Estallido mundial
del hambre

Matando por hambre

Grain, abril 2008
"El Grano de Arena"
 Informativo Internacional de ATTAC, 28/04/08
Traducción de Susana Merino

Desde hace algún tiempo el alza de los precios de los alimentos está atormentando a las amas de casa, a los gobiernos y a los medios. El precio del trigo aumentó 130 veces en el último año. El arroz solo en los primeros meses de 2008 duplicó su precio en Asia y la semana pasada su precio batió records en el mercado a futuro de Chicago. Durante la mayor parte de 2007 la espiral ascendente de los costos del aceite de cocina, de las frutas y de las verduras, así como los de la manteca y la carne, condujo a una reducción del consumo de dichos alimentos. Desde Haití hasta Camerún y Bangla Desh, la gente hambrienta se ha lanzado a las calles incapaz de obtener el alimento necesario. Temiendo revueltas políticas los líderes del mundo han estado clamando por más ayudas alimentarias, así como más fondos y tecnología para aumentar la producción. Los países exportadores de cereales mientras tanto cierran sus fronteras para proteger sus mercados domésticos mientras otros países presas del pánico se han visto forzados a comprar. ¿Es esto un precio accidental? No ¿Una escasez de comida? Ninguno de los dos. Nos encontramos ante un problema estructural, el resultado directo de tres décadas de liberalización neoliberal.

Los agricultores de todo el mundo produjeron en 2007 una cosecha record de 2,3 billones de toneladas de granos, un 4% más que el año precedente. Desde 1961 la producción de cereales se ha triplicado mientras el crecimiento poblacional se ha duplicado. Los stocks se hallan en su más bajo nivel de los últimos 30 años, es verdad lo cierto es que se producen suficientes alimentos en el mundo como para alimentar a su población. El problema es que no llegan a todos los que lo necesitan. Al gente consume menos de la mitad de la producción de granos del mundo, el resto se destina a la alimentación animal o a las crecientes cadenas de producción masiva de biofueloil para las inflexibles cadenas industriales. Efectivamente cuando uno ve fríamente as estadísticas inmediatamente se nota que algo funciona mal en nuestro sistema alimentario. Hemos permitido que el alimento se transforme de algo que debe nutrir a la gente y asegurarle bienestar en un commodity destinado a la especulación y a los negocios. La perversa lógica de este sistema se ha convertido en su meta. Hoy en día nos está enrostrando el anteponer los beneficios de los inversores a las necesidades alimentarias del pueblo.

Realidades mercantiles

Quienes formulan las políticas que han moldeado el actual sistema alimentario mundial – y quienes son supuestamente responsables de advertir estas catástrofes – plantean una serie de explicaciones sobre la crisis actual que cada uno de nosotros escucha una y otra vez: sequías y otros problemas que afectan a las cosechas: aumento de la demanda de China y la India en donde se supone la gente está comiendo más y mejor que en el pasado; cosechas y tierras que son masivamente destinadas a la producción de biofuel y así... Todos estos aspectos están ciertamente concurriendo a generar la crisis actual. Pero o reflejan la enorme profundidad de lo que está sucediendo. Existe algo mucho más fundamental algo que reúne todos aquellos aspectos y que los responsables de las finanzas y del desarrollo están escamoteando a la discusión pública.

Nada que los responsables políticos puedan decir oscurece el hecho de que la crisis alimentaria es consecuencia del modelo puesto en práctica a partir de los 50, basado en la “Revolución verde”, de la liberalización de los mercados y de las política de ajuste estructural impuestas a los países pobres por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional a partir de los 70. Dichas políticas se vieron reforzadas por la creación de la OMC (Organización Mundial del Comercio)a mediados de los 90 y más recientemente a través de los tratados bilaterales de libre comercio e inversiones. Todo esto sumado a otra serie de medidas, condujeron al desmantelamiento de las tarifas impositivas y de otros instrumentos que los países en desarrollo habían establecido para proteger su producción agrícola. Dichos paíse fueron forzados a abrir sus mercados y sus tierras a los agronegocios globales y a los especuladores y a subsidiar las exportaciones de alimentos hacia los países ricos. A través de estos procesos las tierras fértiles que producían para los mercados locales fueron redirigidas a producir “commodities” o productos de contraestación de alto valor agregado para los mercados occidentales. Hoy en día cerca del 70% de los llamados países desarrollados son netos importadores de alimentos. Y se estima que de los 845 millones de personas hambrientas de todo el mundo el 80% son pequeños campesinos. Si a esto se agrega los mercados de reingeniería crediticia y financiera destinada a crear una masiva deuda industrial, sin control alguno de los inversores, se ve con claridad la profundidad del problema.

