Crisis
en la matriz energética mundial
Análisis
de Humberto Márquez
Inter
Press Service (IPS), 14/11/07
Caracas.–
El precio del barril de crudo se ha acercado a los 100 dólares
y posiblemente pasará esa barrera porque hay crisis en la
matriz energética global.
"El
mundo se ha sobregirado en su demanda con respecto a las
fuentes de aprovisionamiento que ha desarrollado, y ello es
responsabilidad del poder energético mundial", advirtió
a IPS Elie Habalián, profesor de economía de hidrocarburos
en universidades de Venezuela y ex gobernador de este país
ante la Organización de Países Exportadores de Petróleo
(OPEP).
El 7 de
noviembre, el crudo West Texas Intermediate (WTI), marcador
estadounidense, alcanzó los 98,62 dólares por barril de
159 litros, y aunque retrocedió luego también ha rebotado
a cotizaciones sobre los 92 dólares por unidad.
Son marcas
nominales, después de que en 1980, durante el "segundo
shock petrolero", que siguió a la caída de la monarquía
en Irán, el barril se pagó hasta 40,97 dólares,
equivalentes a 103,69 dólares a precios de 2007.
"Los
precios son resultado de variables tanto geopolíticas como
de mercado, que actúan sobre un rezago estructural en la
oferta, que no puede resolverse de la noche a la mañana ni
tomando atajos como invadir un país petrolero", aseveró
Habalián.
Otro
experto venezolano, Mazhar al–Shereidah, de origen iraquí,
dijo a IPS que estimaba entre 20 y 30 dólares la
"prima política" que se carga sobre el barril de
crudo como consecuencia de tensiones sobre todo en el Medio
Oriente.
Para Habalián,
"graves problemas geopolíticos hubo en otras
ocasiones, como durante la guerra árabe–israelí de 1973
–que llevó a un embargo árabe parcial sobre el petróleo
exportado a Occidente–, pero la diferencia es que ahora la
cortedad de miras del poder global ha colocado en crisis la
arquitectura energética" del planeta.
En las décadas
anteriores, la capacidad de producción cerrada
proporcionaba un colchón ante casi cualquier crisis
regional de suministros, pero hoy día, con los taladros
trabajando casi a 100 por 100, la demanda y la oferta están
casi equiparadas.
Una vez que
los precios pasaron de 2 a 12 dólares, tras la crisis de
1973, Washington, con la guía del entonces secretario de
Estado (canciller), Henry Kissinger, diseñó e impulsó una
nueva "arquitectura" en el sector, sobre varios
pilares.
Primero, no
dejó el papel abastecedor sólo a las grandes compañías,
sino que intervinieron nuevos actores consumidores y
productores, y los países más industrializados
establecieron la Agencia Internacional de Energía (AIE).
Como
respuesta, la OPEP comenzó a aplicar restricciones a la
producción para apuntalar los precios.
Los
consumidores además promovieron inversiones en países
productores ajenos a la OPEP (como Gran Bretaña y Noruega),
desarrollaron tecnologías para mejorar la eficiencia energética,
y disminuyeron la quema de petróleo para producir
electricidad, apelando a la energía nuclear, el gas y el
carbón, y agregaron fuentes nuevas, como la energía eólica,
de biomasa o los biocombustibles.
Pero el
llamado "poder energético global" se ha rezagado
respecto de la demanda creciente en los grandes consumidores
tradicionales y en los nuevos. De éstos, el más notorio es
China, que hace cinco años consumía seis por ciento del
crudo producido en el mundo y hoy ya devora nueve por
ciento, unos 7,6 millones de barriles por día.
"¿Va
a aceptar la humanidad, con el tremendo impacto ecológico
asociado, que potencias emergentes como China e India
adopten matrices como la estadounidense, que lleva a casi un
automóvil para cada persona?", se preguntó Habalián.
A su
juicio, "es necesaria una conferencia energética
internacional", que diseñe una nueva
"arquitectura" para el sector, más ordenada y
sustentable, y la OPEP debería impulsarla a partir de la
Cumbre que efectuará en Riyad este fin de semana.
La OPEP está
integrada por Angola, Arabia Saudita, Argelia, Emiratos Árabes
Unidos, Indonesia, Irán, Iraq, Kuwait, Libia, Nigeria,
Qatar y Venezuela. En Ryad deberá incorporarse Ecuador, y
Brasil quiere ser socio dentro de algunos años.
Pero
expertos como Habalián ubican la responsabilidad central en
el poder energético global, "que actúa como formador
de consensos y cuya cabeza ha sido Washington en los últimos
100 años".
Integran
ese poder consensuado "las grandes compañías
petroleras, en particular las estadounidenses Exxon,
ConocoPhillips y ChevronTexaco, y las europeas BP, Shell y
Total, pudiendo agregarse luego la china CNPC y la brasileña
Petrobras".
