Colombia

Tablas de sangre

Por Claudio Testa
Socialismo o Barbarie, periódico, 17/07/08

El número 29

En el artículo “El «rescate» de madame Betancourt” advertíamos sobre la farsa de “presentar a madame Betancourt como la gran víctima de la violación a los derechos humanos en Colombia, cuando sólo en lo que va del 2008 han sido asesinados 28 dirigentes sindicales con total impunidad... y, por supuesto, sin que la CNN, Fox News y demás cadenas de TV se dignen mencionarlo”.

Al momento de subir estos artículos a “Socialismo o Barbarie”, nos llegó la noticia del número 29. Se trata de Guillermo Rivera Fúquene, que trabajaba con la contraloría de Bogotá, como jefe de auditores y era presidente del sindicato de los servicios públicos del distrito. (Ver artículo “Aparece asesinado otro dirigente sindical”, en esta edición de SoB)

Por supuesto, la prensa libre, occidental y cristiana no ha informado una línea ni sobre éste, ni sobre los demás asesinatos de dirigentes sindicales.

El show de la TV en torno a madame Betancourt, como la gran víctima de los derechos humanos, deja fuera del cuadro a detalles desagradables, como que Colombia tiene el record mundial de asesinatos de dirigentes y activistas sindicales. Pero hay más cosas que se “olvidan”.

No se recuerda, por ejemplo, que más de 3 millones de personas han sido desplazadas por la fuerza, en su mayoría por los grupos narco-paramilitares afines a Uribe, que les robaron además casi seis millones de hectáreas de tierra.

Esto convierte a Colombia en el segundo país del mundo en número de desplazados, después de Sudán... Claro que como el presidente Álvaro Uribe es occidental, cristiano y además agente de Washington, al Tribunal Internacional de La Haya no se le ocurre enjuiciarlo por genocidio como quiere hacer con el presidente de Sudán, que tiene la desgracia de profesar la religión islámica, de no llevarse bien con Bush... y además ser africano de piel negra.

Estos grupos paramilitares, solos o en colaboración con el ejército, han hecho desaparecer desde los ‘90 a más de 15.000 personas, enterrándolas en más de 3.000 fosas comunes o arrojando los cadáveres a los ríos. Entre ellas, asesinaron a más de 1.700 indígenas y 2.500 sindicalistas. Su método preferido es el de descuartizar vivas a sus víctimas con una motosierra.

Desde el año 2002 (en que comenzó su presunta “desmovilización”), los “paracos” han asesinado a unas 600 personas al año, mientras llegaron a controlar casi el 40% del parlamento colombiano. Por su parte, desde 2002 hasta la actualidad, los soldados del ejército regular de Colombia han perpetrado más de 950 ejecuciones, la mayoría presentando cadáveres de campesinos como guerrilleros. Recientemente, en enero de 2008, los paramilitares han perpetrado 2 masacres, 9 desapariciones y 8 homicidios, a la vez que el ejército ha consumado 16 ejecuciones al margen de la ley. A eso hay que añadir los 28 sindicalistas mencionados.

Por último, un dato de público conocimiento en Colombia, pero que púdicamente no se menciona en los reality shows de la TV. El fundador o precursor del paramilitarismo “moderno” (decimos “moderno”, porque la cosa tiene largos antecedentes en la historia colombiana) es el Dr. Álvaro Uribe Vélez, actual presidente, cuando era gobernador (1995-97) del Departamento de Antioquia, con capital en Medellín.

Allí lanzó las Cooperativas de Seguridad “Convivir”. Según la Secretaría de Derechos Humanos y Libertades: “Estas organizaciones se convirtieron en bandas de maleantes y asesinos, transformándose en grupos punitivos, que terminaron asesinando y secuestrando. Fueron utilizadas por los terratenientes y narcotraficantes para aplicar la política contrainsurgente de «tierra arrasada» en numerosas zonas campesinas y en la misma capital de Antioquia”.