Hay fuertes tensiones en
Arauca y Tolima, por los escándalos en curso que involucran a los militares
colombianos.
Agencia Prensa Rural.-
Los Estados Unidos continúan financiando y dirigiendo una guerra por los
recursos naturales de Colombia, la cual se ha convertido en una guerra en
contra de los campesinos del país para arrebatarles sus tierras. Es una
guerra que provoca caos y terror en todo el campo, mientras las comunidades
son amenazadas, atacadas y desplazadas. En Colombia existen cinco millones de
personas desplazadas debido a la violencia militar y paramilitar. El 60% de
esos desplazados son campesinos y agricultores. Hasta ahora, la población
rural de los departamentos de Tolima y Arauca parece estar marcada por la
represión y el desplazamiento forzado.
En Colombia, donde más
sindicalistas son asesinados anualmente que en cualquier otra parte del mundo,
ninguna federación de trabajadores ha sido tan duramente golpeada como
Fensuagro (Federación Nacional Sindical Unitaria Agropecuaria). Y en
Fensuagro, ninguna organización sindical tiene tantos asesinatos como la
Asociación Campesina de Arauca (ACA). El 10 de marzo, Israel Verona, miembro
de ACA, fue asesinado en su hogar del municipio de Saravena (Arauca) a las
siete de la mañana. El siguiente es un comunicado de ACA denunciando el
hecho:
“Desde su formación [ACA],
hace diez años, año tras año la lista de asesinatos, encarcelados y
desplazados crece de manera aterradora. Sólo en noviembre de 2009 nuestra
Asociación perdió a 15 compañeros asesinados por sicarios que al amparo de
fuerzas estatales cometieron estos crímenes en la más absoluta impunidad.
[Nota: De acuerdo con Jeff Vogt, especialista en política económica global
para AFL-CIO, hubo 48 homicidios conocidos de sindicalistas en Colombia en el
2009. Desde que el presidente Álvaro Uribe asumió como presidente en 2002 ha
habido 515 homicidios a sindicalistas. Más del 95% de los homicidas, así
como otros actos de violencia política, nunca son condenados por sus crímenes].
El 10 de marzo de 2010,
recibimos una triste noticia [...], otro compañero de la Asociación
Campesina de Arauca fue asesinado [...] Israel Verona, reconocido dirigente
campesino de la región, quien dedicó toda su vida al servicio de la
comunidad [...] es recordado por su indestructible alegría, su indoblegable
constancia y su compromiso al servicio del campesinado araucano.
Israel, quien cariñosamente
era conocido como el “Burro”[...] estaba incluso orgulloso de dicha mención
[...] tenía una larga lista de buenas cosas que caracterizaban a dicho
animal, además sostenía que el burro, al contrario de lo que muchos opinan,
es un animal muy inteligente…
Israel sufrió casi todas las
formas de represión que utiliza el estado colombiano contra la dirigencia
social y campesina para acallar sus justos reclamos, pasando por el
desplazamiento forzado, persecución y amenaza de muerte. También fue
judicializado en el año 2009, acusado como todos de rebelión por informantes
pagados por el mismo estado, permaneció 6 meses en la cárcel de donde salio
en enero de 2010, absuelto de toda culpabilidad”. [Nota: En Colombia, ha
habido más de ocho mil detenciones arbitrarias demostrables desde 2002, y que
no prosperaron debido a la falta de evidencias. Entre 1992 y 2002, sólo hubo
dos mil. Las detenciones se realizan sobre la base del montaje judicial y de
informantes pagados —con uno de cada 20 colombianos como informante del
Estado, de acuerdo con el general Freddy Padilla de León, comandante de las
Fuerzas Armadas Colombianas. El posterior asesinato de los presos políticos
detenidos sin pruebas es un acontecimiento muy común después de su liberación].
En los días recientes, en el
departamento de Tolima, ha habido varias serias amenazas y abusos a los
derechos humanos por los militares colombianos en contra de miembros de
Astracatol (Asociación de Trabajadores Campesinos de Tolima), afiliada también
a Fensuagro, y contra las juntas de acción comunal de las veredas de El Piñal,
Palmira, Vegas del Café y Café las Pavas. En los últimos dos años al menos
dos sindicalistas han sido asesinados y varios han sido detenidos
arbitrariamente.
De acuerdo
con un comunicado de Fensuagro:
“Las comunidades [...] se
declaran nuevamente en alerta temprana por los nuevos acontecimientos de
atropellos y amenazas ejercidos contra la población civil por tropas del Ejército
Nacional, pertenecientes a la Brigada Móvil 21, la cual hace presencia en la
zona desde hace dos años, trayendo consigo consecuencias dañinas y
peligrosas para la población civil, puesto que desde el momento en que
iniciaron las operaciones militares, éstas provocaron daños en los
acueductos que abastecen de agua a los pobladores, daños en los bosques que
protegen los pequeños nacimientos de agua que surtían los acueductos,
contaminación [...] a las fuentes de agua que consumen las comunidades. Esta
situación es preocupante ya que la población no puede hacer reclamo alguno,
pues de inmediato quien reclame es amenazado con los paramilitares o
catalogado como guerrillero o miliciano.
