Se
agrava la situación social en Colombia y repercute en Ecuador
Por Renato Vilacís
World Data Service, 19/07/05
En
Bogotá, el Consejo Público de Ministros abarcó el análisis de
temas de educación, cultura, salud, comunicaciones y protección
social para Colombia desde 2002.
Funcionarios
de educación señalaron que 275,000 personas fueron alfabetizadas en
2003–2005 y 1.000,000 de niños ingresaron a alguno de los niveles
de enseñanza.
En
las universidades se crearon 212,000 nuevas plazas y se prevé agregar
otras 122,000 en los próximos dos semestres, según los planes
oficiales. Las autoridades indicaron que 5.500,000 personas se
benefician de un sistema subsidiado de salud y el año pudiera cerrar
con 18.000,000.
Pero,
para muchos, las cifras no reflejan totalmente la realidad y estiman
que "la salud pública (de 17.000,000 de colombianos) pasa por la
peor crisis de la historia" debido a la Ley 100.
En
cultura fueron apoyados 3,215 proyectos en igual período y se
destinaron 1,000.000,000 de dólares para estímulos a intelectuales y
científicos. Pero, los avances que cita la administración de Álvaro
Uribe curiosamente están vinculados a sectores privatizados bajo el
enfoque neoliberal oficial.
El
analfabetismo anda por 10% de la población (sin contar los
funcionales) y muchas escuelas han cerrado por falta de presupuesto o
maestros (700 muertos desde 1995) y miles desterrados. En Colombia,
2.000,000 de niños en edad escolar, no saben lo que es un aula y
tienen que laborar para ayudar a la familia.
Entretanto,
la universidad es dirigida, bajo las políticas neoliberales, a la
privatización que la desliga de la investigación de soluciones a los
problemas nacionales.
El
empleo se considera un punto débil en la ejecutoria del gobierno de
Uribe, con una tasa que toca 12,5% de la población activa.
De
los 17.500,000 colombianos que forman el mercado laboral, apenas un
poco más de 5.000,000 tienen una plaza fija y el resto vive de la
economía marginal. Entre los jóvenes (23% de la población y 40% de
la fuerza laboral), el fenómeno es peor, con 24% de paro forzoso, según
cifras oficiales.
Expertos
oficiales alegan que todo se debe al reacomodo económico y no
consideran desempleada a la persona si laboró al menos un día o actúa
en la economía marginal.
Siete
de cada 10 personas son pobres y 12.000,000 viven en extrema pobreza,
por lo que muchos consideran que la situación ha empeorado desde los
1960s cuando estalló el conflicto interno.
En
la segunda mitad del siglo pasado una reforma agraria fue proclamada
por presión de los campesinos y avanzó algo, pero luego involucionó.
Los terratenientes recuperaron lo distribuido gracias a los
paramilitares vinculados al narcotráfico y, a renglón seguido, el
Pacto de Chicoral anuló la reforma.
Desde
1980, los paramilitares y terratenientes impusieron una contrarreforma
agraria que desalojó a 3.000,000 de colombianos de sus tierras. En
tal proceso, y al costo de miles de vidas, 1,5% de los propietarios
concentran 82% de la tierra colombiana.
Según
Insurrección, un boletín electrónico de la guerrilla colombiana, el
0,5% de los latifundistas son paramilitares relacionados con el
narcotráfico y detentan 5.000,000 de 9.000,000 de hectáreas
cultivables. En los sindicatos, apunta, "los derechos de los
trabajadores, la contratación colectiva y las convenciones pactadas
anteriormente desaparecieron del escenario laboral".
La
ofensiva causó 1,200 sindicatos destruidos, miles de trabajadores
despedidos, 3,000 activistas sindicales asesinados y otros miles
obligados a emigrar o desplazarse.
Entre
los factores negativos, la fuente señala la concentración de la
riqueza, la opresión de los trabajadores y el saqueo de los fondos
estatales.
