La
rebelión de los corteros de caña de azúcar
Por
Gerardo Iglesias y Luis Alejandro Pedraza
Rel–UITA / Correspondencia de Prensa, 04/10/08
Unos
18.000 trabajadores del sector azucarero se han levantado en
huelga en el Valle del Cauca, Colombia, para exigir mejoras
salariales, terminar con la precarización de las
condiciones de trabajo y el cese de las seudo cooperativas
de trabajo asociadoEn el Valle del Cauca hay 198.000
hectáreas cultivadas con caña de azúcar que ocupan prácticamente
el 50 por ciento del área total sembrada en la región. En
2007 se molieron 21,1 millones de toneladas de caña,
produciéndose 275 millones de litros de etanol y 2,28
millones de toneladas métricas de azúcar, de las cuales el
31 por ciento fue exportado.
El 90 por
ciento de los 18.000 corteros que existen en la región está
vinculado por medio de 23 cooperativas de trabajo asociado.
Estas seudo cooperativas se han fomentado bajo el paraguas
de las políticas gubernamentales de "protección
empresarial", que constituyen un sistema de relaciones
laborales paralelas a las establecidas en la ley. Desde esos
ámbitos se impone un régimen contractual informal para la
mayoría de trabajadores y trabajadoras que se desempeñan
en las tareas más exigentes del proceso agroindustrial del
azúcar.
Estas
"cooperativas de trabajo asociado" tienen su
antecedente en Brasil, donde también en el sector
sucroalcoholero se diluye la responsabilidad del empleador
por medio de la tercerización y de los subcontratistas
denominados "gatos". A través de este mecanismo
se impone un régimen semiesclavista en las relaciones de
producción y de trabajo. Allí, como lo denunciara nuestra
afiliada la Federación de Empleados Rurales y Asalariados
del Estado de São Paulo (FERAESP), "el objetivo de
estas seudo cooperativas no es crear nuevos empleos; su
finalidad es degradar al máximo las condiciones de labor de
los trabajadores, recortando derechos y disminuyendo la
fuerza de los sindicatos, en razón de que los obreros se
transforman en 'socios' ante la empresa".
Por su
parte, la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y
Estibadores (UATRE), desde hace más de diez años viene
luchando contra este tipo de cooperativas denominadas
"truchas" o falsas cooperativas. Según Gerónimo
Venegas, secretario general de UATRE, "Nosotros venimos
advirtiendo a los trabajadores, al sector empresario, al
gobierno y a la comunidad en general sobre la existencia de
seudo cooperativas que impiden a los trabajadores y
trabajadoras el pleno goce de los derechos laborales, y
desnaturalizan el origen solidario de ese tipo de
asociaciones. Estas entidades se utilizan en forma habitual
para evadir los compromisos con la Seguridad Social,
perjudicando a los trabajadores en forma directa al
impedirles el pleno goce de los derechos labores: salario
familiar, obra social, sistema de pensiones y jubilaciones,
prestaciones por desempleo, etc."
La
molienda humana
En
Colombia, los efectos prácticos de las cooperativas de
trabajo asociado se traducen en jornadas que alcanzan las 70
horas semanales y generan un salario promedio de apenas unos
230 dólares. Asimismo, por el sistema seudo cooperativo, el
cortero es responsable de sus aportes a la seguridad social
y la seguridad industrial, ya que son a la vez trabajadores
y sus propios patronos.
Ante la
ausencia de efectivos servicios de salud y programas de
riesgos profesionales en salud ocupacional, proliferan los
casos de parálisis totales y parciales, lesiones en
extremidades, brotes infecciosos por aguas contaminadas y
agrotóxicos. También abundan graves dolencias en la
columna vertebral, artrosis, hernia discal, Lesiones por
Esfuerzos Repetitivos (LER) que al no recibir atención médica
oportuna, no son clasificadas como enfermedades
profesionales. Los trabajadores y trabajadoras que son
afectados por graves lesiones en la columna vertebral no
reciben ninguna atención por parte del empleador, quien
alega no tener ningún vínculo jurídico con los
trabajadores y trabajadoras. Lo mismo ocurre con el derecho
a la pensión de jubilación, que en la práctica no existe,
y es común que las personas de edad muy avanzada se vean
obligadas a trabajar para no morirse de hambre.
TLC,
etanol y pobreza. El cóctel de la "energía
alternativa"
Según la
Central Unitaria de Trabajadores (CUT) de Colombia, "la
producción de etanol en la región, tal como se desarrolla
en la actualidad, corresponde a una imposición de los países
del Norte que necesitan resolver su déficit energético, y
poco les importa si es a través de los oligopolios locales
que lucran con el incremento del monocultivo de la caña, en
claro detrimento para los trabajadores, comunidades indígenas,
agricultores y consumidores, el ambiente y la soberanía
alimentaria".
La producción
de etanol en Colombia se realiza con el beneficio de
importantes subsidios. "El etanol –informa la CUT–
está exento del impuesto de IVA (16 por ciento), la
sobretasa a la gasolina (25 por ciento) y el impuesto
global, todo lo cual equivale aproximadamente a 153 millones
de dólares anuales que no entran a las arcas del Estado y
que se están ahorrando los ingenios. Además, el gobierno
definió como Zonas Francas Especiales los territorios de
las plantas de agrocombustibles, por lo cual sólo pagan el
15 por ciento de Impuesto a la Renta."
Como sucede
en Brasil con los cortadores de caña de azúcar, en
Colombia los beneficios extraordinarios que registra el
sector sucroalcoholero no llegan ni por asomo a las manos de
los trabajadores ni de los campesinos. "Antes bien, la
vida y las condiciones laborales de los corteros son cada
vez peores, lo que nos obliga a luchar por reivindicaciones
que se asemejan a las de los tiempos coloniales, bajo
condiciones de esclavitud. A los cañicultores agremiados en
PROCAÑA, dueños de las fincas que proveen a los ingenios,
también les ha ido muy mal. Hoy reciben un 30 por ciento
menos de participación por la materia prima que se destina
al etanol", señala la CUT.
Todos
somos corteros del Valle del Cauca
La huelga
de los trabajadores del azúcar del Valle del Cauca requiere
del acompañamiento y la solidaridad nacional e
internacional. Ante esta situación, Artur Bueno de Camargo,
presidente de la Federación Latinoamericana de Trabajadores
Azucareros de la UITA, señaló: "Con esta situación
queda claro una vez más que los Tratados de Libre Comercio
con Estados Unidos, están al servicio exclusivo de las
oligarquías nacionales. El etanol, la nueva vedette de los
combustibles alternativos, no se traducirá en beneficios
para los trabajadores y campesinos si no se cambia la matriz
de producción, ya que es un verdadero disparate en términos
sociales, económicos y ambientales".
"Hacer
nuestra la lucha de los trabajadores del Valle del Cauca,
apoyar con todas nuestras fuerzas sus justos reclamos, será
fundamental para profundizar la lucha global por una
sociedad justa y solidaria donde, entre otras cosas, las
demandas del parque automotriz de Estados Unidos y de Europa
no estén por encima de la calidad de vida y la soberanía
alimentaria de millones de personas", enfatizó
Camargo.
|