Crisis mundial
Los casos de África y Medio Oriente
Por Yulianela Pérez y Roger Benítez
CEPRID, 02/09/08
La reciente tendencia a la subida de
los precios de los hidrocarburos y de otros productos básicos
en el mercado mundial es la manifestación más perceptible
de una nueva etapa en las crisis cíclicas que caracterizan
al capitalismo. África y Medio Oriente no están exentos
del impacto global de la misma y las consecuencias han dado
lugar a múltiples protestas y a descontento social.
A la depresión internacional se le
suman nuevos factores que acentúan la situación de
inseguridad que viven las economías de ambas regiones, nos
referimos a la conjugación de una crisis financiera
alimentada por la situación inmobiliaria de los Estados
Unidos; afectaciones medioambientales provocadas por el
calentamiento global; el paulatino agotamiento de los
recursos naturales en los países subdesarrollados y el
apetito voraz de las empresas transnacionales para obtener
altas tasas de ganancias al menor costo posible.
Las economías de los países de África
Norte y Medio Oriente, principales exportadoras de crudo a
nivel mundial según datos de la Organización de Países
Exportadores de Petróleo (OPEP) (1), se han beneficiado del
incremento coyuntural de las ganancias en materia de
exportación de petróleo pero, a su vez, están convocadas
a enfrentar dos amenazas económicas: el decrecimiento de su
poder adquisitivo internacional, producido por la devaluación
del dólar (moneda de reserva y transacción comercial) y el
proceso inflacionario creciente derivado del alza de los
precios de los alimentos que necesitan importar por sus
precarias condiciones para el desarrollo agrícola.(2)
La campaña norteamericana y mundial
contra el terrorismo, la guerra en Iraq, la amenaza de un
conflicto nuclear con Irán, han sido catalizadores del drástico
aumento de los precios de los hidrocarburos que no parece
detenerse desde finales del año pasado. En el período de
1997 a 2001, el ingreso total de las exportaciones de los
estados del Golfo productores de petróleo fue de 750 000
millones de dólares; en el lapso de 2002 a 2006, esta cifra
llegó hasta 1 500 000 millones.(3) Las ganancias se han
duplicado en pocos años, beneficiando la situación
financiera de estos países pero se diluyen ante el costo
mayor de las importaciones, lo que pudiera provocar a un
corto-mediano plazo una recesión económica que traería
aparejado estallidos sociales en esos estados monárquicos
altamente dependientes de sus compras en el exterior.(4)
Por concepto de exportaciones de petróleo
Arabia Saudita recibió el pasado año fiscal 201,1 miles de
millones de dólares(5) pero, el costo de la vida de los
sauditas subió en un 8.7% en el mes de febrero comparado
con idéntico mes del 2007.(6) Los precios de los
alquileres, el combustible y el agua subieron en un 14.9%
mientras que los comestibles y bebidas subieron en un
13%.(7) La situación está siendo seriamente monitoreada
por el gobierno, más porque esta crisis inflacionaria
repercute con mayores consecuencias en los sectores más
desposeídos de la población cuya estructura social la
conforman en un 50% jóvenes menores de 18 años,(8) grupo
poblacional altamente sensible a manifestar su descontento.
El resto de las monarquías del Golfo
no quedan excluidas de la inflación global, pues en
Emiratos Árabes Unidos, Bahrein y Qatar las tasas han
superado el 10%. La respuesta inmediata que han dado algunos
de estos gobiernos ha sido elevar los salarios de los
trabajadores de determinados sectores como los funcionarios
públicos, en el caso de Emiratos, el margen del incremento
ha llegado al 70%. Pero esta respuesta inmediata a la larga
agudizará la situación inflacionaria producto del
creciente volumen de emisión de la moneda sin un respaldo
proporcional en la economía real.(9)
Irán, que tiene una de las economías
más fuertes entre los mayores exportadores de petróleo del
Medio Oriente, ha sido afectado también por esta situación
inflacionaria que se suma a males sociales ya existentes
como la corrupción. Los hidrocarburos aportaron al país el
pasado año 70 000 millones de dólares (10) no obstante,
las enormes erogaciones gubernamentales por concepto de
subsidios, gastos presidenciales dirigidos a la política
interior y exterior y al fortalecimiento militar incidieron
en que la inflación llegara al 19%(11) en muy poco tiempo.
