Nos
hemos convertido en una república bananera
con armas nucleares
Por
Paul Krugman (*)
krugman.blogs.intimes,
26/09/08
Sin Permiso,
28/09/08
Traducción de Roc F. Nyerro
Unas pocas
reflexiones sobre la increíble escena descrita hoy en el
New York Times (gran reportaje, dicho sea de pasada):
En la Sala
Roosevelt, tras la sesión con los parlamentarios, el
secretario del Tesoro, Henry M. Paulson Jr., hincó
literalmente una rodilla en el suelo suplicando a Nancy
Pelosy, presidenta del Congreso, que no “reventara la
cosa” haciendo que su partido [el Demócrata] retirara su
apoyo tras lo que la señora Pelosi ridiculizó como una
traición de los republicanos.
“No sabía
que fuera usted católico”, dijo la señora Pelosi, en
socarrona referencia a la hincada rodilla del señor
Paulson, según un testigo presencial de la escena. Pelosi
prosiguió: “No soy yo quien está reventando la cosa, son
los republicanos”.
El señor
Paulson suspiró: “Ya sé, ya sé”.
¿Cómo
hemos podido llegar a este extremo? Es la culminación de
muchas traiciones pasadas.
Por lo
pronto, tenemos una Comisión Republicana de Estudio que
revienta la cosa con una propuesta que carece de todo
sentido: resolver la crisis con vacaciones fiscales para las
ganancias de capital. ¿Cómo es posible? Bueno, si un
partido se mece en sinsentidos económicos durante 25 años,
el grueso de su infantería terminará por ser gente que se
cree realmente el sinsentido.
Más específicamente,
empero, el fracaso a la hora de llegar a un acuerdo refleja
las traiciones de los años de Bush. Los Demócratas no podían
confiar ciegamente en Henry Paulson porque detrás de él veían
asomar el fantasma de Colin Powell (y la propuesta “el
rescate todo es cosa mía”, aparte de ser mala teoría
económica, revelaba un grado indecible de sordera).
Y tras el
modo en que los bushitas y sus aliados gambetearon a los Demócratas
una y otra vez tras el 11 de septiembre –te exigen unidad
nacional, y luego te acusan igualmente de ser blando con los
terroristas—, es imposible que Pelosi y Reed [el portavoz
parlamentario de los Demócratas] carguen responsable pero
impopularmente con el Plan, a menos que los Republicanos
acepten compartir la decisión.
De manera
que lo que ahora tenemos es un gobierno disfuncional
enfrentado a una crisis de enormes proporciones porque el
Congreso tiene un quórum de chiflados y nadie se fía un
pelo de la Casa Blanca.
Como dijo
un amigo la pasada noche, nos hemos convertido en una República
bananera con armas nucleares.
(*)
Paul Krugman es un economista neokeynesiano reconocido académicamente
y célebre por actividad publicística
en el New York Times.
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