Las crisis convergentes de
los alimentos y del agua
Morir de hambre, morir de
sed
Por
Jo–Shing Yang (*)
CounterPunch,
Weekend Edition, 21/06/08
Rebelión, 26/06/08
Traducido por Germán
Leyens
En los últimos meses,
crisis alimentarias y disturbios por alimentos en todo el
mundo han dominado los titulares de los periódicos y
capturado la atención de los medios de información y de
los dirigentes políticos del globo. Aumentos de precios de
los alimentos y de las materias primas hunden a unos mil
millones de personas en todo el mundo cada vez más profundo
en la pobreza y las llevan al borde de la desnutrición e
incluso la inanición – forzando a esas masas de gente
angustiada a protestar en las calles. Por fin los dirigentes
del mundo están prestando atención al sufrimiento de los
crónicamente pobres y hablan ahora de ‘crisis
alimentarias’ que hacen estragos en las vidas de los
desesperadamente pobres. A estas alturas, la mayoría de la
gente sabe que los motivos para los mayores precios de los
alimentos son los mayores precios del petróleo (que afectan
a los insumos agrícolas basados en el petróleo, tales como
fertilizantes, pesticidas), mayores precios del transporte
de alimentos, el desvío de maíz y otros productos agrícolas
para producir etanol y otros biocombustibles; más demanda
de alimentos de la clase media emergente de China e India (y
sus deseos de subir por la cadena alimentaria, de comer más
carne, huevos, y productos lácteos), y sucesos climáticos
extremos asociados con el calentamiento global. Poca gente
ha asociado la escasez de alimentos con la escasez de agua
– es decir, aparte de unos pocos artículos escritos por
analistas y expertos en agua (por ejemplo, la relación
establecida por Fred Pearce entre la escasez de agua y las
crisis alimentarias).
Después que los grandes
bancos de inversión y especuladores de Wall Street han
hecho subir los precios de alimentos, petróleo y otras
materias primas, están apuntando al próximo recurso de
importancia: el agua. Goldman Sachs insta a los
inversionistas a concentrarse en el sector de alta tecnología
de la industria global del agua de 425.000 millones de dólares,
porque el agua es el “petróleo del próximo siglo.” Áreas
potenciales de inversión para Wall Street incluyen a los
fabricantes o prestadores de servicios de equipos de
filtración de agua, desinfección ultravioleta, tecnología
de desalinización basada en membranas, medidores de agua
automatizados, y otros nichos especializados en la
reutilización de aguas servidas (The Telegraph, 6 de junio
de 2008). Goldman Sachs también publicó una gráfica
llamada “Mayor rendimiento del sector del agua en relación
con S&P 500,” mostrando tendencias de 2000 a 2008 en
las que el índice del sector del agua subió a 400 mientras
S&P 500 se quedó en, o por debajo de, el nivel de 100
(valores rebasados a 100).
Existe una crisis
convergente en ciernes de los alimentos y del agua, con ocho
tendencias extremadamente inquietantes e interrelacionadas
en el agua, como sigue:
• Calentamiento global:
fenómenos climáticos extremos y sus consecuencias
destructivas, inseguridades climatológicas, y volatilidades
en las precipitaciones.
• Baja del agua subterránea
y de los acuíferos en todo el mundo debido al crecimiento
de la población, al aumento y derroche en la irrigación
agrícola, y la contaminación, en gran parte irreversible,
de las aguas subterráneas.
• Aumento de la
contaminación de las aguas superficiales en todo el mundo,
lo que hace que el agua subterránea sea inutilizable sin un
tratamiento sustancial (incluyendo un aumento global en el
uso químico, de productos químicos agrícolas a químicos
industriales y productos para el hogar).
• Privatización,
corporatización y globalización de los recursos acuíferos
(la así llamada apropiación del agua por grandes intereses
corporativos multinacionales)
• El derrumbe de la
infraestructura para el agua, pobre administración del agua
por municipalidades, y falta de inversión pública en el
agua y en el tratamiento de las aguas servidas en todo el
mundo.