Del
consenso también hacen parte la AIE, la dupla Fondo
Monetario Internacional–Banco Mundial "y pronto se le
va a agregar un organismo regulador ecológico global, lo
que explica señales como la atribución del premio Nóbel
de la Paz 2007 al ex vicepresidente y ambientalista
estadounidense Albert Gore", opinó el experto.
Son señales
hacia el cambio de la matriz energética, posiblemente hacia
un nuevo empleo del carbón, con otras tecnologías cuyo
desarrollo e implementación requieren de enormes capitales
que sólo los actuales altos precios del petróleo pueden
entregar a las corporaciones trasnacionales, dijo a IPS Víctor
Poleo, del posgrado en hidrocarburos de la caraqueña
Universidad Central.
Francisco
Mieres, fundador de la cátedra de Economía Petrolera en
ese instituto, cree en cambio en las posibilidades de que se
desarrolle la tecnología del hidrógeno.
Entretanto,
los valores del crudo alteran las economías y las políticas
de países consumidores y productores, con el dólar, moneda
en que se transa el recurso, fungiendo de causa y efecto de
las alzas de precios, pues la rebaja de su poder de compra
frente a divisas como el euro impulsa el refugio en materias
primas como el petróleo.
Los 86
millones de barriles diarios de crudo que consume el mundo
reportan a los países y compañías que los producen más
de dos billones de dólares anuales, de los cuales más de
700.000 millones de dólares irán este año para la OPEP.
Japón, por
décadas el segundo consumidor mundial, estimula el uso de
muchas otras fuentes de energía e importa 16 por ciento
menos de petróleo que en 1973, en tanto China, que ahora
ocupa esa casilla, acaba de incrementar los precios locales
de los carburantes.
En ese
juego diario de oportunidades y especulación que es propio
del mercado petrolero, quizá la medida estimule las compras
de los refinadores chinos y, con ello, agregue centavos a la
carrera de los crudos de referencia hacia los 100 dólares
por barril.
Entre los
productores es notable el caso de Rusia, segundo exportador
mundial después de Arabia Saudita, que de estar prácticamente
en la bancarrota fiscal en la década pasada se ha colocado
como el tercer poseedor de reservas monetarias en el mundo,
con unos 425.000 millones de dólares, posee un fondo de
estabilización y se recoloca como potencia frente a sus
interlocutores occidentales.
Los
sauditas construyen megaproyectos, como la occidental Ciudad
Rey Abdullah, procuran una economía diversificada y generan
empleo para buscar estabilidad política. Un informe del
diario estadounidense The Washington Post atribuye a los
recursos petroleros la nueva capacidad de países como Irán
y Venezuela para desafiar al gobierno de George W. Bush.
Productores
nuevos y más pequeños, como Chad o Sudán, dan súbitas
muestras de bonanza y aun derroche a pesar de los conflictos
armados en que se ven envueltos. Y en Alaska (Estados
Unidos), los residentes reciben este año, por habitar esa
fría y petrolera península, un dividendo de 1.650 dólares,
540 más que en 2006.
Los más
perjudicados siguen siendo los países pobres y consumidores
netos de petróleo, como Senegal, donde cae la producción,
la petroquímica cierra por períodos, la inflación
persiste y el déficit fiscal se duplica, o Haití, donde el
alto precio de los combustibles para cocinar amenaza con
llevar al fuego los pocos árboles que todavía crecen sobre
su agotado suelo.
La
OPEP habla del futuro, pero
sus clientes del presente
Por
Humberto Márquez
Inter
Press Service (IPS), 16/11/07
Caracas.–
La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP)
seguramente dejará plantados a los consumidores que esperan
rebajas de precios tras la reunión de los jefes de Estado y
de gobierno del grupo de este fin de semana en Riyad.
Esta
tercera cumbre se centrará en acoger estrategias de mediano
y largo plazo para producir y suministrar el crudo que
satisfaga la demanda mundial, promover la prosperidad económica
y social, y auspiciar medidas e inversiones en favor del
ambiente.
Quizá
tampoco la conferencia ministerial del grupo, prevista para
el 5 de diciembre en Abu Dhabi, modere los valores del crudo
que coquetean con la barrera de los 100 dólares por barril.
"Es que la OPEP por ahora puede aumentar los precios,
pero no los puede bajar", señaló a IPS el académico
y ex gobernador de Venezuela ante la organización, Elie
Habalián.
"Es
algo que se escapa de nuestras manos. La OPEP no puede ser
responsabilizada por el precio del petróleo, (pues los
culpables) son los especuladores que están poniendo su
dinero en él", dijo en Riyad el ministro qatarí de
Petróleo, Mohammed al–Attiyah.
