En
medio de su guerra contra la Corte Suprema de Justicia, el círculo
íntimo del
Presidente llegó al extremo de conversar en secreto con los
hombres del ex jefe
paramilitar 'Don Berna'
El
complot de los paras
Revista
Semana, Bogotá, 23/08/08
|
Sale
a la luz un complot contra la Corte Suprema
de Justicia de abogados de paramilitares y
el gobierno de Uribe
Por
Aarón Corredor
Radio YVKE, Caracas, 26/08/08
Luis
Moreno Ocampo, Fiscal de la Corte Penal Internacional,
llegará hoy a Colombia para entrevistarse con el
Fiscal General de la Nación, Mario Iguarán, y con el
presidente de la Corte Suprema de Justica, Francisco
Javier Ricaurte, para conocer de primera mano lo
referente al proceso de Justicia y Paz y la
extradición de los 15 paramilitares a Estados Unidos.
El
panorama político con que se va a encontrar Ocampo,
no es muy alentador para el gobierno, pues se conoció
mediante publicación de la revista Semana, de tres
reuniones que sostuvieron el abogado del paramilitar
extraditado, Diego Fernando Murillo alias “Don
Berna” y el asesor Jurídico de la Casa de Nariño,
Edmundo del Castillo, acerca de unas supuestas pruebas
que buscaban deslegitimar a la Corte Suprema de
Justicia. A dichas reuniones, también asistió el
jefe de prensa de la Casa de Nariño, Cesar Mauricio
Velázquez, al igual que el paramilitar Antonio López
alias “Job”, integrante de la “Oficina de
Envigado” quien fue asesinado en el mes de Julio.
Dichas
reuniones se llevaron a cabo en la misma oficina del
asesor Jurídico de la Casa de Nariño entre el mes de
Marzo y Abril del presente año, a unos cuantos pasos
del despacho del mandatario Colombiano. El objetivo
que buscaba el personal de “Don Berna”, era frenar
la extradición, ofreciéndole al gobierno pruebas que
involucraran a la Corte en un complot contra el
Presidente.
Las
paradojas e interrogantes que surgen a lo anterior,
son múltiples y van en diferentes direcciones, ¿Por
qué se conoció la información(grabaciones y videos)
a través de un medio de comunicación, y no fueron
llevadas a las autoridades competentes?, ¿Por qué se
reúnen en la Casa de Nariño, el Jefe Jurídico,
Edmundo Castillo con uno de los integrantes de la
“Oficina de Envigado, cuando el presidente Uribe,
ordena en un Consejo de Seguridad, acabar con la
mencionada oficina, uno de los grupos delincuenciales
más peligrosos?, ¿Por qué aparece una reforma a la
Justicia y a la Política, luego de que la Corte
Suprema de Justicia, está operando satisfactoriamente
en el proceso de la para–política?, ¿Por qué el
secretario de prensa, Cesar Mauricio Velásquez,
afirma que el conocimiento de las grabaciones, debían
manejarse con prudencia para no cometer errores, y
sí, con el supuesto portátil de Raúl Reyes, no
duraron un día para hacerlas públicas y así
desacreditar gobiernos vecinos?.
El
presidente de la Corte Suprema, Francisco Javier
Ricaurte, manifestó su preocupación al respecto, en
lo que no dudo en calificar, como una alianza entre un
sector del gobierno y el paramilitarismo para
deslegitimar las acciones jurídicas de la Corte, en
el proceso de la para–política. “Lo que se
demuestra, es la estrategia montada de un sector del
gobierno contra la Corte Suprema de Justica para
deslegitimar sus decisiones, para desacreditar a los
magistrados”, afirmó a la cadena Caracol Radio.
