La
Ronda de Doha quedó atrás
Por
Gustavo Capdevila
Inter Press Service (IPS), 30/07/08
Ginebra.–
Las negociaciones comerciales de la Ronda de Doha fracasaron
estrepitosamente este martes arrastradas por las mismas
discrepancias entre países ricos y pobres que la signaron
durante sus casi siete años de vida.
Una
disensión irreparable entre Estados Unidos, por un lado, y
China e India, por otro, precipitó el final de la
conferencia de ministros convocada por la Organización
Mundial del Comercio (OMC), que había llegado a su novena
jornada de sesiones.
El
ministro de Relaciones Exteriores de Argentina, Jorge
Taiana, interpretó que lo ocurrido con Doha es un fracaso
de un intento de los países industrializados de dar poco y
pedir mucho. "Y eso no fue aceptado en líneas
generales por los países en desarrollo", dijo a IPS.
"Y me parece que ese desequilibrio impidió resolver
estas negociaciones", insistió.
La
chispa de este siniestro político internacional fue un
asunto caro a los países en desarrollo, el establecimiento
de un mecanismo de salvaguardias especiales que elevaría
los derechos de aduana cuando las importaciones de productos
agrícolas superaran cierto nivel y causaran perjuicio a los
campesinos de las naciones pobres.
"Es
increíble que hayamos fracasado en un solo tema",
lamentó el ministro de Relaciones Exteriores de Brasil,
Celso Amorim. "No es que la cuestión no sea importante
para algunos países, pero ya habíamos resuelto muchos
otros asuntos intratables", agregó.
El
director general de la OMC, Pascal Lamy, dijo que de una
lista de 20 tópicos en discusión ya se habían alcanzado
posiciones convergentes en 18. Pero la brecha no pudo
cerrarse en el tema 19, deploró.
Estados
Unidos se opuso por considerar que el mecanismo podía dar
lugar a abusos, mientras que China e India lo reclamaban
como una defensa del sustento, la seguridad alimentaria y el
desarrollo rural de los campesinos de los países en
desarrollo.
La
divergencia impidió que los ministros de unos 30 países y
los representantes de los demás 153 miembros de la OMC
alcanzaran un acuerdo sobre los parámetros de las
negociaciones para liberalizar la agricultura y los
productos industriales, o acceso a los mercados de los
productos no agrícolas (NAMA, por sus siglas en inglés).
Concebida
en noviembre de 2001, en la capital de Qatar, para
transmitir solidaridad a un mundo sacudido por el flagelo
del terrorismo, con los atentados del 11 de septiembre de
ese año en Nueva York y Washington, la Ronda de Doha se
apaga cuando toman cuerpo otras amenazas de crisis, en
alimentos, energía y clima.
Ante
la crisis mundial de los precios de los alimentos, resulta
irónico que se pretenda elevar más barreras al intercambio
mundial de estos productos, dijo Susan Schwab, representante
de Comercio de Estados Unidos.
Carin
Smaller, del Instituto de Políticas para la Agricultura y
el Comercio (IATP, por sus siglas en inglés), replicó que
Estados Unidos propone la apertura de los mercados como la
mejor forma de lograr la seguridad alimentaria y promover el
sustento.
En
cambio, India y China, con apoyo de la mayoría de los países
en desarrollo, sostienen que las salvaguardias son el mejor
reaseguro en caso de producirse grandes trastornos en los
mercados agrícolas, observó. La subsecretaria de Economía
de México, Beatriz Leycegui, evaluó que el fracaso de Doha
es una pérdida para todo el mundo, porque arriba en medio
de una crisis económica muy fuerte, donde hay
proteccionismo y falta credibilidad en el sistema
multilateral. "En esas condiciones, urgía obtener un
resultado", señaló.
Lamy
aceptó que Doha "ha fracasado". Dejemos que el
polvo se asiente, respondió acerca de futuras actividades
negociadoras de la OMC. Sin embargo aclaró que "mi
reacción no es tirar la toalla".
Alfredo
Chiaradía, secretario de Relaciones Comerciales
Internacionales de la cancillería argentina, dijo que
durante la última reunión de ministros, este martes,
algunos se declararon partidarios de hacer nuevos intentos
por resucitar la ronda.
Leycegui
reconoció que México había insistido en "no echar a
la basura todo lo que se había logrado" en los nueve días
de negociaciones. "Ha sido una frustración porque pensábamos
que el acuerdo estaba muy cerca, pero faltó un poco de
compromiso político", sostuvo.
Anne–Laure
Constantin, otra experta del IATP, confió a IPS sus
esperanzas de que los países miembros de la OMC encuentren
otra forma de encarar el comercio en la escala multilateral.
"Una forma que se adapte más a las nuevas condiciones
del mundo y ayude a los países ante las crisis que
enfrentan, de alimentos, energía y clima", dijo.
"El
proceso de Doha debía convertirse en una ronda del
desarrollo, para favorecer a los países más pobres. Por
ese motivo este desenlace se convierte en una frustración",
comentó Taiana.
Jeremy
Hobbs, director de la organización humanitaria Oxfam
Internacional, se declaró decepcionado por la suerte
corrida por Doha. En momentos en que los precios de los
alimentos y la energía son elevados y que las perspectivas
de la economía mundial se presentan inciertas, el número
de pobres crece sin cesar, dijo.
"Por
eso, un acuerdo comercial decente habría dado la
oportunidad de prevenir el agravamiento de la pobreza",
indicó Hobbs.
A
su vez, Aftab Alam Khan, de ActionAid, otra entidad dedicada
a promover el desarrollo, atribuyó la responsabilidad del
fracaso a Estados Unidos y la Unión Europea, "que no
pudieron pensar más allá de los intereses de sus empresas
transnacionales, las quieren apropiarse de todas las
oportunidades en los mercados de los países pobres",
dijo.
"El
hecho de que Estados Unidos y la Unión Europea
responsabilicen a China e India del derrumbe de Doha es
risible", concluyó.
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