Por
Francesc Relea, desde Miami
El País / Página 12, 17/10/07
La figura del
narcotraficante Pablo Escobar, abatido hace 14 años, sacude todavía
a la clase política colombiana. Virginia Vallejo, de 57 años, novia–amante
durante más de un lustro del jefe del Cartel de Medellín, la
organización criminal más poderosa que ha actuado en Colombia, ha
roto un largo silencio para hablar del pasado y el presente de su
país. "El silencio me salvó. Soy el único superviviente, los
demás están muertos", dice. En el libro "Amando a
Pablo, odiando a Escobar" (Random House Mondadori), Vallejo
arremete contra destacados líderes políticos a quienes atribuye
estrechos vínculos con el gran capo de la droga.
Refugiada en Estados
Unidos a la espera de obtener asilo político, Virginia Vallejo
concedió una larga entrevista a El País, la primera desde su salida
de Colombia hace más de un año. Desaparecida de escena desde hacía
más de una década, en la que proliferaron chismes y rumores de la
peor especie, la presentadora de televisión, reportera, modelo y
actriz vuelve a la palestra como un testigo incómodo para los
políticos colombianos. El presidente, Alvaro Uribe Vélez, se ha
apresurado a rechazar las acusaciones del libro de Vallejo.
"El narcoestado
soñado por Pablo Escobar tiene hoy más vigencia que nunca en
Colombia", dice la diva de los años ’80. "Los
narcotraficantes prosperaron en Colombia no porque fueran unos genios,
sino porque los presidentes eran muy baratos", dice Vallejo, y
menciona tres nombres como los narcopresidentes: Alfonso López
Michelsen, Ernesto Samper y Alvaro Uribe.
Del actual presidente
de Colombia, Alvaro Uribe, Vallejo dice que el jefe del Cartel de
Medellín lo idolatraba. Asegura que el gobernante, en su etapa de
director de la Aeronáutica Civil (1980–1982), "concedió
docenas de licencias para pistas de aterrizaje y centenares para los
aviones y helicópteros sobre los que se construyó toda la
infraestructura del narcotráfico".
"Pablo solía
decir: ‘si no fuera por este muchacho bendito tendríamos que estar
nadando hasta Miami para llevar la droga a los gringos. Ahora, con
nuestras propias pistas no nos para nadie. Pista propia, aviones
propios, helicópteros propios...’ Sacaban la mercancía hasta Cayo
Norman, en las Bahamas, cuartel de las operaciones de Carlos Lehder, y
de allí a Miami, sin problemas." Virginia Vallejo está
dispuesta a defender públicamente y ante un detector de mentiras todo
lo escrito y declarado.
Fueron los años
dorados de Pablo, los Ochoa, Gonzalo Rodríguez Gacha el Mexicano,
Lehder.
Transportaban hasta
300 kilos de cocaína por hora y día. Estaban en el lugar perfecto a
la hora perfecta, aunque al final todos tuvieron un destino trágico.
En tres años estos tipos pasaron de ser lijadores de lápidas,
desvalijadores de automóviles, a tener fortunas de 3000 millones de
dólares. "Cuando conocí a Pablo no sabía que tenía tanto
dinero. Me enteré por las revistas Forbes y Fortune que lo situaban
como el séptimo hombre más rico del mundo", comenta Vallejo.
Otro episodio que
ilustra los supuestos vínculos entre Uribe y Escobar es la muerte de
Alberto Uribe Sierra, padre del presidente, en 1983, a manos del
quinto frente de la guerrilla de las FARC. "Pablo quería mucho a
Alvarito –explica la ex novia de Escobar–. Cuando las FARC mataron
al padre de Uribe en un intento de secuestro, Pablo les envió un
helicóptero para recoger los restos. El hermano, Santiago, se estaba
desangrando. Se encontraban en una hacienda lejana de Medellín, donde
no había helicópteros ni infraestructura aeronáutica de ningún
tipo. Pablo dio la orden de enviar el helicóptero. Me lo contó unos
días después. Sintió mucho aquella muerte. Estaba muy triste. Me
dijo: ‘Quien crea que esto es un negocio fácil, está muy
equivocado. Esto es un reguero de muertos. Todos los días tenemos que
enterrar amigos, socios y parientes’. Me dijo que él también
podía ser uno de los muertos, y me preguntó si estaría dispuesta a
escribir su historia".
