" a la Occidental Pertroleum
y a la Repsol.
Los
habitantes de la zona denuncian al peligro de sus vidas los abusos
cometidos, Arauca ha sido transformada en "zona de rehabilitación"
por el gobierno colombiano, pero lo habitantes denuncian la hipocresía
del nombre y dicen que la realidad es más la de una zona de
"concentración y represión".
Los
habitantes viven con toque de queda, la reunión es un delito, no hay
habeas corpus, los militares tienen facultades judiciales....
Todo
ello se traduce en una sucesión de abusos y de aniquilación de las
libertades y derechos fundamentales. La tortura es practicada
cotidianamente por los militares que tienen garantía de impunidad, y
las masacres más bárbaras son practicadas por el dúo militaro-paramilitar,
casi semanalmente, esto en medio del más absoluto silencio mediático
nacional e internacional.
En
Arauca opera la brigada 18 del ejercito, ha sido denunciada por múltiples
organizaciones de defensa de los derechos humanos como una de las
brigadas del ejercito mas violadoras y está abiertamente develada
como fomentadora de paramilitarismo.
Los
Estados Unidos la apoyan constantemente a través de presupuestos y
"formadores". La propia Ann Patterson, cuando era embajadora
de Estados Unidos en Colombia, declaró acerca de un presupuesto de 90
millones de dólares atribuido a la 18 brigada, que era para
"proteger los intereses de la Occidental Petroleum en
Colombia".
Seguramente
para "proteger los intereses de la Occidental Petroleum" en
Colombia, fueron asesinados el 5 de agosto de este año (2004) tres
sindicalistas en Arauca. Héctor Alirio Martínez, Leonel Goyeneche y
Jorge Prieto fueron abatidos por un batallón del ejercito.
Y
después de este fusilamiento extrajudicial, el ejercito y los medios
oficiales salieron a decir, para justificar la barbarie, que:
"Los tres dirigentes eran delincuentes, perdieron la vida en
combate. Además portaban armas y tenían órdenes de captura por el
delito de rebelión."(sic el ministro de defensa Jorge Uribe).
La
procuraduría, sin embargo, ante la magnitud de las evidencias y
testimonios tuvo que concluir que los tres sindicalistas asesinados
fueron fusilados por los soldados del batallón contraguerrilla y que
estaban desarmados. Sin embargo todas las declaraciones de voceros
oficialistas propagandizadas ampliamente por la prensa de los
monopolios tienden a criminalizar a estos tres sindicalistas.
El
criminalizar a la contestación social y a las organizaciones sociales
es una política del gobierno colombiano, inscrita en su política de
exterminio de la oposición social y política.
Es
por ello que son miles los presos políticos en Colombia, que están
acusados de "rebelión y terrorismo" que son sindicalistas,
líderes campesinos, estudiantes, indígenas, comunitarios....
De
la asociación campesina de Arauca, se encuentran varios integrantes
con "órdenes de captura", o encarcelados bajo los más
burdos montajes judiciales, es el caso de la presidenta de esta
asociación, Luz Perly Córdoba, que pertenece a la comunidad indígena
y campesina y que toda su vida fue y es, desde la cárcel, una
defensora de los derechos humanos. Luz Perly es cabeza de familia,
madre de dos niños y al encarcelarla el gobierno colombiano pretende
silenciar aún más a los campesinos e indígenas de Arauca.
Pedro
Mosquera también era de la asociación Campesina de Arauca, que es víctima
del plan de exterminio desatado por el estado contra las
organizaciones sociales.
Lo
conocimos y lo quisimos enseguida, porque sus ojos y sus manos, nos
dibujaron los abismos de la barbarie cuando la contaba , para hacerla
cesar. Y porque esos mismos ojos y manos supieron transmitirnos todo
el amor que tiene un pueblo hacía la tierra, hacía la justicia,
hacia la vida, y que por preservar ese amor, hombres y mujeres cómo
Pedro están dispuestos a darlo todo, hasta la vida.
A
Pedro lo encontraron el 7 de octubre del 2004, asesinado, su cuerpo
tenía signos de tortura bárbara, sin duda sus asesinos y
torturadores pensaron que con quitarle la vida lo silenciarían, que
mutilándolo llenaban a la gente de miedo y conseguirían paralizarla.
Y
talvez la tortura de miedo, pero el amor es más fuerte que la
barbarie, y por ello habrán más Pedros, y Pedro Mosquera nunca morirá.
Porque
el amor hacia la vida, la búsqueda de la justicia, son fuertes de una
belleza que los Kissinger y Occidental Petroleum no pueden ni
entender. Son fuertes de la belleza del río, del vuelo de las garzas,
le la música llanera, o de un vallenato que nos canta libertad, y
cuando otro muchacho lo baile con el amor de Pedro a su identidad,
sentirá fortalecerse en él la rebeldía, le saltaran por los ojos
luces de alegría, y con ellas combatirá el miedo, con ellas reclamará
que todos nuestros pueblos puedan liberarse y amar en paz.
A
nosotros los que escribimos esto y a los que lo lean les queda el
pedido de Pedro y de todo un pueblo, de que no solo se conmuevan, sino
que se muevan, para hacer cesar este genocidio silenciado.
De
denunciar por fin claramente al estado colombiano como una dictadura
camuflada de democracia.
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