En su informe anual, el Comité
Internacional de la Cruz Roja (CICR) dice que esa guerrilla sigue
intensificando sus actividades y que las víctimas son “invisibles”.
Desde finales de 2009 y lo
que va de 2010, las Farc se han adaptado a la nueva dinámica del conflicto y
tienen capacidad para seguir siendo un “actor importante” en la
confrontación armada.
Esa fue la conclusión que
expuso Christophe Beney, jefe de la delegación en Colombia del Comité
Internacional de la Cruz Roja (CICR).
"Pensamos que en relación
con 2006, 2007 y 2008 hay un recrudecimiento de las consecuencias del
conflicto armado en Colombia", dijo Beney, durante la presentación de su
informe anual en Ginebra (Suiza).
Esto, según dijo, quiere
decir que las Farc se han recuperado de su “periodo más negro”, el primer
semestre de 2008, cuando mataron a los miembros del secretariado de esta
guerrilla ‘Raúl Reyes’ e ‘Iván Ríos’, y por causas naturales, según
trascendió, murió su máximo jefe ‘Manuel Marulanda Vélez’,
‘Tirofijo’.
Beney también expuso que
después de la desmovilización de los grupos paramilitares, han surgido
bandas criminales, que son llamadas por las autoridades como Bacrim. Así se
le "califica a una parte de esos grupos que se han fusionado y hoy
representan de nuevo un elemento bastante importante de la situación de
violencia y conflicto en Colombia", dijo.
Tan pronto como se conoció
el reporte del jefe del CICR en Colombia, el alto comisionado para la Paz,
Frank Pearl, comentó que "pensar que tienen (las Farc) más capacidad de
hacer daño ahora que hace ocho años, eso no lo cree nadie", respondió
el funcionario.
Para el funcionario, la
guerrilla sigue con capacidad de hacer daño, pero la percepción que tienen
los colombianos es que ahora pueden sentirse más tranquilos que hace ocho años.
Pero, sin duda, lo más grave
de lo expuesto por Beney en Ginebra, es que los casi 3,3 millones de
desplazados que tiene el país son ‘invisibles’ en las zonas rurales.
"Bajo
amenazas de muerte, se fuerza a la población a huir", dijo Beney, y
agregó que también hay homicidios, malos tratos y violencia sexual. "Lo
peor es que estas tragedias no salen a la luz pública", lamentó.
En su informe anual sobre
Colombia, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) advirtió este lunes
que el conflicto armado en ese país –que ya cumple cuatro décadas– sigue
causando sufrimiento a la población civil y que sus víctimas están en
riesgo de ser olvidadas porque la mayoría de sus tragedias no salen a la luz
pública.
El reporte afirma que los
desplazados son casi "invisibles" en las zonas rurales.
Después de Sudán, Colombia
es el país con más desplazados internos del mundo: 3,3 millones de personas,
es decir el 7,3% de su población.
Según explicó a BBC Mundo
Marçal Izard, portavoz de la oficina central del CICR en Ginebra, la cifra de
desplazados aumenta cada año porque la gran mayoría de ellos no regresan a
sus hogares.
De acuerdo con datos
oficiales, sólo un 4% de ellos vuelven al lugar que abandonaron.
Los casos no se reportan,
explica Izard, porque las víctimas civiles se dirigen a zonas alejadas donde
no hay infraestructuras y los medios de los medios de comunicación no suelen
llegar.
Invisibles
Según el informe, el
enfrentamiento entre el gobierno y la guerrilla se ha trasladado a las zonas más
remotas. Esto no significa, sin embargo, que haya disminuido el número de víctimas.
Lo que sucede es que los
incidentes no salen a la luz pública. El sur y la costa pacífica son las
regiones más afectadas y las comunidades indígenas las más vulnerables,
pues dependen de sus tierras para vivir, explicó Izard.
Muchos de los desplazados
viven inadvertidos en diferentes zonas de Antioquia, Arauca, Caquetá, Cauca,
Chocó, Córdoba, Guaviare, Huila, Meta, Nariño, Putumayo, Tolima y la región
del Catatumbo.
El año pasado, los delegados
de la Cruz Roja registraron 800 casos de presuntos abusos de los derechos
humanos como asesinatos, violencia sexual, secuestros y desapariciones
forzadas.
El CICR advierte que en
algunas regiones los combates se han recrudecido de cara a las elecciones
presidenciales que se celebran en Colombia el 30 de mayo.
Ejecuciones
de los “falsos positivos”
La intención del organismo
es visibilizar el problema y "poner en evidencia que el conflicto no está
acabado".
"Bajo amenazas de
muerte, se fuerza a la población a huir", afirmó este lunes el
responsable de la delegación colombiana de la Cruz Roja, Christophe Beney,
quien agregó que también se cometen asesinatos, se hiere a personas y se
perpetran actos de violencia sexual. "Y lo peor es que estas tragedias no
salen a la luz pública", lamentó.
Los delegados de la Cruz Roja
registraron en 2009 unas 800 violaciones del Derecho Internacional
Humanitario, entre los que se incluyeron 28 casos de homicidio.
Para Beney, las violaciones
"más preocupantes" son las ejecuciones de los "falsos
positivos", como se conoce en Colombia a los civiles presuntamente
asesinados por las fuerzas de seguridad, que los presentan como guerrilleros
muertos en combate.
También denunció el
reclutamiento de menores por los grupos armados, lo que se explica en parte
debido al alistamiento forzado y en parte a que los jóvenes campesinos no
encuentran otras posibilidades de futuro.
El CICR alerta, asimismo,
sobre los riesgos que representa para la población civil el que acciones
militares o políticos se disfracen como acciones humanitarias.
Reacción
oficial
Ante el informe anual del
organismo, el ministro de Defensa de Colombia, Gabriel Silva, dijo que buscará
una reunión con Christophe Beney.
Luego de que se conoció el
documento, según el cual algunos operativos militares se presentan como
acciones humanitarias, Silva dijo: "Muchas operaciones, por ejemplo en el
Cauca, se han tenido que suspender porque los narcoterroristas utilizan a la
población civil para esconderse en las escuelas, casas, hospitales y nosotros
preferimos no tener una victoria militar a violar el Derecho Internacional
Humanitario".
"La doctrina militar de
Colombia se construye sobre el Derecho Internacional Humanitario y la protección
de los civiles", agregó el ministro.
En
su discurso, Silva afirmó que el gobierno se opone "a la ligereza con
que se manejan los asuntos de la fuerza pública, y cómo el llevar uniforme
muchas veces para algunos significa que se es ya un condenado".