Debilidad
del dólar, malas políticas federales y especuladores
financieros
¿Por
qué los precios del petróleo son tan altos?
Por
Paul Craig Roberts (*)
CounterPunch,
11/06/08
Rebelión, 13/06/08
Traducido por Sinfo Fernández
¿Cómo
explicar el precio del petróleo? ¿Por qué está tan alto?
¿Estamos agotándolo? ¿Se han interrumpido los
suministros, o los altos precios son reflejo de la codicia
de las compañías petrolíferas o de la codicia de la OPEC?
¿Están Chavez y los saudíes conspirando contra nosotros?
En mi opinión,
dos son los factores principales de la subida del precio del
petróleo: la debilidad en el valor de cambio del dólar
estadounidense y la liquidez que la Reserva Federal está
poniendo en circulación.
El dólar
es débil como consecuencia de un gran déficit
presupuestario y comercial cuyo final escapa a la voluntad
política estadounidense. Como los abusos han ido
desgastando el papel del dólar estadounidense como moneda
de reserva, los vendedores piden más dólares como
cobertura ante su valor de cambio a la baja y las pérdidas
extremas en la categoría de la moneda de reserva.
En un
esfuerzo para impedir una recesión grave y nuevas crisis de
los productos derivados, la Reserva Federal está volcando
una liquidez que sirve para financiar la especulación de
futuros contratos petrolíferos. Los bancos inversores y los
fondos de especulación de alto riesgo están restaurando
sus dañadas estructuras de capital con los beneficios
obtenidos de las especulaciones en futuros contratos petrolíferos
altamente apalancados, al igual que hacen los especuladores
inmobiliarios impulsando contratos que hacen subir los
precios de las casas. La futura burbuja petrolífera acabará
también reventando y, con un poco de suerte, antes de que
se creen nuevos derivados sobre la base de los altos precios
del petróleo.
Hay otros
factores que afectan al precio del petróleo. La perspectiva
de un ataque estadounidense–israelí contra Irán ha
aumentado la demanda actual que busca almacenar existencias
para estar preparados ante una interrupción de los flujos.
Nadie sabe las consecuencias de un acto de agresión tan
abocado al fracaso, y esa incertidumbre está empujando al
alza el precio del petróleo porque todo el Oriente Medio
podría verse implicado en la conflagración. Sin embargo,
las instalaciones de aprovisionamiento son limitadas y el
impacto sobre el precio de amplios inventarios tiene también
un límite.
El Ministro
del Petróleo saudí declaró recientemente: “No hay nada
que justifique el actual aumento de precios”. Lo que el
ministro quiere decir es que no hay escasez ni interrupción
de suministros. Quiere decir que no hay razones reales
distintas de las especulativas o psicológicas.
La subida
en el precio del petróleo coincide con un período de
intensificadas agresiones de los ejércitos estadounidense e
israelí en Oriente Medio. Sin embargo, el salto mayor se ha
producido en los últimos 18 meses.
Cuando Bush
invadió Iraq en 2003, el precio medio del petróleo ese año
era de unos 27$ por barril, o de 31$ si tenemos en cuenta el
ajuste de la inflación en dólares de 2007. El precio subió
otros 10$ en 2004, hasta llegar a un precio medio anual de
42$ (en dólares de 2007), otros 12$ en 2005, 7$ en 2006, y
4$ en 2007, hasta alcanzar los 65$. Pero en los últimos
meses el precio ha subido más del doble, hasta alcanzar los
135$. Resulta difícil explicar, en otros términos que no
sean los especulativos, un salto en el precio de 70$.
Los precios
del petróleo fueron altos en el pasado. Hasta 2008, el
record mundial del precio del petróleo fue de 104$ en
diciembre de 1979 (medido en dólares de diciembre de 2007).
