Revista
Semana, Bogotá, 16/06/07
El gobierno de
Estados Unidos considera a Fabio Enrique Ochoa Vasco uno de los más
grandes capos del narcotráfico. Su rostro y sus datos biográficos
fueron incluidos a finales del año pasado en el cartel de los
extraditables más buscados del mundo. Por su captura ofrecen cinco
millones de dólares de recompensa. Aunque su nombre resulta
desconocido para la mayoría de los colombianos, puede ser uno de los
hombres que más conocen el mundo del narcotráfico en las últimas
tres décadas.
Ochoa nació en 1960
en el barrio Manrique, en las comunas de Medellín. Dos años más
tarde, su padre, un ex mecánico de la Fuerza Aérea, decidió irse
con su esposa y sus 17 hijos a probar suerte a Miami. Todos se
hicieron ciudadanos estadounidenses, menos él.
En 1983, Ochoa purgó
una condena de dos años en Estados Unidos por ingresar 10 kilos de
marihuana. Cinco años más tarde, regresó a Colombia y trabajó al
lado de Fernando Galeano, uno de los más importantes miembros del
cartel de Medellín, y se hizo muy amigo de su jefe de seguridad,
Diego Fernando Murillo, alias 'Don Berna'.
Conoció a su tocayo
Fabio Ochoa Vásquez (del clan de los Ochoa) y, como ambos estaban en
el mismo mundo y dedicados a los mismos 'negocios', decidió cambiar
su nombre por el de Carlos Mario Vega, aunque sus amigos lo llamaban
'Kiko'. Estuvo con Pablo Escobar, a quien visitó con frecuencia en La
Catedral, pero en 1992 terminó como miembro de los 'Pepes'.
Tras la muerte de
Escobar, se convirtió en el hombre de confianza del nuevo patrón de
la capital antioqueña: 'Don Berna'. Vio surgir el cartel del Norte
del Valle y en 1994 se fue a vivir a México. Por esa época ya tenía
cuatro solicitudes de extradición. Este no fue un impedimento para
que viajara frecuentemente a Colombia utilizando tres pasaportes
diferentes.
A comienzos de 2000
se le presentó a Salvatore Mancuso en una de sus fincas en Córdoba.
El jefe paramilitar le pidió a Ochoa utilizar sus
"contactos" en México para traer a Colombia un armamento
para las AUC.
Durante los
siguientes cinco años vivió en las entrañas de los paramilitares.
Denuncia que Mancuso y otros miembros de las AUC traficaron toneladas
de cocaína cuando ya estaban en pleno proceso de paz. Cuando sintió
cerca los pasos de la justicia estadounidense, fue protegido por los
paras, que no tuvieron inconveniente en esconderlo, como a muchos
otros extraditables, en pleno corazón de Santa Fe Ralito.
También dice que fue
testigo de cómo los paramilitares recogieron plata para sumarle votos
a la primera candidatura presidencial de Álvaro Uribe. Esta
afirmación no es más que una versión personal. No significa que
Uribe, ni su campaña, hubieran buscado, pactado, o conocido esos
supuestos apoyos electorales.
Ochoa, que piensa
contarle todo a la justicia, reveló increíbles secretos de las
relaciones entre paramilitares y narcotraficantes.
SEMANA: ¿Usted por
qué decide hablar?
FABIO OCHOA VASCO:
Porque Salvatore Mancuso está mintiéndole a la Fiscalía y no está
contando toda la verdad.
SEMANA: ¿Y usted
qué tiene que ver con Mancuso?
F.O.V.: Yo conocí a
Mancuso a principios de 2000 a través de mi cuñado. Él le habla de
mí, le cuenta que yo vivo en México y me invita a una finca en
Tierralta (Córdoba), la famosa 'Mueblería'. Él ya tenía su
discurso de que las AUC no iban a dejar que el proceso de paz de las
Farc con Pastrana saliera adelante y que ellos necesitaban generar
dinero para crecer su ejército. Él empezó a necesitar de unos
contactos en México y me pidió ayuda.
SEMANA: ¿Ahí fue
cuando usted comenzó a trabajar con él?
