El
frenazo de la locomotora china agrava la crisis
Japón
y Corea tambalean
Por
Andrew Bastón
Wall Street Journal, 23/01/09
Beijing.–Tres
de las economías más potentes de Asia –China, Japón y
Corea del Sur– se están estancando a medida que la
demanda por sus bienes se evapora en Estados Unidos y
Europa. Además, hay escasos indicios de que un aguardado
aumento del consumo chino ayude a mantener a flote la economía
global.
La crisis
financiera ha frenado el crecimiento de China a casi la
mitad en apenas un año: su Producto Interno Bruto se
expandió 6,8% en el cuarto trimestre de 2008, en comparación
al mismo período del año anterior. El crecimiento para
todo el año fue de 9%, según cifras oficiales, lo que
representa una brusca desaceleración frente al 13%
registrado en 2007.
El bajón
en China está empezando a arrastrar a sus vecinos, que en
los últimos años se habían beneficiado de la demanda
china por su maquinaria y componentes. Los esfuerzos del
gobierno para estimular el consumo se han topado con la
cautela de los consumidores y un legado de políticas
gubernamentales orientadas a alentar la inversión de las
empresas en lugar del gasto de las personas.
Estas son
malas noticias para sus socios comerciales en Asia y el
mundo entero, que esperaban que el gobierno pudiera
apuntalar el crecimiento global mediante un aumento de sus
importaciones, en vez de socorrer a sus propios
exportadores.
El jueves,
el Banco de Japón dejó las tasas de interés en 0,1%, pero
redujo las proyecciones de crecimiento y precios en forma
tan drástica que desató temores de que la economía caiga
en una espiral deflacionaria. El banco central prevé una
contracción en los próximos dos años y un descenso en los
precios.
Las
exportaciones de Japón a China se habían mantenido
bastante resistentes, pero los envíos de mercancía
empezaron a decaer en octubre y desde entonces no han dejado
de perder fuerza. En diciembre, Japón exportó 750.000
millones de yenes (unos US$8.390 millones) en bienes a
China, 36% menos que un año antes, según datos divulgados
ayer por el Ministerio de Finanzas. "Sabíamos que las
exportaciones con destino a China se estaban reduciendo,
pero nos sorprendió la magnitud y la virulencia del
declive", dice Akira Maekawa, economista de UBS
Securities, en Tokio.
La economía
de Corea del Sur, por su parte, está cayendo a un ritmo
mucho más acelerado del previsto hace apenas unas semanas.
El banco central informó el jueves que el PIB se encogió
5,6% en el cuarto trimestre frente al trimestre anterior.
Una de las principales razones del bajón fue un declive de
la producción, reflejo de un descenso en las exportaciones
a China, su mayor consumidor. En diciembre, las
exportaciones de Corea del Sur a China declinaron 35%, una
caída más pronunciada que la pérdida total en
exportaciones de 17,9%.
Singapur,
ciudad–estado impulsada por las exportaciones, sufrió la
mayor contracción de su historia en el cuarto trimestre de
2008. Ayer, el gobierno previó que el PIB se contraerá 5%
este año y anunció un paquete de estímulo.
Muchos de
los bienes que los países asiáticos exportan a China son
componentes que se incorporan a productos terminados que
luego son exportados a EE.UU. y otros mercados. En un
momento en que las importaciones de EE.UU. se están
secando, había esperanzas de que China animara a sus
propios consumidores para compensar al menos parte de la
demanda perdida.
Peor
que la crisis asiática
Por
ahora, sin embargo, los indicadores de la demanda china (tal
como las caídas en sus importaciones y ventas de bienes raíces)
sugieren que la de‐saceleración actual ya es más
grave que la que atravesó hace una década, durante la
crisis asiática. China no ha divulgado datos actualizados
sobre sus tasas de crecimiento trimestral, lo cual dificulta
las comparaciones exactas, pero según estimaciones de
Goldman Sachs, su expansión durante el cuarto trimestre fue
la más baja desde el segundo trimestre de 1998, cuando
Goldman estimó una expansión de 6,8%.
Al igual
que otros consumidores en todo el mundo, actualmente muchos
chinos sienten ansiedad respecto a su futuro. Cindy Wang,
una empleada de 33 años de una agencia de publicidad en
Beijing, dice que está gastando menos y ahorrando más
porque su empleo parece menos estable. La mayoría de los
clientes de su agencia son automotrices, las cuales han
reaccionado a la caída de las ventas con un recorte en sus
presupuestos publicitarios. "No sé si seré despedida
pronto, pese a que estoy trabajando muy duro", dice
Wang.
Muchos
economistas anticipan que, ante la acumulación de más
datos débiles y la previsión de que las condiciones
empeorarán al menos en los próximos meses, las autoridades
chinas se sientan presionadas a recortar aún más las tasas
de interés y anunciar nuevas medidas de estímulo.
Sin
embargo, la rebaja de casi dos puntos porcentuales en las
tasas de interés sobre los depósitos desde octubre no
parecen haber tenido mucho impacto sobre el consumo. Las
familias de China, ya de por sí bastante conservadoras, están
guardando su dinero. Las cuentas de ahorro en los bancos del
país a fines de diciembre acumulaban un alza de 26% frente
a igual lapso del año anterior.
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