• La inflación global
de los precios de las materias primas y sus efectos sobre el
agua municipal y el tratamiento de aguas servidas en todo el
mundo.
• La creciente demanda
de agua para la agricultura debida al deseo del consumidor
de recibir alimentos que requieren uso intensivo de agua en
la cadena alimentaria (por ejemplo, carnes, huevos, y
productos lácteos). Se ha calculado que el suministro total
de carne en el mundo fue de 71 millones de toneladas en 1961
y de 284 millones de toneladas en 2007... y sigue aumentando
(New York Times, 2008).
• La disminución y el
debilitamiento de las regulaciones y de los controles
medioambientales de los gobiernos para encarar el problema
de la contaminación, lo que significa que el tratamiento
del agua contaminada para que sea potable y utilizable en la
agricultura será costoso.
Según la región bajo
estudio, cualquiera, o una combinación, de estos factores
afectará los suministros, la entrega, y en tratamiento de
agua fresca en los próximos años. También afectarán a la
producción agrícola y de alimentos para miles de millones
de personas en todo el mundo. Basta la concentración en
solo dos factores de calentamiento global y de la disminución
de acuíferos, como sigue, para darnos suficientes
preocupaciones sobre la sostenibilidad y el futuro de la
producción agrícola.
Algunos
hechos:
• Para producir una
tonelada de trigo, se necesitan 1.000 toneladas de agua. La
producción de pollos requiere aproximadamente 32 veces más
agua que el cultivo de la misma cantidad de trigo; la ratio
de cerdos a trigo es de 65:1, y la de vacunos a trigo es
algo entre 100:1 y 200:1.
• En 2015, casi la mitad
de la población del mundo, más de 3.000 millones de
personas, vivirá en países que sufren de “estrés acuático”
y tienen acceso a menos de 1.700 metros cúbicos de agua per
capita por año, según la CIA. En 2001, la CIA también
predijo que aproximadamente un 80% del agua es asignada a la
agricultura en los países en desarrollo, una proporción
insostenible, y en 2015, muchos países no podrán mantener
sus niveles de agricultura irrigada – resultando en una
profunda reducción de la producción agrícola. Ya estamos
viendo actualmente esa tendencia en China e India.
• A comienzos de 2008,
el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente
(PNUMA) publicó un mapa bastante sombrío de la irrigación
del mundo para ilustrar retiros insostenibles de agua en
todos los continentes.
• En todo el mundo, se
estima que 4.400 niños bajo cinco años mueren cada día
debido al consumo de agua sucia y pobres condiciones de
higiene, y que la diarrea mata cinco veces más niños cada
año que VIH/SIDA, según Naciones Unidas. Con la próxima
crisis del agua, se esperan tasas significativamente más
elevadas de mortalidad infantil en todo el mundo.
El agua es la base de la
agricultura – no sólo en el cultivo de alimentos, sino
también en su elaboración. El agua es el fundamento de las
ciudades modernas y de sistemas de saneamiento urbanos –
desde nuestra fontanería doméstica hasta plantas
centralizadas de tratamiento de aguas servidas. El agua es
la base de las industrias y de la manufactura. El agua
sustenta la naturaleza, la fauna y la flora. En esencia, la
humanidad puede vivir sin petróleo – aunque de manera más
primitiva – pero no puede sobrevivir sin agua. A pesar de
su importancia, el tema del agua ha sido integrado con poca
frecuencia en nuestras discusiones de las crisis
alimentarias, excepto cuando hablamos brevemente del
calentamiento global y de las sequías extremas que afectan
a las regiones donde hay cultivos. Entrevistada por el New
York Times (2 de junio de 2008), Barbara Helferrich,
portavoz del Directorado del Medioambiente de la Unión
Europea, dijo: “El agua será el tema ecológico de este año
– el problema es urgente e inmediato. Si ya hay escasez de
agua en la primavera, se sabe que va a ser un verano
realmente malo.” Un escritor sobre el medio ambiente
basado en el Reino Unido, Fred Pearce, escribió
recientemente que la escasez de agua es una causa importante
para las fallas en la producción agrícola que resulta en
escasez de alimentos: por ejemplo: Ucrania, Australia,
China, India, y Egipto han estado agotando sus ríos y aguas
subterráneas hasta el punto que los agricultores ya no
pueden irrigar sus cultivos – por lo tanto, la producción
agrícola será reducida. El conocido analista Lester Brown
ha estado prediciendo que la escasez de agua agravará aún
más la escasez de alimentos en numerosos países.
