Economía mundial

Las lecciones de la crisis financiera

Por Danielle Bleitrach (*)
Changement de societé, París, enero 2008
CEPRID, 28/01/08
Traducción de Natalia Litvina

El pánico recorre las filas del capital, hasta el punto que los ingleses empiezan a considerar la nacionalización de los bancos. En Estados Unidos el presidente de FED (el banco central norteamericano) Bernanke sugirió al Presidente Bush relanzar la economía: en efecto, no se trata de una política global ni de una reforma a tiempo completo, pero sí de una bajada de impuestos y de medidas provisionales, de hecho van a ser inyectados entre 100 mil y 150 mil millones de dólares. O sea, la cantidad estimada de las pérdidas de la crisis financiera del verano pasado. (1) Cada día se descubre que grandes bancos europeos están bajo la amenaza de quiebra, que miles de millones de dólares de sus activos están desvalorizados y ya no representan nada, que la crisis se extiende a todo el mundo occidental.

En Europa los ministros de finanzas francés, británico, alemán e italiano se reunieron de urgencia 17 de enero de 2007 y tienen que volver a reunirse el día 29 del mismo mes, conclusión: “la crisis de los mercados es seria y exige respuestas rápidas”. Primero se trata de saber cuál es el volumen de pérdidas reales, luego averiguar cómo afrontar la necesidad del efectivo y finalmente elaborar medidas para los fondos estatales.

¿Creen ustedes realmente que la crisis de la que hablábamos desde este verano y que luego desgraciadamente se ha cumplido no podía ser anticipada por el ejército del capital y sus gerentes? ¿ Se han autointoxicado voluntariamente, son los medios tan incompetentes o tan vendidos que nadie se atreve a prever las consecuencias de una situación donde confluyen tantos intereses? (2)

A título de propaganda, desde hace algunos años nos repiten que todas nuestras dificultades provienen de la competencia asiática, de China y de su mano de obra barata, de otros países emergentes. Sí, pero precisamente esta vez es imposible buscar allí los culpables de crisis, ya que China e India no sólo no están en el origen del fenómeno, sino que aseguran el crecimiento mundial.

Es cierto hasta tal punto que el Primer ministro británico Gordon Brown, preocupado por la crisis que amenaza los Estados Unidos igual que la mayoría de sus homólogos europeos e incluso más, siendo el sistema financiero británico más vulnerable, se marchó a China a buscar las claves del crecimiento, luego irá a la India. El mismo recorrido será repetido por el presidente francés. El ministro británico declaró: “En los próximos años se prevé un aumento en un 50% de nuestro comercio con China. Esa nueva relación podría representar la creación de miles de empleos en Gran Bretaña, se trata probablemente de decenas de miles de puestos de trabajo, explicó el ministro a la cadena de televisión ITV”. Estamos lejos de la habitual propaganda contra China que nos quita puestos de trabajo y nos obliga a apretar el cinturón. Todos los argumentos que han sido presentados a los trabajadores para explicar el paro, la precariedad, los salarios bajos, culpaban a la competencia asiática.

Según parece, China crece y si lo hace es gracias a una buena planificación y al hecho de tener controlado al tigre financiero. (3) Hay que reconocer enseguida que China igual que otros países emergentes sigue estando subdesarrollada y en gran parte los aspectos forzados, totalitarios, de su entrada en el mercado se deben al intento de salir de su estado de subdesarrollo para asegurar la supervivencia de miles de millones de seres humanos. Así que, como podemos observar, la forma de ver el modelo autoritario del Estado por el capitalismo occidental está inspirado en la pérdida de influencia sobre el futuro de la globalización. Si el discurso ideológico de G.W.Bush en particular y del conjunto político – mediático en general confundió a sabiendas mercado y democracia, parece que por culpa de la crisis deslizamos hacia el totalitarismo de mercado. El ciudadano consumidor al que el Imperio ya no garantiza pan y circo está invitado a trabajar para la empresa Estado con el fin de conservar el beneficio y tendrá que hacerlo bajo múltiples golpes: presión ideológica, competencia, instituciones supranacionales además de represión pura y dura.

