Los preparativos para la cumbre del G–20
La crisis enfrenta a Obama con la Unión Europea
Por Luisa Corradini
La Nación, 13/03/09
Corresponsal en Francia
La
Casa Blanca exige un mayor esfuerzo financiero a los países
europeos, que, en cambio, quieren promover una mayor
regulación
Paris.– La cumbre del G–20, prevista para el 2 de abril en Londres,
puede poner fin brutalmente a la luna de miel entre Europa y
el presidente norteamericano, Barack Obama, que tienen
concepciones diferentes sobre la forma de reactivar la
economía mundial y definir un estricto régimen de regulación
para reordenar el sistema financiero surgido de los acuerdos
de Bretton Woods de 1944.
Desde que Obama se instaló en la Casa Blanca, Europa abandonó el reflejo
instintivo de desconfianza que había adoptado en los últimos
años del gobierno de George W. Bush y pareció darle un crédito
ilimitado de confianza a un hombre que se presentaba como
heredero espiritual de Franklin D. Roosevelt y John F.
Kennedy, y que prometía reducir las distancias políticas e
ideológicas entre ambas orillas del Atlántico.
Las perspectivas de coincidencia entre Europa y Estados Unidos, sin embargo,
se alejaron considerablemente en los últimas días, después
de una serie de desacuerdos que arrojan malos presagios
sobre la reunión que se celebrará en el Centro ExCel del
nuevo barrio financiero de Docklands, de Londres. Los
primeros indicios concretos sobre los acuerdos y las
divergencias se advertirán en las próximas horas durante
la reunión de ministros del G–20, prevista para este fin
de semana en Londres.
Estados Unidos, en síntesis, reclama a los países europeos un mayor
esfuerzo financiero para reactivar la maquinaria económica
paralizada. Por su parte, la UE sostiene que la cumbre debe
poner el esfuerzo esencial en restablecer la salud del
sistema financiero, mejorar el papel de las instituciones
internacionales y reforzar la regulación.
La polémica estalló el lunes pasado, cuando Larry Summers, consejero económico
de Obama, sugirió que Europa debía realizar un esfuerzo
comparable al de Estados Unidos. Por su parte, el secretario
del Tesoro, Timothy Geithner, fue aún más lejos, anteayer,
al reclamar "acciones importantes y sostenidas que
coincidan con la duración previsible de la crisis", es
decir, 2010. Sólo en ese momento, Estados Unidos podrá
desbloquear la mayor parte del paquete de 787.000 millones
de dólares votado por el Congreso para sostener la
reactivación de la economía.
Geithner aconsejó al G–20, sin nombrar directamente a Europa, que
aumentara el gasto público todo el tiempo que resulte
necesario para reabsorber la crisis. Los países de la UE,
en cambio, privilegian la ayuda a la inversión. Obama, por
su parte, resaltó la importancia de que los "esfuerzos
de estímulo de todos los países sean lo suficientemente sólidos
como para enfrentar la declinación de la demanda".
Visiblemente irritados por los comentarios, los europeos reaccionaron con
vehemencia. El ministro francés de la Reactivación,
Patrick Devedjian, aconsejó a Estados Unidos "un poco
más de modestia cuando pretenden dar lecciones",
teniendo en cuenta "la enorme responsabilidad que
tuvieron en esta recesión que está sufriendo todo el
mundo".
La ministra francesa de Economía, Christine Lagarde, fue más precisa en la
defensa de la estrategia europea: "Es preferible
adoptar planes de reactivación dirigidos a un objetivo y
que se aplican en forma inmediata que lanzar programas [como
hace Estados Unidos] que atañen al 95% de la población,
pero cuyo efecto multiplicador sobre la actividad resulta
neutralizado por la dispersión".
Después de una reunión de gabinete franco–alemana celebrada ayer en Berlín,
la canciller Angela Merkel y el presidente Nicolas Sarkozy
reiteraron que no desean nuevos planes de reactivación y
anticiparon que sostendrán "las mismas
posiciones" en la cumbre del G–20 en Londres.
El primer ministro británico, Gordon Brown, coincide parcialmente con
Estados Unidos en actuar con prudencia en materia de
regulación. Esa posición se explica por el peso que tiene
la industria financiera en las economías de ambos países.
El presidente de la Comisión Europa, José Manuel Durão Barroso, sintetizó
ayer los términos del debate al final de una conferencia de
ministros de Finanzas de la UE. "El esfuerzo que Europa
está haciendo en términos de red social frente a la crisis
es muy superior al que están haciendo nuestros amigos
norteamericanos", señaló.