Goldman
Sachs anunció que el agua será el “petróleo del próximo
siglo”
Por lo tanto tenemos que
preguntar; ¿qué hay respecto al agua en medio de esta
precaria economía global y la creciente fragilidad del
mundo natural? ¿Cómo afectará la escasez y la volatilidad
del suministro de agua a la producción de alimentos y a las
crisis alimentarias? Una similitud entre el petróleo y el
agua es la de la disminución del suministro y el rápido
crecimiento de la demanda. Con la escasez, aparecen
conflictos y guerras – este punto lo dejó en claro el
libro de Michael Klare publicado en 2002 “Resource Wars”
[Guerras por recursos]. Además, muchos otros analistas –
desde los que trabajan para la CIA a los de Naciones Unidas
y de la revista Forbes – han predicho hace tiempo que el
agua es el principal recurso por el que las naciones irán a
la guerra. El príncipe heredero holandés
Willem–Alexander fue el anterior presidente del Foro
Mundial del Agua en 2001; también es el nieto mayor del príncipe
Bernardo de Holanda, fundador del grupo elitista, altamente
secreto, llamado los Bilderberg en los años cincuenta; su
madre, la reina Beatriz, es también miembro de los
Bilderberg y principal accionista de Royal Dutch Shell. El
antiguo Secretario General de la ONU, Boutros
Boutros–Ghali también dijo: “El agua será más
importante que el petróleo en este siglo” y que el agua
es el próximo petróleo por el que las naciones librarán
guerras. El difundo senador estadounidense, Paul Simon dijo:
“Las naciones van a la guerra por el petróleo, pero hay
sustitutos para el petróleo. ¿Cuánto más difíciles de
resolver podrán ser guerras que sean libradas por el agua,
un recurso aún más escaso para el que no hay sustituto?”
El vínculo entre el agua
y los alimentos es evidente: sin agua, no puede haber una
agricultura irrigada. Según el Telegraph en junio de 2008:
“Una escasez catastrófica de agua podría ser una amenaza
aún mayor para la humanidad en este siglo que los aumentos
de los precios de los alimentos y el agotamiento implacable
de las reservas de energía, según un panel de expertos
globales en la conferencia ‘Los cinco principales
riesgos’ de Goldman Sachs.”
Es ampliamente conocido
que el genocidio en Darfur ha sido agravado por la
competencia por recursos de agua y tierra entre nómadas árabes
y agricultores africanos ya que sequías inducidas por el
calentamiento global agravaron la desertificación en el
norte de Darfur durante dos décadas. ¿Veremos en el futuro
cercano, “disturbios por agua” y “guerras por agua”
– o incluso genocidios y conflictos que se enmascaran como
étnicos/tribales o religiosos cuando el conflicto real
estalló por el agua? ¿Qué debiera preocuparnos y qué
deberíamos hacer ahora para prevenir las crisis futuras por
el agua? Concentrémonos en dos crisis inquietantes por el
agua, la del calentamiento global y la de los acuíferos que
se agotan.