Ricaurte
anunció que interpondrá una denuncia ante la
procuraduría y la fiscalía, para que investiguen
dichas relaciones, al mismo tiempo anunció que
pondrá en conocimiento de dicha información al
fiscal de la Corte Penal Internacional, Luis Moreno
Ocampo, que a juicio de él, son muy graves, y más
aun, que se lleven a cabo a poca distancia de la
oficina del presidente Uribe. |
En
los últimos meses el país ha visto cómo el pulso entre la
Corte Suprema y el gobierno por el escándalo de la
para–política se ha convertido en
una batalla campal. De la sana separación de poderes
se ha llegado a insultos, demandas y guerra de comunicados
que convierten este episodio en una pelea de barrio. Lo que
a ningún colombiano se le pasaba por la mente es que en
este duro enfrentamiento algunos de los más cercanos
colaboradores del Presidente se reunieran en la Casa de Nariño
con ex paramilitares (aunque algunos seguían delinquiendo)
para terminar salpicados en un complot que había armado un
jefe para, con miras a enlodar a la Corte. SEMANA tiene
audios y videos que revelan cómo el jefe paramilitar 'Don
Berna' y sus hombres de confianza diseñaron un maquiavélico
plan que consistió en grabar clandestinamente a miembros de
la Corte –y otras personas– con el fin de llevarle las
grabaciones al gobierno a cambio de beneficios.
Que
los paramilitares, en este caso 'Don Berna' y compañía,
estén en complots, grabando sin consentimiento, y en campañas
de desprestigio que capitalizaban la pugna entre el gobierno
y la Corte para sacar tajada, es grave pero no sorprende. Al
fin y al cabo, son delincuentes con un modus operandi
mafioso. Lo que sí sorprende es que en el corazón de la
Casa de Nariño, a escasos metros de la oficina del
presidente Álvaro Uribe, el secretario jurídico y el jefe
de prensa se reúnan con los enviados de 'Don Berna' para
recibirles información contra la Corte. ¿Y qué querían
los paras a cambio? Dilatar la extradición de 'Don Berna',
según dijeron los propios representantes de los
paramilitares a SEMANA.
El
complot paramilitar se comenzó a fraguar desde diciembre
pasado. Para ese momento, la pelea entre la Corte Suprema y
la Presidencia llevaba varios meses y atravesaba por uno de
los momentos más candentes por cuenta de la afirmación de
un paramilitar llamado José Orlando Moncada. A comienzos de
octubre, ese hombre, conocido con el alias 'Tasmania',
le envió una carta al Presidente en la que le decía
que había sido presionado por el investigador estrella de
la Corte en la para–política, el magistrado Iván Velásquez,
para que declarara que Uribe era uno de los autores
intelectuales del asesinato de otro paramilitar conocido con
el alias de 'René'. El Presidente acusó públicamente a
Velásquez y pidió que fuera investigado. Más tarde se
demostró que todo era un montaje, pero en esos momentos el
episodio de 'Tasmania' tenía crispada la pelea entre el
Ejecutivo y la Corte Suprema.
'Don
Berna' y sus hombres decidieron entonces pescar en el río
revuelto que producía ese choque institucional. La
estrategia del ex jefe paramilitar fue tan siniestra como
efectiva: realizar grabaciones clandestinas a diferentes
personas con el objetivo de recaudar 'pruebas' para tratar
de comprometer, y eventualmente chantajear, tanto al
gobierno como a la Corte.
La
grabaciones de 'Berna'
'Don
Berna', quien se encontraba recluido en la cárcel La
Picota, empezó a realizar grabaciones indiscriminadas a
varios de sus compañeros de reclusión, la mayoría ex
paramilitares. Uno de los personajes a los que más grabó
fue el ex jefe de informática del DAS Rafael García, quien
es el principal testigo en el caso de Jorge Noguera y la
infiltración paramilitar en el DAS. En una de las muchas
conversaciones a las que tuvo acceso SEMANA, 'Berna'conversa
con García durante más de una hora. En el diálogo García
le contó al ex comandante paramilitar detalles sobre su
proceso penal y la forma como ayudaban desde el DAS a las
AUC, entre muchos otros temas.
En
esa conversación 'Berna' buscaba sacarle a García
información que pudiera comprometer al presidente Uribe. No
es de extrañar entonces que le preguntara en varias
oportunidades sobre el jefe de Estado. "¿Cuántas
veces se reunió usted con Uribe?", le pregunta 'Berna'
al ex jefe de infórmática del DAS. "Don Diego (nombre
real de 'Berna'), yo iba mucho con Jorge Noguera allá pero,
que yo recuerde, tres veces significativas. Pero mire, don
Diego, lo importante es que Uribe no aguanta un testimonio mío
hoy día, que yo dé una entrevista, por ejemplo, en el
'Washington Post', Uribe no la aguanta", dice García
en la grabación.
Para
evitar que García sospechara que lo estaban grabando, 'Don
Berna' dejó que hablara extensamente sobre gran variedad de
temas. El ex jefe paramilitar esperaba entonces el momento
adecuado y nuevamente le ponía el tema del Presidente o de
personas cercanas al gobierno.