F.O.V.: A partir de
ese momento comencé a conocerle sus negocios de narcotráfico, de
armas, sus secretos y su relación con los políticos. Mancuso ya era
narco y para. Ya tenía rutas a diferentes partes del mundo. Ya era un
hombre rico. Ya tenía fincas, ganado y poder. El primer favor que me
pidió era que él tenía un contacto en México y que necesitaba
hablar con esa persona para importar un armamento. Yo le hice el
favor. Busqué al señor mexicano que me dijo, lo encontré y se lo
llevé hasta Montería. Ellos hicieron su negocio.
SEMANA: ¿En qué
consistía ese negocio?
F.O.V.: Se trató de
una importación, a través de Honduras, de un armamento. Eran fusiles
AK y R–15, rockets y munición. Ese armamento lo debe tener todavía
Mancuso porque eso tardó un año y medio en llegar. Eso fue por
lancha. Llegó como tres meses antes de que él se desmovilizara.
Hasta donde yo sé, quedó guardado y no lo entregó cuando se
desmovilizó. Eso entró por Puerto Escondido (Córdoba) y lo recibió
Andrés Angarita, que era un comandante de confianza de él.
SEMANA: ¿Cómo
continuó su relación con Mancuso después de ese favor?
F.O.V.: Mancuso me
pidió que le prestara unos muchachos del barrio Manrique en
Medellín, que trabajaban conmigo en un proyecto de resocialización.
Él los quería para que trabajaran con Andrés Angarita en Puerto
Escondido montando un proyecto social parecido al que yo tenía en las
comunas. Yo mando a los muchachos y ellos se dan cuenta de que lo que
Mancuso hacía en realidad, era sacar droga por ese sitio.
SEMANA: ¿Cómo se
dan cuenta?
F.O.V.: Puerto
Escondido era una zona de el 'Alemán'. Allá había una finca que
tenía siete kilómetros de playa que había sido del narcotraficante
hondureño Ramón Matta Ballesteros. Mancuso terminó quedándose con
ella después de matar al administrador y la convirtió en una de sus
principales salidas de droga.
SEMANA: ¿De dónde
sacaba la droga Mancuso?
F.O.V.: Mancuso
controlaba dos zonas principalmente: el Catatumbo y Tierralta
(Córdoba). Mínimo le daban 10.000 kilos mensuales. En el Catatumbo
había varios bandos, pero Mancuso era el patrón.
SEMANA: ¿Usted
participó en esos negocios de droga, o cómo se explica que conozca
ese tipo de información?
F.O.V.: Lo que pasa
es que a través de mis amistades yo le ayudo a Mancuso con unas
personas clave para sus negocios de droga. Yo fui una especie de
enlace entre diferentes personas con él. Yo no puedo decir que soy
una persona inocente sobre esos asuntos. Lo que pasa es que Mancuso ha
dicho que yo era el patrón, y en realidad, el patrón era él.
SEMANA: ¿Tiene
pruebas para demostrarlo?
F.O.V.: Tengo, y
muchas. Por ejemplo, Mancuso tenía un muchacho sanandresano llamado
Javier Hooker. Él era el lanchero principal de Mancuso para sacar la
droga por Puerto Escondido. Hooker se le empieza a salir de las manos
y comienza a trabajar con otra gente. Lo que no ha contado Mancuso es
que él lo mandó matar en 2004 por temor a que lo delatara, y el
cuerpo está enterrado en una de sus fincas. Quien recibió la orden
de asesinarlo está dispuesto a hablarle a la justicia. La otra prueba
es de un muchacho que está en la cárcel de Cómbita. Él se llama
René de Martini y fue arrestado en febrero de 2005, cuando fue
incautada una lancha cerca de San Andrés con dos toneladas de
cocaína. Él era el que le manejaba el supuesto proyecto social que
tenía como fachada Mancuso en Puerto Escondido, pero en realidad era
el que le supervisaba la salida de la droga hacia México.
SEMANA: ¿Y cómo era
el negocio de narcotráfico de Mancuso?
F.O.V.: Yo estuve con
él desde 2000 a 2005. En ese tiempo vi cómo, en menos de año y
medio, entre 2003 y 2005, Mancuso recibió 90 millones de dólares de
la droga. La manera de demostrarlo es con testigos y documentos
contables que tengo en mi poder. Lo mismo que sus aliados tarde o
temprano estallarán y contarán también lo que saben.
