"Salvataje
para éste y aquél, dice, al referirse a los gigantescos
bancos hipotecarios.
¿Pero a nosotros quién nos va a salvar?"
El
desempleo y la desesperación golpean
el interior de EEUU
Por
Sharon Cohen
Associated Press / Boletín Entorno,
Año 6 Nº 8, 03/10/08
Traducción de Jaime Arrambide
Wakarusa,
Indiana.– En este rincón de los Estados Unidos, conocido
como la capital mundial de las casas rodantes, Todd Brink se
ganaba la vida produciendo esos brillantes vehículos de
gran tamaño que surcaban las amplias carreteras del país.
Brink prosperaba, al igual que su industria. Hasta que
llegaron los tiempos difíciles.
Las
penurias comenzaron cuando los pagos de su hipoteca se
dispararon y se secaron sus ahorros, y el año pasado se vio
obligado a vender su casa y mudarse con toda su familia a un
trailer alquilado por 300 dólares al mes. Como si ello
fuese poco, en septiembre la Monaco Coach Corp. cerró la
planta que tenía en la zona, y Brink quedó desempleado.
Golpeados
por la escasez del crédito, el aumento del precio de los
combustibles y el derrumbe de las ventas, en los últimos
meses los fabricantes de casas rodantes dejaron cesantes a
miles de trabajadores, muchos de ellos del norte y del
centro de Indiana. Y Brink, que forma parte de ese grupo de
votantes de overol que tanta atención concitan durante la
campaña presidencial, hoy trata de imaginar cómo
sobrevivir.
"Siempre
tuve un colchón de 2000 o 3000 dólares. Ahora no tengo
nada", dice Brink, de 38 años, quien trabajó
intermitentemente en la Monaco durante 14 años. "Tenía
un trabajo que me permitía mantener a mi familia. Ahora no
lo tengo. Es devastador."
"Tengo
miedo de no poder mantener a mi familia. Todo el peso está
sobre mis hombros", agrega Brink, único sustento de su
esposa y sus cuatro hijos, el mayor de los cuales tiene 10 años.
La
inquietud económica respecto del desempleo, el colapso de
Wall Street y el espectro de la recesión han recorrido como
un escalofrío toda esta tranquila franja del interior de
Estados Unidos. Los vecinos del lugar están alarmados por
el alza de los precios, lamentan la pérdida de sus trabajos
bien pagos y dudan de que Obama y McCain comprendan sus
preocupaciones.
"Todos
juegan con nuestro miedo ahora", dice Jody Baugh, un
soldador que perdió su trabajo este mes con el cierre de la
Monaco. "Si alguno de ellos tuviera que vivir como
nosotros un solo día, tendría una perspectiva muy
diferente –cuenta–. No tienen ni la más remota idea de
las cargas de la vida diaria."
Para ambos
trabajadores, la pérdida de sus empleos fue el último de
una serie de reveses financieros. Los dos tenían hipotecas
con tasa de interés variable que en los últimos años
treparon de manera astronómica.
Brink debió
vender su casa cuando la cuota de su hipoteca subió de 670
dólares a 1050 dólares por mes. Baugh, de 40 años, quedó
atrapado en un aprieto todavía mayor: aumento del costo del
seguro de vivienda, gastos médicos comunes y el peso de
tener que ayudar a dos de sus cuatro hijas, que van a la
universidad. "Esperan que una familia de seis viva con
un sueldo de entre 10 y 11 dólares la hora. Es
imposible", dice Baugh, acongojado.
Tanto Obama
como McCain se desviven por conseguir el apoyo de los
trabajadores del tan codiciado Medio Oeste. Faltan menos de
seis semanas para las elecciones y una encuesta reciente
muestra que los candidatos van parejos en siete estados:
Indiana, Ohio, Michigan, Wisconsin, Pensilvania, Iowa y
Minnesota.
Industria
en decadencia
En algunos
de esos estados, el desempleo sigue siendo más alto que el
promedio nacional. Ciertos rincones de la región vienen
sufriendo hace décadas, y ciudades como Flint, de Michigan,
Gary, de Indiana, y Youngstown, de Ohio, se han convertido
en símbolos de la decadencia de la industria del Medio
Oeste. Ambos candidatos a la presidencia han apuntado a esta
región, con frecuentes visitas que incluyeron una escala de
Obama en Flint y una aparición pública de McCain en
Youngstown.
Si bien la
industria manufacturera sigue siendo una parte muy activa de
la economía de Estados Unidos, según Robert Scott,
economista internacional del Instituto de Política Económica,
entre marzo de 1998 y agosto del corriente año, el sector
perdió más de 4,2 millones de puestos de trabajo.
