Un país
en subasta
Por
Helda Martínez
Inter
Press Service (IPS), 31/09/06
Bogotá.– Álvaro
Uribe, en su segundo mandato como presidente de Colombia, continúa
con éxito su política de privatización. Esta semana vendió la
mayoría de las acciones de una refinería de la Empresa Colombiana de
Petróleos (Ecopetrol) a una empresa suiza por un precio apenas
superior al mínimo establecido.
La empresa suiza
Glencore International AG ganó la licitación pública de venta de 51
por ciento de las acciones de la refinería de Ecopetrol, en la ciudad
caribeña de Cartagena, con una oferta de 630,7 millones de dólares.
El precio mínimo fijado por la empresa estatal colombiana era de 625
millones de dólares.
A esta venta se suman
otras enajenaciones totales o parciales, como la de la Empresa
Nacional de Telecomunicaciones (Telecom) y la del banco Granahorrar.
Además se anuncian nuevas privatizaciones, como la de la Empresa
Colombiana de Gas, liquidaciones y fusiones.
Esta política
despierta amargas críticas en la oposición.
"En el Senado de
la República hacemos debates técnicos o políticos sobre las
privatizaciones que propone Uribe. Pero con la mentalidad retardataria
del presidente, lo único que se está logrando es favorecer a sus
amigos", afirmó a IPS el senador Jorge Robledo, del partido de
oposición Polo Democrático Alternativo.
La venta de Telecom,
realizada en abril de 2006, se basó en que el crecimiento de la
telefonía móvil sacaría de uso a los teléfonos fijos. El Estado
mantuvo 49 por ciento de las acciones mientras la española Telefónica
Internacional SA ganó la subasta pública, al ofrecer 350 millones de
dólares por 51 por ciento de las acciones.
"Si se sindica
de negociado la privatización de Telecom es porque el comprador
recuperará su inversión en menos de tres años, ganará otros 400
millones de dólares por administrar la empresa y, luego de 15 años,
recibirá totalmente gratis, entre otras muchas cosas 1,5 millones de
líneas telefónicas", afirmó Robledo.
En el sector
financiero, el gobierno enajenó en octubre de 2005 lo que quedaba del
antiguo banco central hipotecario. El equivalente a 98,7 por ciento
del Granahorrar fue vendido por 412 millones de dólares al Banco
Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA), de capital español.
La privatización ha
reactivado la productividad de la entidad financiera, según afirma el
ejecutivo. Durante los dos primeros meses de 2006, el banco superó en
32,8 por ciento las ganancias obtenidas en el mismo periodo del año
anterior, de acuerdo con datos publicados por la Presidencia de
Colombia en su sitio en Internet.
Mientras tanto,
avanza el proceso de enajenación de la empresa Ecogas, que se encarga
de transportar gas natural de los campos de producción localizados en
la costa Caribe y en la zona oriental al centro del país, a través
de una red de gasoductos compuesta por 3.644 kilómetros de tubería.
No obstante, al contrario de las otras enajenaciones, esta venta
prioriza a los sectores solidarios de la economía, como los
trabajadores activos y pensionados de la empresa y los sindicatos, según
lo establece la ley 226 de 1995. Adicionalmente, esta semana Uribe
liquidó la empresa de Administración Postal Nacional (Adpostal). En
enero de 2005 ya había tomado una decisión similar con el Instituto
Nacional de Radio y Televisión y la entidad estatal Audiovisuales,
las cuales fueron fusionadas en un nuevo organismo llamado Radio
Televisión Nacional de Colombia.
También anunció una
reestructuración del Instituto de los Seguros Sociales (ISS) que
brinda atención médico asistencial a afiliados y beneficiarios,
cubre las mesadas de 650.000 pensionados y 28.000 jubilados,
reglamenta las enfermedades laborales, y recauda los aportes
correspondientes a los seguros sociales obligatorios.
En Colombia todas las
personas están obligadas a afiliarse a una empresa prestadora de
servicios de salud, privada o pública, y a una administradora de
aportes para la pensión, según lo establece la ley 100, que promovió
el propio Uribe en 1993 cuando era senador.
Desde hace varios años
el ISS atraviesa una crisis financiera, de la cual aún no ha
emergido. Esta semana el ministro de Salud, Diego Palacio, presentará
al Congreso legislativo un proyecto de ley para transformar al ISS en
tres empresas distintas: una dedicada a la atención médica, otra al
sistema de pensiones y una más, destinada a asumir la cobertura de
riesgos profesionales o seguridad laboral.
IPS consultó la
opinión del investigador y docente de la facultad de economía de la
Universidad Nacional, Ricardo Bonilla.
"Es cierto que
Adpostal era una entidad totalmente ineficiente, mientras que las
empresas privadas de correos están posicionadas y han demostrado
agilidad y eficiencia. El caso del ISS hay que mirarlo de distintas
maneras. En atención de salud, sustenta toda la carga de las
enfermedades de alto costo y asume también las pensiones de un alto
porcentaje de personas mayores. Otro tema es el de los riesgos
profesionales, el cual sí produce ganancia. Por lo tanto para este
caso, lo que se necesitaría es una reestructuración a fondo y
competente".
"El tema de la
privatización de Ecopetrol es aún más serio", continúo
Bonilla. "En este caso, la venta equivale a acabar con la gallina
de los huevos de oro. Porque así se agotara el petróleo en unos
cinco años, como está previsto, aún así, el país necesitaría de
las refinerías".
Adicionalmente, el
aeropuerto El Dorado de Bogotá será modernizado por el consorcio
colombo–suizo Sociedad Concesionaria Operadora Internacional, que
durante los próximos cinco años llevará a cabo esa tarea y recibirá
el beneficio de las operaciones durante 20 más.
"Este es otro
ejemplo de un gran negocio", aseguró el senador Robledo. "¡Imaginémonos
la ganancia que dará el aeropuerto si de siete millones de pasajeros
al año pasa a 16 millones! ¡Y de 500 pasa a dos millones de
toneladas de carga anuales!".
A lo largo de su vida
pública, Uribe se ha caracterizado por su inclinación hacia las
privatizaciones. De 1995 a 1997 fue gobernador de la provincia
empresarial por antonomasia, Antioquia, ubicada en el noroccidente del
país.
En desempeño de este
cargo privatizó el área de distribución de la Empresa de Licores de
Antioquia, la más grande en su género de Colombia, y liquidó la
Empresa de Obras Públicas Departamentales, cuya principal función,
la reparación de vías, pasó a ser ejecutada por el sector privado.
También insistió en
la importancia de otorgar concesiones privadas para la construcción
de carreteras inter–departamentales y trabajó arduamente por la
privatización de la educación, empeño que continúa como presidente
del país.
Según la Federación
Colombiana de Educadores, sindicato de los maestros del sector público
de la enseñanza primaria y secundaria, Uribe "impuso la
contrarreforma educativa expresada en la reforma constitucional que
redujo el monto para la financiación del sector, el perverso sistema
de asignación de recursos por alumno matriculado, estandarización de
currículo, ampliación de cobertura mediante la contratación con
particulares, y privatización mediante la educación por concesión,
entre otras medidas no menos arbitrarias".
Adicionalmente, Uribe
está negociando un tratado de libre comercio con Estados Unidos, cuya
firma se espera para este año, cuando termina la vigencia de la
estadounidense Ley de Preferencias Arancelarias Andinas y de
Erradicación de Drogas.
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