SEMANA: ¿Como
quiénes?
F.O.V.: Como 'Jorge
40' y 'Diego Vecino'. 'Vecino' manejaba las rutas desde Cartagena
hasta Lorica y las islas de San Bernardo del Viento, diagonal a
Moñitos.
SEMANA: ¿Y 'Jorge
40'?
F.O.V.: Los aviones
pequeños que salían con droga despegaban de las pistas de 'Jorge 40'
en Cesar que se las manejaba el comandante '39', a quien después
mataron. Entre '40', 'Vecino' y Mancuso había total complicidad para
el negocio de la droga. El problema es que él está confiado en que
los otros no van a delatarlo. Sin embargo, entre ellos hubo muchos
problemas por la droga. Cuando 'Jorge 40' aún no se había
desmovilizado, le robó a Mancuso 2.300 kilos de coca en 2005 porque
necesitaba plata. Eso creó un problema muy grande entre ellos, tanto
que hasta Luis Carlos Restrepo tuvo que intervenir para calmarlos.
SEMANA: ¿Cómo
entraba Mancuso el dinero a Colombia?
F.O.V.: Lo entraban
por diferentes rutas. Nunca en avión privado, sino por aeropuertos
comerciales en donde se tiene que comprar mucha gente. 'Bon Ice', su
hombre de confianza, era el que le recogía la plata en Bogotá y se
la llevaba a Montería.
SEMANA: ¿Dónde
guarda todo el dinero?
F.O.V.: Él lo oculta
a través de varios testaferros. Uno es 'Maroso', un ganadero
importante de Córdoba. Otro es el 'Turco', que tiene una tienda de
electrodomésticos en Montería. Tiene un grupo de abogados que
armaron empresas y compraron unas fincas. Yo me asocié con Mancuso en
algunas de estas propiedades y no pude pagarlas. Me cobró una multa y
me costó la casa de mis hijos y unas propiedades de mi familia en
Medellín. Ninguna de esas propiedades figura en las listas que tiene
la Fiscalía y por eso él no las nombra. También tiene mucha plata
encaletada. Y está mintiendo cuando le dice a la justicia que toda su
fortuna está conformada por 4.000 hectáreas y 25 millones de
dólares. No más en tierra tiene más de 100.000 hectáreas. Sólo en
las fincas 'La Mueblería' , '00' y '05', que yo conozco bien, tiene
18.000 hectáreas y 120.000 cabezas de ganado.
SEMANA: ¿Usted está
contando todo esto para vengarse de Mancuso?
F.O.V.: No. Lo que
pasa es que él viene hablando de unas cifras muy equivocadas y no ha
dicho la verdad sobre sus negocios de narcotráfico. Por ejemplo, no
ha hablado de sus negocios con dos hermanos venezolanos quienes eran
sus socios. Eran los que le manejaban gran parte de la droga que
Mancuso sacaba del Catatumbo hacia Venezuela. La última vez que yo lo
oí hablar sobre de esos negocios fue cuando mandó a 'Bon Ice' a ese
país a recoger unas platas porque por esos días necesitaba
urgentemente 25 millones de dólares para un negocio. Tampoco ha
contado que en 2003, cuando comenzó el proceso de paz, tenía
escondidas 72 toneladas de coca en Ralito listas para exportar. Ni ha
mencionado que en 2005 sacó 23.000 kilos y los repartió. A 'Jorge
40' le dio 8.000 kilos para sacarlos por Cesar y Santa Marta, y 15.000
se los dio a sus socios venezolanos. Eso lo sé y lo vi porque por esa
época Mancuso me tenía escondido en Ralito.
SEMANA: ¿Como así
que Mancuso lo tenía a usted escondido, si la zona de diálogos era
sólo para los paramilitares que estaban en el proceso de paz?
F.O.V.: Él me
escondió nueve meses porque me había salido un nuevo indictment
(acusación de la justicia estadounidense) en noviembre de 2004. A él
no le convenía que me capturaran y contara todo lo que sé de sus
negocios de narcotráfico. Allí estuve con Ricardo 'Cayo' Castro, que
está también es requerido por la justicia norteamericana. Ellos
prometieron en los puntos de negociación meter a sus financieros y
Mancuso me dice: "Quédese aquí". Y me dejó la finca '05'
para que viviéramos ahí.