La tesis
oficial de la OPEP es que el mercado, que en 2007 requirió
85,7 millones de barriles de 159 litros por día, está
suficientemente abastecido y que, frente a una demanda para
sus 12 socios estimada en 31,07 millones de barriles
diarios, la organización ha respondido con una extracción
de 30,99 millones de unidades.
El libio
Abdalá el–Badri, secretario general de la OPEP, rechazó
las presiones de Estados Unidos para que se incremente la
producción a fin de abatir los precios, pues "hay
mucho petróleo en el mercado y francamente no vemos la
necesidad de poner más".
"Si
aumentamos la producción vamos a tener el mismo fenómeno
que se produjo antes, de no impactar sobre el precio",
advirtió por su parte el ministro petrolero de Argelia,
Chakib Jelil.
El último
año, la OPEP abrió más sus grifos para producir 1,2
millones de barriles diarios adicionales –en realidad
incrementó la oferta en unas 800.000 unidades– y a pesar
de eso los precios están 40 por ciento más altos que en
2006.
Habalián
subrayó que podrían aumentar los precios si se registra un
recorte brusco en los socios de la OPEP, pero no con leves
aumentos que disponga el grupo, "pues sus socios están
bombeando crudo prácticamente a su máxima capacidad".
Los socios
de la OPEP son Angola, Arabia Saudita, Argelia, Emiratos Árabes
Unidos, Indonesia, Irán, Iraq, Kuwait, Libia, Nigeria,
Qatar y Venezuela, cuyos jefes de Estado y de gobierno se
congregarán en Riyad. A ellos se sumará Rafael Correa,
presidente de Ecuador, que reingresa a la organización 15 años
después de haberse retirado.
La primera
cumbre realizada en 1975 en Argel, dos años después del
primer shock petrolero, abogó por un diálogo Norte–Sur
hacia un nuevo orden económico internacional, en lo que se
avanzó algunos tramos con una conferencia en 1977 en París.
La segunda,
en 2000 en Caracas, revitalizó a la organización ante el
nuevo escenario global de sed de petróleo, después de
pasar por los tiempos difíciles de la guerra entre Iraq e
Irán (1980–1988) y el derrumbe de la demanda, la inversión
y los precios del crudo, que en la década del 90 llegaron a
quedar por debajo de los 10 dólares el barril.
En esta
tercera ocasión, este sábado y el domingo en la capital de
Arabia Saudita, los gobernantes de los países miembro de la
OPEP llamarán a "estabilizar los mercados mundiales de
energía, con abastecimientos que hagan confluir las
necesidades tanto de los productores como de los
consumidores", indicó la Secretaría General de la
organización.
El–Badri
afirmó que la organización, que provee 40 por ciento del
crudo consumido cada día en el mundo, posee casi 80 por
ciento de las reservas mundiales y requiere ingentes
cantidades dinero para aumentar su oferta, "sin usar ni
el petróleo ni esa nueva capacidad de producción como arma
política contra ningún país".
Adicionalmente,
dijo el ministro nigeriano Henry Ajumogoboa, la OPEP quiere
más cooperación con los productores petroleros ajenos a
esta organización, a favor de aumentar la capacidad de
producción global para darle más estabilidad a los
mercados.
Al asumir
como tesis la promoción de la prosperidad, la OPEP apuesta
por el crecimiento económico global, pero también
"por el desarrollo posible para todas las comunidades
en el mundo", según borradores conocidos de la
declaración a firmar en Riyad.
El
presidente de Venezuela, Hugo Chávez, indicó que la OPEP,
que este año obtendrá ingresos brutos de 700.000 millones
de dólares por sus ventas petroleras, podría establecer un
Fondo Humanitario de hasta 100.000 millones de dólares para
dedicarlo a programas de lucha contra la miseria en África,
Asia y América Latina.
La OPEP
sostiene desde hace 30 años un Fondo de Desarrollo, que ha
aprobado financiamientos por 9.000 millones de dólares, con
unos 6.000 millones de desembolso efectivo para pequeños
proyectos en esas tres regiones del Sur en desarrollo.
En materia
de ambiente, la OPEP adoptará como estrategia que el
suministro de energía debe efectuarse de un modo
responsable y apoyará medidas efectivas para la preservación
de los ecosistemas.
Una
propuesta de la OPEP es que se estructure un fondo, dotado
de 3.000 millones de dólares y de los cuales la organización
aportaría un tercio, para investigación y desarrollo de
iniciativas destinadas a reducir las emisiones de carbono
asociadas al negocio petrolero.
El–Badri
dijo también que la OPEP no estudia una migración grupal
del dólar al euro u otra divisa de referencia para las
cotizaciones y venta de sus crudos.
También
aseguró que no ha recibido solicitud alguna de estudiar un
posible ingreso de Brasil, que reivindica hallazgos
petroleros que podrían convertirlo en exportador neto en la
venidera década.
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