Esta situación ha incidido también en el malestar social
que viven muchas personas vinculadas a sectores públicos y
los jóvenes, quienes representan casi el 50% de la población
total.(12) Para los países africanos la situación se torna
más compleja.
Según el Fondo Monetario Internacional
(FMI) (13), los altos precios de los hidrocarburos, materias
primas y minerales en el mercado internacional, constituyen
un elemento favorable para la obtención de ingresos por
concepto de exportación de estos rubros. Lo que no aprecia
el FMI es que la evidente deformación estructural de las
economías africanas, reforzada por los Programas de Ajuste
Estructural, ha determinado un alto grado de especialización
en productos únicos de exportación y una dependencia
creciente a importar el resto de los bienes y servicios
asociados o no al proceso monoproductor.
Al igual que en los países de Medio
Oriente, un elevado porcentaje de las enormes ganancias
procedentes de las exportaciones petroleras en países como
Nigeria y Angola, entre otros, se destinan a importaciones
de alimentos, dejando al margen la ejecución de nuevos
proyectos socioeconómicos.(14) Los países agrícolas, por
su parte, se ven amenazados por el alto precio de los
hidrocarburos importados y la aguda crisis ambiental que
hace peligrar la eficiencia de los cultivos, cuyo efecto
combinado arroja como resultado la contracción del poder
adquisitivo de la población y la extensión de las
hambrunas. En los últimos meses, el precio del arroz,
alimento indispensable para buena parte de la población
africana, se incrementó en un 50% en Côte d´Ivoire y la
República Centroafricana, un 39% en Camerún, un 45% en
Senegal, un 42% en Mauritania y hasta un 300% en Sierra
Leona.(15) Tendencia similar mostraron las harinas de trigo
y de maíz, los aceites de palma y de maní, el azúcar y la
leche.(16)
En Guinea, el gobierno no pudo sostener
los subsidios a los combustibles importados, provocando una
subida del 61% en el precio final, lo cual paralizó de
inmediato el transporte público y otros servicios
relacionados con este sector. En Sudáfrica, la conjunción
de las presiones inflacionarias como resultado de una
reanimación económica propiciada por políticas fiscales
expansionistas, los altos precios de los hidrocarburos y una
crisis en el abastecimiento de carbón para la generación
eléctrica, propició un incremento sustancial de los índices
de precios de las tarifas eléctricas y del conjunto de los
productos que componen la canasta básica.(17)
El incontrolado crecimiento poblacional
que afrontan las ciudades africanas, unido a las
deficiencias en la redistribución del ingreso nacional, ha
generado una respuesta desde los propios sectores sociales más
afectados. En este sentido, las protestas callejeras que han
tenido lugar en numerosos países, se unen a los reclamos
socioeconómicos acumulados desde la década de los 80 y
para los cuales la apertura multipartidista de los años 90
no brindó solución.(18) La adopción de medidas “de
contingencia” por los gobiernos y bancos centrales de los
países africanos reflejan en gran medida la preocupación
por el alcance que pueda adquirir esta recesión, de la cual
muchos economistas auguran un “tsunami social”.(19)
La decisión de reorientar un elevado
porcentaje de las mercancías de exportación
(fundamentalmente de alimentos) hacia el mercado nacional,
se ha convertido en una alternativa sobre la formulación de
la política económica a corto plazo.(20) Sin embargo, las
presiones de Occidente y de los organismos multilaterales,
podrían socavar estas iniciativas debido a la propensión