—"Me
imagino el interés del FBI por charlar con usted sobre
todos esos temas...", dijo 'Berna' en otro de los
apartes de una de las conversaciones.
—"El
tipo del FBI que vino me dijo: tu nos vas a decir todo lo
que pasó en el DAS, el otro del FBI que vino me dijo que
venía por el tema de las filtraciones en el DAS",
contesta García.
—"¿Pero
le preguntaron por Uribe?", dice 'Berna'.
—"No,
no me preguntaron por nombres, sino por los del DAS... el lío
es lo que siempre hemos hablado, Jorge Noguera para ellos es
mucho más importante que cualquiera de ustedes porque Jorge
era el jefe de la inteligencia y su jefe inmediato era
Uribe...." .
Durante
varios meses 'Berna' utilizó parte de su tiempo en La
Picota para recolectar decenas de horas de grabaciones de
este estilo con las que pretendía tener una especie de
'seguro' que pudiera usar en contra el gobierno en el
momento adecuado.
Pero
'Berna', como buen mafioso, no se la jugó por un solo
bando. Sus hombres de confianza se dedicaron a hacer
grabaciones que
buscaban enlodar a miembros de la Corte Suprema de Justicia.
Uno
de los encargados de hacer esa labor era Diego Álvarez, el
abogado de 'Berna'. SEMANA obtuvo videos y grabaciones que
el defensor del ex paramilitar hizo clandestinamente y que
después fueron entregadas a funcionarios del Palacio de
Nariño. Uno de los videos más interesantes fue realizado
el 21 de diciembre de 2007 en la oficina del defensor de
'Berna'.
En
la cámara, escondida en una esquina de la oficina, está
registrada una larga conversación en la cual un hombre
habla con el abogado de 'Berna'. El sujeto se presenta a
nombre de la Corte Suprema y en el transcurso de la charla
le hace escandalosos ofrecimientos al abogado del jefe
paramilitar. Entre otras cosas, le dice que puede
conseguirle beneficios a 'Berna' a cambio de que declare o
ayude con información a la Corte sobre políticos de
Antioquia, Santander y Cundinamarca, entre otros. Le dice,
también, que es necesario que 'Berna' refuerce las
versiones de la ex congresista detenida Rocío Arias. Y en
otro aparte, el hombre le pide al abogado de 'Berna' 15.000
dólares para evitar que el ex jefe paramilitar sea
trasladado a la cárcel de Cómbita.
El
hombre siempre se presenta como enviado de la Corte, pero en
realidad no tiene vinculación formal con esa corporación.
Su nombre es Henry Anaya y es un abogado de Barrancabermeja
que hasta mayo pasado, cuando fue nombrado registrador en
ese municipio, se desempeñaba como veedor cívico en esa
ciudad. Anaya es bastante conocido en altos círculos de la
justicia. Tiene muy buenos contactos y amigos en la Fiscalía
General, en la Procuraduría y en la Corte Suprema. No es
inusual verlo recorrer como Pedro por su casa los corredores
y los despachos de fiscales y magistrados.
Lo
que resulta sin duda comprometedor es que tanto en el video
como en las grabaciones de audio clandestinas que realizó
el abogado de 'Berna', Anaya siempre actúa y habla como si
lo hiciera a nombre de la Corte (ver recuadro).
¿Por
qué este hombre terminó hablando con el abogado de 'Berna'
y aparece en un video realizando cuestionables ofrecimientos
a nombre de la Corte Suprema? La respuesta es sencilla.
Cuando el jefe paramilitar, su abogado y otros de sus
hombres de confianza diseñaron la estrategia de hacer
grabaciones clandestinas, sabían que una de las formas más
eficaces y rápidas de enlodar a la Corte era usando a
Anaya. Los hombres de 'Berna' conocían de las buenas
relaciones y la amistad que Anaya tenía con algunos
magistrados de la Corte y por eso lo contactaron, según le
comentó a SEMANA uno de los hombres artífices del complot.
Anaya
terminó convertido en un alfil clave para la estrategia que
los paramilitares tenían contra el alto tribunal y en
particular contra el investigador principal, Iván Velásquez.
