La
contracción crediticia se amplía a otros sectores
Se
derrumba el valor de préstamos corporativos
Por
Liz Rappaport, Carrick Mollenkamp y Karen Richardson
Wall Street Journal, 11/02/08
Un
conjunto de problemas cada vez más amplio amenaza con crear
una nueva ola de la crisis crediticia en Estados Unidos que
va mucho más allá de los créditos hipotecarios de alto
riesgo que ya le han costado a los bancos y los
inversionistas más de US$ 100.000 millones.
En
los últimos días, por ejemplo, el valor de préstamos
corporativos de baja calificación se ha derrumbado. Los
bancos tratarán de colocar algunos de estos créditos en el
mercado esta semana a precios de liquidación. Mientras
tanto, los instrumentos financieros respaldados por préstamos
estudiantiles y bonos municipales se han topado con severos
problemas en los últimos días, una situación que está
causando estragos en algunos rincones del mercado de dinero
de corto plazo.
Un
indicador de los problemas es que Standard & Poor’s
informó que su índice que sigue los precios de los préstamos
corporativos de alto riesgo descendió a un mínimo de 86,28
centavos por dólar a fines de la semana pasada.
Pocos
esperan que los incumplimientos en estas deudas alcancen el
nivel visto en las hipotecas de alto riesgo. En conjunto,
sin embargo, amenazan con infligir heridas más profundas en
el ya frágil sistema financiero estadounidense.
Detrás
de los recientes problemas hay algunos temas en común. Los
inversionistas compraron algunos de estos instrumentos de
deuda con incluso más dinero prestado o apalancamiento. A
medida que se retira efectivo de estos mercados, los valores
de estos instrumentos caen. Las pérdidas ocasionadas por el
alza en las cesaciones de pagos, por pequeñas que sean, se
magnifican por estas situaciones.
Asimismo,
los recortes de las tasas de interés de la Reserva Federal,
que fueron diseñados para sanar a un sistema financiero en
apuros, pueden tener consecuencias no previstas en otras
esferas, haciendo que los inversionistas huyan de
inversiones que tienen un mal desempeño cuando caen las
tasas.
"Estamos
frente a la mayor burbuja de crédito, posiblemente la más
grande de la historia", dice Jim Reid, estratega de crédito
de Deutsche Bank AG, en Londres. Parte de la burbuja ya se
ha hecho evidente, dice. El problema es que "nadie sabe
dónde termina."
Uno
de los sectores más afectados es el mercado de préstamos
para grandes empresas de EE.UU. con bajas calificaciones de
crédito. Estos créditos, conocidos como préstamos
apalancados, se pusieron en boga para financiar compras de
firmas de capital privado como las adquisiciones de
Freescale Semiconductor Inc. y TXU Corp. en 2006 y 2007,
respectivamente.
Los
inversionistas empezaron a huir de este mercado a mediados
del año pasado, lo que causó una acumulación de deuda en
los balances de los bancos.
Durante
las últimas dos semanas, el precio promedio de estos préstamos
ha caído a niveles que en un ambiente normal indicarían
una inminente bancarrota o la reestructuración de los
acreedores. Esto no deja de llamar la atención, puesto que
las moratorias de pagos siguen siendo muy bajas, cerca del
1% de los préstamos vigentes. Las cesaciones de pagos, en
todo caso, están en aumento frente a los niveles muy bajos
de 2007.
Los
inversionistas también están huyendo de los préstamos
apalancados porque los pagos que ofrecen a los
inversionistas están ligados a las tasas de interés de
corto plazo. Como las tasas de corto plazo están bajando,
gracias a los recortes de la Reserva Federal, no son tan
atractivos porque ofrecen pagos cada vez menores.
"Los
rendimientos no son tan altos especialmente si se teme que
(los intereses) vayan a caer aún más", señala
Christian Stracke de la firma de investigación de deuda
CreditSights, en Londres. "Esto sólo indica que el
rendimiento que se va a obtener va a caer más".
Muchos
inversionistas compraron préstamos apalancados pensando que
obtendrían altos retornos de inversiones relativamente
seguras. A los tenedores de los préstamos se les paga antes
que a los de bonos chatarra en caso de una moratoria en los
pagos.
En
realidad, sin embargo, han obtenido precios y rendimientos
en declive. Los préstamos a Freescale y TXU, por ejemplo,
se negocian a cerca de 80 y 90 centavos por dólar,
respectivamente, después de que fueron emitidos al precio
nominal, lo que representa grandes caídas para este tipo de
inversiones.