SEMANA: ¿Quiénes
más estaban escondidos allá en Santa Fe Ralito?
F.O.V.: También
estaban escondidos otros extraditables. Conmigo éramos como 10. Es
más, Juan Carlos, el 'Tuso' Sierra y yo nos reunimos una vez y
pensábamos proponerle al gobierno una entrega de los que estábamos
pedidos en extradición por Estados Unidos. A 'Cayo' y a mí nos
protegía Mancuso, al 'Tuso" lo acogió 'Don Berna'. Había otros
protegidos en Urabá por el 'Profe', Vicente Castaño. A mí no me
pidieron a cambio nada. Pero a otros les cobraban por protegerlos. El
precio dependía del marrano. Mancuso nos dijo que ellos podían
convencer al gobierno de meternos dentro del paquete de la ley como
paras, que ya todo estaba arreglado. Ellos pagarían seis años y los
narcos avalados por las AUC pagarían máximo 12 años.
SEMANA: ¿Y por qué
estaban tan seguros de ese arreglo con el gobierno?
F.O.V.: Porque cuando
yo comencé a asistir a reuniones de las AUC, a finales de 2001, ya se
hablaba de eso. Es más, recuerdo que yo estaba con Mancuso en la
finca '05' y llegaron dos señores de Medellín. Yo escuché la
conversación en donde básicamente ellos les proponían un proceso de
paz muy favorable para las autodefensas, tanto que las AUC estaban
felices y empezaron a reunir a todo el mundo porque los votos tenían
que ser para Uribe y explicaban lo que él estaba dispuesto a hacer
por ellos. Comenzaron a convocar a los líderes comunales, los
mandamás y a trasladar gente para convencerla.
SEMANA: ¿Quiénes
eran esos dos señores?
F.O.V.: Yo no soy
político, pero soy paisa. Y ellos eran paisas. Hablaron del proyecto
de paz. Dijeron que había cabida para el que tuviera problemas en
Estados Unidos. Y en otras reuniones, estuvieron empresarios,
ganaderos y narcos a los que ellos pensaron que podían entrar y les
dijeron que se prepararan para un proceso de paz. Algunos dijeron que
darían plata para la campaña porque una de las promesas era que iba
a ser un proceso en donde, si usted estaba acusado de autodefensa o
tenía sospechas, se salvaba.
SEMANA: ¿Y al final,
quiénes dieron plata para la campaña?
F.O.V.: Yo le digo lo
que yo vi. Antes de esconderme en Ralito yo visitaba a Mancuso con
frecuencia en su finca, la '05'. En una de esas visitas, en marzo de
2002, cuando Uribe comenzó a repuntar en las encuestas, estaba
conversando con Mancuso cuando llegó una camioneta Hilux y se bajaron
dos hombres de unos 45 y 38 años, paisas, pero venían de Bogotá.
Los vi cinco minutos cuando Mancuso les dio la orden a dos de sus
hombres de seguridad de que subieran al carro tres maletas llenas de
billetes de cien dólares. Es más, de esa plata yo aporté 150.000
dólares. Ellos se fueron rápido antes de que cerraran el aeropuerto.
Iban para Bogotá.
SEMANA: ¿Usted está
consciente de lo que se está refiriendo?
F.O.V: Sólo les
habló de lo que vi y de lo que me dijo Mancuso. Y no sé qué
hicieron con esa plata, ni siquiera sé si le llegó a la campaña, si
la dieron a los políticos regionales o si Mancuso se quedó con ella.
SEMANA: ¿ Y usted
por qué dio 150.000 dólares?
F.O.V.: Yo di poco
porque yo no era ni capo ni estaba en el proyecto, era simplemente una
solidaridad hacia el comandante que era mi amigo. Pero me comprometí
a movilizar en Antioquia a unas 5.000 personas y la orden era que
tenían que votar por Uribe.
SEMANA: ¿Y lo hizo?
F.O.V.: Claro. Hice
reuniones, contraté buses y les di comida el día de las elecciones.
Yo creo que en esa movilización en un día me gasté 300 millones de
pesos. Yo no sé cuánta gente votó al final por él, pero el triunfo
fue total.