La
carnada era perfecta: Anaya conocía al magistrado Velásquez
desde hace varios meses, ya que le había llevado testigos
potenciales en procesos que adelantaba la Corte. A través
de Anaya, el abogado de 'Berna' logró reunirse con el
magistrado Velásquez para una supuesta colaboración del ex
jefe paramilitar con la justicia. Pero todo era parte de una
trampa. Los paras querían grabarlo a escondidas e inducirlo
a cometer errores o irregularidades que luego ellos podrían
ofrecerle al gobierno.
Velásquez
acudió a varias citas, a petición del abogado de 'Berna' y
de Anaya con el argumento de mirar la posibilidad de que el
ex comandante paramilitar declarara en algunos de los
procesos de la para–política. SEMANA tuvo acceso a esas
conversaciones que los paras grabaron clandestinamente.
En
varias de ellas, el abogado de 'Berna' le dice que su
cliente está dispuesto a ayudar en ciertas investigaciones
a cambio de algunos beneficios. Velásquez le explica cuáles
son los beneficios que la ley contempla y le dice que la
colaboración de 'Berna' es importante para aclarar
investigaciones en varios departamentos como Antioquia y
Santander.
A
estas alturas, el complot de los paramilitares iba sólo a
mitad de camino.
Las
reuniones en Palacio
Llenos
de grabaciones, videos clandestinos y engaños, a los paras
les llegó a hora de decidir por cuál bando irse. El 3 de
abril fue la fecha en la que 'Berna' y sus hombres de
confianza adoptaron la decisión de tomar partido por el
Palacio de Nariño, ya que ese día el Presidente firmó la
resolución que autorizaba extraditar a Estados Unidos de
Carlos Mario Jiménez, alias 'Macaco'. Esa decisión
sorprendió y dejó muy preocupado a 'Berna', pues estaba
seguro de que él podía ser el próximo en ser extraditado.
Antonio
López, alias 'Job', el hombre que durante muchos años fue
la mano derecha de 'Berna' y quien fue asesinado el mes
pasado, le contó a SEMANA en ese entonces que la decisión
de extraditar a 'Berna' dependía sólo de la firma del
Presidente y por eso habían decidido 'ayudarle' al Palacio
de Nariño en la pelea contra la Corte entregando los videos
y las grabaciones que ellos tenían del magistrado, y el
video de Anaya.
'Berna'
esperaba que a cambio de esto pudieran dilatar su extradición.
Aunque el ex jefe paramilitar sabía que era inevitable que
terminara en una cárcel en Estados Unidos, el interés de
ganar tiempo básicamente consistía en que necesitaba
varios meses para consolidar su negociación con la justicia
estadounidense. Adicionalmente quería organizar sus
estructuras mafiosas en Medellín, que estaban en crisis
debido al enfrentamiento con alias 'Don Mario'. 'Berna' dio
la orden de que le entregaran todo al gobierno, directamente
al círculo más cercano del Presidente. Sabía que en la
efervescencia de la pelea entre el gobierno y la Corte, los
funcionarios del gobierno iban a frotarse las manos con sus
grabaciones que supuestamente dejaban muy mal parado al alto
tribunal.
'Job'
le dijo a SEMANA que ingresó al Palacio de Nariño para
entregar las grabaciones al secretario jurídico de la
Presidencia, Edmundo del Castillo. Del Castillo reconoció a
SEMANA que en tres oportunidades había recibido al abogado
de 'Berna' y en una de ellas había asistido 'Job'. En esa
reunión del 23 de abril estuvo presente también el
secretario de Prensa, César Mauricio Velásquez, según le
confirmó él mismo a la revista.
Velásquez
dijo que 'Job', a quien conoció cuando era miembro de la
comisión de conciliación, había pedido que asistiera.
Aunque 'Job' fungía como emisario de 'Berna', vocero de los
desmovilizados en Medellín, en ese momento todos los
organismos de inteligencia del Estado lo tenían en sus
organigramas como integrante de la temida Oficina de
Envigado. Eso no fue inconveniente para que entrara al
Palacio de Nariño. Del Castillo dijo desconocer esa
información.
En
esa última cita, que duró una hora, los dos enviados de
'Berna' salieron de la Presidencia poco antes de las 9 de la
noche. 'Job' hizo dos llamadas en cuanto salió. La primera
a un amigo suyo, otro desmovilizado llamado Rodrigo Zapata,
y la otra a 'Berna', en La Picota, para comentarles que le
había ido "muy bien" en "La casa de
Nari".