La política agrícola ha perdido totalmente el contacto con su principal objetivo de alimentar a la gente. El hambre golpea y la gente está desesperada. El Programa de Naciones Unidas para la Alimentación estima que el alza actual de los precios significa que 100 millones más de personas no podrán muy pronto comer adecuadamente Los gobiernos están tratando frenéticamente de encontrar protección del sistema. Los afortunados países exportadores están tratando de independizar sus precios domésticos de la fulminante suba de los precios internacionales. Con el trigo, la prohibición de exportar o las restricciones en Kazakistan, Rusia, Ucrania y Argentina significa que un tercio del mercado global ha sido clausurado. Con el arroz la situación es todavía peor: China, Indonesia, Vietnam, Egipto, India y Camboya han prohibido o recortado severamente las exportaciones, dejando solo pequeñas fuentes de aprovisionamiento, principalmente Tailandia y los EEUU. Países como Bangladesh, no pueden comprar el arroz que necesitan debido a los altos precios. Durante muchos años el Banco Mundial y el FMI pregonaron que la liberalización de los mercados proporcionaría un sistema de producción de alimentos más eficiente y su mejor distribución, hoy en día los países más pobres se hallan forzados a sostener una intensa guerra contra la especulación y los intermediarios, que están haciendo su agosto. Los Fondos especulativos de inversión y otras fuentes de dinero candente están insuflando billones de dólares al mercado de commodities y los créditos crujen poniendo a los stocks de alimentos cada vez más lejos de la capacidad adquisitiva de los pobres. De acuerdo con ciertas estimaciones, los fondos de inversión controlan entre un 50 y un 60% del comercio del trigo en los mayores mercados de commodities del mundo Una empresa calculó que la cantidad de dinero especulativo en commodities a futuro – mercados en los que los inversores no compran ni venden físicamente los commmodities, como ser arroz o trigo, sino que solo especulan con los precios – ha llegado desde los U$S 5 billones del 2000 a los 175 billones en el 2007

La situación es ya insostenible. Miren a Haití. Hace algunas décadas era autosuficiente en arroz. Pero los condicionamientos creados por los préstamos externos, especialmente un paquete el FMI de 1994, le obligó a liberalizar su mercado. El arroz barato comenzó a llegarle de los EEUU, sostenido por subsidios y corrupción y la producción local desapareció Actualmente los precios del arroz han subido un 50% desde el año pasado y el promedio de los haitianos no pueden comprarlo para comer. De manera que ahora la gente está saliendo a la calle o arriesgando su vida en frágiles embarcaciones que intentan abordar los EEUU. Las protestas por el problema de los alimentos ha estallado también en el oeste de Africa desde Mauritania hasta Burkina Faso. Allí también los programas de ajuste estructural y de ayuda alimentaria y el dumping provocado por la ayuda alimentaria ha destruido las propias regiones productoras de arroz, dejando el pueblo a merced del mercado internacional. En Asia el Banco Mundial aun hasta el año pasado, le aseguraba constantemente a Filipinas, que la autosuficiencia arrocera era innecesaria y que el mercado mundial se haría cargo de sus necesidades Actualmente el gobierno enfrenta una situación desesperada: su provisión doméstica de arroz subsidiado está casi exhausta y no puede importar porque los precios de los vendedores son demasiado elevados.

Matando por hambre

Nunca fue tan obvia la verdad sobre quién se beneficia y quién pierde con nuestro sistema global de alimentación. Tomemos el elemento más básico para la producción de alimentos: el suelo. El sistema industrial de producción de alimentos se basa en los fertilizantes. Cada vez necesita más para mantenerse vivo, erosionando los suelos y su potencial de soportar nuevas cosechas. En el actual contexto de provisión de alimentos, el pequeño grupo de corporaciones que controla el mercado mundial de fertilizantes los encarece cuanto quiere – y eso es exactamente lo que hacen. Las ganancias de la Corporación Mosaica Cargill, que controla la mayor parte de la provisión de potasios y de fosfatos, aumentaron al doble el año pasado. El mayor productor de potasio del mundo Canada Potash Corp ganó más de un billón de dólares, el 70% más que en 2006 Los gobiernos se encuentran aterrados y desesperados por levantar sus cosechas dándoles a estas corporaciones ventajas adicionales. En abril de 2008 el brazo comercial de Mosaic y Potash encareció el precio del potasio en un 40% para los compradores del sudeste asiático y en un 85% par los latinoamericanos. India pagó 130 veces más que el año pasado y China 227 veces