Hoy día el crecimiento de la economía americana se debilita y va incluso camino a una clara recesión con el sector inmobiliario que ha caído en un 25% en un año y otros como el automovilístico que están en la misma situación. Mientras tanto los países emergentes como China o la India representan un 25% de la economía mundial frente al 22% de los EEUU. Lo que está claro, es que estos últimos están en la postura de defensa y cambian su discurso de libre intercambio por los argumentos neoproteccionistas. Alemania y tras ella toda Europa están a punto de seguir a los EEUU, que por el recelo por los “fondos estatales” reaccionaron reforzando el poder de su comité de inversiones extranjeras. ¿Cómo conciliar este neoproteccionismo con el hecho de que se espera que China y la India sigan con su papel de maquina de arrastre, mientras que, como lo apuntas ciertos economistas “la economía norteamericana se encuentra en un círculo vicioso de quiebras personales, hundimiento del sector inmobiliario y pérdidas crecientes de activos financieros”. (4)

Aún si los EEUU están frente a una crisis estructural (5), siguen siendo la primera potencia mundial y nadie es capaz de disputarles su hegemonía, al igual que no existe realmente ningún sistema que pueda competir con el capitalismo y el imperialismo. Los EEUU ocupan las primeras posiciones en el mundo en cuanto a su parte en la producción mundial, ingresos nacionales, producción agrícola, ordenadores, exportación de servicios, cartera de inversiones extranjeras. Su principal ventaja sigue siendo el hecho de invertir un 2,6% de su PIB en la enseñanza superior y llevarse casi todos los premios Nobel, además la mitad de todas las patentes se registra en EEUU. (6)

La mitad de los inmigrantes que acogen EEUU son universitarios. Europa, a pesar del discurso de Lisboa se queda atrás, y la subida del euro revela por el momento más bien una inversión financiera y no un dinamismo económico. Entonces hay que comprender bien la situación y la crisis, paradójicamente, el precisamente el peso de los EEUU, el papel central de su moneda que representa más de dos tercios de intercambios en el mundo, y su utilización para la mayoría de las transacciones comerciales que provocan esa situación de crisis generalizada porque se teme que no haya ningún país que sea capaz de tomar el relevo o por lo menos encauzar los efectos nocivos.

¿La crisis del capitalismo?

Lo que se puede entrever a través de esa crisis es la dominación planetaria de un sistema y el hecho de que su crisis sobrepasa cualquier caso particular, incluidos los arriesgados montajes en el sector inmobiliario norteamericano. ¿Será la política exterior, los envíos de tropas a Iraq? Sin duda alguna eso aportó su grano de arena, pero al fin y al cabo el gasto militar representa tan sólo un 3.8% del PIB y un 20% del presupuesto federal, es una sangría soportable y se supone que garantiza el dominio norteamericano en el planeta: mar, aire, espacio y ciberespacio. No obstante, no insistiremos sobre esto, todo el sistema está concebido para el enfrentamiento con una superpotencia y no para el trabajo mas simple de una policía contra revueltas populares: de ahí la asimetría de los combates en Iraq que podemos observar y también el ejemplo de China, que rechaza el enfrentamiento. Todo que se obtiene con esa fuerza es el aislamiento, provocar alianzas ampliadas como la organización de cooperación de Shanghai, o lo que ocurre hoy en América Latina o en África. De allí vienen todos los problemas: ninguno en concreto puede provocar el declive definitivo de los EEUU, pero su imbricación sistemática amenaza hoy a este coloso sin rival.

¿De dónde viene la crisis? El diario financiero Les Echos la atribuye a los aprendices de brujo del mundo financiero. Según este periódico se trataría de jóvenes economistas: “Es la increíble dejadez de nuestros de nuestros niños bonitos, recién licenciados en nuestras maravillosos colegios de comercio o de ingeniería que han montado unos proyectos financieros ruinosos donde nadie entiende nada, incluidos sus propios dueños.” Resumiendo, los capitalistas serían víctimas de unos pequeños manipuladores… Nuestros propios ministros de finanzas buscan el chivo expiatorio en las agencias de asesoramiento financiero que están acusadas de decir cualquier cosa, pero ¿a favor de quién? Esa no es la primera ola de escándalo, recuerden el asunto Enron en EEUU. Pero el periodista de Les Echos sigue: “A la pregunta ‘¿cuántos créditos hipotecarios de alto riesgo tienen ustedes en su cuenta?” los banqueros responden: ‘No tenemos ni la menor idea.’ Hay que esperar entonces, con una bola en el estómago, la publicación de las cuentas de 2007 de cada institución financiera para poder hacerse una idea de la importancia de daños.” Cada nuevo día trae su lote de malas noticias: primero Citybank, luego Merryl Lynch etc. Las bolsas se tambalean y nos reiríamos de ello si no estuviéramos seguros que tendríamos que pagar las consecuencias.