inflacionaria que conllevaría una contracción de la oferta
de dichos bienes en los mercados internacionales. El
agotamiento de los esquemas clásicos de los bancos
centrales para controlar la inflación mediante movimientos
en la tasa de interés, el tipo de cambio y el encaje legal,
ha dado lugar a una combinación de políticas para buscar
un equilibrio entre el control de la oferta monetaria y el
sostenimiento de los ritmos de producción existentes. La
debilidad de las monedas africanas frente a un patrón
cambiario internacional cada vez más inestable desata
nuevas presiones financieras. Por ello, las instituciones
monetarias africanas no han ofrecido una respuesta
coordinada dados los graves problemas de institucionalización
que enfrentan y las incongruencias de los esquemas de
integración existentes en las diferentes subregiones del
continente.(21)
La situación que hoy se evidencia en
África y Medio Oriente, es muestra de la fragilidad de los
países subdesarrollados en el actual esquema de la
globalización neoliberal. La liberalización económica y
financiera mundial no solo ha permitido una mayor relación
de dependencia de la periferia respecto del centro, sino
también la transmisión de las crisis con mayor rapidez,
socavando la soberanía y seguridad nacional de los
segundos. La agudización de las hambrunas, las
enfermedades, los desplazamientos poblaciones, la reducción
de la capacidad adquisitiva incluso de las clases medias,
exigirá un reordenamiento del actual sistema de relaciones
internacionales al margen de las reticencias en los centros
de poder por mantener su status-quo.
Referencias:
(1)
OPEC Annual Statistical Bulletin, 2005, sitio web opec.org,
18-02-06.
(2) Iar Noticias: “El dilema del dólar
y la inflación en los países petroleros”, sitio www.
iarnoticias.com, 20-05-2008.
(3)
Ibíd.
(4)
Ibíd.
(5)
“Saudi non-oil reserves hit record: The State budget”,
sitio www.allbusiness.com, 25-01-08.
(6) Saudi Gazette: “Rey Abdullah
monitorea los precios de los alimentos”, 08-04-08, p. 1.
(7)
Ibíd.
(8)
Country Profile: Arabia Saudita, 2006, sitio web loc.gov. p.
7. 25-01-07.
(9) “El dilema del dólar (…)”,
art. cit.
(10) Lyon, A.: “Inflación en Irán
mantiene bajo presión a Ahmadinejad”, sitio
www.reuters.com, 24-03-08.
(11)
International Monetary Fund Report, sitio www.eiu.com.
10-02-08.
(12)
CIA: The World Factbook. Iran, sitio web cia.gov, 14-03-07.
(13)
McDonald, C.: “Africa Growing Rapidly, But Faces Risks”,
IMF Survey Magazine, sitio www.imf.org, 28-02-08.
(14)
Woodhouse, P.: “African Enclosures: A Default Mode of
Development”, World Development Vol. 31, No. 10, pp.
1705–1720, 2003, sitio www.elsevier.com, 20-03-08.
(15) The Economist Report: “La
inflación en África dispara los precios y multiplica la
crisis”, sitio www.economist.com, 10-05-08.
(16)
Ibíd.
(17)
Isa, M.: “South Africa: Inflation ’To Bust Target Till
2010’ On Eskom Hikes”, Business Day, Johannesburg,
10-04-08.
(18) Pulido, C.: Curso de Postgrado
“Problemática africana contemporánea: el tratamiento de
África en la historia, Estado y cambios políticos”,
Instituto Superior de Relaciones Internacionales “Raúl
Roa”, 29-04-08.
(19)
AFP News: “African inflation could cause
"humanitarian tsunami", sitio www.afp.com,
08-04-08.
(20) González, D.: “Protestas por el
encarecimiento de los alimentos estremecen varias capitales
africanas”, CEAMOnitor, Vol. 5, No. 3, marzo de 2008.
(21)
The Economist Magazine: “Desperate measures”, sitio
www.economist.com, 22-01-08. Yulianela Pérez y Roger
Benítez son investigadores del Centro de Estudios sobre África
y Medio Oriente de La Habana (Cuba).
|