La
estafa global de los Estados Unidos está
llegando a su fin
Por
Walter A. Moore
Emancipación, 28/01/08
En
la última cumbre de la OPEP, el Presidente Chavez declaró
“Estamos entregando petróleo a cambio de dólares que
carecen de valor económico”, y el Canciller Saudita, Saud
el Faisal, en el mismo ámbito, dijo a su vez: “La mera
mención de que la OPEP está estudiando el tema del dólar
tendrá un efecto en nuestros países. Hay periodistas
afuera esperando escuchar sobre este punto y van a exagerar,
y puede ser que el dólar colapse”.
La
pregunta es: ¿porqué si el petróleo se vende en otra
moneda, el dólar puede colapsar?
La
respuesta es fácilmente comprensible para aquellos que
alguna vez participaron de la actividad empresaria: “El
asunto es que Estados Unidos perderá un instrumento central
que le permite maniobrar en la crisis: El manejo de enormes
cantidades de efectivo.”
Ante
la crisis monetaria, bancaria y accionaria que afecta al eje
Nueva York-Londres, disponer de efectivo es imprescindible
para calmar a la jauría de inversores que quieren cambiar
sus dólares devaluados por activos reales. Entregar
efectivo tiene un efecto calmante; y el negocio del petróleo
le permite a Estados Unidos manejar aproximadamente 5.000
millones de dólares diarios[1].
O
sea una masa monetaria gigantesca, de 1,8 billones[2] de dólares
(sobre un PBI de USA estimado en 11,7 billones), lo cual
quiere decir que son los “petrodólares” los que
mantienen a flote a una economía que se cae
estrepitosamente por todos lados.
No
sólo los petroleros están pensando que si hubieran cobrado
el barril en euros, no estarían perdiendo 60 centavos por
cada dólar que cobran, ese pensamiento pronto se difundirá
entre todos los que entregan riqueza real a cambio de esa
moneda, o sea todo el comercio mundial.
La
devaluación afecta a todo el ahorro internacional
La
misma situación es aplicable a los que han guardado sus
reservas en los bancos centrales en dólares.
Por
ejemplo, en Argentina, si en el año 2.000 la reserva de
divisas en nuestros bancos hubiera sido hecha en Euros (a
0,90 € por dólar) hoy por cada mil millones de dólares
tendríamos el equivalente a 1.600 millones de dólares.
La
inverosímil política argentina con respecto al oro
Y
si en el año 2.000 hubiéramos atesorado mil millones de dólares
en oro, con la onza a 300 u$s, esas mismas reservas, con la
onza valiendo hoy más de 800 u$s, valdrían el equivalente
a 2.700 millones de dólares.
Considerando
que durante la próxima década el oro será un metal estratégico
más importante que el petróleo, seguir permitiendo que la
Barrick-Gold se lleve de regalo nuestro oro, más que un pésimo
negocio, hoy podemos decir que es Traición a la Patria.
La
gigantesca deuda norteamericana
La
deuda externa del Estado Norteamericano, hoy suma más de
u$s 8,5 billones[3], esta deuda equivale al 72% de su PBI de
11, 7 billones. Más de dos billones se deben solamente a
China y Japón.
A
esto se agregan las cantidades billonarias de bonos, títulos
y todo tipo de derivados financieros que el sistema bancario
norteamericano ha repartido por doquier.
Estas
deudas forman una montaña de pagarés norteamericanos (el
dinero no es más que eso, un pagaré del Estado emisor ante
terceros) que carecen de un respaldo contable, pues el
emisor de estos pagarés es hoy un insolvente irresponsable,
pues no puede
responder ante esa deuda con ningún bien tangible.
La
Deuda Interna de Estados Unidos, que en el año 2001 era de
31,12 billones de u$s, se incrementa a un ritmo de
aproximadamente 5 dólares por cada dólar en que crece su
PBI, o sea que la deuda interna (hipotecas, tarjetas de crédito,
prendas por productos industriales, leasing, etc.) es
estimada actualmente en 38,6 billones[4], o sea más de tres
veces su PBI.
En
el año 2001 los ciudadanos de Estados Unidos debieron pagar
a los bancos 5,5 billones de dólares, y esa cantidad subió
exponencialmente al ritmo del crecimiento de la tasa de
interés, lo que finalmente ocasionó la explosión de la
“burbuja hipotecaria”, pues toda esa deuda finalmente
deberá ser pagada por la economía física que, a su vez,
se contrajo a un ritmo del 1% al 2% anual.
No
puede considerarse un deudor solvente y responsable a un país
donde la mayor parte de sus familias está endeudada por el
equivalente a cinco años de ingresos, mientras las fuentes
de trabajo se achican constantemente (la construcción es la
prueba de ello), al mismo tiempo más del 10% de su población
pasa hambre[5], mientras
los directivos de las empresas financieras en quiebra se
premian con bonos de decenas de millones.
El
dólar no sirve más como divisa ni como reserva de valor
internacional
Otro
agravante de la salud económica de Estados Unidos es el déficit
comercial creciente, por ejemplo, más del 30% de sus
alimentos son importados y la gasolina que define el
American Way of Life, está llegando a precios impagables.