Aunque el capital no tiene patria, esta fuertemente localizado en los países occidentales para los que EEUU representaba hasta ahora la mejor garantía de sus beneficios y seguridad, comienzan a interesarse por modelos extranjeros de Estado – empresa, como Singapur o algunos Emiratos. No hay ciudadanos sino empleados obligados a someterse a la estrategia del Estado empresa. ¿Es una casualidad que el primer país donde fue inaugurada la actual fase del capitalismo sea el Chile de Pinochet? La lógica de la crisis actual va en el sentido del fascismo de mercado centrándose en la denuncia de los “errores” imputables, no en la irresistible voluntad de especulación a la presión cada vez más fuerte del capital sobre el trabajo, a la destrucción del medio ambiente, etc., pero en el desorden de los mecanismos que habría que regular y agravar.

Es en esta fase cuando hay que estar preparado a enfrentarse con la imposición de decisiones que rechazó el voto actual de un tratado y no es más que la punta del iceberg. Observemos que la izquierda hegemónica, el Partido Socialista Francés, que tiene la manía de denunciar las “dictaduras” extranjeras, apoya alegremente todas las carencias de democracia en el marco europeo.

La lección doble

Pero escuchemos como sigue el periodista financiero: “Esperando a ver como continúa, hay por lo menos dos primeras lecciones que podemos sacar de estos acontecimientos (...) el dinero vuelve loco. Desde que existen genios de las finanzas que han conseguido fabricar productos que salían a 20% de rentabilidad, todos los cerrojos saltaron y ejércitos de auditores, controladores, contables no tuvieron nada que decir a pesar de la opacidad creciente y, digámoslo, una total inverosimilitud de las cifras que se amontonaban ante sus ojos. Ninguna economía en el mundo saca el 20% de rentabilidad, pero nuestros niños bonitos lo han hecho. Y los accionarios de los bancos aplaudieron. Eso merece sin duda un instante para la retrospección.”

Si unos pocos personajes pueden provocar la crisis de esta manera, significa que el sistema se rige por un mecanismo ciego y mortífero: el beneficio como único vector de la sociedad.

Por ello y a modo retrospectivo, se podrían incluir quizás en los enormes daños colaterales de esa supremacía de las finanzas, no sólo las personas que duermen en la calle en los EEUU, pero también a trabajadores despedidos para hacer que suba el valor de las acciones, vidas destrozadas, empresas y sus trabajadores desangrados por el coste de los gastos financieros, salarios que se reducen para que crezca la parte del capital. Hay que añadir además la dejadez de nuestros políticos de izquierda y de derecha quienes declararon que era imposible intervenir en los mecanismos económicos, habiéndose convertido la economía en una ciencia exacta. La izquierda en el poder que acciona unos mecanismos tales como la oleada de multimillonarios que surgió y constituye hoy día la guardia cercana a Sarkozy. Así que toda esa gente se puso de acuerdo para dejar vía libre a “los niños bonitos y sus ruinosas empresas financieras”. Se acuerdan de lo que les explicaba aquí sobre la crisis financiera, sólo se trataba de créditos hipotecarios de alto riesgo, todo el sistema de crédito funciona basándose en montajes arriesgados…

Pero pasemos a la segunda lección del periodista financiero: “la segunda lección provisional atañe a la teoría económica. Desde la revolución de los años Reagan–Thatcher, los doctores del liberalismo total afirman que el mercado tiene que ser el guía principal de la racionalidad económica. Es curioso, pero no se escuchó a esos charlatanes comentar el anuncio reciente del gobierno británico que el Estado, sí, el Estado garantizaría, pase lo que pase, los ahorros de los ciudadanos de a pie en los bancos de su muy amable Majestad. Era cuestión incluso de nacionalizar el banco peor parado, el Northern Rock. Hay que añadir entonces un apéndice a la teoría: la racionalidad del liberalismo total es perfecta solamente hasta la catástrofe final”.

Nuestro problema es: ¿ quién va a pagar por aquellos que no pararon de enriquecerse haciendo presión sobre el trabajo, jugando en bolsa? ¿ Qué sangría nos preparan aún en caso de intervención masiva del Estado, incluso de nacionalización bancaria temporal, lo cual podría ocurrir en caso de la debacle financiera? ¿Quién va a pagar? ¿Qué Estado necesitará el capital a partir de ahora? Porque sigo afirmando que “el Estado” no debe ser analizado “en sí”, sino como una máquina en cada una de sus fases. El libre mercado desarrollando sus contradicciones entró en su negación del Estado, la empresa que asegura la docilidad de la población y garantiza hasta el absurdo los beneficios económicos. Sus condiciones suponen que el ciudadano está retenido por el miedo, la ignorancia y su deseo de tener un dueño bueno.