Clima
extremo, incertidumbres climáticas, y volatilidades en las
precipitaciones
A pesar de los actuales
debates científicos sobre si el calentamiento global es
causado por el hombre o si es un ciclo planetario natural,
una cosa es segura para los científicos: este cambio climático
no es una anomalía temporal. El calentamiento global se
agravará en las próximas décadas. El clima se hará más
extremo e imprevisible en muchas partes del mundo: por
ejemplo, en junio, hemos visto catastróficas inundaciones
en Iowa y en otros sitios del Medio Oeste de EE.UU., que
devastaron la siembra de maíz de 2008. Los glaciares se
derretirán aún más rápido, reduciendo aún más los
suministros de agua fresca en muchas regiones. Las
precipitaciones se harán aún más imprevisibles; mientras
algunas partes del mundo recibirán más agua mediante
inundaciones y tormentas, otras sufrirán un suministro
reducido de aguas subterráneas e incluso sequías. Mientras
los analistas han citado “anomalías climáticas
temporales” (Washington Post, 30 de mayo de 2008, refiriéndose
a sequías en Australia) como una razón para el agudo
aumento de los precios de los alimentos, el calentamiento
global no es un fenómeno climático temporal que afecta a
las regiones productoras agrícolas del mundo. En breve, las
sequías, inundaciones, tormentas, huracanes, y los modelos
climáticos extremos en todo el globo no son eventos a corto
plazo. Globalmente, el clima extremo será agravado aún más
por la intensificación del calentamiento global en la próxima
década. Los modelos climáticos descontrolados y extremos
serán algo permanente – limitando a su vez el suministro
de agua fresca y la producción de alimentos en muchas
regiones productoras de alimentos.
En enero de 2005, el
Centro Nacional de Investigación Atmosférica de EE.UU.
(NCAR) publicó nuevos análisis vinculando la creciente
temperatura global al clima extremo, diciendo que el área
afectada por serias sequías en la Tierra se ha más que
duplicado desde los años setenta y comienzos de los años
dos mil y que sequías generalizadas ocurrieron en el oeste
y el sur de África, el este de de Australia, gran parte de
Asia y Europa, y Canadá (Journal of Hydrometerology, 2005).
“Las sequías y las inundaciones son eventos climáticos
extremos que probablemente cambien más rápido que el clima
promedio,” dice Aiguo Dai de NCAR. “Porque son de los
desastres naturales más costosos del mundo y afectan a
cantidades muy grandes de personas cada año, es importante
monitorearlos y tal vez predecir su variabilidad.”
Unos pocos ejemplos de cómo
el calentamiento global ha afectado la producción de
alimentos y conflictos por recursos en todo el mundo, son
los siguientes:
• Uno de los ejemplos más
citados es Australia, que sufrió seis años seguidos de
devastadora sequía y cuya producción de arroz fue
eliminada en un 98% y su producción agrícola reducida en
un cuarto durante el año pasado. En cambio, al mismo tiempo
los agricultores del maíz y la soja en el Medio Oeste de
EE.UU. sufren por inundaciones y demasiada lluvia en las
temporadas de siembra de primavera y verano de 2008.
• Científicos que
trabajan con Naciones Unidas también han extrapolado que la
producción agrícola y forestal de Australia disminuirá
significativamente en 2030 debido a aumentos en fuegos y
sequías.
• El Cuerno de África
también está siendo afectado por severas sequías, y los más
pobres en Somalia y Etiopía enfrentan inminentes hambrunas
y una masiva mortandad por hambre. En el continente
africano, más de 300 millones de personas enfrentan la
escasez de agua, y se espera que la escasez de agua en África
subsahariana aumente en casi un tercio en 2050.
• Darfur sufrió sequías
y conflictos por el agua y recursos de tierras arables antes
de que los conflictos se volvieran mortalmente étnicos y
tribales en su naturaleza, de un conflicto local por
recursos a un genocidio hecho y derecho. En junio de 2007,
PNUMA dijo que la paz en Darfur es casi imposible a menos
que se encaren los problemas de la destrucción del medio
ambiente. Un grupo de presión, Justice Africa, dijo a la
BBC en julio de 2007 que “la causa de fondo del conflicto
[entre nómadas árabes y agricultores africanos negros] son
los recursos – la sequía y la desertificación en el
Norte de Darfur.”