En
la industria, 10% de los propietarios emplean a 90% de los colombianos
y sus fortunas crecen desproporcionadamente.
Colombia
ha visto en el más reciente cuarto de siglo el asesinato de 10,000
dirigentes sociales o políticos y la desaparición o exilio de otros
5,000. Este país sufre la violencia en escalada del terrorismo de
estado que causó 300,000 muertes y 800,000 desplazados a las ciudades
en 1940–1962.
Washington
ha reunido una misión diplomática de 2,000 funcionarios, con 2,000
militares 1,000 "contratistas" del Pentágono y cientos de
agentes encubiertos de la CIA y la DEA.
Todo
se engloba en el Plan Colombia, dirigido por el Comando Sur de Estados
Unidos con sede en La Florida, bajo los nombres de Patriota y Escudo.
El
paramilitarismo es una herramienta estratégica que forzó a amplios
sectores sociales a presentar unas 2,000 pruebas de violaciones de la
justicia ante la Corte Penal Internacional.
La
solución al conflicto interno colombiano –apuesta la mayoría–
tiene que ser política, para construir una sociedad con justicia
social, democracia y soberanía.
Pero,
esa paz no servirá de nada si los colombianos pierden su capacidad
para defenderse, hacer respetar sus derechos, estima Insurrección.
Entretanto,
la cumbre de la Comunidad Andina de Naciones (CAN) reforzó la idea de
que Bogotá no cuenta con muchos seguidores en la región. Dos
vecinos, Ecuador y Venezuela, avanzaron en el camino de la integración
después de un encuentro en Lima entre los presidentes Alfredo Palacio
y Hugo Chávez.
Palacio
ha marcado una diferencia respecto a la política apegada a Washington
y a Bogotá de su predecesor, Lucio Gutiérrez. Con los planes
Colombia, Patriota y Escudo, entre otras iniciativas, la Casa Blanca
de Bush pretende modelar a Colombia como un Israel andino.
Durante
el mandato de Gutiérrez se alentaron los planes Colombia y Patriota,
en el sur colombiano, con violaciones de derechos de las poblaciones
en la frontera. Analistas consideran que el fin del gobierno Gutiérrez
aisló a la política de "seguridad democrática" de Bogotá.
Quito
ha sido claro en que su misión es garantizar la seguridad ecuatoriana
y no involucrarse en el conflicto interno colombiano, que se quiere
internacionalizar.
El
ministro de Defensa, general Aníbal Solón Espinoza, describió la
frontera bilateral como "insegura" debido a la falta de
control de la parte colombiana.
Mientras,
el ministro de Gobierno y Policía, Mauricio Gándara, significó que
su país limita con territorios controlados por la guerrilla y no por
el ejército colombiano.
Para
las autoridades ecuatorianas no resultan muy atractivas las
fumigaciones a los cultivos de coca que dañan el entorno hasta 10 kilómetros
del límite entre los dos países.
Entre
los perjuicios se citan problemas respiratorios, nacimientos con
deformidades, abortos, desertificación y muchos otros, llevados a la
Organización Mundial de la Salud.
Según
El Comercio, de Ecuador, los aviones fumigadores tienen pilotos
estadounidenses contratados por el Pentágono.
Militares
y paramilitares colombianos han sido acusados de traspasar la frontera
para ocupar escuelas y viviendas en Carchi, Esmeraldas y Sucumbios. Más
de 500,000 colombianos se desplazaron a Ecuador, lo que agrava la
pobreza en esas áreas y no es extraño que el ejército de Ecuador se
negara a operaciones conjuntas contra las guerrillas.
Pero,
las posiciones de Palacio –que incluyen negarse a aceptar la
impunidad de las tropas estadounidenses– dificultan los planes
estratégicos de Estados Unidos.
Así,
Quito empieza a estar en la mirilla, con referencias a un corte de la
asistencia económica y de "cercanías" a Venezuela que
supuestamente estimulan a militares relacionados con Gutiérrez.
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