Caracas.- Al denunciar que
comandantes guerrilleros de su país se ocultan en Venezuela, el presidente
colombiano Álvaro Uribe puede estar legando una ruptura diplomática a Juan
Manuel Santos, quien lo sucederá desde el 7 de agosto.
Uribe "parece querer
rematar las controversias personales, políticas y económicas que han marcado
la relación bilateral desde hace cinco años, quizá considerando que, ya de
retirada, no tiene mucho que perder", dijo a IPS Carlos Romero, profesor
de la maestría en Relaciones Internacionales de la Universidad Central de
Venezuela.
El presidente colombiano
entregará el cargo a su sucesor, Juan Manuel Santos, el próximo 7 de agosto.
Ambos son del Partido Social de Unidad Nacional o Partido de la U, y Santos
fue ministro de Defensa de Uribe durante años de enérgico combate a la
guerrilla, que el gobierno bautizó como "política de seguridad democrática".
Su par venezolano, Hugo Chávez,
criticó duramente a Santos cuando fue ministro y, luego, candidato
presidencial de la "U", pero después de que el abanderado uribista
se impuso en la segunda vuelta de la elección presidencial, el 20 de junio,
se inició un ping-pong de declaraciones contemporizadoras.
Santos expresó su voluntad
de "limar asperezas", para establecer con Venezuela una relación
"basada en la paciencia y la diplomacia" e invitó a Quito y a
Caracas a "abrir caminos de cooperación hacia el futuro". Entre
tanto, Chávez habló de "tender la mano al nuevo gobierno" y evaluó
asistir a la investidura del nuevo presidente colombiano.
"Comenzaba a soplar,
hasta esta semana, un viento favorable, no para unas relaciones plenamente
armoniosas, por las diferencias de conceptos sobre democracia, economía o
relación con Washington, pero sí hacia un ‘modus vivendi’ de tolerancia
y respeto entre ambos gobiernos. Hasta la jugada de Uribe para desnudar a Chávez",
opinó Romero.
La Presidencia colombiana
declaró el jueves que tiene pruebas y coordenadas de la presencia en
Venezuela de cuatro comandantes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de
Colombia (FARC) y de uno del Ejército de Liberación Nacional (ELN).
Ellos serían los miembros de
la cúpula de las FARC Luciano Marín (alias "Iván Márquez"),
Rodrigo Londoño ("Timochenko"), Rodrigo Granda ("Ricardo González")
y Germán Briceño ("Grannobles", hermano del jefe militar Jorge
Briceño o "Mono Jojoy"), así como Carlos Marín Guarín ("Pablito"),
del ELN.
Según el ministro de Defensa
de Colombia, Gabriel Silva, también Eliécer Chamorro ("Antonio García"),
jefe del ELN, se ocultaría en Venezuela.
La cancillería venezolana
rechazó la acusación de Bogotá como una "nueva arremetida del
presidente saliente de Colombia en su afán por llevar a término la labor de
destrucción de las relaciones colombo-venezolanas que ha emprendido con
enfermiza obsesión en los últimos años".
Las relaciones bilaterales
entraron en una suerte de montaña rusa desde que en enero de 2005 agentes de
Colombia secuestraron en Caracas a Rodrigo Granda y se lo llevaron a Bogotá.
Cuando en marzo de 2008
fuerzas colombianas incursionaron en Ecuador y dieron muerte al número dos de
las FARC, Luis Edgar Devia Silva, alias "Raúl Reyes", y a una
veintena de acompañantes, Chávez ordenó movilizar efectivos militares y
tanques hacia la frontera.
Después de que Colombia abrió
en 2009 siete bases a fuerzas militares de Estados Unidos, Chávez congeló
las relaciones con el vecino país, y el comercio bilateral, que en 2008 superó
los 7.000 millones de dólares, es ahora seis veces menor.
En los intermedios, Uribe y
Chávez se han atacado y reconciliado verbal y personalmente varias veces, y
los epítetos han abundado. Según el gobernante venezolano, su vecino es
"un mafioso, lacayo, peón del imperio y jefe paramilitar".
"A una relación ya difícil
se le dio un manejo complicado, asiéndose ambos gobiernos de la cuestión
ideológica y con un exceso de protagonismo y de diplomacia de micrófono,
obviando que cada tema, comercial, de límites o de seguridad, debió tener su
manejo específico e institucional", dijo a IPS Félix Arellano, director
de la Escuela de Estudios Internacionales de la Universidad Central.
El resultado es que podría
darse "una situación grave: que se rompan las relaciones entre ambos países
antes de la toma de posesión de Santos, con sus secuelas para la integración
y la estabilidad regionales", apuntó Romero.
Chávez anunció no sólo que
se abstendrá de acudir a la investidura de Santos, a la que se le había
invitado. "Si siguen con sus locuras, yo en las próximas horas voy a
romper las relaciones con Colombia y eso haría muchísimo más difícil la
restitución de relaciones con el nuevo gobierno", dijo.
La respuesta de Bogotá fue
anunciar que llevará el próximo jueves a la Organización de Estados
Americanos las denuncias y pruebas de la presencia de jefes guerrilleros
colombianos en territorio venezolano.