SEMANA: ¿Qué ganaba
usted con eso, si no era paramilitar?
F.O.V.: Yo llevaba
hasta ese momento 14 años en la clandestinidad. A mí me daba igual.
Yo colaboraba porque pensé que Colombia necesitaba soluciones al tema
del conflicto y al tema del narcotráfico.
SEMANA: Pero usted ya
tenía antecedentes de haber trabajado con narcos de Medellín, como
Fernando Galeano, asesinado por Pablo Escobar, y tenía desde los
años 80 cuatro acusaciones por droga en Estados Unidos.
F.O.V.: Es verdad. Y
estuve desde el 83 hasta el 85 en las cárceles de Oklahoma y Reno. En
el 87 volví a Colombia y un año después conocí al 'Negro Galeano'
y a 'Don Berna' porque era su jefe de seguridad. En el 88 me salió un
indictment en el que me relacionaron con un negocio de mi hermano
Mauricio. Yo no quise solucionar ese problema con Estados Unidos, pero
mi hermano estuvo preso 10 años, salió con sida y murió a las
cuatro semanas. Luego viví en Cali y después me fui para México,
pero viajaba a Colombia frecuentemente. A finales de los 90 regreso a
Medellín y me dedico a un proyecto de resocialización del barrio
Manrique en las comunas.
SEMANA: Pero,
volviendo al tema de los aportes a la campaña, usted no habla sino de
Mancuso. ¿Es que él fue el único que dio plata?
F.O.V.: Mi amistad
era con Mancuso y por eso le hablo de lo que fui testigo. Él es de
esos hombres que hacen alarde de todo. Incluso, unos cuatro días
antes de las elecciones, le dio a su segundo comandante, Andrés
Angarita, dos millones de dólares para que repartiera en Montería.
SEMANA: Pero en
Montería perdió Álvaro Uribe.
F.O.V.: Mancuso
cuando supo los resultados se emberracó, puteó y dijo que de ahora
en adelante la gente de Montería iba a comer mierda. Pero Angarita no
puede ser testigo porque él lo mandó matar. Pero después de que
ganó Uribe las elecciones, Mancuso nos decía que ahora sí eran los
cuatro años de nosotros y vamos a manejar esto como queramos.
SEMANA: ¿Y por qué
creer que usted está diciendo la verdad?
F.O.V.: Yo estuve con
Mancuso cinco años. Lo conozco muy bien. Le aseguro que tarde o
temprano él contará la verdad. Cuando vea que se le cierran las
puertas para lograr una condena de justicia y paz, más la presión de
los norteamericanos, que saben que él es el más grande capo que hay
en Colombia, tratará de defenderse y contará sus alianzas con el
presidente Uribe. Mancuso es un hombre traicionero.
SEMANA: ¿Quién
más, que pueda llegar a hablar, sabe sobre estas alianzas?
F.O.V.: Todos los
comandantes que se sentaron la primera semana en la mesa de
negociaciones saben la verdad. Saben que para estar donde están,
metieron más de 10 millones de dólares. Tarde o temprano alguno se
va a reventar porque se sienten traicionados por el gobierno.
SEMANA: Como que
traicionados. ¿Acaso no les ha ido bien?
F.O.V.: Mire, desde
los 12 puntos iniciales del proceso era un ambiente de angustia porque
el gobierno los había traicionado y cada vez que intentaban ponerle
presión al gobierno, les respondían: ¡Hagan lo que quieran! Llegaba
el comisionado Luis Carlos Restrepo y volvían a arrancar porque no
todos son guerreros. Son personas que se lucraron con el negocio de la
droga, se cansaron del monte y la riqueza que tienen no la quieren
compartir con el pueblo. Es una oportunidad que no pueden perder.
SEMANA: Usted mismo
reconoce que el Comisionado de Paz era fuerte en su posición.
F.O.V.: Uribe fue muy
inteligente al poner a Restrepo a negociar. Después de que matan a
Castaño les cambian toda la torta y el Comisionado los pone a pelear
entre ellos. Coge a uno por uno: "Usted se entrega y yo le ayudo
con los norteamericanos", les decía. Fue muy astuto. Logró
dividirlos. Yo fui a dos reuniones y el man les decía:
"Ladrones, bandidos. Yo no hablo con ustedes como grupo... yo
hablo con usted, Mancuso. Yo habló con usted, comandante. Y con
usted". Y logró desunirlos con amenazas. El sí les habló duro.
