"Vote
bien"
Por
Simone Bruno
Desde
Bogotá
Alai-amlatina/Correspondencia de Prensa, 27/10/07
“El
día 29 será imposible hacer estadística a nivel nacional, todos los
partidos podrán salir a decir que han ganado y nadie será perdedor.
Claro, con la excepción de los candidatos borrados de las tarjetas
electorales por deceso anticipado.”
Santa
Fe de Bogota.- Todo es gris plomizo en estas vísperas electorales. El
cielo de octubre viene más cargado de nubes de tormenta que otro
cualquiera [.]. Tal vez por eso estamos mirando el porvenir político
de la Nación, como dibujado sobre un lamentable paisaje de
cenizas".
EL
ex ministro Londoño concibe así, en su columna en el Tiempo, las próximas
elecciones regionales y locales que se llevarán a cabo el próximo
domingo 28 de octubre. Los noticieros son aún peores: verdaderos
boletines de guerra. 22 candidatos asesinados. Otros ocho, muertos
antes que pudieran postularse. 36.000 candidatos más, bajo la
protección de la policía. Por lo menos 200 (difíciles contar)
acciones violentas. Además de los homicidios hay: secuestros,
amenazas y daños colaterales, por ejemplo los familiares de los
candidatos eliminados por error, o por cálculo. ¡Estas son las
elecciones en los tiempos de la "seguridad democrática"!
Las
autoridades se declaran preocupadas. Pero aseguran: "tenemos la
situación bajo control". Imaginamos cómo sería si no la
tuvieran. El presidente Uribe, en cambio, empezó una "gira
democrática" para tranquilizar a los electores de las áreas
rurales más aisladas y convencerlos de ir a votar: "tenemos
debilitadas a las FARC, debilitado al ELN, desmantelado el
paramilitarismo. Y perseguimos, con toda la determinación que exige
la Constitución, a las bandas criminales del narcotráfico".
Imaginamos cómo sería si no los tuvieran debilitados.
La
realidad es que estas elecciones son las más violentas de la historia
reciente, si se excluye las de 1997, año de la segunda expansión
paramilitar en el país, cuando Carlos Castaño estaba formando las
AUC (Autodefensas Unidas de Colombia).
En
cualquier país, estos números serían un escándalo, no un motivo
para sacar pecho. En cualquier país habría manifestaciones y
protestas, un rechazo de la ciudadanía, pero esto no pasa en Colombia
en donde el conflicto armado penetra hasta en la medula de la sociedad
civil, en donde el miedo se confunde con la indiferencia, acá los
muertos son solo números que inflan las estadísticas y poco más.
Pero
quién sabe cómo irán a votar los que hubieran votado por un muerto,
como siguen postulándose los que siguen vivos. ¿Se pueden dar
elecciones en estas condiciones?
Además,
existen más de 200 candidatos inhabilitados, muchos se retiraron,
pero 46 siguen en la carrera electoral. Son condenados o involucrados
en el más grande escándalo de la historia colombiana. El escándalo
de la parapolítica. Estos 46 están acusados de crear o financiar
grupos paramilitares o participar en homicidios. ¿Cómo es posible
que los partidos políticos en medio del escándalo de la parapolítica
los sigan apoyando y seleccionando?
Estas
son las primeras elecciones después del escándalo de la parapolítica.
40 parlamentarios están involucrados hasta el momento, y la mitad ya
está en la cárcel, pero los números siguen subiendo cada semana.
Justo a nivel local esta alianza entre grupos paramilitares y políticos
ha sido más fuerte. Por ejemplo, existen alianzas entre paramilitares
y alcaldes. Los primeros ayudaban a los segundos a ser elegidos. Como
consecuencia, las autoridades locales aceptaban la presencia
paramilitar y desviaban fondos estatales hacia estos grupos armados.
Nos
acordamos de un político en el Guaviare que justificaba esta situación
así: "El señor Cuchillo es un paramilitar distinto, él nunca
se ha robado un peso de la administración pública. todos sus activos
los ha ganado honestamente a punta de narcotráfico". Por estas
razones, por primera vez en Colombia, han nacidos numerosos grupos y
organizaciones de la sociedad civil para estimular el voto limpio y
transparente. Como, por ejemplo, "Vote bien" en donde hay
una convergencia de varios medios de comunicación y organizaciones
sociales para informar a los electores sobre el pasado de los
candidatos. De esta manera se ha logrado descubrir varios
inhabilitados y candidatos apoyados por fuerzas oscuras y se ha creado
un mapa de los municipios de alto riesgo de infiltración en cada región.
Hasta la OEA (Organización de los Estados Americanos) ha enviado la
misión de observadores más grande de la historia.
Laura
Bonilla, directora del Observatorio Conflicto Armado de la Corporación
Nuevo Arcoiris, está involucrada en el proceso de "Vote
bien". Ella describe así la situación: "Esto muestra que
aunque los jefes de los grupos paramilitares que operaban en esta región
se encuentren recluidos, no ha mermado la intención de la clase política
beneficiaria
de continuar con el control de la institucionalidad pública en el
nivel local y regional. En el sur, el paisaje está compuesto de
aquellos dolorosos hechos que vivió el país central y poblado a
mediados de los noventas: los últimos muestran cómo la estrategia
comienza por la eliminación física del adversario político y
termina por el establecimiento de clientelismos armados con el
auspicio de las élites regionales".
Los
atentados en el país, en este momento, se dan por parte de los
guerrilleros de las FARC, que se oponen, como siempre, a las
elecciones de un Estado que no reconocen, en las áreas rurales. Pero
en los cascos urbanos se enfrentan los mandos medios de los
paramilitares que intentan ganarse el control sobre el territorio
dejado por los jefe que se encuentra en la cárcel. El fin de la
"pax" paramilitar y de los candidatos únicos.
Hablando
del trabajo en "vote bien", Laura, comenta: "El país
no puede continuar en una carrera contra reloj entre quienes hacen la
trampa y quienes tratamos de identificarla, círculo vicioso que nos
hace olvidar que el gran problema es que con cada comicio electoral
manipulado, la tensión entre el Estado central y el Estado de las
regiones crece a niveles asombrosos e inmanejables. No podemos olvidar
que quienes ejercen la mediación entre el Estado y el ciudadano, son
los mismos que detentan el poder político a nivel regional, por ende,
si estos últimos se encuentran comprometidos con mafias electorales o
grupos armados al margen de la ley, el territorio que se construirá
tendrá como consecuencia un país cada vez más fragmentado, un
clientelismo perpetuo y unas regiones saqueadas y olvidadas.
Es
difícil no darle la razón
Las
alianzas para las elecciones locales son difícilmente explicables si
no se piensa en la conveniencia del momento, el clientelismo y las lógicas
pocos claras. Los partidos que son aliados al gobierno central, se
enfrentan en las áreas rurales apoyando distintos candidatos. Los
partidos de oposición al gobierno nacional, muchas veces, se alían a
partidos Uribistas en lo local; en cada ciudad, cada candidato es
apoyado por coaliciones diferentes y cambiantes.
El
día 29 será imposible hacer estadística a nivel nacional, todos los
partidos podrán salir a decir que han ganado y nadie será perdedor.
Claro, con la excepción de los candidatos borrados de las tarjetas
electorales por deceso anticipado.
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