• A principios de junio
de 2008, el gobernador Arnold Schwarzenegger declaró la
sequía en todo el Estado en California, señalando que la
primavera de 2008 era la más seca que conste y diciendo:
“Tenemos que reconocer la severidad de esta crisis que
enfrentamos.” California es una importante región
productora de alimentos del mundo, sus exportaciones agrícolas
excedieron 9.000 millones de dólares en 2005.
La desertificación es uno
de los temas medioambientales más desatendidos de la
actualidad, agravada por el calentamiento global. La
desertificación es un problema crítico porque afecta la
productividad de tierra arable y, consecuentemente, la
producción de alimentos. Naciones Unidas ha estimado que más
de 250 millones de personas son afectadas directamente por
la desertificación en 110 países que ocupan un tercio de
la superficie de la Tierra (esta cifra incluye a 135
millones de personas en peligro de ser expulsadas de sus
tierras) y el sustento de mil millones de personas está en
peligro. El que se esté degradando un 70% de las tierras
secas agrícolas, en peligro de desertificarse, conlleva un
precio de 42.000 millones de dólares por año. La
desertificación además agrava la escasez de agua y degrada
la tierra hasta el punto que ya no es productiva.
Los científicos
pronostican que mientras el calentamiento global calienta el
planeta, el clima será más húmedo en algunos lugares y más
seco en otros. La peor parte de esos cambios del tiempo y de
modelos volátiles de precipitación dejará a millones de
personas sin suministros fiables de agua fresca para beber,
la irrigación agrícola, y la energía hidráulica. El
calentamiento global significa devastación para el futuro
del agua y la agricultura de la mayoría de los países. Es
obvio en consecuencia que tenemos que contar con que el
calentamiento global disminuirá la disponibilidad de agua
fresca a largo plazo, lo que a su vez reducirá también
simultáneamente la producción de alimentos y empeorará la
situación alimentaria y el hambre en muchos países en
desarrollo.
Un
futuro de más hambre debido a nuestra extracción
insostenible de aguas subterráneas
Habitualmente cuesta 1.000
toneladas de agua para producir 1 tonelada de cereal. Se
estima que casi un 10% del suministro global de alimentos
(160 millones de toneladas de cereales) es producido
actualmente mediante la práctica insostenible de extraer
aguas subterráneas según USAID. Pero el agotamiento del
agua subterránea no es sólo una amenaza para la futura
producción de alimentos – contribuye al aumento del nivel
del mar. Por ejemplo, investigadores que publican en
Hydrogeology Journal, establecieron que las extracciones
estimadas de aguas subterráneas en el mundo son entre 750 y
800 km3/año, y que esta masiva cantidad de agotamiento de
acuíferos puede resultar en un aumento del nivel del mar:
“En todo el mundo, la
magnitud de la extracción de aguas subterráneas de su depósito
puede ser tan grande que llegue a constituir un causante
cuantificable del aumento del nivel del mar. Por ejemplo, el
volumen total extraído del acuífero de High Planes
equivale a cerca de 0,75 mm. o sea un 0,5% del aumento
observado del nivel del mar durante el Siglo XX. La reducción
de la futura extracción de aguas subterráneas (y el
aumento del acopio de agua subterránea) pueden ayudar en
pequeña escala a reducir futuros aumentos del nivel del
mar.” (Konikow and Kendy, 2005)
La extracción
insostenible de las aguas subterráneas y del acuífero
agravará los efectos de modelos volátiles de
precipitaciones sobre la agricultura. El agotamiento de acuíferos
en unos pocos países productores de cereales y alimentos
con gran población a saber: EE.UU., México, China, e India
– es brevemente resumida como sigue:
• EE.UU. – el más
conocido es el acuífero Ogallala/High Plains (se calcula
que es consumido a unos 12.000 millones de metros cúbicos
por año, y algunas áreas descienden más de 30 metros),
pero el agotamiento de acuíferos es generalizado en todo el
