El
“rescate” de Bush desata protesta en EEUU
¿Rescatar
a quién?
Por
Adrianne Appel
Inter Press Service (IPS), 26/09/08
Boston.- El
Poder Legislativo y el Ejecutivo de Estados Unidos deliberarán
a puertas cerradas este fin de semana. El motivo: procesar
el rescate propuesto por el gobierno de instituciones
financieras al borde de la quiebra, a un costo de 700.000
millones de dólares para el fisco.
La difícil
tarea que afrontan funcionarios y legisladores es lograr una
norma que no indigne a buena parte de la ciudadanía, ya
azorada ante la perspectiva de un nuevo favor de Washington
a enormes corporaciones.
El
secretario del Tesoro (ministro de hacienda) Henry Paulson
llevó el plan al Congreso legislativo el día 19. Presentó
entonces un esquema de tres páginas, y dijo que era
necesario impedir el colapso del mercado financiero
originado en la crisis hipotecaria.
El plan
habría permitido a Paulson, ex presidente del banco Goldman
Sachs (el cual pasa por un periodo de incertidumbre), tener
un control completo de los pagos masivos a las instituciones
sin ningún control, ni auditoría, ni plan de una devolución
al contribuyente.
La
activista Maude Hurd señaló que "hay una revuelta
populista palpable en pueblos y ciudades de todo el país".
"Si
Main Street no obtiene una ayuda real con el crédito que
salga de este acuerdo, el pueblo buscará una salida
constructiva a su enojo", sostuvo Hurd, presidenta de
Acorn, la mayor organización civil comunitaria de personas
de ingresos bajos y moderados de Estados Unidos. La integran
unas 400.000 familias en 110 ciudades en todo el país.
El término
Main Street alude a los ciudadanos comunes de Estados
Unidos, en oposición a las grandes corporaciones y a las
instituciones financieras que cotizan sus acciones en la
Bolsa de Valores de Nueva York en la calle Wall Street.
Desde el
Congreso, los legisladores intentan convencer a los
contribuyentes --y a los votantes-- de que tienen mente sus
intereses al considerar el rescate.
"Cientos
de miles de millones de dólares que los estadounidenses
invirtieron en cuentas de retiro y fondos mutuos se han
evaporado", y la tendencia seguirá, advirtió el demócrata
Chris Dodd, presidente del Comité de Banca del Senado.
Sus
declaraciones sugieren que está en juego la seguridad de
los ingresos de ciudadanos comunes, que poseen muy pocas
acciones o ninguna, y un alza en las acciones a raíz del
rescate no le será de ninguna ayuda.
"La
clase media no va a ser afectada en absoluto por un rescate,
dedicado a los muy ricos. Los cambios en el mercado de
valores no cambian mucho la situación de la clase
media", dijo a IPS Edward Wolff, un economista de la
Universidad de Nueva York.
"Ayudar
a los ricos a recuperarse del colapso del mercado de valores
es sólo una táctica política. Si se alega que todos están
sufriendo, es más fácil obtener un rescate de parte de
Washington", señaló Wolff.
En 2001, el
10 por ciento más rico de las familias poseía 85 por
ciento de todas las acciones de grandes empresas, alrededor
de 85 por ciento de todos los valores financieros y 90 por
ciento de todas las acciones empresariales en general, según
Wolff.
En cuanto
al resto del país, 32 por ciento de los hogares poseían más
de 10.000 dólares en estos instrumentos, y apenas 25 por
ciento poseían más de 25.000 dólares, dijo Wolff.
Un informe
de 2007 de la Oficina de Supervisión del Gobierno constató
que en 2004 apenas 36 por ciento de los trabajadores tenían
algún ahorro en una cuenta de retiro.
A la hora
de jubilarse, la mayoría de los ciudadanos estadounidenses
dependerán de la Seguridad Social, el programa del gobierno
que les garantiza un ingreso de entre 30 y 40 por ciento de
lo que ganaban cuando estaban activos.
Las malas
prácticas de la industria de los créditos hipotecarios
apuntaron, en particular, contra negros y ancianos, según
un informe de la organización United for a Fair Economy.
Apenas 11
por ciento de los préstamos de alto riesgo se asignaron a
compradores primerizos el año pasado. La amplia mayoría
estaba refinanciando, lo que hizo que los prestatarios
debieran más por sus hogares bajo la presunción de que
estaban ahorrando dinero.
Mucho
titulares de préstamos fueron convencidas de refinanciar
sus hogares para obtener efectivo adicional que les
permitiera pagar bienes y servicios de primera necesidad,
como facturas médicas, señala el informe.
Los
acreedores negros perderán entre 71.000 millones y 92.000
millones de dólares, y los de origen latinoamericanos,
entre 75.000 millones y 98.000 millones como resultado de
malos préstamos de alto riesgo, según el informe.
"Un
par de décadas de desregulación permitieron a aquellos
ubicados en la cúspide de la cadena alimentaria financiera
lucrar con millones de personas, a través de prácticas
hipotecarias inescrupulosas", dijo a IPS Michael
Lapham, de United for a Fair Economy.
"¿Quiénes
necesitan más ayuda? ¿Los propietarios de vivienda que
afrontan el desalojo o aquellos que amasaron millones y
miles de millones de dólares?", se preguntó Lapham.
El público
estadounidense parece especialmente fastidiado con la idea
de ayudar a compañías que pagaron salarios exorbitantes a
sus altos gerentes, en tiempos en que cae la calidad de vida
de millones.
Según el
Instituto para Estudios Políticos, los gerentes generales
de las grandes compañías estadounidenses obtuvieron el mes
pasado un ingreso promedio de 10,5 millones de dólares. Los
de las 50 principales firmas financieras se embolsaron,
también en promedio, 588 millones de dólares.
El proyecto
de ley permite al Departamento del Tesoro determinar si los
ingresos de los ejecutivos son "inapropiados o
excesivos". Pero "el secretario Paulson se alzó
con acciones por más de 750 millones de dólares como
gerente general de Goldman Sachs", dijo la analista
Sarah Anderson.
"Difícilmente
es el árbitro apropiado para decidir qué es excesivo o qué
no", ironizó Anderson.
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