EEUU
sale a apagar el incendio provocado por
la crisis de confianza en gigantes hipotecarios
Por
Michael Corkery, James Hagerty, Liz Rappaport,
Deborah Solomon y Sudeep Reddy
The
Wall Street Journal, 14/07/08
En un
intento por apuntalar la confianza en los gigantes
semiestatales de hipotecas Fannie Mae y Freddie Mac, el
Departamento del Tesoro y la Reserva Federal estadounidense
(Fed) anunciaron un paquete de medidas que deja en claro el
respaldo del gobierno a ambas entidades.
En un
comunicado divulgado antes de la apertura de los mercados el
lunes y de una anticipada subasta de deuda de Freddie Mac,
el Departamento del Tesoro señaló que planea solicitar al
Congreso la aprobación de un aumento temporal de una línea
de crédito para ambas compañías. También anunció que
buscará obtener una autorización temporal para adquirir
una participación accionaria en cualquiera de las dos compañías
"en caso de ser necesario". El plan también
contempla "un rol de asesoría" para la Fed en el
proceso para establecer los requisitos de capital y otros
temas para Fannie y Freddie.
La Fed, por
su parte, otorgó al Banco de la Reserva Federal de Nueva
York facultades para prestar dinero a las entidades si se
estima necesario. La medida les otorga a Fannie y Freddie
acceso a los fondos de la ventanilla de descuento.
En su
conjunto, el paquete constituye un intento de parte del
gobierno para hacer todo lo que esté a su alcance sin tener
que intervenir en las entidades. El objetivo es enviar a los
inversionistas una clara señal de su respaldo a Fannie y
Freddie y su fe en sus perspectivas de largo plazo.
Para gran
parte del mundo, el mayor impacto de la crisis de Fannie y
Freddie puede ser un mayor deterioro de la confianza en los
mercados globales de capital y en la posibilidad de que la
economía estadounidense y el dólar se puedan recuperar en
el corto plazo.
Los bancos
centrales e instituciones financieras de Asia, por ejemplo,
son grandes tenedores de deuda estadounidense y se cree que
poseen sustanciosas porciones de deuda de Fannie Mae y
Freddie Mac. Según los últimos datos del Departamento del
Tesoro de Estados Unidos, los extranjeros poseían un 21,4%,
o US$1,3 billones (millones de millones) del total de la
deuda circulante a largo plazo emitida por el gobierno
estadounidense hasta junio del año pasado. China y Japón
eran con holgura los mayores inversionistas en estos
valores.
Las medidas
del gobierno buscan romper lo que algunos economistas
denominan un círculo vicioso que agobia al mercado
inmobiliario.
Todo
empieza con una oferta excesiva de viviendas que hace que
los precios se precipiten. La caída en los precios causa más
ejecuciones hipotecarias, a medida que aumentan las
dificultades de los propietarios para refinanciar sus préstamos
o vender sus casas. Los bancos son reticentes a prestar en
un momento en que el valor de las viviendas se sigue
hundiendo y los impagos siguen subiendo. Eso, a su vez,
perjudica la demanda por bienes raíces, que se traduce en
nuevas caídas de precios y más cesaciones de pagos.
Este círculo
vicioso, que empezó con los deudores de créditos
hipotecarios de alto riesgo o subprime, ha crecido mucho más
allá de ese pequeño segmento y ahora abarca a las
hipotecas que no son de alto riesgo, el principal sustento
de los activos hipotecarios de Fannie y Freddie.
Por ahora,
las pérdidas crediticias de ambas empresas han sido
relativamente pequeñas en comparación a su tamaño. En el
primer trimestre, Fannie Mae reportó US$728 millones en pérdidas
sobre préstamos individuales que resultaron impagos y que
están en el proceso de ejecución. Eso representa una mera
fracción de los US$5,2 billones en hipotecas que Fannie Mae
posee o garantiza. Sin embargo, las compañías están
sufriendo una crisis de confianza porque no está claro cuán
grandes llegarán a ser las pérdidas relacionadas al crédito.
Mucho dependerá de hasta dónde caigan los precios de las
viviendas."El derrumbe en los precios inmobiliarios está
en la raíz de todos nuestros problemas económicos y
financieros", dice Mark Zandi, economista jefe de
Moody's Economy.com y autor de un nuevo libro sobre la
debacle de las hipotecas subprime.
Los
problemas de Fannie y Freddie ya empiezan a repercutir en
los mercados de deuda. Los bonos del Tesoro estadounidense
son ampliamente considerados como la inversión de menor
riesgo. No obstante, a medida que se acumulan las
dificultades financieras, algunos inversionistas empiezan a
evaluar el riesgo de un evento antes inconcebible: una
cesación de pagos por parte del gobierno estadounidense.
Los bonos
del Tesoro estadounidense llevan una calificación de triple
A, la máxima a la cual se puede aspirar, y tienen el
respaldo de las empresas y los contribuyentes del país. Así
que dicha posibilidad es difícil de imaginar.
Sin
embargo, un vistazo al mercado de los seguros contra la
cesación de pagos, instrumentos financieros derivados
llamados en inglés de credit default swap, o CDS,
sugiere que los inversionistas creen que pueden ganar dinero
si aumenta la percepción de que el peor de los escenarios
es factible. La semana pasada, se duplicó el precio de un
CDS que se activa si el bono del Tesoro de EEUU a diez años
cae en cesación de pagos. Actualmente, un inversionista
tendrá de pagar US$35.050 al año para asegurar un total de
US$10 millones en bonos del Tesoro de EEUU, mucho más que
su auge anterior de US$28.677, alcanzado en marzo.
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