Hasta
ahora el déficit comercial era contablemente compensado por
el ingreso de capitales extranjeros, que llegó a Estados
Unidos a un ritmo de más de 2.000 millones de dólares
diarios. Pero la publicitada llegada de capitales externos
tiene como finalidad adquirir patrimonio local, con lo cual
y los beneficios que producen esas empresas no quedan en
Estados Unidos sino que se remiten a los países de las
casas matrices, con lo cual la capacidad de repago de su
deuda disminuye día a día. A esto se agrega el hecho de
que las multinacionales cuyas casas matrices se encuentran
en ese país han desarrollado como la mitad de sus
operaciones en otros países.
El
peso económico y político del Complejo Militar-Industrial
norteamericano
Es
lo que ha sostenido funcionando el sistema productivo
norteamericano hasta el punto en que se estima que un 60% de
toda la actividad económica norteamericana depende directa
o indirectamente de la enorme variedad de productos y
servicios destinados a defensa y seguridad.
Este
grupo que se encuentra actualmente en el poder[6] hasta
ahora ha logrado conseguir siempre más y más dinero de los
contribuyentes para la “defensa”, pero para que el
pueblo crea que esto es necesario y saque el dinero de su
bolsillo para pagar estos gastos, sus beneficiarios al menos
deberían ganar alguna guerra, y Estados Unidos va de
fracaso en fracaso.
Ante
esto, Estados Unidos ha optado por huir hacia delante, y
trata de controlar política y militarmente a todo el
planeta (para eso inventaron el atentado del 11 de
septiembre de 2001 y planificaron la consiguiente “Guerra
al Terrorismo”), pero esa estrategia en el siglo 21 se ha
encontrado con que la
relación internacional de fuerzas ha tenido un cambio dramático.
Se
despliega la oposición multilateral al unilateralismo
norteamericano
El
proyecto de “balcanización” de Rusia y China mediante
movimientos separatistas en esos grandes países y la tesis
anglo-norteamericana de la “guerra preventiva” tuvo una
contundente respuesta:
El
24 de julio de 2001, (sólo días antes del 11 de
septiembre) se firmó un tratado de defensa mutua entre
China y Rusia contra Estados Unidos, la OTAN y sus aliados
asiáticos (Japón, Corea del Sur y otros): el Tratado de
Buena Vecindad, Amistad y Cooperación que dio forma a la
Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC).
La
invasión a Irak, la difusión de la teoría de los Estados
Terrorista y el proyecto de instalar un sistema antimisiles
en Polonia, consolidó la alianza con el desarrollo de la
Organización de Cooperación de Shangai (OCS) en la cual
China y Rusia incorporaron de facto a Irán como miembro
pleno y a India, Pakistán[7] y Mongolia como miembros
observadores, con la finalidad explícita de asegurar la
existencia de un Mundo “multipolar”.
América
del Sur forma parte del nuevo sistema multilateral
La
Alianza para enfrentar a la coalición anglosajona se
constituye conformando el
“BRIC”, un acuerdo entre Brasil, Rusia, India y
China, a lo cual se agrega el liderazgo de Hugo Chávez en
Venezuela y el eje instalado por él con Evo Morales en
Bolivia y Rafael Correa en Ecuador, usando como nexo con la
OCS a Irán.
Estados
Unidos recibió un inesperado golpe su hegemonía al
“enterrar” el ALCA en la reunión de presidentes
americanos realizada en Mar del Plata, después de lo cual
considerar a Sudamérica como su “patio trasero”, no
pasa de ser una bufonada.
La
actitud ambigua de Brasil y de Argentina se basa en la
estrategia de esperar a que la debilidad de Estados Unidos
se agudice para pronunciarse.
Irán
en cambio, tomó la vanguardia, y ya canjeó gran parte de
su tenencia de divisas en dólares por euros y yenes y vende
su petróleo en esas monedas, además de proponer que el
petróleo se negocie en una bolsa de Medio Oriente y no en
Nueva York y Londres.
Su
actitud desafiante se debe al respaldo que le brinda la
pertenencia al OTSC, que garantiza que ni Rusia ni China
permanecerán indiferentes ante un ataque a su país.
La
quiebra de Estados Unidos ya no puede ocultarse
A
pesar de la campaña mundial de desinformación, ya ni
siquiera se habla en voz alta de la Globalización como
proyecto hegemónico mundial angloamericano.
La
salida clásica intentada para superar la crisis, una
guerra, ya se ha intentado y ha terminado en el desastre de
la invasión a Irak, uno de cuyos motivos fue el anuncio de
que ese país pensaba vender su petróleo en euros[8].
Ahora, sólo les queda enfrentar a la realidad de su pobreza
y su desprestigio.
Esperando
los balances de las empresas norteamericanas
En
todos los noticieros, en especial en la CNN, a pesar de
todos los esfuerzos de dar una imagen de optimismo, se puede
contemplar como Estados Unidos se convierte en un país en
bancarrota, el valor de sus pagarés (los dólares) está
cada vez más en duda, pues no se observa que tengan un
respaldo en la economía física.