En cambio uno veía al ministro Sabas Pretelt hablar mal de ellos en
los medios y después uno oía a Mancuso decir que él era amigo, que
iba a trabajar para ayudarlos y que todo era un 'paro' que tenía que
hacer públicamente.
SEMANA: ¿Usted
asistía a todas las reuniones de las AUC?
F.O.V.: No. Yo fui a
algunas. Y estuve en las que Mancuso hacía en '05', donde yo vivía.
SEMANA: ¿En esos
meses que estuvo en la finca de Mancuso supo algo de por qué razón
mataron a Carlos Castaño?
F.O.V.: Mancuso
pedaleó la muerte de Carlos Castaño. Ese día yo estaba en su finca
y me levantó en la mañana para contarme que habían matado a Carlos.
Él ya venía diciéndome que Carlos era una piedra en el zapato.
Venía con el cuento de que estaba trabajando con la DEA y decía que
iba a ser el tropiezo del proceso. Antes de la muerte de Carlos uno
sentía la tensión que se vivía en la zona.
SEMANA: ¿Por qué?
F.O.V.: Carlos
Castaño empezó a agredirlos a ellos y a los amigos. Después de que
Uribe es electo, Mancuso le ordena a la gente que Carlos no debía
enterarse de nada de sus movimientos de mercancía, plata, ni de nada.
Mancuso empieza a planear la muerte y pedalea para que el 'Profe',
Vicente Castaño, dé el OK. A 'Berna' no lo tuvo que voltear porque
en una reunión discutió con él porque no quería volver a ver a los
narcos en la zona. Para Carlos, todo el que visitaba a 'Berna' era un
narco y discutieron por la presencia de el 'Mellizo' y el 'Tuso'. En
ese alegato Carlos le tiró una granada a una laguna en donde 'Berna'
tenía peces y se los mató todos. A partir de ahí todo cambió.
'Berna', quien antes andaba con seis escoltas, empezó a andar con 22.
Lo mismo Mancuso. Fuera de eso, venía el rumor de que Carlos estaba
colaborando con la DEA. Mancuso aprovechó eso para convencer a todos
los jefes paramilitares de matar a Carlos. Paradójicamente, Mancuso
estaba haciendo lo mismo por lo que ordenó matar a Carlos: Negociando
con la DEA.
SEMANA: ¿Por qué
Mancuso pasó de ser su amigo a ser su enemigo?
F.O.V: Porque me
delató ante la Dea y les dijo que yo era el nuevo Pablo Escobar de
Colombia. Gracias a su delación, mi vida vale hoy cinco millones de
dólares que es lo que ofrecen los gobiernos de Estados Unidos y
Colombia por mí. Es parte de su estrategia, ya que en caso de ser
extraditado, tiene la coartada para echarme a mí la culpa de todos
sus negocios de narcotráfico. Pero aparte de eso, la verdad es que
cuando Mancuso dijo que él sólo "tuvo que cuidar cultivos de
coca cobrar impuestos y vender la coca para financiar la guerra"
es falso. Mancuso es un capo y yo tengo las pruebas para demostrarlo
en mi defensa ante la Fiscalía colombiana o si llego a ser
extraditado a Estados Unidos.
SEMANA: ¿Cuándo fue
la última vez que habló con Mancuso?
F.O.V.: El día antes
de que capturaron a 'Berna' en Ralito, en 2005. Ese día me llamó por
el radio para decirme que el comisionado Luis Carlos Restrepo lo
había llamado para decirle que iban por Bernardo. Al otro día me fui
de Ralito y salí del país. Jamás volví a hablar con él.
SEMANA: ¿Usted
estaría dispuesto a contarle todo esto a la justicia?
F.O.V.: Cuando a mí
me lleven a juicio, yo voy a contar la verdad porque me siento
traicionado por Mancuso. Se ha dedicado a engañar a un poco de gente.
Habla más fácilmente de los muertos que de los vivos. Yo lo que
quiero es desmantelar las mentiras de un capo tan grande como Mancuso,
que vale 500 millones de dólares...