Francamente, creo que antes que ir a tirar cohetes a favor de un equipo electoral exactamente igual que el de enfrente, me gustaría que reflexionásemos sobre cómo hacer frente a lo que se avecina. Si de algo estoy segura, es de que las fuerzas políticas que se sometieron a esa “racionalidad” la acompañaron, la agravaron, eso atañe tanto a la izquierda como a la derecha, ya no tienen ninguna cualidad para poder solicitar nuestros votos.


(*) Danielle Bleitrach, socióloga

(1) El presidente estadounidense sólo lo desveló a grandes rasgos, pero insistió en el hecho que esas medidas tenían que “basarse esencialmente en aligeramiento fiscal y no en proyectos costosos que tendrían poco impacto sobre nuestra economía”. Se refería a las propuestas de la mayoría demócrata en las que se trataba de desbloquear los fondos públicos para ayudar a las clases medias debilitadas, a los parados y a los más necesitados. Unas horas más tarde Sr. Bush añadió no obstante: “Necesitamos llegar a un acuerdo con los demócratas para encontrar una solución.” Su plan consiste en aligerar a título excepcional la fiscalidad por un total de 1% aproximadamente del PIB estadounidense, en otras palabras entre 140 y 150 miles de millones de dólares (entre 96 y 103 miles de millones de euros), con el fin de mantener el consumo y el empleo. Dos tercios se liberarían por una desgravación de impuestos de 800 dólares por persona y de 1 600 dólares por familia. El resto consiste en bajar la fiscalidad sobre las inversiones de las empresas. Según la Casa Blanca, esta medida permitirá crear 500 000 empleos. G.Bush no indicó qué sectores cargarían con los gastos .

(2)Danielle Bleitrach, La crise financière pour les nuls par une nulle. Crise des subprimes et ou crise d’un système. agosto 2007. http://socio13.wordpress.com/

(3) Hoy ya nos llega la información de que China está sufriendo una subida de precios de los productos alimenticios que afecta a las capas más desfavorecidas de la población y por ello está volviendo a una práctica “socialista”, poniendo en marcha una política de control de precios de los productos básicos. En el mes de noviembre la inflación alcanzó un 6.9%, el nivel más alto desde 1996. Han subido sobre todo la carne, las hortalizas, las frutas, el aceite. En un año la carne de cerdo ha subido en un 43%, el aceite de soja en un 58%. La medida obliga a un cierto numero de empresas a pedir permiso al gobierno para subir sus precios. Por otro lado China controla su política monetaria para impedir que haya demasiado dinero líquido en circulación. Anuncia que estas medidas son provisionales para no espantar a los inversores.

(4) Laura Tyson, asesora de Clinton, en una encuesta a 5 economistas del New York Herald Tribune: ¿la economía norteamericana se dirige hacia la recesión? 17 de diciembre 2007. La respuesta mayoritaria fue “sí”, por una vez la realidad confirma las previsiones. ¿Se trata de una purga comparable a la de 2001 o de una crisis estructural, que representa quizás una fase entre dos purgas? Esa última pregunta no se hizo en la encuesta.

(5) Parece evidente que estamos ante una crisis estructural, aquí remitimos a los lectores a nuestro libro: Les Etats–Unis De mal Empire. Ces leçons de résistance qui nous viennent du sud.Aden 2004. Como analizamos en el libro, China sigue siendo la primera potencia, los países emergentes continúan subdesarrollados, pero EEUU entró en un proceso de declive cuya naturaleza es preciso entender: se trata de un sistema que gobierna la globalización actual, el sistema capitalista en su fase senil.

(7) Incluso en este caso sería preciso analizar que ocurre realmente con esa capacidad de innovación, por ejemplo el depósito de patentes y el modo de que eso pesa en la investigación científica, poniendo bajo secreto una gran parte de las investigaciones, esterilizando los intercambios. Y también que Francia se haya convertido en el paraíso fiscal de la “propiedad intelectual”. De reforma en reforma, Francia encabeza la lista de países europeos donde es bueno ser impuesto a los grupos extranjeros y la implantación de funciones de holding, de dirección a cubierto de esa “propiedad intelectual”. Se puede calcular hasta qué punto ese paraíso fiscal puede combinarse con la gran miseria de la Universidad francesa.