Un
nuevo dolor de cabeza para los bancos de
Europa y EE.UU.
Por
Carrick Mollenkamp
Wall Street Journal, 27/08/08
Bancos
de Estados Unidos y Europa, que ya acusan los estragos
provocados por sus pérdidas y las preocupaciones sobre su
salud financiera, enfrentan un dolor de cabeza en los próximos
meses: cómo pagar los cientos de miles de millones de dólares
que tomaron prestado antes de que empezara la contracción
del crédito.
En
el meollo de la cuestión está la deuda de tasa flotante,
valores utilizados muy a menudo por los bancos para
endeudarse en 2006. Una gran parte de estos papeles vence
dentro de los próximos 12 meses, en un momento en que los
bancos están teniendo dificultades para recaudar nuevos
fondos. Esto los está obligando a vender activos, competir
agresivamente por depósitos y emitir nueva deuda a precios
exorbitantes.
El
próximo mes, sin ir más lejos, vencen US$95.000 millones
en bonos a tasa flotante. Alexander Roever, analista de JP
Morgan Chase & Co., calcula que las instituciones
financieras deberán pagar unos US$789.000 millones en bonos
a tasa flotante y otras obligaciones de medio plazo antes de
fines de 2009. La cifra representa un alza del 43% frente a
lo que tuvieron que redimir en los últimos 16 meses.
El
problema ilustra cómo el dolor provocado por la contracción
crediticia, que está entrando en su segundo año, no va a
pasar pronto para los bancos ni la economía en general.
Mientras los bancos tratan de pagar sus obligaciones,
probablemente verán menguar sus márgenes de ganancias ante
la insistencia de los inversionistas de exigir mayores tasas
de interés para los nuevos préstamos. También es probable
que se muestren aun más reacios a extender nuevos créditos
a consumidores y compañías, agravando la desaceleración
económica en EE.UU. y Europa. "Será un mayor problema
ahora que en el primer semestre, pero continuará al menos
durante nueve meses", advierte Guy Stear, estratega de
crédito de Société Générale SA en París.
Para
fines de este año, entidades de la envergadura de Goldman
Sachs Group Inc., Merrill Lynch & Co., Morgan Stanley,
Wachovia Corp., y el prestamista británico HBOS PLC deberán
pagar cada uno más de US$5.000 millones para cancelar bonos
de tasa flotante, según un informe reciente de JP Morgan.
Otras grandes empresas, como General Electric Co., Wells
Fargo & Co., y UniCredit Group también deberán
cancelar grandes facturas en los meses venideros, indica el
informe.
Las
tasas que tendrán que pagar si quieren refinanciar la deuda
serán mucho más altas que las que obtuvieron en 2006. En
julio, las tasas de interés para los bonos de tasa flotante
estaban apenas 0,02 puntos porcentuales por encima de la
Libor, la tasa interbancaria británica que debería
reflejar lo que los bancos se cobran por prestarse entre sí.
En la actualidad, la diferencia, o spread, es de al menos
dos puntos porcentuales.
Representantes
de los bancos y de los bancos de inversión aseguraron estar
en perfectas condiciones para pagar los bonos de tasa
variable, ya sea porque consiguieron los fondos necesarios o
porque tienen suficientes depósitos de clientes a los
cuales recurrir.
Sin
embargo, a medida que muchos bancos compiten por fondos para
financiar sus pagos
o se desprenden de activos para levantar capital, sus actos
podrían exacerbar la presión sobre los mercados
financieros. Los bancos que decidan tomar préstamos a corto
plazo también tendrán que renovarlos más a menudo,
aumentando el riesgo de que no logren conseguir dinero
cuando lo necesiten.
La
mayoría de los pagarés están denominados en dólares,
pero también hay vencimientos en euros para bancos europeos
y estadounidenses. En los últimos cuatro meses del año
expiran bonos por un valor de entre 15.000 y 20.000 millones
de euros al mes, dice Stear, el estratega de Société Générale,
comparado con cifras de entre 7.000 y 15.000 millones de
euros en el primer semestre de 2008.
Los
vencimientos tienen lugar en momentos en los que los
problemas en los mercados a los que los bancos acuden para
endeudarse, no muestran signos de amainar. En una clara señal
de las dudas acerca de la salud de los bancos, la tasa Libor
a tres meses sigue muy por encima de las tasas de los bancos
centrales esperadas para el mismo período.
Los
bancos tienen dificultades para conseguir fondos incluso a
tasas más altas. Los mercados de titularización que habían
permitido a los bancos reorganizar y vender hipotecas a los
inversionistas siguen casi cerrados.
Los
bancos casi nunca se hacen préstamos por más de una
semana, e incluso los préstamos con valores como garantía
se están encareciendo. Al mismo tiempo, la presión sobre
los activos de los bancos va en aumento. Las empresas, por
ejemplo, han estado haciendo uso de líneas de crédito
extendidas antes de la crisis, forzando a los bancos a
prestar más justo cuando quieren reducir su riesgo.
Todas
estas fisuras en los mercados de capital han vuelto a las
instituciones financieras más dependientes de los bancos
centrales de EE.UU., Europa y Gran Bretaña. Muchos bancos,
por ejemplo, han estado empaquetando valores con hipotecas y
préstamos a empresas con el exclusivo fin de usarlos como
colateral para obtener financiamiento del Banco Central
Europeo o la Reserva Federal. Algunos inversionistas se
preguntan hasta cuándo deberían los bancos centrales
apuntalar a las instituciones financieras.
Algunos
bancos no han tenido inconvenientes para colocar nueva
deuda. El Banco Santander SA vendió en julio 2.000 millones
de euros de deuda a tasa fija, pero también incrementó los
pagarés de corto plazo que puede vender en 10.000 millones
de euros, a 25.000 millones de euros. De ser usados para
financiar bonos de mayor plazo, eso incrementaría
significativamente la frecuencia en la que el banco español
debería refinanciar grandes cantidades de sus préstamos.
Un
vocero de Santander manifestó que el banco se siente muy cómodo
con su capacidad para cumplir sus obligaciones.
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