Por
el contrario, la información de pérdidas fabulosas, no sólo
en las empresas especulativas como bancos y financieras de
primera línea, como el City Bank, sino en una de las
empresas que fuera la más grande del mundo como General
Motors, nos
hacen suponer que una cadena de quiebras acecha los pilares
de la economía norteamericana.
A
fin de este año podremos observar el tamaño de ese daño
interno cuando se conozcan los balances de las grandes
corporaciones y también la reacción social que sobrevendrá
cuando un tercio de las familias norteamericanas tomen
conciencia que pueden perder sus viviendas, y los índices
de pobreza e indigencia se hagan insoportables.
Una
breve historia de esta Gran Estafa
La
estafa se gesta en el mes de julio de 1944, cuando los
aliados firmaron los llamados Acuerdos de Bretton Woods con
las resoluciones de la Conferencia Monetaria y Financiera de
las Naciones Unidas, donde el gran triunfador de la guerra
“inventó” al dólar como divisa única, los otros países
aceptaron a cambio de que Estados Unidos garantizara que por
35 dólares entregaría una onza troy en oro.
Cosa
creíble dado que EE.UU. al final de la guerra poseía el
80% de las reservas mundiales de oro, producía la mitad del
carbón mundial, los 2/3 del petróleo, más de la mitad de
la electricidad, además de inmensas cantidades de barcos,
coches, armamento, maquinaria, y alimentos, mientras los
otros países estaban desangrados por la guerra y debían
concentrarse en recuperar su sistema productivo.
En
el cuarto de siglo que siguió, la prosperidad mundial fue
la mayor que conoció la historia, pero el “Complejo
Militar-Industrial” cuyo poder se acrecentara durante las
presidencias de Truman, Eisenhower y Kennedy, demandó cada
vez más fondos para las aventuras espaciales para y librar
lo que llamaron “Guerra Fría”.
Los
cambios en la economía norteamericana llevaron a que los
otros países comenzaran a dudar de que Estados Unidos
respaldara su moneda y cambiaron sus dólares por oro.
Las
reservas de oro norteamericanas bajaron rápidamente hasta
llegar al 22%. Nixon primero devaluó el dólar en un 10% y
luego en otro 10%, y finalmente en 1971, unilateralmente dejó
de respaldar el dólar con oro, lo cual liquidó los
acuerdos de Bretton Woods y si bien todas las monedas
“flotaron” con respecto al dólar, este se mantuvo como
divisa debido a la pujanza de la economía norteamericana de
entonces.
El
precio de la onza de oro en 1974, había pasado de 35 dólares
a valer 185 dólares, o sea que la moneda norteamericana había
perdido un valor equivalente a 150 dólares por onza en esos
30 años.
El
empate de la guerra de Corea y la desastrosa derrota en
Vietnam, llevaron a un pico de devaluación del dólar, y se
llegó a pagar más de 800 dólares por onza. Un tiempo
después, la ofensiva de guerra sucia contra el Tercer Mundo
logró estabilizar el dólar entre 300 y 400 dólares por
onza de oro.
La
derrota en Irak ha llevado el oro nuevamente a superar los
800 dólares por onza, o sea que para conseguir un dólar de
los de 1945, hoy deberíamos pagar unos 23 dólares. La que
fuera la divisa universal, ha sufrido una devaluación del
2.300%.
Esto,
se suma a que, en su nivel actual la deuda norteamericana
puede considerarse incobrable, por lo cual es previsible que
Estados Unidos ingrese en un proceso de hiperinflación, con
lo cual va a repudiar su deuda, porque no tendrá riqueza
real con qué pagar.
En
este proceso, los dólares pueden llegar a tener el mismo
valor que los marcos alemanes después de la Primera Guerra
Mundial, y el país que quede en el territorio de Estados
Unidos será muy diferente del que conocieron las actuales
generaciones.
Notas:
[1]
De los 85 millones de barriles de petróleo que se producen
diariamente, unos 50 millones de barriles se vuelcan al
mercado internacional que usa dólares como divisa.
[2]
1 billón = 1.000.000 millones
[3]
Deuda total Us$ 8,506,973,899,215 Según el Bureau of the
Public Debt, al 30 de septiembre de 2006
[4]
PBI actual – PBI de 2001 = 11,7 B – 10,2 B= 1,5 B x 5=
7,5 Billones de incremento= Deuda interna 38,6 B
[5]
Según el último informe sobre Seguridad Alimentaria Hogareña
del Departamento de Agricultura.
[6]
En se estima que en la actualidad el 60% de su economía se
encuentra de una u otra manera vinculada a este complejo de
industrias y servicios.
[7]
La convulsión actual en Pakistán no responde a la
repentina revelación de que el presidente es un
totalitario, sino a que adhirió a al OCS.
[8]
El programa “Petróleo por alimentos”, destinado a
mitigar el bloqueo norteamericano, estaba programado en
euros.
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