Cuadro 1. Incremento de las ganancias para algunas de las más grandes corporaciones de fertilizantes

Compañía

Ganancias 2007 (US$ million)

Incremento desde 2006 (%)

Potash Corp (Canada)

1,100

72%

Yara (Norway)

1,116

44%

Sinochem (China)

1,100

95%

Mosaic (US)

708

141%

ICL (Israel)

535

43%

K + S (Germany)

420

2.8%

Fuente: Compilación de informes corporativos.

Cuando los fertilizantes generan grandes ganancias, allí está Cargill. Sus mayores ganancias proceden del comercio global de los commodities agrícolas, quién junto a unos pocos grandes traders, casi lo monopolizan. El 14 de abril Cargill anunció que sus ganancias en el comercio de commodities en el primer cuarto del año superaban en un 85% a las del mismo período del año anterior. “La demanda de alimentos en las economías desarrolladas y de energía en todo el mundo aumenta la demanda de bienes agrícolas, al mismo tiempo que las inversiones han fluido en los mercados de commodities” dijo Greg Page jefe ejecutivo de Cargill’s “Los precios están alcanzando nuevas alturas y los mercados son extremadamente volátiles. Cargill ha realizado un trabajo excepcional midiendo y asesorando sobre los riesgos de los precios y manejando un gran volumen de granos, semillas de aceite y otros commodities moviéndose a través de nuestras cadenas de aprovisionamieto entre los compradores globales.

Cuadro 2 . Aumento de las ganancias para algunos de los
más grandes traders en granos

Companía

Ganancias 2007 (US$ million)

Incremento desde 2006 (%)

Cargill (US)

2,340

36%

ADM (US)

2,200

67%

ConAgra (US)

764

30%

Bunge (US)

738

49%

Noble Group (Singapore)

258

92%

Marubeni (Japan)

90*

43%*

Fuente: compilación de informes corporativos.

*Datos únicamente de la división Marubeni Agri–Marine.

Ausente de esta lista está Louis Dreyfus de Francia un trader de commodities agrícolas privado cuyas ventas anuales superan los U$S 22 billones pero no publica sus ganancias.

Administrar y asesorar no es difícil para una compañía como Cargill casi un monopolio y con un equipo global de analistas del tamaño de una oficina de las Naciones Unidas. Ciertamente todos los grandes traders de granos han obtenido ganancias record. Bunge otro gran trader dijo que sus ganancias en el último cuarto de año fiscal (2007) se incrementaron en un 77% comparadas con las de igual período del año anterior. Las ganancias registradas por ADM el segundo mayor trader del mundo, casi llega al 65% con un record de 2,2 billones de U$S. El mayor jugador asiático Charoen Pokphand Foods de Tailandia pronosticó un aumento del 237% en sus ganancias de este año.

Los más grandes procesadores de alimentos del mundo algunos de los cuales son también traders de commodities también están embolsando ingentes ganancias. Las ventas de Nestlé crecieron un 7% el año pasado. “Nosotros veíamos venir esta situación de modo que nos adelantamos a comprar materias primas” dijo François Xavier Perroud, vocero de Nestlé Los márgenes también están creciendo para Unilever .”La presión de los commodities se ha incrementado fuertemente pero nosotros la hemos superado exitosamente con acciones oportunas y nuestros programas de ahorro” dijo Patrick Cescau, CEO del grupo UNILEVER. Nosotros no sacrificamos nuestros márgenes (de ganancias) ni nuestra participación en el mercado Las corporaciones de alimentos no parecen compartir estos beneficios con los minoristas. El supermercado Tesco de los EEUU informó sobre ganancias del 12,3% el año pasado, todo un record creciente. Otros grandes supermercadistas como el francés Carrefour y Wall Mart dicen que la venta de comestibles son el mayor soporte del aumento de sus ganancias La división mexicana de Wall Mart, Wall Mex que maneja un tercio de las ventas de comestibles en México, informó un 11% de incremento en sus ganancias durante el primer cuarto del año 2008 (al mismo tiempo los mexicanos están demostrando en las calles que ya no pueden acceder a producir tortillas, la base de su alimentación )

Parece ser que casi todos los jugadores corporativos de la cadena global de alimentos están realizando matanzas a partir de la crisis alimentaria. Las compañías de semillas y de agroquímicos están haciendo lo mismo. Monsanto, la mayor compañía mundial de semillas informó un 44% de aumento en sus ganancias del 2007. Dupont la segunda más grande informó que las ganancias logradas por la ventas de semillas aumentó en 2007 un 19% mientras que Syngenta la mayor fabricante de pesticidas y la tercera en el rubro semillas, dijo que sus ganancias rondaron un 28% en el primer cuarto del año 2008.

