Las
acciones financieras derrumban el Dow Jones
Por E.S. Browning
Wall Street Journal, 27/06/08
Las
acciones estadounidenses alcanzaron su punto más bajo en lo
que va del año y quedaron a un tris de superar la caída de
20% desde su máximo que define un mercado a la baja. Los
bancos y las firmas de valores volvieron a liderar el
descenso, evocando el hundimiento de las empresas tecnológicas
a principios de la década.
El
Promedio Industrial Dow Jones cayó 358,41 puntos para
quedar en 11.453,42, su nivel más bajo desde septiembre de
2006.
Aunque
las acciones financieras bajaron tras las recomendaciones
negativas por parte de los analistas de Wall Street y los
temores de final de trimestre que han azotado a los mercados
desde el año pasado, el declive tiene múltiples causas.
Los precios del crudo saltaron un 3,8% para ascender a los
US$ 139,64 el barril en Nueva York, mientras que empresas
como Oracle y Research in Motion, el fabricante de los teléfonos
inteligentes Blackberry, brindaron predicciones pesimistas y
el dólar continuó bajando. El oro saltó US$ 33,10 para
llegar a los US$ 913,10 la onza, su mayor avance en dólares
en 23 años.
La
caída de 3,03% en el Dow Jones fue el segundo mayor
descenso porcentual del año. El indicador ha bajado un 19%
desde su máximo de octubre de 14.164,53 puntos. Los
inversionistas usualmente consideran que un mercado a la
baja se presenta cuando uno de los principales índices cae
más de 20%. Para el Dow, eso implicaría un descenso a
11.331,62 enteros o menos.
El
Dow Jones ha perdido 9,4% en junio y si no se recupera el
viernes o el lunes, completará su peor mes desde 2002.
También sería el peor desempeño en un mes de junio desde
1930 y el séptimo mes a la baja de los últimos ocho. El
Dow ha cedido un 6,9% en nueve jornadas.
Las
acciones de empresas financieras, que van desde las grandes
casas de corretaje de Wall Street a los bancos regionales de
Estados Unidos, han tambaleado desde principios de mayo. Los
declives se han acelerado a medida que queda en evidencia
que los problemas de la cartera incobrable que los han
agobiado durante los últimos 12 meses no desaparecerán a
corto plazo. Los gráficos que muestran la evolución de
estas empresas son parecidos a los de los desplomes de los
gigantes tecnológicos después del estallido de la burbuja
tecnológica. Antes de que la debacle tecnológica
concluyera, la acción de Cisco Systems había perdido 89%,
la de Dell 71% y la de Amazon.com 92 por ciento.
El
jueves, la acción de Citigroup bajó 6,3% para alcanzar su
precio más bajo en una década. Bank of America perdió
6,8% y Washington Mutual 9%. Las firmas de corretaje tampoco
se salvaron: Lehman Brothers cedió 8,4% y Merrill Lynch
6,8%. Goldman Sachs, considerada como la firma de valores más
sólida, declinó un 4 por ciento.
Citigroup,
que llegó a ser el banco estadounidense de mayor
capitalización de mercado, ha sufrido un derrumbe de 69%
desde su máximo de 2006. La acción de Washington Mutual, líder
en préstamos hipotecarios, ha perdido un 89% desde su máximo
de 2003 llegando a su nivel más bajo desde 1991. Merrill
Lynch ha descendido un 66% para llegar a su nivel más bajo
desde 2003.
Los
bancos, en todo caso, son el corazón de la economía y
juegan un papel mucho más importante que las empresas
tecnológicas. Mientras algunas acciones tecnológicas se
dispararon pese a no generar ganancias, los bancos han sido
muy rentables. De las diez industrias que componen el índice
Standard & Poor´s 500, las empresas financieras exhiben
aumentos en sus ganancias en todos los trimestres desde
1995, según Standard & Poor´s, una racha sin
precedentes más allá de la industria petrolera en los años
70.
"En
términos generales, esto significa que el crecimiento económico
será seguramente menor de lo que hubiera sido",
recalca Marc Stern, director de inversiones para Bessemer
Trust, que administra US$ 50.000 millones en Nueva York, en
su mayoría para familias adineradas.
El
problema, según Stern, es que los bancos y otras firmas
financieras se han endeudado en exceso para crear e invertir
en complejos vehículos financieros como los bonos
respaldados por hipotecas.
Ahora
sus balances están repletos de miles de millones en préstamos
incobrables y valores que han dejado de pagarse, y los
bancos deben recaudar capital fresco de inversionistas como
los gobiernos de Medio Oriente. También deben reducir su
endeudamiento y dejar de prestar tan agresivamente.
"Muchas
instituciones financieras deberán reinventarse, lo cual
implica mucha incertidumbre sobre cómo prosperarán... Les
va a costar", dice Stern.
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