Los
nubarrones de la economía derrumban
las bolsas mundiales
Por
Tom Lauricella y Peter McKay, en Nueva York,
Neil Shah, en Londres, y Jonathan Cheng, en Hong Kong
Wall
Street Journal, 02/07/08
El primer
semestre de 2008 pasará a la historia como una debacle
global para las bolsas del mundo. Desde Shanghai, donde la
bolsa cayó 48%, a Francfort, donde perdió 19%, a Estados
Unidos, las acciones recibieron una paliza.
Entre los
pocos mercados que salieron bien parados están Canadá, un
país rico en materias primas, y Japón, cuya bolsa
experimentó un repunte en el segundo trimestre después de
un primer trimestre abismal.
Algunos
mercados latinoamericanos, ayudados por economías
exportadoras de commodities como Brasil, salieron bien
librados durante el trimestre. El índice de mercados
emergentes MSCI Latin America subió 6,6% en el segundo
trimestre, mientras que el índice general de mercados
emergentes MSCI perdió 12%.
Los
inversionistas comenzaron el año preocupados de que la
contracción crediticia, cuyo epicentro está en EE.UU.,
desembocara en una recesión global. El crecimiento superó
las previsiones en algunos lugares, pero la inflación pasó
a ocupar el rol protagónico.
Economistas
de Merrill Lynch calculan que la tasa global de inflación
está en un 5,5% frente a un 3,5% a principios del año,
gracias a los crecientes costos de los alimentos y la energía.
En momentos en
que comienza el segundo semestre, los inversionistas están
preocupados de que los bancos centrales del mundo se vean
forzados a subir las tasas de interés para contener el alza
en los precios de las materias, pese a que el sistema
financiero global aún es vulnerable a los problemas del
mercado hipotecario estadounidense.
La mejor
noticia para muchos mercados sería un declive en los
precios de los commodities, lo cual aliviaría la presión
sobre los márgenes de ganancias y les daría espacio de
maniobra a los bancos centrales. La probabilidad de ello,
sin embargo, puede ser escasa.
Brasil y
China ya han empezado a subir las tasas. Merrill Lynch
calcula que más de tres cuartas partes de los bancos
centrales del mundo han hecho lo mismo. Se cree que el Banco
Central Europeo se unirá a este grupo el jueves y elevará
su tasa de referencia un cuarto de punto porcentual a 4,25%.
"Los problemas ya no están confinados sólo a
EE.UU.", dice Bruno Berry, gestor de portafolio de
Morley Fund Management en Londres, el cual maneja cerca de
US$313.000 millones en activos. "Ningún área va a ser
inmune".
Males
financieros
El bajón
del Promedio Industrial Dow Jones comenzó a mediados de
mayo e hizo que el principal indicador estadounidense
acabara el segundo trimestre con una baja 912,88 puntos, un
7,6%, para ubicarse en 11.350,01 unidades. La caída
representa un declive de 19,9% frente a su máximo, a un
tris del 20% que es considerado el inicio de un mercado a la
baja.
Las
acciones del sector financiero lideraron el descenso a
medida que bancos grandes y pequeños anunciaban rebajas
contables a raíz de sus pérdidas crediticias. La
aseguradora American International Group, uno de los
integrantes del Dow, cayó 39% en el segundo trimestre al
paso que Bank of America, otro miembro del índice, descendió
37%.
El
componente del Dow que registró la mayor caída fue la
automotriz General Motors, cuya acción cedió casi 40%. De
los 30 integrantes del Dow, 23 cerraron el trimestre en
rojo. Entre las pocas empresas que salieron airosas figuran
ExxonMobil y Chevron, las cuales se beneficiaron del auge en
los precios del crudo, que superaron los US$140 el barril.
Los
inversionistas ven el futuro con pesimismo. Después de
siete recortes en las tasas de interés desde septiembre, la
Reserva Federal parece estar en un dilema entre estimular el
crecimiento y combatir la inflación. La Fed mantuvo las
tasas estables en su reunión de la semana pasada, en medio
de especulación de que podría haber incrementos de tasas
en los próximos meses para frenar las presiones
inflacionarias. Algunos en Wall Street temen que las altas
tasas de interés ahoguen el tímido ímpetu de la economía
estadounidense en los últimos meses.
Ha habido
señales recientes de fortaleza, incluyendo prometedores
datos del Producto Interno Bruto y pedidos de bienes
durables, pero muchos analistas argumentan que las cifras
serán más negativas una vez se desvanezcan los efectos del
paquete de estímulo fiscal del gobierno y los consumidores
queden con pocos ingresos disponibles después de llenar los
tanques de sus autos y los carritos del supermercado.
"Es como si hubiera una suspensión por lluvia y estuviéramos
esperando a que comenzara la recesión", dice el
estratega de Standard & Poor's Sam Stovall.
Aparte de
la inflación, mercados emergentes como China e India luchan
con las consecuencias de los gigantescos saltos que dieron
sus acciones el año pasado.
En China,
los altos costos de las materias primas y el fortalecimiento
del yuan están mermando las ganancias de las empresas. Las
utilidades de las compañías chinas subieron 17,4% en el
primer trimestre de 2008, frente a un crecimiento de 49,4%
del año pasado, según Jing Ulrich, presidenta de renta
variable para J.P. Morgan Securities en Hong Kong. El número
de compañías no rentables se ha más que doblado, dice, y
ahora representa el 15,4% de todas las empresas chinas en
bolsa.
China no es
un caso aislado. Las bolsas de Hong Kong, Mumbai y Singapur
han caído 21%, 34% y 15%, respectivamente, en el primer
semestre. "Lo que ha sucedido en los mercados de
valores ha sido una revaloración del riesgo y las bolsas
asiáticas no escaparon a ello", explica Daniel
McCormack, estratega regional de Macquarie Securities en
Hong Kong.
Por su
parte, los gestores de fondos se están empezando a
preocupar de que la desaceleración de la economía europea
tenga graves repercusiones en los mercados accionarios de la
región. Los bancos europeos, afectados por rebajas
contables de miles de millones de dólares, son renuentes a
conceder crédito a las empresas en momentos en que el alza
de la energía y el costo del dinero le quitan aire a las
ganancias. El indicador bursátil paneuropeo Dow Jones Stoxx
50 ha caído 25% este año. Entre las principales víctimas
están empresas como la alemana Siemens, cuyas acciones han
perdido un 34% de su valor este año, y las de Unilever, que
han caído un 27%.
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