Muchas
clases de inversionistas han salido del mercado, incluyendo
los individuales. Según AMG Data Services, los
inversionistas retiraron dinero de los fondos de inversión
en préstamos bancarios durante 18 semanas consecutivas
hasta la semana pasada, lo que representó un éxodo del
mercado de US$ 4260 millones.
El
curso de la economía de EE.UU. podría decidir el
futuro de Bernanke
Por
Sudeep Reddy
Wall Street Journal, 14/02/08
Tras
su primer año de gobierno, el próximo presidente de
Estados Unidos deberá tomar una decisión crítica:
confirmar en su cargo o reemplazar a Ben Bernanke, el
presidente de la Reserva Federal.
Bernanke,
que antes fue uno de los principales asesores económicos
del presidente George W. Bush, es respetado como un
economista académico que se ha esforzado mucho por mantener
un perfil no partidista. Sin embargo, la incertidumbre económica
arroja dudas de si será confirmado por otros cuatro años.
Una recuperación significativa este año podría mejorar la
credibilidad de Bernanke frente a los mercados financieros y
el público. Sin embargo, el continuo desasosiego económico,
con mercados volátiles y un alza en el desempleo, podrían
hacer más posible un reemplazo.
Entre
los principales aspirantes a la presidencia han surgido
dudas sobre si Bernanke, de 54 años, actuó con la rapidez
necesaria para rescatar la economía, y si una regulación
ligera de la Fed contribuyó a la actual crisis financiera.
Pero nadie ha dicho abiertamente que hay que reemplazar a
Bernanke, quien es republicano.
El
senador John McCain, quien se perfila como el candidato del
Partido Republicano a la presidencia, ha expresado dudas
sobre si Bernanke ha manejado los problemas actuales
apropiadamente. Pero según Douglas Holtz–Eakin, su
principal asesor económico, McCain "tiene total
confianza" en Bernanke y no le interesa colocar a nadie
en su lugar.
Mientras
tanto, la senadora Hillary Clinton, una de los dos
aspirantes a la nominación presidencial por el Partido Demócrata,
ha expresado su apoyo a Bernanke, resaltando que heredó
algunos de los problemas de hoy. Clinton, no obstante, también
ha dicho que la Fed debió haber actuado antes para
responder a la crisis inmobiliaria.
El
senador Barack Obama, el otro aspirante demócrata, aboga
por una supervisión reguladora más estricta.
Alan
Greenspan, el antecesor de Bernanke, fue designado por el
presidente republicano Ronald Reagan y renombrado por el
republicano George H.W. Bush, el demócrata Bill Clinton y
el actual presidente.
Para
muchos analistas, el curso de la economía decidirá la
suerte de Bernanke. "Si la gente siente que la economía
marcha bien y los mercados confían en él, entonces lo
volverán a nombrar", dijo Martin Baily, quien fue uno
de los principales asesores económicos de Clinton.
"Hemos
vivido una crisis financiera bajo Bernanke", añadió.
Pero, "la percepción es que no fue su culpa y que ha
dado los pasos necesarios para volver a encarrilar la economía.
Si en el curso del año caemos en una recesión o la gente
cree que las cosas no han salido bien, sería
diferente".
Si
el próximo presidente de EE.UU. fuera a reemplazar a
Bernanke, hay varios directivos de la Fed, actuales y
retirados, y ex asesores presidenciales que podrían ser
candidatos. Entre los demócratas, están Janet Yellen,
presidenta de la Reserva Federal de San Francisco; Alan
Blinder, profesor de la Universidad de Princeton y ex
vicepresidente de la Fed; el actual vicepresidente de la
Reserva Federal Donald Kohn y los ex secretarios del Tesoro,
Lawrence Summers y Robert Rubin. Del bando de los
republicanos están Martin Feldstein, profesor de la
Universidad de Harvard y asesor económico del primer
presidente Bush; Glenn Hubbard, decano de la escuela de
negocios de la Universidad de Columbia y ex asesor económico
del actual presidente; y John Taylor, ex subsecretario del
Tesoro bajo el actual gobierno.
"Al
examinar el sistema financiero internacional, la continuidad
es importante", dice Susan Phillips, una ex gobernadora
de la Fed y actual decana de la facultad de negocios de la
Universidad George Washington. "Ayuda mucho tener a
alguien cuidando de los mercados financieros que pueda
proveer cierto liderazgo y estabilidad cuando las demás áreas
del gobierno cambian."
|