Los
paraísos fiscales
Barroso también rechazó las incitaciones norteamericanas en favor de
nuevos planes de reactivación. Al mismo tiempo, sin nombrar
específicamente a Estados Unidos, apeló al G–20 a
realizar mayores esfuerzos para reformar el sistema
financiero mundial. La UE argumenta que el sistema seguirá
siendo inestable y opaco si no se adoptan estrictas medidas
para encuadrar las operaciones de los fondos de cobertura y
erradicar los paraísos fiscales. Barroso cree que la crisis
actual ofrece una oportunidad para reformar a fondo el
sistema: "Si no actuamos ahora, ¿cuándo lo
haremos?", insistió.
Los sherpas , esos altos funcionarios encargados de preparar las cumbres,
tienen todavía casi tres semanas para eliminar los obstáculos
y proponer medidas concretas para que la conferencia de
Londres pueda lanzar el proceso de refundación del sistema
financiero.
"El fracaso de la cumbre es un lujo que el mundo no puede
permitirse", sintetizó el diplomático británico Mark
Malloch–Brown, encargado de organizar la cumbre. "Una
frustración desataría una ola de desconfianza, susceptible
de provocar un nuevo derrumbe de los mercados [?] y un
colapso financiero mundial desastroso."
Endurece Washington su discurso comercial
Advirtió que podría revisar varios acuerdos
Por Silvia Pisani
Corresponsal en EEUU
La Nación, 11/03/09
Washington.– El gobierno de Barack Obama podría estar explorando una línea
más dura en materia comercial, como un posible camino para
proteger el trabajo doméstico, en momentos en que el país
padece una tasa récord de desempleo.
Tal es la impresión que se recogía anoche aquí, luego de conocer
conceptos del candidato de Obama a ocupar el cargo de
representante comercial, Ron Kirk, quien, si bien se definió
como un "defensor" del libre comercio, al mismo
tiempo expresó sus dudas de que, en este momento, eso sirva
a los trabajadores norteamericanos.
"Creo en el [libre] comercio y trabajaré para ampliarlo", señaló
en una declaración escrita. Pero, al mismo tiempo, advirtió
que son muchos los estadounidenses que "no se
benefician" de esa libertad.
Y protestó por el hecho de que los principales socios comerciales del país
"no siempre respetan las reglas del juego".De
hecho, Kirk advirtió que, si es confirmado, no llegará al
cargo con lo que calificó como "fiebre de
tratados" comerciales, en momentos en que Washington
tiene pendientes de ratificación acuerdos en la materia con
Panamá, Colombia y Corea del Sur. De hecho, advirtió que
pondrá varios de estos acuerdos en revisión. En el caso de
Corea del Sur, dijo abiertamente que, tal como está
redactado, "es injusto".
En forma implícita, la primera reacción contra un posible giro
proteccionista en Estados Unidos partió ayer del centro de
estudios Diálogo Interamericano, que reclamó a Obama la
apertura de una "segunda oportunidad", en las
relaciones de Estados Unidos con América latina, con
apertura comercial y sin proteccionismo.
Ante el actual escenario de dificultad, con 4.400.000 personas sin trabajo,
Estados Unidos "no puede caer en el
proteccionismo", advirtió el centro. "Es que algo
de eso ya se advierte con la introducción –en el llamado
plan de estímulo– de la cláusula «compre americano»",
que promueve la adquisición de productos estadounidenses
sobre los extranjeros.
"Si erigimos barreras proteccionistas no saldremos de la crisis",
dijo, en un diálogo con periodistas, Carla Hills, quien fue
representante comercial norteamericana durante la
administración de George Bush padre.
"¿Qué trabajo puede haber con proteccionismo? Si bajamos las
barreras, el trabajador local fabricará sus productos. Pero
no podrá venderlos, y si no los vende, se quedará sin
trabajo. ¿Es eso lo que queremos?", preguntó la ex
funcionaria.
Hills habló en la sede de Diálogo Interamericano, uno de los centros de
estudios más reconocidos en el terreno de las relaciones
con América latina.
Sus palabras parecieron casi un contrapunto con las de Kirk quien, en su
caso, dio a conocer sus puntos de vista en un informe ante
senadores que evalúan su nominación.
En ese punto, advirtió: "Lo principal será asegurar la aplicación
estricta de las normas, incluidas las que tienen que ver con
los estándares laborales y ambientales", dijo el
hombre elegido por Obama para ocupar la Secretaría de
Comercio.
Durante la campaña electoral de Obama mucho se conjeturó sobre la
posibilidad de que su llegada a la presidencia implicara una
mayor tendencia proteccionista.
No sólo por las dificultades del escenario económico, sino también por
los fuertes lazos que suele haber entre los principales
sindicatos y el Partido Demócrata.
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