país. En el Noroeste del Pacífico, el acuífero Columbia
River Basalt de Washington y Oregon ha bajado más de 30
metros en varias áreas. En las áreas de Tucson y Phoenix,
descensos del nivel del agua de entre 90 y 150 metros
ocurrieron en gran parte de la zona. En California, el nivel
del agua subterránea en Antelope Valley cayó en más de 90
metros desde comienzos de los años 1900, y la parte
sudoeste del Desierto Mojave ha visto una subsidencia de la
tierra entre 1992 y 1999 y subsidencia pasada de la tierra
vinculada a la reducción del nivel del agua de más de 30
metros entre los años cincuenta y los noventa. Antes de su
auge inmobiliario, Las Vegas ya había sufrido una baja del
nivel del agua de 100 metros en 1999. En el área de
Chicago–Milwaukee, los niveles del agua subterránea
descendieron hasta 274 metros bajo Chicago y Wisconsin este.
En Houston, Texas, los niveles de agua subterránea cayeron
unos 121 metros, llevando a subsidencias de suelos de hasta
3 metros. El acuífero Sparta bajo Arkansas, Luisiana,
Mississippi, y Tennessee ha sufrido bajas de hasta 21 metros
en algunas áreas. En Baton Rouge, Luisiana, ha habido un
aumento de diez veces en el bombeo de agua subterránea
entre los años treinta y 1970, hundiendo el nivel del agua
subterránea en 60 metros y llevando a la intrusión de agua
salada del Golfo de México a varios acuíferos. Pongamos en
contexto la importancia de los acuíferos de EE.UU.: La
exportación agrícola de EE.UU. es calculada en una cifra récord
de 108.500 millones de dólares en 2008 (incluyendo
aproximadamente 63 millones de toneladas de maíz) según el
Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA).
• México – el
conocido ejemplo es el del acuífero de Ciudad de México
(la sección central del área metropolitana ha descendido
hasta 8,5 metros, y a la ciudad podría acabársele el agua
en la próxima década), pero un tercio de toda el agua
usada en México proviene de acuíferos. Todas las cosechas
de cereales en México (tales como el trigo de invierno y el
sorgo) dependen de irrigación que usa agua de acuífero. En
Guanajuato, un Estado agrícola, el nivel freático cae más
de 2 metros por año. Según USAID, México está agotando
sus reservas de agua subterránea en más de 3 metros por año
en muchas de sus principales áreas agrícolas. México está
ubicado a lo largo de las mismas latitudes que el desierto
del Sahara; la mitad del país es tan árida que, en
promedio, México tiene menos agua potable per capita que
Egipto y un 60% menos agua que la que tenía hace 50 años.
• China – China tiene
muchos problemas serios de agua y han sido bien documentados
por numerosos analistas. Hace una década, analistas
informaron que el río Amarillo de China pasó de no llegar
al mar durante 15 días en 1972 a 226 días en 1997. El río
Amarillo suministra agua a un 15% de la tierra agrícola de
China y a más de 150 millones de personas; el río está
tan contaminado que se estima que un tercio de las especies
de peces han desaparecido. El agua subterránea es otro
problema importante. Según investigadores, el acuífero
Cuaternario de la Llanura del Norte de China es uno de los
mayores sistemas acuíferos del mundo y ocupa amplios
trechos del Río Hai y cuencas de recepción de aguas de los
sistemas fluviales Huai y Amarillo y más allá; pero, como
otros acuíferos en el noreste de China, tiene muchos
problemas: (1) la baja del nivel freático en los acuíferos
poco profundos; (2) niveles freáticos en descenso en acuíferos
profundos; (3) intrusión de agua salada y salinización de
acuíferos atribuible a sobrebombeado; y (4) contaminación
de acuíferos por descarte incontrolado e irresponsable de
aguas servidas y aguas negras industriales (Foster et al.,
Hydrogeology Journal, 2004). Lester Brown y la mayoría de
los analistas de China adoptan una visión extremadamente
sombría de la situación del agua en China – lo que
afecta la capacidad de producción de alimentos de China y
su necesidad de importar grandes cantidades de cereales y
otros alimentos del mercado global.