El ex presidente liberal
colombiano Ernesto Samper (1994-1998) se declaró "preocupado porque haya
detrás de esto algún interés en obstaculizar el proceso de normalización,
que comenzó el presidente (electo) Santos cuando de una manera clara y enfática
invitó al presidente Chávez a que viniera a su (toma de) posesión".
Samper enfatizó que cuando
faltan poco más de 20 días para la asunción del nuevo mandatario se hace un
"escándalo mediático con estas supuestas pruebas que deben estar en
poder del gobierno desde hace muchísimos meses, por no decir años".
En Venezuela, el director del
diario Últimas Noticias, Eleazar Díaz Rangel, dijo que "resulta extraño
que con tanta facilidad los servicios de inteligencia del ejército colombiano
detecten a los jefes guerrilleros aquí, pero sean incapaces de descubrir dónde
están allá, en territorio colombiano".
A ese respecto, cuatro
reporteros y camarógrafos de la cadena colombiana de televisión RCN y de la
emisora Sarare Estéreo que buscaban la ubicación de un campamento del ELN
develada por Bogotá, fueron detenidos en el suroeste venezolano y conducidos
a Caracas.
Eduardo Márquez, presidente
de la Federación Colombiana de Periodistas, llamó a las autoridades
venezolanas a liberar a sus colegas "que ante la magnitud de la información
presentada por el ministro de Defensa, Gabriel Silva, hicieron lo que
cualquier reportero: ir al lugar para corroborar o negar lo afirmado".
Caracas, 22 de julio.- El
presidente de Venezuela, Hugo Chávez, anunció este jueves el rompimiento
total de las relaciones diplomáticas con Colombia después que ese país
reiteró sus acusaciones sobre la supuesta presencia de guerrilleros en
territorio venezolano, y ordenó a las fuerzas armadas estar en “alerta máxima”
en la frontera común ante una posible agresión.
“Lo anuncio con una lágrima
en el corazón: Venezuela rompe a partir de este momento todas las relaciones
con el gobierno de Colombia”, dijo el mandatario a periodistas en el palacio
de Miraflores, donde estaba acompañado por el ex futbolista argentino Diego
Armando Maradona.
Tras ordenar el cierre de su
embajada en Bogotá y dar 72 horas a los diplomáticos colombianos para que
abandonen Venezuela, Chávez dijo que es una decisión adoptada “por
dignidad” ante las acusaciones de Colombia, que solicitó en la Organización
de Estados Americanos (OEA) la formación de una comisión internacional que
verifique la presencia de campamentos guerrilleros en Venezuela.
Además, Venezuela pidió a
la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) que convoque “de emergencia”
a una reunión de los cancilleres del bloque con el objetivo de “denunciar
las graves agresiones del gobierno de Colombia”.
El mandatario venezolano dijo
haber conversado ya con sus pares de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, y de
Ecuador, Rafael Correa, así como con el ex presidente argentino Néstor
Kirchner, porque “esto preocupa a todos”.
Chávez subrayó que su
gobierno “persigue y hostiga” a la guerrilla y aseguró que “si hubiera
algún campamento guerrillero colombiano (en territorio venezolano) sería sin
autorización”. Además, culpó al presidente saliente, Álvaro Uribe, de la
crisis y afirmó que es capaz de provocar un enfrentamiento armado entre los
dos países antes del fin de su mandato, el 7 de agosto.
Bogotá denunció hace una
semana la presencia de líderes guerrilleros de las Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia (FARC) y del Ejército de Liberación Nacional
(ELN) en Venezuela, lo que volvió a agriar las ya golpeadas relaciones entre
ambos países, y llevó a Caracas a llamar a consultas a su embajador y a
Bogotá a hacer lo propio en las últimas horas.
Confió en que el mandatario
electo, Juan Manuel Santos, “tome cartas racionales en el asunto porque hay
una locura desatada en el palacio de Nariño”, sede de la presidencia
colombiana. Al respecto, Maradona preguntó: “Presidente, ¿Santos no es el
camino de Uribe?”. El ex jugador agregó que esto no es responsabilidad del
pueblo colombiano.
Chávez respondió al
“periodista y provocador” Maradona que mantenía su esperanza de que
Santos “entienda que aquí podemos convivir gobiernos de derecha e
izquierda, y no sólo que podemos, sino que estamos obligados a convivir” y
profundizar la integración latinoamericana.
“Uribe es capaz de mandar a
montar un campamento simulado del lado venezolano para atacarlo y causar una
guerra. A una guerra con Colombia habría que ir llorando, pero habría que
ir”, dijo Chávez. Agregó que Uribe “se va caminando al basurero de la
historia” y deja a su país “en manos yanquis” al obedecer las
“pretensiones de Washington por romper los procesos de integración y unidad
regional”.
El embajador colombiano en la
OEA, Luis Hoyos, al referirse al rompimiento de relaciones por Caracas, señaló:
“nos parece lamentable este error histórico”, y replicó que con quien
Venezuela debería “romper relaciones es con las bandas criminales”.
El presidente Uribe se
abstuvo de hacer declaraciones sobre la ruptura con Caracas, pero su gobierno
descartó la posibilidad de movilizar tropas hacia la frontera con Venezuela.