La urgente necesidad de pensar nuevas políticas

El principal responsable de esta perversa situación del mercado de alimentos es el sistema financiero global que en algún modo ha comenzado a vacilar. Cuando comenzó el colapso de las hipotecas subprime en los EEUU durante 2007, se puso de manifiesto algo mucho más serio, que el emperador del sistema financiero global estaba desnudo. La economía mundial está viviendo con deudas que nadie puede pagar. Mientras los bancos centrales y los altos ejecutivos tratan de poner parches en los agujeros y de restaurar la confianza, la verdad es que el sistema bancario se halla próximo a la bancarrota y nadie quiere tomar las medidas necesarias: ni el FMI, ni el BM, ni los líderes de las naciones más poderosas. No mucho más que el brillo de las relaciones públicas se puede esperar de la próxima reunión del G8 en junio.

Problemas similares yacen en el corazón de la crisis de los alimentos; una elite ideológica ha forzado a los países a abrir sus mercados y a dejar que funcionen libremente , de modo que unas pocas megacorporaciones, inversores y especuladores han podido lograr enormes rentabilidades. Muchos países han perdido gran parte de su poder básico: la capacidad de alimentarse a sí mismos. Estas pérdidas asociadas a la corrupción que asola a nuestros países y a nuestros sistemas comerciales muestran que el neoliberalismo ha perdido, si alguna vez la tuvo, toda legitimidad. Es una prueba de que como sin el menor tacto estos ideólogos siguen requiriendo como solución para la crisis alimentaria todavía más liberalización y proponiendo cambiar las reglamentaciones de la OMC para prevenir que los países no vayan a imponer restricciones a la importación de alimentos.

El presidente del Banco Mundial Robert Zoellick ha tratado de ganarse al mundo con su llamado “New deal” para resolver la crisis del hambre. pero no hay nada nuevo en su llamado: sigue pidiendo más liberalización de los mercados, más tecnología y más ayuda. La crisis actual es precisamente el resultado de décadas de esas políticas, que ya deberían ser rechazadas. Mientras que en cambio son necesarias acciones inmediatas para bajar los precios de los alimentos y para obtener alimentos para quienes los necesitan, necesitamos también cambios radicales en las políticas agrícolas de modo que los pequeños productores de todo el mundo puedan acceder a la tierra y vivir de ella. Necesitamos políticas que protejan a los pequeños agricultores, a los pescadores y a todos aquellos que producen alimentos para sus familias, para los mercados locales y para los habitantes de las ciudades, más que dinero para abstractos mercados de commodities internacionales y un pequeño grupo de ejecutivos . Y necesitamos fortalecer y promover el uso de tecnologías basadas en el conocimiento y el control de quienes saben como producir alimentos. Dicho en otras palabras necesitamos soberanía alimentaria ahora mismo – la clase de soberanía definida y llevada a cabo por los pequeños agricultores y los pescadores desde siempre.

Los movimientos sociales de todo el globo han venido luchando para promover el cambio de estrategias y calificados como irrealistas por quienes detentan el poder y a menudo violentamente reprimidos. La idea de que esta crisis puede ser revertida constituye un destello de esperanza. Muchas organizaciones campesinas tienen propuestas concretas sobre lo que hay que hacer para resolver la crisis en sus propios países y los gobiernos deberían escucharlas. Actualmente algunos gobiernos están hablando de cambios de políticas para la independencia alimentaria. Otros están comenzando a cuestionar la racionalidad de los fundamentos de liberar más los mercados. Los halcones neoliberales en el tope de la pirámide de la política alimentaria global han perdido por lo menos la credibilidad que alguna vez creyeron tener. Ha llegado el tiempo de que den un paso al costado ya que el nuevo concepto de soberanía alimentaria y de reforma agraria está creciendo desde las raíces va a tomar su lugar y a desplazar a su diabólica conjura.