“Es de amplio conocimiento
de todas las autoridades competentes que debido a los atropellos y asesinatos
cometidos por tropas del Ejército, la población se ha desplazado en dos
ocasiones y ha vuelto a retornar por acuerdos pactados entre las comunidades y
las autoridades [...] Sin embargo, dichos acuerdos no se han cumplido y
teniendo en cuenta los últimos hechos ocurridos, la situación se ha tornado
mucho más peligrosa.”
Los “últimos
hechos” referidos arriba incluyen:
* “El viernes 26 de marzo
del presente año, unidades de la Brigada Móvil 21 llegaron a la casa de una
pareja que trabaja para el señor Luis Torres, en una finca ubicada en la
vereda Vegas del Café. En este sitio asediaron por espacio de dos horas a la
señora Marilín Ramírez y a su esposo, diciéndoles que ellos parecían
guerrilleros.
* El lunes 29 de marzo del
presente año, un grupo aproximadamente de 15 a 20 soldados a mando del mismo
cabo Salazar, asaltan a las cinco de la madrugada la casa de los hermanos Ramírez,
quienes se encontraban dormidos, siendo sorprendidos por las patadas que le
daban a la puerta de la casa y con los golpes dados con la culata del fusil a
la ventana, la cual fue dañada, además de la realización de dos disparos
hacia la casa. De manera simultáneamente les gritaban que salieran para
llenarlos de plomo.
* El mismo día siendo las
seis de la tarde, unidades de la Móvil 21 al mando del cabo Ríos detuvieron
al joven Darío Ortigoza Mayorga, de 16 años de edad, quien fue amarrado de
los brazos con un lazo y amenazado de muerte, siendo acusado de ser
guerrillero, además de serle decomisado su documento de identificación
(Tarjeta de identidad) y torturado psicológicamente. Una hora después fue
dejado en libertad, sin serle entregados sus documentos. El día martes en
horas de la mañana el señor Nelson Ortigoza encontró en un potrero una
bolsa negra con el documento de identificación del joven Darío, acompañado
de una nota la cual dice textualmente lo siguiente: “Hola hifueputa se salbo
de la muerte porque sé que uste es guerrillero, hifueputa hay le dejamos los
papeles oyó hifueputa que en la otra no se salva. ATT Ejercito Nacional”,
firmado por un cabo con una firma ilegible.
[...] la comunidad es
reiterativa en afirmar que es un peligro según el actuar de la tropa ser
joven o líder comunitario o hacer la denuncia de todos estos atropellos por
parte del Ejército. Hechos similares ocurrieron en los años 2005 y 2006
cuando tropas de la Sexta Brigada iniciaron la persecución a los jóvenes y líderes
de esta región, culminando con el asesinato de los jóvenes Mario Guerrero y
Héctor Yate por parte de la tropa, a mando del teniente Porras. De continuar
esta situación, la comunidad se verá en la necesidad de declararse en
desobediencia civil, antes que tener más muertos por parte de la tropa los
cuales declararon persecución a la población civil.
Lo que está en juego, tanto
en Arauca como Tolima, son los recursos naturales codiciados por las empresas
transnacionales. Tolima es un gran productor de arroz, algodón y café, y
contiene muy vastas y deseables tierras agrícolas, así como depósitos
importantes de oro. El montañoso municipio de Dolores, donde se localizan las
comunidades de El Piñal, Palmira, Vegas del Café y Café las Pavas, es uno
de los más importantes productores de café del departamento. Es también el
sitio de los recientemente descubiertos depósitos de petróleo, cuya cantidad
no ha sido determinada completamente.
En noviembre de 2008,
Astracatol y un gran número de organizaciones de trabajadores y de derechos
humanos firmaron una declaración en donde detallaron una larga lista de
abusos de la Brigada Móvil #21, incluyendo la contaminación en curso y la
interrupción del suministro de agua, y amenazas y detenciones arbitrarias de
miembros de la comunidad espuriamente acusados de pertenecer a las Fuerzas
Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). La escuela local que atendía a
los pueblos fue cerrada cuando su maestro fue secuestrado, torturado y forzado
a salir de la región. La escuela fue vandalizada con un grafiti que decía:
“Sus perros guerrilleros van a morir.” Adentro, se podía leer “Brigada
Móvil 21” en varias mesas.
El departamento de Arauca y
el vecino de Casanare contienen la mayor parte de las reservas de petróleo, y
Arauca mismo representa el 30% de la producción petrolera del país. En
diciembre de 2006, en un encuentro en Saravena, la audiencia preliminar sobre
el petróleo de Colombia del Tribunal Permanente de los Pueblos emitió un
reporte afirmando que “las gigantescas inversiones del capital transnacional
por parte de Occidental Petroleum Company, British Petroleum Amoco y Repsol
principalmente, y la necesidad de garantizar la explotación del recurso
natural, han sido el principal motivo de la militarización y puesta en marcha
de la política de "seguridad democrática" en departamentos como
Arauca, Boyacá, Norte de Santander y Casanare”.