Según el National
Security Archive, un grupo de investigación no gubernamental basado
en la George Washington University, Alvaro Uribe fue un amigo cercano
de Pablo Escobar, que colaboró con el Cartel de Medellín. El mismo
grupo de investigación difundió una lista de los narcotraficantes
colombianos más importantes en 1991, elaborada por los servicios de
inteligencia estadounidenses, en la que Escobar ocupaba el puesto 79 y
Uribe el 82.
Antes de escapar de
Colombia, Virginia Vallejo intentó dar su testimonio en el juicio
contra el ex ministro de Justicia Alberto Santofimio, acusado de ser
el inductor del asesinato del candidato presidencial liberal Luis
Carlos Galán, en 1989. "Mi testimonio habría involucrado a toda
la clase política de Colombia", asegura. Sospechosamente, la
etapa de exposición de pruebas se cerró con una rapidez inusual, y
la declaración de Virginia Vallejo se difundió en televisión pero
no se incorporó al sumario. Santofimio fue condenado el jueves pasado
a 24 años de prisión por homicidio con fines terroristas.
La planificación y
financiación del crimen fueron atribuidas a Pablo Escobar, jefe del
Cartel de Medellín. Según la antigua novia del narcotraficante,
Santofimio era el candidato de Escobar para las elecciones
presidenciales y el enlace del capo con los jerarcas del Partido
Liberal, "sobre todo con el ex presidente López Michelsen, el
hombre más poderoso de Colombia hasta el año pasado, cuando murió,
a los 94 años".
Vallejo asegura que
en su presencia "Santofimio instigó por lo menos en tres
ocasiones a Pablo a eliminar a Luis Carlos Galán. Lo conté en julio
pasado al diario Miami Herald. A los pocos días, el diario El Tiempo
y el Partido Liberal cerraron filas en torno a Santofimio, para
proteger al hombre que conoce el precio de toda la clase política de
Colombia".
Virginia Vallejo
huyó de su país con ayuda norteamericana. A las 6 de la mañana del
18 de julio de 2006, tres vehículos blindados armados con
ametralladoras de la embajada de Estados Unidos en Bogotá la
trasladaron desde su casa al aeropuerto. Poco después un avión de la
DEA, la agencia antidrogas de EE.UU., despegaba rumbo a Miami.
"Fui a la Embajada de EE.UU., me reuní con el agregado del
Departamento de Justicia, Jerry MacMillan, a quien ofrecí
cooperación en el juicio a los hermanos Rodríguez Orejuela, que iba
a empezar seis semanas después en Estados Unidos. El funcionario
abrió sus ojos como platos cuando oyó que era amante de
Escobar."
En Miami la
interrogaron durante cinco días. En el juicio a los Rodríguez
Orejuela había congelada una fortuna de 2100 millones de dólares. En
contra de lo que han publicado diversos medios informativos, Virginia
Vallejo no disfruta de la condición de testigo protegido en EE.UU.
"Finalmente me dijeron: ‘Usted no nos sirve para el caso de los
Rodríguez Orejuela, la vamos a devolver a Colombia’. Les he
explicado cómo corrompieron a la clase política y a dos presidentes
de la República. ¿No les sirve esto? Me exprimieron como una
naranja, les entregué todos los nombres de los políticos
comprometidos con el narco, les hablé de la relación de Uribe con
Escobar... Me dijeron que nada de eso les servía en el proceso a los
Rodríguez Orejuela. Que me enviarían de regreso a mi país y me
protegería el fiscal colombiano. Yo les dije que no, que la esposa
del contable de los Rodríguez Orejuela estaba muerta por haberse
montado él en un avión de la DEA. Les dije que me quedaba en Miami y
pedí asilo político". Los trámites pueden durar años.
Mientras tanto, la presentadora de televisión no puede salir de
territorio estadounidense. "Mi destino en Colombia sería la
tortura y la muerte. Uribe me declaró la guerra a través de todos
los micrófonos."
¿Por qué ha
decidido hablar después de 20 años de silencio, cuando éste ha sido
su mejor protección? "Porque se conjugaron cuatro procesos
judiciales simultáneamente, es como una cuestión del destino. Estaba
el proceso por el magnicidio de Luis Carlos Galán contra Alberto
Santofimio Botero; la Comisión de la Verdad investigando el ataque al
Palacio de Justicia de 1985; había un proceso en EE.UU. contra los
hermanos Rodríguez Orejuela, y había otro proceso también en
Estados Unidos contra los dueños de la multinacional que me había
despojado de todo mi patrimonio. Yo era el testigo clave en cuatro
procesos gigantescos, dos de ellos magnicidios históricos en Colombia
y dos procesos enormes en Estados Unidos".