• India – Como China,
India también enfrenta una larga lista de problemas de
agua, que van del suministro y la demanda al acceso y la
calidad. Las cosechas en disminución de India pueden ser
atribuibles a sequías y a la baja de los niveles freáticos.
Daniel Pepper escribió un buen artículo que relaciona la
crisis de alimentos de Asia con la falta de agua y con los
millones de agricultores en India que extraen demasiada agua
subterránea: un ejemplo que citó es que en los años
setenta, los agricultores indios tenían sólo 200.000
bombas eléctricas, actualmente tienen 12 millones de bombas
de agua eléctricas y 8 millones de bombas de agua a diesel.
Lester Brown también escribió que [el Estado] Tamil Nadu
tiene más de 62 millones de habitantes, pero un 95% de los
pozos se secan debido a niveles freáticos en rápido
descenso. Adicionalmente, los niveles freáticos en India
están bajando entre 1 y 3 metros por año en algunas
partes; los niveles freáticos en el Punjab, la gran región
productora agrícola de India, bajan 1 metro por año.
• Bangladesh – los
niveles del agua subterránea han bajado casi 3 metros
debido a represas ubicadas aguas arriba y desviaciones del río
Ganges. Bangladesh se ve afectada simultáneamente por el
aumento del nivel del mar, catastróficas inundaciones, y
acuíferos en agotamiento – tres factores que afectan
severamente su productividad agrícola (su producción
existente ya es menos que el promedio global y existen
preocupaciones de que su producción de alimentos no sea
sostenible ni siquiera al nivel actual).
El agua es parte integral
de una agricultura irrigada altamente productiva. Sin un
suministro adecuado de agua, la producción de cosechas
aumentará en todo el globo. Ante el calentamiento global
asociado con el clima extremo, la agricultura también será
adversamente afectada. Esta semana los precios del maíz
llegaron a niveles de precio récord, estratosféricos, al
conocerse las noticias diarias de las catastróficas
inundaciones de Iowa, Illinois, Wisconsin, y en otros sitios
a lo largo del río Mississippi River, y que los
agricultores perderán la temporada de siembra debido a la
tierra empapada por las inundaciones.
Hasta ahora ni siquiera
hemos comenzado a discutir los serios problemas de la
contaminación del agua de superficie y del agua subterránea,
la privatización de los derechos sobre las aguas, la
apropiación de recursos acuáticos por corporaciones, la
infraestructura acuática que se derrumba, la mala
administración del agua por municipalidades en todo el
mundo, el aumento de la inflación global de los productos
químicos y los insumos para el tratamiento del agua potable
y de las aguas servidas, la creciente demanda, y el aumento
de la presión sobre las fuentes existentes de agua a través
de crecientes demandas de los consumidores de alimentos
intensivos en su uso de agua (es decir carnes, productos lácteos,
huevos), y el debilitamiento de las regulaciones
gubernamentales para tratar la calidad del agua y el acceso
al agua. Al analizar la condición del agua, vemos un futuro
bastante sombrío – de más hambre – para los pobres del
mundo.
(*) Jo–Shing Yang es autor de “Ecological Planning,
Design, and Engineering. Solving Global Water Crises: New
Paradigms in Wastewater and Water Treatment. Small and
On–Site Systems for Community Water Self–Sufficiency and
Sustainability.”
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