Del
Castillo aceptó haber recibido el material de los enviados
de 'Berna'. Dijo que había accedido a esos encuentros
porque el abogado del ex jefe paramilitar decía tener
pruebas de una conspiración de la Corte contra el gobierno.
SEMANA conoció que la directora del DAS, María del Pilar
Hurtado, fue invitada a las reuniones con los emisarios de
los paramilitares pero, dados los personajes y el motivo de
los encuentros, no quiso asistir a ninguna.
Las
versiones sobre qué pasó en esa última reunión difieren.
Del Castillo dijo que 'Job' y compañía no pidieron nada a
cambio, y que sólo querían apoyar a un gobierno que era víctima
de un complot de la Corte. Dijo, además, que sabía que sus
reuniones en Palacio con el abogado de 'Berna' estaban
siendo grabadas clandestinamente por ese abogado.
Lo
que más sorprende es que no le parezca grave que las
grabaciones que le entregaron para salpicar a la Corte
fueron hechas de manera clandestina y con propósitos
turbios.
En
resumen, el abogado de un delincuente como 'Berna' y un
desmovilizado (con un pie en la ilegalidad) como 'Job'
grabaron a escondidas al magistrado estrella de la
para–política y les entregaron ese material a altos
funcionarios del gobierno con el propósito de minar la
credibilidad de la Corte Suprema y, éstos, en vez de
denunciarlo a las autoridades, prefirieron guardar un
silencio cómplice.
Como
si esto fuera poco, buscaron una coartada. Para evitar que
queden evidencias de que fueron los paramilitares los que
entregaron grabaciones clandestinas, SEMANA confirmó con
altos integrantes de organismos de inteligencia que un
funcionario de Palacio de Nariño llamó al DAS para
solicitar instalar micrófonos ocultos e interceptar líneas
telefónicas, entre ellas las del magistrado Velásquez y la
del hombre del video, Anaya. El objetivo era que cuando se
filtrara la información, las grabaciones tuvieran un halo más
oficial que ilegal. En el DAS la propuesta causó indignación
y fue rechazada.
SEMANA
pudo establecer que algunas de las grabaciones hechas por
los paramilitares fueron filtradas a por lo menos un medio
por funcionarios de Palacio.
Es
evidente que los paramilitares no lograron su principal
objetivo: dilatar la extradición de 'Berna', que fue
efectiva el 7 de mayo. Lo que deja un mal sabor y múltiples
interrogantes es por qué los altos funcionarios de Palacio
les siguieron el plan perverso a los ex paramilitares.
¿Qué
hacen el secretario jurídico y el jefe de Prensa de la Casa
de Nariño recibiendo abogados de jefes paramilitares y
temidos desmovilizados que llevan grabaciones clandestinas
para perjudicar a la Corte? ¿Es tanta la paranoia con la
Corte Suprema, que cualquier elemento que puedan utilizar en
contra del alto tribunal amerite un cónclave del círculo
de Presidencia? Si eran cosas sin importancia, como le dijo
Del Castillo a SEMANA, ¿por qué aceptó tres reuniones? ¿Por
qué mantuvieron en secreto esos contactos y no los pusieron
en conocimiento de las autoridades judiciales? ¿No era más
prudente seguir los conductos regulares, como enviar a los
ex paramilitares a la Fiscalía –con material incluido–,
en vez de guardarse la información y luego filtrarla?
Este
lamentable episodio deja muy en evidencia hasta qué punto
están resquebrajadas las relaciones entre la Casa de Nariño
y la Corte Suprema. También deja serios interrogantes sobre
la conducta de los altos funcionarios de Palacio que, en vez
de hacerles el juego a estrategias maquiavélicas de los
paramilitares deberían dedicarse a la función por la cual
les pagan los colombianos: darle buenos consejos al
Presidente para ayudarle en su gobierno.
Cámara
oculta
En
este video, Henry Anaya, quien se hace pasar por enviado de
la Corte aunque no tiene ningún vínculo con ésta, ofrece
al abogado de Don Berna, Diego Álvarez, conseguirle
beneficios jurídicos y le pide dinero a cambio. Así los
paramilitares desmovilizados pretendían enlodar a los
magistrados. Anaya trabajaba entonces como veedor cívico en
Barrancabermeja.
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