Scott
afirma que en las últimas décadas se ha perdido un amplio
espectro de empleos, no sólo en la industria automotor o
siderúrgica. Los rubros como electrónica, herramientas,
software, la contaduría y los centros de atención telefónica
también se han trasladado al extranjero.
"Hace
20 años, la gente sabía lo debía hacer para asegurarse
una vida de clase media con buenos empleos y beneficios
–dice Scott–. Ahora, todos esos caminos están cerrados.
Hoy es mucho más difícil conseguir un trabajo en una fábrica
y conservarlo".
En Indiana,
solamente, desde el año 2000 la industria manufacturera ha
perdido 148.000 puestos de trabajo, un 22% del total, según
cifras oficiales.
Obama
espera capitalizar la frustración de los trabajadores de
overol y encolumnar tras de sí al estado de Indiana, que
desde hace 44 años vota por los republicanos. Será una
tarea titánica, pero con una tasa de desempleo del 8,9% en
agosto, casi tres puntos por encima del promedio nacional,
el cambio que reclama Obama empieza a tener sentido para
Baugh, el soldador desempleado. Se inclina por él, pero
quiere estar seguro de elegir a alguien "que ayude a la
clase media".
McCain
también tiene sus partidarios. Kenny Twa, dueño de una
empresa de hardware del lugar, dice que lo apoya porque
"no se deja manejar". Otros admiran su historial
militar, pero algunos votantes se preguntan aquí si un
presidente alcanza para cambiar el rumbo del país y de la
economía.
Terry
Swihart, despedida de Monaco la primavera pasada después de
28 años y medio de servicios, está preocupada por el alza
en los costos de atención médica.
Su esposo
Jim, de 56 años y que también perdió su empleo en Monaco,
fue operado de la columna hace tres años y tiene implantes
en caderas y tobillos. Entre los dos pagan unos 900 dólares
por mes de gastos. "Salvataje para éste y aquél
–dice, al referirse a los gigantescos bancos
hipotecarios–. ¿Pero a nosotros quién nos va a
salvar?"
Crisis
económica
"Ciudades
carpas" surgen en los EEUU
Agencia
Matriz del Sur,21/09/08
Traducido por Ivana Cardinale
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Los
“sin techo” en la ciudad
de Fresno, California |
Sky
News – Prensa Web YVKE.– Comunidades de personas
sin hogar, viviendo en carpas o tiendas de campaña, están
surgiendo a través de los EEUU como consecuencia del
incremento del desempleo, embargos hipotecarios y colapso de
créditos.
Desde el
estado de Washington hasta Georgia, grupos de apoyo a las
personas sin techo y algunas agencias, reportan el más
visible incremento, en una generación, de campamentos de
personas sin hogar.
Cerca del
61% de organizaciones gubernamentales en el sector han
observado un incremento en el número de personas sin hogar
desde que comenzó la primera caída de la economía en el
2007, dice un reporte.
El estudio,
hecho por la Coalición Nacional para las personas Sin Hogar
(NCH), demuestra que el problema ha empeorado desde la
publicación del reporte en Abril, con crecientes embargos,
incremento de precios de alimentos y gasolina y un apretado
mercado laboral.
Una de las
llamadas “ciudades de carpas” se encuentra a un lado de
la vía férrea en la ciudad de Reno, habitada por personas
que perdieron sus empleos por la débil economía, o recién
llegados que se mudaron ahí para trabajar y luego
descubrieron que nadie estaba empleando gente.
De una
docena de personas entrevistadas en la ciudad carpa, seis
llegaron a Reno desde California o cualquier otro lugar
durante el año pasado, con esperanzas de encontrar empleo
en los casinos.
“Pensé
que este sería un gran lugar para un empleo,” dijo Max Pérez,
un joven de 19 años de edad, de Iowa.
El no pudo
encontrar empleo y terminó tomando duchas en el refugio
para hombres y durmiendo en una carpa de tamaño apenas
suficiente para cubrir su cuerpo.
La relativa
sifrina ciudad de Santa Bárbara en California, ha dado un
estacionamiento para personas que duermen en carros y vans.
La ciudad
de Fresno, en California, está tratando de manejar varias
crecientes ciudades de carpas, incluyendo un campamento
donde las personas han hecho refugios con trozos de madera.
En Portland
y Seattle, grupos de personas sin hogar se han unido a
grupos religiosos o sin fines de lucro para manejar las
ciudades de carpas como refugios al aire libre.
Otras
ciudades en donde las carpas han aparecido o expandido
incluyen Chattanooga, Tennessee, San Diego y Columbus.
“Está
claro que se ha incrementado la pobreza y los sin techo,”
dijo el director ejecutivo de NCH, Michael Stoops. “La
economía está en un caos, estamos en una recesión
no–oficial y los estadounidenses están preocupados, desde
los sin techo hasta la clase media, por su futuro.”
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