[Nota: "Seguridad democrática"
es una política adoptada por el presidente colombiano Álvaro Uribe que, en
nombre de la seguridad, busca la salida militar como la solución para los
conflictos nacionales, en lugar de un proceso de diálogo y negociaciones de
paz. Así mismo, un gran número de corporaciones, incluyendo Occidental, han
estado directamente relacionadas con el pago de servicios a paramilitares
como, en el caso de Occidental, el resguardo de oleoductos].
Debemos considerar las
amenazas y homicidios en Tolima y Arauca a la luz de los escándalos en curso
que involucran a los militares colombianos. Es aún más importante que
tengamos en cuenta la culpabilidad del gobierno de los Estados Unidos, el cual
ha dado siete mil millones de dólares en ayuda militar y derivados a Colombia
en los últimos diez años, y quien entrena, asesora, acompaña y dirige al ejército
colombiano en la guerra contra el campesinado colombiano.
En agosto de 2009, viajé por
Colombia encabezando una delegación para la Alianza por la Justicia Global. A
principios de ese año, el escándalo de los “falsos positivos” estalló,
incriminando a más de 30 miembros del ejército colombiano, incluyendo a tres
generales y al comandante del Ejército de Colombia. El escándalo reveló que
al menos dos mil civiles habían sido asesinados y posteriormente vestidos
como guerrilleros para afirmar que eran combatientes enemigos. La mayoría de
los detenidos por esos crímenes han sido liberados desde entonces por
tecnicismos.
Durante esa delegación,
vimos material en video filmado luego de que militares colombianos asesinaran
a dos adolescentes en su hogar en la comunidad de Corinto, Cauca. La población
local había rodeado el sitio, tomado video, y no dejaba que el personal
militar se fuera hasta que la escena fuera investigada. Finalmente, los
militares fueron hallados responsables de los asesinatos, pero nadie fue
detenido ni sentenciado. [Nota: La Alianza por la Justicia Global planea otra
delegación a Colombia entre el 1 y el 11 de agosto para investigar sobre la
condición de los campesinos. Para mayor información escriba a james@afgj.org].
Ahora un nuevo escándalo se
está desarrollando en relación con el descubrimiento a finales de enero de
una fosa común en La Macarena, en el departamento de Meta. La fosa fue cavada
por el ejército colombiano y contiene cerca de dos mil cuerpos. Los militares
(una vez más) afirman que son los cuerpos de guerrilleros muertos en combate.
Sin embargo, fueron enterrados sin intención de identificar los restos y
fuera del cumplimiento de todos los protocolos adecuados. La fosa fue
descubierta luego de que niños enfermaran al tomar agua de un arroyo
localizado en el sitio.
Algo de lo que podemos estar
seguros es de que sólo conocemos la punta del iceberg cuando se trata de la
violencia de las Fuerzas Militares y paramilitares en Colombia —quienes en
conjunto son responsables del 70 al 80% de la violencia política anual. Por
ejemplo, además de las muertes confirmadas, desde 1980 hasta ahora, entre 25
mil y 35 mil personas “desaparecieron”.
De acuerdo con Jairo Ramírez,
secretario ejecutivo del Comité Colombiano Permanente de Derechos Humanos,
“la mayoría de los asesinados están enterrados en 3,500 tumbas sin marca o
cremados para deshacerse de cualquier prueba”. Ramírez dijo a nuestra
delegación que el comandante paramilitar Salvatore Mancuso, que fue
extraditado a los Estados Unidos, ha afirmado que los “generales colombianos
han sugerido a los paramilitares la cremación para mantener los informes y
los números bajos. Otra manera de deshacerse de las pruebas es cortar los
cuerpos en pedazos y arrojarlos a los ríos”.
Lo que podemos ver en estos
tres ejemplos —el escándalo de los falsos positivos, la fosa común en La
Macarena, y la colusión de militares y paramilitares de deshacerse de los
“desaparecidos”— es que las denuncias de la actividad guerrillera por el
gobierno colombiano y los militares simplemente no puede ser aceptada por su
valor nominal. La justificación dada por la ocupación de estos pueblos en
Tolima es que las fuerzas están ahí para enfrentar a la guerrilla. Y los
cargos de que los pobladores son guerrilleros es la justificación para las
detenciones arbitrarias, abusos y ataques a los civiles. De igual forma, es en
nombre de la lucha contra los insurgentes que son asesinados los campesinos de
Arauca.
En este momento, hay fuertes
tensiones en Tolima y Arauca. Los pobladores de Dolores temen que continúen
los homicidios y el desplazamiento, y Astracatol y Fensuagro han sentido la
necesidad de alertar a la comunidad internacional. En Arauca, los miembros de
ACA se encuentran en el sindicato más atacado no sólo en Colombia sino en el
mundo.