Recientemente, en 1998, el precio real del petróleo era más
bajo que en 1946, cuando el precio nominal del petróleo era
de 1,63$ por barril. Durante el régimen de Bush, el precio
del petróleo, valorado en dólares de 2007, ha aumentado
desde 27$ a aproximadamente 135$.
Es posible
que el aumento en el precio del petróleo pudiera haberse
ido sujetando, antes del reciente salto, por las
expectativas existentes de que los demócratas acabaran
finalmente con el conflicto y pudieran contener a Israel,
logrando en Oriente Medio la paz y justicia para los
palestinos.
Ahora que
Obama ha comprometido su lealtad con el lobby israelí AIPAC
(1) y asumido la posición de Bush hacia Irán, el alto
precio del petróleo podría convertirse en una predicción
de que la política israelo–estadounidense terminará
provocando interrupciones sustanciales en el suministro de
petróleo. Es más, las recientes declaraciones israelíes
alegando que era “inevitable” un ataque contra Irán
hizo que el precio del petróleo subiera de golpe otros 8$.
Quizá más
difícil de entender que el alto precio del petróleo sean
los bajos tipos de interés estadounidenses a largo plazo.
Las tasas de los intereses estadounidenses están
actualmente por debajo de la tasa de inflación, por no
hablar del expuesto valor de cambio del dólar. Los
economistas que dan por hecho intervenciones racionales en
mercados racionales no pueden explicar por qué los
prestamistas aceptarían indefinidamente tasas de interés
por debajo de la tasa de inflación.
Desde
luego, el gobierno estadounidense no facilita a sus
ciudadanos cifras reales de inflación; no las conocen desde
que la administración Clinton manipuló el Índice de
Precios al Consumo (IPC) para contener los pagos a la
Seguridad Social, negando así a los jubilados los ajustes
debidos en sus pensiones a causa de las subidas del coste de
la vida. Según el estadístico John Williams, si se
utilizara la medida del IPC de la era anterior a Clinton, se
llegaría a un IPC actual de alrededor del 7,5%.
Si se
subestima la inflación, se logra que el crecimiento real
del PIB parezca más alto. Si se midiera adecuadamente la
inflación, probablemente, EEUU no habría experimentado
ningún crecimiento real del PIB en el siglo XXI.
Williams
informa que, durante décadas, las administraciones políticas
han venido amañando los datos sobre inflación y empleo
para hacer que parecieran mejores. El efecto acumulativo ha
ido privando de veracidad a esas medidas. Entonces, si es
que yo entiendo bien a Wiliams, tanto las tasas actuales de
inflación como las de desempleo, si se midieran como se hacía
originariamente, estarían alrededor del 12%.
Al bombear
dinero en un esfuerzo por evitar la recesión y ocultar los
problemas del balance, la Reserva Federal está forzando los
precios de las materias primas y de los alimentos en
general. Pero los ingresos reales estadounidenses no están
creciendo. Incluso sin los puestos de trabajo en el
exterior, la política económica estadounidense ha colocado
al grueso de la población camino de niveles de vida más
bajos.
La crisis
que amenaza a EEUU es la pérdida del papel mundial de su
moneda. Una vez que el dólar pierda ese papel, el gobierno
estadounidense no va a poder financiar sus operaciones
pidiendo prestado en el exterior, y los extranjeros cesarán
de financiar el masivo déficit comercial estadounidense.
Esta crisis acabará con Estados Unidos como potencia
mundial.
1.–
AIPAC: American Israel Public Affairs Committee: Es uno de
los grupos más poderosos e influyentes en EEUU, que realiza
tareas de lobby en el Congreso y en la Casa Blanca para que
sus políticas favorezcan siempre a Israel. (N. de la T.)
(*)
Paul Craig Roberts fue Subsecretario del Tesoro en la
administración Reagan. Fue Editor Asociado de la página
editorial del Wall Street Journal y Editor Contribuyente de
National Review. Es
coautor del libro “The Tyranny of Good Intentions”.
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